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Wednesday, December 05, 2012

Diarios contra Google: pelea por el negocio de la información

Los editores de diarios españoles se suman a la propuesta de Alemania o Francia de imponer una tasa Google: cobrar a las grandes empresas digitales por el uso de los contenidos de los periódicos. La batalla se dará en la discusión de la reforma de la Ley de Propiedad Intelectual (LDI), una promesa del gobierno aún incumplida. Los editores quieren rentabilizar sus contenidos frente a la migración de la publicidad y la audiencia a internet aumentando los precios del contenido: es la táctica seguida con el aumento del precio de venta de los diarios y se busca con los derechos de autor, los únicos que continúan subiendo en el mercado de contenidos gracias al control de las sociedades de gestión

La pretensión de los editores choca con algunos derechos ciudadanos, con los hábitos de la audiencia y con los intereses de la industria digital, pero no evitará la crisis de la prensa: más debilitada en el negocio que en la audiencia y los contenidos.



Algunos apuntes y reflexiones sobre las demandas de los editores y la naturaleza de la crisis real de la prensa.

Los editores reclaman una remuneración por derecho de cita. No reclaman sólo cobrar a Google, sino tener los mismos derechos de recaudación de copia privada que otros autores y contenidos como los libros, la música, el audiovisual, etc. Muy parecido también a las patentes de Google y las que sigue comprando. 
La reclamación se basa en los artículos 3233 de la LPI, donde se recoge el derecho a percibir una compensación por acuerdo o equitativa.

La pretensión de los editores no rompe la red ni la estructura del enlace, como no lo hace el canon sobre copia privada que ya se paga sobre contenidos audiovisuales, música, libros, etc.  La propuesta demanda derechos sólo sobre otros productos y usos comerciales, excluye a las citas no comerciales y a los trabajos protegidos por Creative Commons y otros modelos de propiedad intelectual. Eso es lo que se está debatiendo en varios países europeos y a instancias de la Comisión Europea.
Otra cosa es la dificultad para implementarla y la difícil separación en parte del ecosistema digital entre productos comerciales y no comerciales.

La propuesta española es distinta de la alemana y francesa porque no plantea una tasa, sino la compensación por copia privada. Las diversas propuestas de licencias universales para los contenidos en los mercados secundarios (más allá del objetivo y alcance de su publicación) es un intento de evitar este problema. Tiene muchos defensores en varios campos, pero no es la que se está debatiendo por el momento, sino la remuneración de la cita de trabajos de actualidad.

Lo que se busca no es cobrar por el enlace, sino por el snippet (lead, resumen) de Google y el resto de buscadores, agregadores, etc. Esto tiene algunos problemas respecto a la extensión del derecho de cita y el alcance de la copia privada.

Los robots.txt y la exclusión de los diarios digitales de los buscadores no valen a los demandantes de la nueva opción: se quiere adoptar para la información los derechos de copia privada, no impedir el acceso ni reducir la audiencia aportada por los buscadores, aunque sea pequeña en el caso de Google News (alrededor del 5%), pero mucho mayor desde Google: por encima del 30% en la mayoría de medios.

El problema es profundo: ¿tienen los editores y periodistas derechos de autor sobre la información y, por tanto, a extender la copia privada?
Aquí está en mi opinión el gran problema conceptual. La ley reconoce la obra periodística como obra colectiva y se ha ido extendiendo el derecho de autor de los periodistas. 
Los periodistas y editores trabajan sobre material público: eso y no otra cosa es la información, un derecho y propiedad de los ciudadanos, no del periodismo ni de la prensa.
El problema es de quién es la información y cómo se separa su naturaleza pública del producto periodístico comercial y privado.
En esa naturaleza se ancla la defensa de Google, de las empresas de press clipping y de los agregadores: si la información es un derecho de los ciudadanos, no puede ser restringida por sus explotadores comerciales.
Los defensores de los derechos de autor de la información aceptan la propiedad pública de la información pero reivindican su explotación comercial.




Hasta aquí un relato de los hechos, pero insuficiente para entender la crisis real del periodismo y su negocio. Algunas reflexiones.

Es una guerra entre intereses comerciales, no entre buenos y malos. Las partes son gente y empresas que buscan y defienden su negocio. 
Personalmente no defiendo una interpretación restrictiva del derecho de copia privada sobre la información porque sigo creyendo que la información es del público, no de los periodistas ni de los editores. El derecho de autor de los periodistas sobre la información es muy cuestionable y tiene limitaciones por el interés público. 
Otra cosa es el derecho de crear obras derivadas e intelectuales sobre la materia pública de la información, los datos, etc. Los productos periodísticos -el diario, el telediario, el magazine, etc.- son propiedad de sus editores y periodistas, no la información. Esa distinción es importante para fijar los límites del derecho de cita y reproducción.

Periodistas, editores, Google, agregadores, etc. coinciden en trabajar y crear obras, negocio y productos sobre una materia que no es suya, sino de la ciudadanía: la información y los contenidos, en el caso de la información que nos ocupa, distinto a la ficción y el entrentenimiento.
El enlace también es de naturaleza pública. Por eso restringirlo es peligroso, tanto como restringir la información.
Tampoco es cierto que Google y el resto de empresas de internet que trabajan con contenido ajeno no creen negocio con los contenidos, como responden algunos. Por supuesto que lo hacen, indirectamente a través de la audiencia, el consumo y uso de los buscadores. 
Ahora, el inventario comercialmente más rentable no está en la información de actualidad, sino en la comercial.

El núcleo del problema es el negocio, no la información. La clave no está en las búsquedas ni en el snippet (el resumen de la información en los buscadores: título y entradilla o lead), a pesar de la incorporación progresiva de más elementos del producto.

¿El snippet reduce negocio informativo, como defienden los editores? Las dos cosas: a la vez lo reduce y lo crea, como está pasando también con las recomendaciones en las redes sociales, que cada vez se leen más sin entrar en el contenido original (y así se dice lo que se dice, con perdón).
Dice Arcadi Espada que con el snippet o sumario de Google la prensa ha perdido lo único que tenía para vender en internet. El periodismo lo sabe desde siempre. El 90% de la información publicada carece de valor e interés más allá de la entradilla, sumario, lead o snippet. Cuanto mejor hecha, menor interés en el resto: la maldición de la pirámide invertida.
Esta es una parte del problema: la migración o el cambio de comportamiento de la audiencia. Google, como las redes sociales, trabajan a favor y en contra de los medios. Cada uno hará su balance en función del contenido e información que publica.

El problema es el inventario comercial y su comercialización: el negocio. Antes el inventario se controlaba directamente y era propiedad del editor y del producto (prensa, televisión, radio, etc.). Con internet y el ecosistema digital gran parte del inventario pasó a ser común, infinito, comercializado indirectamente y en mercados secundarios y automatizados. 
Ahí está el problema de negocio de los medios: el fin del monopolio del inventario y el cambio de un modelo de fijación directa (asimétrica) de precios y condiciones de comercialización a la subasta automatizada y con condiciones variables: en mercados simétricos con igual poder de oferta y demanda, pero creciente a favor de esta, porque hemos vuelto a la economía de la demanda. Hoy avanzamos hacia un mercado de real-time bidding (RTB), contratación automatizada (programmatic buying), etc.

Google es el campeón de esa revolución. El inventario y la comercialización no habían cambiado tan radicalmente ni tan aceleradamente nunca en cinco siglos. La pelea de Google con GoTo.com, Overture y Yahoo hizo avanzar más el mercado que los 70 años que más o menos llevábamos de mercado publicitario de masas.
Ahí es donde está el crack del negocio de la prensa. La televisión y el cine lo han conseguido mantener mucho mejor por su control de los contenidos y el inventario audiovisual de calidad.

Los diarios digitales no pierden audiencia con Google ni con las redes sociales. Pero pierden consumo: tiempo, atención e inventario, además de impacto y eficiencia. Este es un problema esencialmente de negocio.
Al primero se le aborda con contenido. Al segundo, con un nuevo negocio que tiene características y elementos totalmente diferentes al tradicional.

Cuando Google reinventó el inventario con PageRank, AdWords y AdSense cambió radicalmente el escenario comercial de los contenidos. Convirtió en infinito el inventario y encontró una fórmula para rentabilizar el contenido más allá del soporte.
Cuando amplía su actividad en la publicación de contenido y se convierte en una plataforma, el mercado, la distribución y la relación con los medios y con los usuarios vuelve a cambiar.
Si los grandes de internet ahora son plataformas donde se controla inventario, comercialización, acceso a los contenidos, datos y el propio uso (navegación de los usuarios o posición de la publicidad) el escenario vuelve a cambiar y su colisión con los intereses de los editores de contenidos aumenta al tiempo que se generan nuevas oportunidades de negocio.

Sunday, December 02, 2012

El fracaso de los editores de diarios

José María Bergareche abandona la presidencia de AEDE sólo tres días después de su nombramiento. Los editores de diarios fracasan como lobby y no consiguen encontrar una salida a la crisis económica e institucional de la prensa. Frente al poder de las televisiones de Uteca, dominada por Mediaset y Antena 3, la Asociación de Editores de Diarios Españoles vive en el desacuerdo, desdeñada por el gobierno y no consigue articular posturas comunes claras que no supongan un quebranto y mayor lejanía con el público y el mercado.

Demasiados intereses contrapuestos entre editores en pelea por una posición de futuro en un mercado menguante, división entre diarios de Madrid y el resto, y reclamo de medidas legales en colisión con derechos fundamentales y la política de recortes del gobierno. Para colmo sufre un agujero aún por explicar en sus cuentas, está sancionada por la Comisión Nacional de la Competencia por monopolio de derechos y está embargada por subvenciones que Industria le otorgó y no dedicó a la renovación del sector.

Una situación muy diferente a la de Uteca, donde mandan Mediaset y Antena 3, el enemigo común son las televisiones públicas y se reclama sobre un mercado regulado y nacional frente a la fragmentación local y la libertad de publicación de la prensa, papel o digital.

La reforma de la Ley de Propiedad Intelectual para imponer una tasa a Google, a los agregadores y a las empresas de clipping (resúmenes de prensa) para agarrarse a los únicos precios que aumentan junto a los de los diarios: los de los derechos de autor; el IVA cero para los diarios (impresos y digitales) y el reclamo de ayudas públicas para la reconversión del sector son las principales reivindicaciones de los editores.

Bálsamos para aliviar una crisis que ha reducido a la mitad sus ingresos, evaporado un cuarto de la circulación en papel y cambiado radicalmente un mercado que se agota para la prensa impresa pese al crecimiento de audiencia digital.


Bergareche se encontró un consejo de editores sin editores al asumir la presidencia de AEDE. Sólo ejecutivos y ausencia de los principales responsables de los grandes grupos. Las luchas entre grupos y muchas conspiraciones internas habían hecho imposible el acuerdo para relevar al anterior presidente, Conrado Carnal, director general del Grupo Zeta, por una figura de prestigio con una misión clara: conseguir ser escuchado por el gobierno Rajoy.

Juan Luis Cebrián había propuesto a Luis María Ansón, prócer de la prensa de derechas. Pero la sombra de la inevitabilidad de una fusión entre algunas de las cabeceras nacionales (ABC, El Mundo o La Razón) planea sobre cualquier acuerdo.

El gobierno no escucha. Sólo le interesa la televisión. Está ocupado con el desmantelamiento planificado de RTVE y la privatización de las autonómicas. Ocurre ya desde hace años. Zapatero entregó televisiones gratis a los grupos de prensa para que todos fueran multimedia: hoy casi toda la televisión vuelve a ser de las dos grandes privadas y tanto Unidad Editorial como Vocento tienen sus frecuencias alquiladas, incapaces de crear y rentabilizar su propia televisión. Prisa abandonó Cuatro, su deseada televisión en abierto, para entregarla a Mediaset.

Los dos viejos interlocutores políticos, la vicepresidenta socialista De la Vega (muñidora de la RTVE sin publicidad y de la Ley Audiovisual) y el desplazado Esteban González Pons, todo buenas palabras con los editores, pero lejos de los designios de Soroya Sáenz de Santamaría y del gabinete de Moncloa.

La prensa no tiene quien la escuche. La reclamada tasa Google, a rebujo de Francia y Alemania, no soluciona la crisis de producto, de público y comercial de los diarios. Los editores deberían empeñarse menos en obcecarse con cómo se llega la información y más en la política comercial y las nuevas formas de rentabilización de los contenidos. Ni Madrid ni Bruselas tienen prisa por reducir el IVA y las ayudas públicas al estilo francés -más allá de las subvenciones de los gobiernos autonómicos- son legalmente complejas y difíciles de explicar a una opinión pública descontenta con la prensa y los recortes.

La crisis de AEDE es la de un sector que vive los peores momentos de su historia reciente con un cambio radical de su propia naturaleza. Para superarlo se necesitan editores de raza y vocación, como los que Bergareche echó en falta cuando miró hacia sus compañeros de consejo. Editores con vocación de editar medios y negocio de calidad cuando los recortes y los despidos no alcanzan más que para mal morir.

Monday, September 12, 2011

Las editoriales toman Twitter

La editoriales españolas se han lanzado a Twitter con entusiasmo para promocionar sus libros y ampliar su contacto con el público. Según un estudio de Anatomía de la Edición, 209 editoriales españolas están ya en la red social y los seguidores han crecido un 1.139% en el último año.
Random House Mondadori (@megustaleer) y La Esfera de los Libros (@esferalibros) son las dos editoriales con más seguidores.
Destaca que la primera ha pasado de 1.440 seguidores a 52.000 en sólo un año, lo que muestra el interés por este canal.
La mayoría de la comunicación todavía es muy unidireccional, pero crecen las respuestas a los usuarios y aumenta la conversación sobre los contenidos.
Algunos datos interesantes:

Las más seguidas

Las que más conversan

Las más activas

Monday, July 19, 2010

Libranda y los editores que no quieren vender ebooks

Libranda no quiere vender ebooks, libros digitales, sino defender el negocio tradicional. Libranda se define como un "operador logístico que presta servicios de almacenaje y distribución digital a las editoriales y a las tiendas on-line". Una plataforma de "servicios auxiliares para la comercialización de contenidos digitales y para la promoción".
El público no se ha enterado de nada. Los medios y los blogs tampoco, porque casi todo el mundo esperaba una librería digital de acuerdo a los mensajes y las expectativas creadas. Y la plataforma de Planeta, Random House Mondadori, Santillana, Roca, Grup62, SM y Wolters Kluwer no es una librería.
Dice su directora Arantza Larrauri que "somos distribuidores de contenidos y estamos entre los editores y los puntos de venta, y cada uno debe mantener su papel y su identidad".
Es como no decir nada. Peor. La tan esperada plataforma del libro digital de las grandes editoriales no soluciona algunos de los grandes problemas del futuro del libro y el sector editorial:
  • La nueva redistribución de derechos de autor: cerrada en falso por ahora con un acuerdo de un 25% del precio neto de venta para los autores durante un año y medio.
  • El sistema de comercialización futuro y una fórmula de gestión de derechos digitales sin castigo para el consumidor, con DRM -restricciones de derechos- y cláusulas abusivas. La continuidad de la venta a través de librerías y de editoriales no parece la mejor solución para un gran amazon español cuando además los socios son distribuidores y distribuidos.
  • La gestión y promoción de un catálogo por ahora pequeño, sin apuesta por las novedades, sin conseguir llegar a grandes acuerdos sectoriales en la política de edición y comercialización del libro digital para promover un futuro que llegará aunque el año pasado sólo supusiera el 1% del mercado. Sobre todo por la escasa oferta.
Libranda no ha sabido explicar sus objetivos, no los tiene claros o le animan otros intereses que difundir el libro digital.
A los problemas técnológicos, de derechos del consumidor y de usabilidad repetidos en tantas críticas se suma sobre todo la mentalidad de sus socios.
El verdadero objetivo de Libranda es sostener el negocio del libro de papel y de la edición tradicional el mayor tiempo posible.
Es una estrategia principalmente defensiva, como claramente se desprende de las declaraciones de su directora a la agencia Efe: evitar la piratería es "el gran reto", para lo que Larrauri propone un "endurecimiento de la legislación, sensibilización de los usuarios y seguridad informática".
Y acaba revelando la disculpa anclada en las mentes de los editores y financiada con dinero público: "ya han dado un primer paso al facilitar los contenidos a precios más asequibles que el libro en papel".
Si la confusión estratégica de Libranda ha sido bien analizada por Ediciona, una investigación de Anatomía de la Edición indica que los precios reflejados en Libranda, que son los precios de sus editoriales y librerías, ya que no ha habido un acuerdo de precios, indica que los precios de los ebooks españoles son similares a los de librerías digitales de otros países. Pero la gran excepción son los libros todavía vivos en catálogo, no disponibles en edición de bolsillo: las novedades y los más interesantes para el comprador.
Libranda penaliza a los consumidores para desincentivar la compra de ebooks y la aceleración de su penetración en el mercado.
La gran industria cultural española sigue, con excepciones en editoriales pequeñas y novedosas, empeñada en que la mejor forma de prepararse para el futuro digital es retrasarlo lo más posible. Pero el futuro ya está aquí, y como decía William Gibson, el problema es que está mal distribuido. Y también que si no se innova y se adopta una actitud activa, el futuro te pasa por encima.
Los editores olvidan y castigan a los lectores, limitan el comercio legal, encarecen la lectura en las bibliotecas, utilizan la Biblioteca Nacional como una mala tienda, desciende la disponibilidad de obras de dominio público (entre ellas las huérfanas) y se afanan en la persecución de los lectores digitales.
Los lectores, ante tanto obstáculo, buscan por otros caminos las mejores ofertas: más baratas o gratis, con mejor acceso y usabilidad, sin tantas restricciones. Y en ese camino no sólo se pierde dinero y mercado, sino el respeto y la consideración sobre el sector editorial.
Los editores eligen cuál será su futuro. El Ministerio de Cultura tampoco ha hecho grandes esfuerzos por impulsar la digitalización del sector, promover estándares y garantizar los derechos de los ciudadanos.
Libranda dice mucho del futuro del libro y de los editores en España.

Monday, April 12, 2010

Editores y autores olvidan a los lectores

"La entrada del sector del libro en la edición digital se está produciendo en España con cautela, aunque las previsiones apuntan a una entrada decidida del sector editorial a lo largo de este año y el próximo". Es la conclusión del estudio El Libro Electrónico, del Observatorio de la Lectura y el Libro del Ministerio de Cultura.
Las conclusiones defraudan. Autores y editores no se preocupan por el lector y sus derechos, permanentemente obviados por una visión economicista del libro que no hace hincapié en la lectura, sino en la comercialización del libro como objeto.
Se preocupan de su negocio a corto plazo y olvidan que es más importante seguir teniendo lectores. Fomentar una economía de la afectividad donde los lectores se reconozcan y aprecien en los libros, con autores y editores antes de que huyan a otros mercados y actividades.
La segunda preocupación que surge es el escaso conocimiento de muchos editores y agentes del sector del libro sobre los cambios tecnológicos, de hábitos de lectura y su propia posición en el futuro del libro.
Sólo el negocio del libro, los derechos de autor y propiedad intelectual de los distintos agentes (editores, traductores, etc.) preocupa a un sector que reacciona tarde a los cambios.
El peligro es que la realidad les pase por encima y los arrolle, como ha ocurrido en otros sectores.

Por eso las alarmas de la Federación de Gremios de Editores de España sorprenden cuando alegan que las descargas de libros digitales les hacen perder 150 millones de euros. A muchos conocedores del sector les parece una cifra exagerada, fundamentalmente debido a la escasísima disponibilidad de libros en formato digital (la mayoría en pdf todavía), aunque una mayoría de esos títulos compartidos sean libros de texto y académicos.
Aún de ser ciertas esas cifras, rondarían el 4% de las ventas de libros en España, cantidad baja que debería animar a aumentar la oferta y a desarrollar nuevos modelos como los propuestos por Anele (editores de libros de texto) en el propio informe del Observatorio.
Los autores españoles percibieron además 22 millones de derechos de autor por copia privada en 2009 (43 millones un año antes), según las cuentas de Cedro.
Quizá sólo entonces se podría aprovechar que la afectividad y el hábito de compra de los lectores en España los predispone mejor al pago que en otros países, aunque quienes se declaran dispuestos a comprar ebooks son sólo un 13%, según cifras de los editores.

Sólo un 6% de las editoriales tienen su catálogo digitalizado y algo más de la mitad (56%) tiene al menos un 5% digitalizado.
Pero a fines de 2009 menos de la mitad de las editoriales comercializaban un 5% de sus novedades, el déficit fundamental de la edición de ebooks junto al precio de los títulos.
Editores, autores y comercializadores no se han puesto de acuerdo ni con el reparto de los derechos, ni con el precio de los libros, ni con el calendario de publicación y tampoco con las plataformas de venta.
Algunas de esas deficiencias son las que espera resolver la iniciativa de Planeta junto a Santillana y Random House Mondadori para crear una plataforma común de editoriales para la distribución del libro digital fundamentalmente a través de librerías con negocio on line, entre las que está bien posicionada la Casa del Libro, líder en la venta de libros a través de internet.
Anuncian una oferta inicial de 6.000 títulos para la próxima Feria del Libro de Madrid. Pocos si se tiene en cuenta que en 2008 se editaron más de 95.000 títulos, 82.400 de ellos primeras ediciones.
Los datos muestran la lentitud de la industria en adaptarse. Un problema ya sufrido en otros sectores y que ha provocado la aparición de nuevas empresas y plataformas que han arrebatado a las editoriales gran parte de sus beneficios, además de imponer sus políticas de precio y comerciales.

En cuanto al formato, el pdf es mayoritario:80% de los ebooks. El estudio indica su permanencia por dos años más frente al ePub, empleado ahora por una cuarta parte de los editores, por encima de formatos como los de móvil (Mobipocket) y otros, propietarios o abiertos, más cómodos y enriquecidos.
Una situación que demuestra la falta de consenso sobre formatos, interfaz del libro, distribución y comercialización. Pero también un miope análisis de los soportes y su futuro.
Muchos lectores y compradores de libros esperan señales claras del sector para decidirse por los soportes digitales. El retraso de la industria sólo beneficia a las inciativas que vienen de fuera, como Kindle, iPad o la lectura en móviles.

Sin acuerdo sobre el precio. El precio continúa siendo una batalla. Tanto por el negocio de editores, autores, traductores o distribuidores como por la participación de cada uno en los beneficios.
La mitad de las editoriales están de acuerdo en rebajar el precio del ebook respecto a libro impreso. La mayoría apuntan a una rebaja del 30% y son pocos los que como Luarna ofrecen libros a menor precio, 3,99 euros de media, y con más derechos de autor para los escritores: un 40% frente 8 o 10% de los contratos de edición comunes.

Sólo en las propuestas de Anele, especialmente importantes porque vienen de la patronal del libro educativo, se encuentran algunas ideas interesantes: pago por lectura o curso (como he defendido varias veces, alguna ante la propia Anele), venta fragmentada por capítulos o contenidos o suscripción a contenidos, colecciones o autores.

Por supuesto, ni rastro en el estudio de la consideración del libro y la cultura como procomún más que en el capítulo sobre la edición electrónica y la gestión de la propiedad intelectual en publicaciones universitarias y el open access, el acceso abierto a los resultados y contenidos de investigación.
Y se olvida que una gran parte de esos contenidos son financiados directa o indirectamente con dinero público, por lo que deberían gestionarse sus derechos de forma pública con alternativas más abiertas y menos onerosas tanto para su conocimiento como para su uso por la ciudadanía que los paga.

Pero la lucha por el control de los contenidos y el reparto de los derechos paraliza al sector editorial.
Fuera de la pelea queda el lector, que ve cómo los libros dejan de ser suyos en la nube (cloud computing), se convierten en intangibles donde ya no tiene sentido hablar de copias, y se cercenan sus posibilidades de usarlos y compartirlos de manera justa y sin objetivos comerciales.
Lo primero deben ser los lectores. Sin ellos no existen los libros ni su negocio.
Algunos autores ya anuncian una segunda oralidad o el fin del paréntesis de Gutenberg. La disminución de la creación sujeta a la copia, a la textualidad y corporeidad del libro con todas sus limitaciones. Un cambio perceptible claramente en el escenario digital y en la cultura popular.
Mientras editores y autores discuten el negocio, los lectores siguen ávidos de obras y se sienten cada día más alejados de esa falsa promesa de que la obra sólo existe con ellos.

Actualización: Hacienda niega la rebaja del IVA al 4% al ebook a no ser que se comercialice en soporte físico. Contradicciones de las viejas leyes para los nuevos mercados y medios.

Monday, January 25, 2010

El dinero de los ebook, para los escritores

¡El dinero de los libros es nuestro! Es el grito de los escritores en todo el mundo. ¡Rebelión contra los editores y su control del negocio editorial!
Un buen editor es una joya. Uno malo, un necio. Para el autor y los lectores. Pero el negocio aprieta y ahora que el coste de las copias y la distribución baja, los autores quieren más cacho. De lo contrario, autoedición.
Batalla por el beneficio de la letra escrita.
Los autores catalanes avisan: ¡cuidado con los contratos de los ebooks! Reclaman al menos un 20% del precio de venta al público frente a la oferta mucho menor sobre el beneficio neto que los editores quieren implantar por la presión por los precios bajos de las librerías digitales.
Los escritores británicos se rebelan y piden al menos la mitad de los derechos de cada libro digital vendido, como ha conseguido Ian McEwan al firmar un acuerdo exclusivo con Amazon.
Se la juegan: ingresos del 10% o menos del precio de los libros frente a la mitad o más de las ventas de ebooks.
Eso sí: o los libros digitales son baratos (o gratis) o no se compran. Amazon pugna por mantener los precios por debajo de los nueve dólares. Para conseguirlo ofrece un contrato preferente a autores y editores: 6,25 dólares de derechos para ellos, el 70% del precio del ebook.
Con el ebook se acabaron las fronteras y los límites de los escaparates de las librerías. Cualquier libro -siempre que los editores los publiquen, lo que no hacen por ahora en España- desde cualquier lugar, accesible a unos cuantos clics. Las grandes librerías como Amazon y Barnes&Noble pelean por los lectores con sus propios ereaders: Kindle o Nook. Y dentro de nada se suma Apple con una nueva tablet digital, además de concentrar ya bastantes lectores en su iPhone.
Y tratándose de libros, la batalla está también en los diarios. En El País el alegato de Javier Calvo en defensa de la autoedición fue contestado por Luisgé Martín con su manifiesto a favor de los buenos editores.
¿Y los lectores?
Por ahora, agobiados por la falta de estándares, la confusión de soportes, las restricciones de propiedad intelectual y las incógnitas para gastarse un dinerillo en un aparato de escasa versatilidad y cuya utilidad depende de los intereses de los editores y su voluntad de ampliar catálogo.
Muchos lectores asisten atónitos a la pugna económica mientras casi nadie defiende los derechos de los consumidores y el Ministerio de Cultura se dedica a promover la venta de libros comerciales desde la Biblioteca Nacional y a perseguir las descargas de música y cine mientras el retraso español en publicación digital, de libros con derechos y también de obras huérfanas o de dominio público, es clamoroso.
¿Alguien defiende al lector?

Sunday, January 25, 2009

Más ayudas, menos independencia para la prensa

Las ayudas financieras a la prensa por los poderes públicos nunca son gratis. Nunca. Más ayudas = menos independencia. No falla. Frédéric Filloux, editor de Schibsted (20 Minutos), denuncia en Libération lo mismo que ya comenté aquí: el plan Sarkozy reducirá la independencia de la prensa francesa, ya asaltada por los grandes magnates cercanos al poder.
"La política de subvenciones es contraria a la noción de independencia", dice Filloux, como también han alertado en España Juan Luis Cebrián o Pedro J. Ramírez.
Pero la Asociación de Editores de Diarios Españoles (AEDE) se apresura a volver a reclamar ayudas como hizo en diciembre pasado.
Los editores se olvidan de las cuantiosas ayudas de las autonomías, que vienen de lejos, especialmente en autonomías como Cataluña, Galicia o Euskadi.
Y se olvidan también de la publicidad institucional y de los muchos ejemplares que compran los poderes y administraciones públicas.
La media de ingresos dependientes de los poderes públicos en la prensa española se calcula en alrededor del 20% de la facturación total. Menos en los grandes diarios y más en los pequeños locales.
También existen diarios castigados en algunas autonomías. Periódicos casi no reciben la publicidad institucional que fijan las leyes y no acceden a ningún tipo de convenios y contratos públicos. Su pecado: no plegarse al poder político.

Y las iniciativas de estimular la prensa entre los jóvenes han fracasado reiteradamente, como en Cataluña. Una oferta inadecuada, un cambio en los hábitos de lectura de los nativos digitales y el poco interés de muchos jóvenes por la información general es el problema, no el dinero.
Hace años que en España existen programas de prensa en la escuela, pero la bajada en la penetración de los diarios y en el índice de lectura -de 104 lectores por cada cien habitantes en el año 2000 a menos de 92 el año pasado- demuestran su escasa eficacia.

Para acceder a ayudas para una reconversión digital como a principios de los años 90 se dieron para la reconversión de las rotativas y talleres, sería necesario deslindar los editores con problemas graves de los que siguen ganando dinero, exigir una auténtica reinvención del negocio y los medios, además de garantías sobre el mantenimiento del empleo y la formación profesional de los periodistas. Dos asignaturas pendientes de la mayoría de los editores españoles.
De lo contrario las ayudas no harán sino empeorar una prensa ya poco independiente, burocratizada y más cercana al poder que a los ciudadanos.

Wednesday, December 31, 2008

La frase del editor del año

Sam Zell ha sido el editor del año en Estados Unidos con su intento de reflotar el grupo Tribune, un rediseño arriesgado y sugerente de sus diarios y una declaración de bancarrota como única salida y esperanza para una crisis galopante.
Otra de las particularidades de Sam Zell es cómo habla a sus trabajadores. Muchos que quejan de sus maneras rudas y de sus modales de capataz de la construcción.
Pero entre tanta bravuconería aparecen verdades, al menos frases para reflexionar por muy duras que sean.
El vídeo es la presentación a la redacción del Orlando Sentinel de su nuevo proyecto por el editor del grupo. Y ante las permanentes preguntas por la calidad del periodismo, Zell acaba en un "fuck you" entre dientes que sobra. Pero que es el mismo jódete que una parte del público repite diariamente a los medios y los periodistas.
Hay que escuchar las mascadas frases de Sam Zell, su denuncia de la arrogancia de los periodistas, su peticion de tener más presentes los intereses de los lectores, la necesidad de rentabilizar los contenidos para seguir produciéndolos y que dejemos de reírnos de las mascotas (puppy dogs) para pensar cómo generar "más interés adicional en nuestro producto". Porque de lo contrario, el periodismo de calidad se acabó.
Feliz Año Nuevo

Monday, December 29, 2008

El año del desastre de los editores de prensa


El premio al editor de prensa del año está desierto. 2008 ha sido el año del fin de la era de la prensa y los editores no se libran del desastre. Periodistas y directores de medios acusan a los editores de acudir con demasiada rapidez a los recortes de gastos y plantillas sin acordarse de los años de bonanza. Y los editores piden ayudas al Gobierno para un sector en crisis.
Adolph Ochs, el patriarca de la dinastía de The New York Times, compró el diario en 1896 por 250.000 dólares de la época. Pero sólo pago 25.000. El resto lo consiguió refinanciando su deuda, una práctica que se mantiene hoy con distinta suerte. Pero cuando adquirió el Times en 1896 tomó varias decisiones inmediatas: retirar los anuncios de primera página para publicar noticias, reforzar la información económica y política, huir del sensacionalismo de sus competidores y apostar por una marca de calidad que materializaría en el lema "todas las noticias que merecen publicarse".
Quizá algo de esa pasión, apuesta por la innovación y confianza en el negocio falta hoy a muchos editores.

Un análisis sobre la situación de los grupos editoriales de prensa en 2008 para Soitu.es

Thursday, December 11, 2008

La prensa pide auxilio

Los diarios pierden beneficios, facturación, publicidad, difusión, y una buena parte de ellos, también audiencia. ¡Socorro!, piden los editores, y reclaman al Gobierno subvenciones a la prensa en uno de los pocos países de Europa donde no existen ayudas estatales. Pero los diarios no están abandonados a su suerte, ya se encargan las autonomías, especialmente Cataluña, País Vasco y Galicia, seguidas por el resto.
Miércoles, 11 de diciembre. Es una especie de de 11-D para la prensa española. La Asociación de Editores de Diarios Españoles (AEDE) presenta sus cifras de 2007 y sus estimaciones para 2008, que quedará marcado como el año del fin de la era de la prensa, tanto en España como en la mayoría de países desarrollados. La tercera oleada del EGM avanza también una caída en la audiencia de los grandes diarios y los gratuitos.

Los diarios españoles verán descender sus resultados operativos más de un 90% en 2008, de 364,6 millones en 2007 a 35,36 millones. Una cifra que esconde que una gran mayoría de periódicos están en pérdidas. El descenso de los ingresos es del 8,1% (2,700 millones) arrastrada por una caída de la publicidad del 16,2%. La mayor caída en muchísimos años. Muchos gestores de prensa aseguran que no recuerdan nada así.
Las ventas de ejemplares tampoco han mantenido los ingresos a pesar de un enorme esfuerzo promocional. Este año la caída es del 1,9% frente a un aumento de del 0,43% el año pasado, con un descenso de difusión casi generalizado y que afecta especialmente a los diarios nacionales y a los periódicos de Barcelona.

El único futuro posible para los diarios parece la convergencia digital. Más de 6,4 millones de personas leen diariamente prensa digital y representan ya el 47,5% de los lectores de prensa tradicional. Y la tendencia se acelera cada vez más: han crecido diez puntos de 2007 a 2008.
Y la única publicidad que resiste la crisis es también la digital, que todavía crece a ritmo del más 20% anual, aunque muchos diarios tienen dificultades para consolidarse en un mercado distinto y con mucha más competencia.

Ante este panorama, la presidenta de los editores, Pilar de Yarza, reclama subvenciones al Gobierno cuando España vuelve a descender a la cola de la difusión de prensa en Europa con 93 ejemplares por cada mil habitantes frente a una medio de 180. Sólo adelantamos a Portugal y empatamos con Italia.
Algo habremos hecho mal los periodistas y los editores. Pero como decía hace poco el presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid, Fernando Urbaneja, los editores no han aprovechado la bonanza de años pasados para hacer reservas. Los principales perjudicados son el público, que recibe peores productos, y los trabajadores, amenazados por los despidos y regulaciones de empleo que ya se producen en muchos medios.
La presidenta de los editores habla de una "seriedad y rigor en la gestión" que no se percibe en esa enorme caída de los resultados operativos (ebitda), un menos 78,7%, desbordados no sólo por el aumento de los costes de personal y papel, sino también por una política de gestión e inversiones que en muchos casos no ha dado los resultados esperados, con apuestas como la televisión local que no han dado el resultado previstos.
Los diarios no están solos, como transmite la AEDE. La mayoría de las autonomías conceden subvenciones que en casos como Cataluña llegaron a 12,9 millones de euros en 2007, 4,3 millones en Euskadi o más de dos millones en Galicia. Pero además está el enorme caudal de publicidad institucional, suplementos especiales y etc. que supone una buena parte de los ingresos en la mayoría de los diarios.

¿Merecen los diarios las ayudas?
Quizá haya llegado el momento que los editores se enfrenten al futuro de los medios sin el auxilio del Estado, esa puerta a la que todo el mundo llama cuando tiene pérdidas y de la que no se acuerda en épocas de beneficios. Para ilustrarse, léanse las columnas y editoriales de muchos diarios sobre las ayudas a otras industrias.
La presidenta de los editores invoca a "la civilización europea" y su identificación de la prensa diaria como "un servicio público". Pero los servicios públicos están regulados en todos los países europeos, una regulación que siempre conlleva menos independencia para la prensa, como se comprueba en la radio y la televisión, todavía sometidos al régimen de licencias.
Ignacio M. Benito, director general de AEDE, asegura que "la gravedad del problema, la necesidad de impulsar los valores democráticos y de participación social que la prensa sigue simbolizando, y la urgencia por atraer a los más jóvenes a la lectura de la prensa, son razones suficientes para explicar la adopción de unas medidas que ya son habituales y están extendidas por el resto de Europa".
Los editores piden una especie de convocatoria de los Estados Generales de la Prensa como ha hecho el presidente francés, Nicolas Sarkozy. Pero la historia de la prensa es la historia de la intervención política y la erosión de la independencia de los medios. ¡Cuidado con los salvadores en nombre de la democracia! La democracia, queridos editores, no justifica despidos. Sólo el mercado lo hace.
El problema fundamental para la prensa es que ha perdido el monopolio del debate democrático.
Ahora los ciudadanos directamente a través de las nuevas tecnologías y los medios digitales permiten superar la mediación tradicional. El nuevo espacio público de la democracia se desarrolla y crece más allá de los medios tradicionales. Es uno de los rasgos principales del fin de la era de la prensa

Los diarios no son bancos
Bancos y diarios tienen en común depender de la confianza de la gente. La credibilidad es uno de los factores fundamentales de su negocio. A nadie en quien no confíes le entregas tu dinero ni le permites formar tu pensamiento y tus ideas sobre la realidad.
Los bancos e instituciones financieras han quebrado en los últimos años una gran parte de la confianza que el público tenía en ellos. Los diarios, también.
El intervencionismo político, la ambición por crecer en mercados y aventuras excesivamente dependientes de los poderes, la falta de inversión en contenidos de calidad y en una reinvención de su producto y modelo de negocio, unidas a una revolución social y de comunicación como nunca se había producido: tan universal, tan rápida, tan profunda, con tantos cambios a la vez… han dejado a la prensa y a los medios tradicionales noqueados.
Cuando un banco quiebra, pierden los ahorradores y los inversores. Cuando quiebra un diario se pierde algo en espacio público, pero cada vez menos. Unas veces porque parte de sus funciones son desempeñadas por nuevos medios y otras veces porque ya se cumplían los requisitos de su función social.
Los editores tienen razón en que la sociedad sigue necesitando información de calidad. Es su responsabilidad y la de los periodistas. En muchos casos desgraciadamente esa calidad e independencia se subyugó a intereses económicos y de poder. Un sistema de ayudas volvería a poner en peligro la credibilidad de la prensa, como ya ocurre en las autonomías donde se emplea más dinero en subvenciones.
Los diarios necesitan una reinvención total de sus contenidos y de su negocio.
Las subvenciones deberían estar ligadas a una renovación tecnológica profunda, la formación de los periodistas y el mantenimiento de puestos de trabajo, la ampliación de dominio público con contenidos y una vinculación más estrecha entre la rentabilidad económica y la social.
De lo contrario podría pasar lo mismo que con otras ayudas, que socializan las pérdidas sin ser aprovechadas para cambiar los negocios con los que se ha llegado a la crisis.

En Soitu.es

Tuesday, October 28, 2008

Los libros están en Google


Los libros estarán en Google, al menos en Estados Unidos. El Gran Ciberleviatán ha firmado un acuerdo de 125 millones de dólares (casi cien millones de euros) con los editores para convertirse en el mayor escaparate de libros y contribuir a su acceso a través de internet a cambio de pago por lectura, otra innovación de modelos de negocio digitales que se hace realidad.
El gran buscador comienza a ser la gran biblioteca y la gran librería virtual que tanto ha ambicionado desde la creación de Google Book Search hace cuatro años y que ya reúne siete millones de títulos.
Si a dos tercios de los editores españoles les preocupa sobre todo el modelo de negocio del libro digital, como revela el estudio Digitalización del libro en España, el acuerdo de Google y las grandes editoriales norteamericanas que lo habían llevado a los tribunales despeja un poco más el futuro del libro.
El acceso a los libros completos será de pago en Google Books, donde los usuarios podrán crear sus propias librerías digitales.
Google también permitirá acceder a libros descatalogados a cambio de pago en su web. Esos libros aumentarán el mercado de larga cola para el libro como ha ocurrido con el de la música al no implicar más coste por copia.
Las instituciones educativas podrán pagar una suscripción para acceder a los libros en el gran depósito digital y para las universidades norteamericanas el acceso será gratuito en sus bibliotecas.
Los autores se beneficiarán de los ingresos de sus libros en la plataforma digital y Google informará de si los libros buscados están en una librería o biblioteca cercana.
Pero además Google intenta acabar con el difícil y oscuro entramado de los derechos de autor al crear un registro donde mantener actualizado quién tiene los derechos de qué obras.
El Aleph Google comienza a hacerse realidad con el tesón y el dinero de una empresa empeñada en su objetivo de "hacer la información más accesible y útil".
Google comienza a desarrollar nuevos modelos de negocio con el pago por contenidos más allá de la publicidad, que ya domina en la web. Y extiende también sus conexiones entre el mundo digital y el real, por el negocio y para aumentar su utilidad.
El nuevo paso de la compañía líder en internet abre un nuevo escenario para el libro digital, igual que ha hecho con los vídeos con YouTube, donde de los contenidos sin control se ha pasado a construir una plataforma comercial para Google y los dueños del audiovisual (televisiones y productoras).

Posiblemente la aceleración del crecimiento del mercado del libro digital será mayor del esperado por los editores españoles. El 48% esperan que el papel siga siendo su principal fuente de ingresos en 2020, según la encuesta citada, mientras el 40% de los editores encuestados en la reciente Feria de Francfurt creen que los libros digitales superarán en facturación al papel dentro de una década.
A los editores españoles lo que más les preocupa es definir el modelo de negocio del libro digital. Piensan que a quien más beneficiará es a los lectores mientras que perjudicará a los libreros. Es curioso que preocupe tan poco cómo aprovechar sus ventajas para la educación, la literatura o los libros abiertos.
Mientras se acerca el fin de la cultura encuadernada a los editores y autores españoles les preocupa más el negocio pasado que el futuro.
Pero las nuevas experiencias creativas y los nuevos modelos de negocio y acceso a los libros como el que ahora impulsa Google hacen que la aceleración digital llegue también a los libros encuadernados.
Se acabó el negocio de las 49 páginas.

Thursday, June 05, 2008

La dudosa buena salud de la prensa

Lo dicho. En las asambleas de editores de periódicos los datos son siempre buenos. Pero lo justo para seguir justificando las ayudas públicas a los medios. La realidad es otra y quienes están de verdad en la brecha lo saben bien.
Ricardo Kirschbaum, director del argentino Clarín, alerta de la paradoja del congreso mundial de la World Association of Newspapers (WAN): "La paradoja se dio entre el extremadamente optimista informe anual sobre la situación mundial de los diarios, que brindó el gerente general de la organización, Timothy Balding, y los problemas concretos que luego comenzaron a debatir los editores frente a las complicaciones reales que enfrentan los periódicos: nuevas fórmulas para retener y captar nuevos lectores, cómo atraer a los jóvenes a los diarios y cómo hacer frente al desafío acuciante de los nuevos medios".
En Gran Bretaña, Roy Greenslade, periodista con más de 40 años de carrera, columnista de The Guardian y ex directivo de varios periódicos, se queja de que "editores y directores viven en mundos paralelos", los primeros difrutando el programa de festejos de la WAN -no sé si esta vez ha habido el tradicional programa para las esposas, donde alguna vez ha habido problemas porque el consorte era él- y sus maravillosas cifras, y los segundos devanándose los sesos sobre cómo seguir justificando ante los primeros la caída de difusión.
La resolución de la paradoja es sencilla.
Uno, los intereses de una organización como la WAN, un lobby internacional de una industria acostumbrada a grandes beneficios, poder y escasas responsabilidades por mucho que se hable de la responsabilidad social del periodismo y bla, bla, bla.
Dos, este tipo de congresos son sobre todo ferias de consultoras y proveedores donde se venden recetas fantásticas y proyectos perfectos de los que muy pocas veces se ofrecen los verdaderos datos de eficiencia periodística, social, de audiencia y su verdadera rentabilidad.
Y así va la prensa, convertida ahora al mantra de la convergencia y escuchando como grandes descubrimientos que hay que escribir más corto, poner las fotos más grandes y dedicarse al vídeo.
¡Como si ese fuese todo el problema!

Wednesday, June 04, 2008

Contexto, nueva revista literaria

Las editoriales Libros del Asteroide, Barataria, Goblal Rhythm, Impedimenta, Nórdica, Periférica y Sexto Piso lanzan Contexto, revista conjunta para promover sus libros.

Tuesday, April 15, 2008

Los libros buscan su revolución iPod

La revolución digital llega a las editoriales. Ha tardado. Los libros han resistido el embate del universo digital por la fortaleza del papel para la lectura. Pero la amenaza llega. Algunas editoriales comienzan a pensar un futuro digital donde los libros se pueden vender por capítulos o difundirse viralmente en otras webs.
Pero el negocio de las editoriales sigue siendo el libro de papel. Pese a los muchos intentos de ebooks o libros digitales, ninguno ha triunfado por el momento.
Nadie ha conseguido todavía el iPod de los libros.

Artículo completo en Sociedad Cableada

Thursday, November 16, 2006

Polanco desvela al heredero

Jesús Polanco (77 años) apuesta por su hijo Ignacio Polanco (52 años) para sucederle al frente del primer grupo de comunicación español.
Una medida que "garantiza el futuro de la estabilidad patrimonial de la sociedad, representada por mi familia, y el apoyo continuado a la gestión del actual equipo profesional que encabeza el Consejero Delegado, Juan Luis Cebrián". Mensaje sobre el futuro y ambiciones del ex director de El País.
Se cierra la batalla de la sucesión y comienza el replanteamiento futuro del grupo, tanto directivo como de negocios, cuando la renovación llega también a la empresa.
Ignacio Polanco es vicepresidente de Timón, primer accionista de Prisa, y es quizá el miembro menos visible de la familia. Su hermana Isabel es consejera delegada de Santillana y Manuel, el otro hermano, dirige la expansión audiovisual en Portugal como consejero de Media Capital, sobre el que Prisa ha lanzado una OPA para aumentar su 33% actual.
Otra hermana, María Jesús, se dedica a negocios al margen de Prisa.
Javier Díez Polanco, sobrino y el otro consejero y ejecutivo de la familia (al frente de Sogecable), no aparece nombrado en la nota de Prisa.

P21 | Moreno renueva la dirección de El País

Thursday, September 28, 2006

Los editores no pasan página

Leer las reflexiones de los editores en Liber 06 sobre el libro y las nuevas tecnologías ahoga esperanzas.
Parecen no entender lo que está ocurriendo con la lectura y el libro. Están atrapados por un modelo de negocio obsoleto, como ha ocurrido con la música, con las noticias y con el cine y la televisión, y no pasan de disputar sobre el dinero de hoy (precio fijo, descuentos en libros de texto, crisis de los canales de comercialización tradicionales, especialmente librerías).
No es de extrañar. La crisis es profunda. El modelo de saturación del mercado con miles de libros se agota.
La revolución digital es muy limitada en España. Autores (con excepciones) y editores (también) todavía no exploran con decisión sus ventajas ni su funcionamiento.
La pelea con las nuevas bibliotecas digitales como Google Books sigue sin que se entiendan bien algunas objeciones a un proyecto que informatiza letras para convertirlas en bits pero respeta los derechos de autor cuando se demanda.
La noticia de la incorporación de la biblioteca de la Universidad Complutense al proyecto Google ha sorprendido a los reunidos en Liber, la gran feria del sector. Es una noticia buena y mala. En foros como Barrapunto se preguntan si se respetará el acceso a los libros de dominio público, imprescindible.
La respuesta posiblemente es que sí, aunque con las restricciones de los libros en pdf de Google.
El acceso a los libros, algunos joyas bibliográficas, de la Complutense a través del gran buscador es buena noticia para la cultura hispana, pero mala para nuestra tecnología.
Luis Ángel Fernández Hermana o José Antonio Millán han reclamado el desarrollo de nuevas tecnologías de búsqueda y biblioteconomía en español y lenguas hispanas.
Los planes Avanza del Ministerio de Industria o los de Fomento de la Lectura y ayudas al libro no han sido capaces de tal logro.
El gran proyecto de biblioteca europea sigue enfangado en un mar de bruselitis, funcionariado e intereses nacionales contrapuestos.
Los ciudadanos están muy lejos de ser el objetivo y los grandes beneficiados.

Cuando un libro ya no tiene que ser de papel ni tener más de 49 páginas la edición electrónica en España es muy residual y no aumenta al ritmo adecuado.
El uso de blogs, literatura participativa, nuevos formatos, etc. es todavía una excentricidad a menudo devorada ya por el marketing como único objetivo.
El Ministerio de Cultura se gastará 38 millones de euros en un plan de fomento de la lectura (nota en pdf) que se concentrará en adquirir más fondos para bibliotecas y a poner anuncios de televisión mostrados en campos de fútbol y canchas de baloncesto.
Para El Corte Inglés también habrá un pico y el marchamo de ser patrocinador de la cultura.
Del departamento de Carmen Calvo no se espera nada mejor ni más imaginativo. El dinero se tira en actividades publicitarias con poquísimo retorno mientras no se entra de lleno en el problema: ni en el de la lectura ni en el del sector del libro.
Tampoco es que todo necesite la ayuda pública y la cultura también debe desarrollarse sin ella. Pero puestos a invertir fondos públicos, mejor si sirven para algo.

Para preparar nuestro encuentro informal sobre Blogs y libros paralelo al Liber, Manuel Bragado, director de Xerais, ha preparado una propuesta con temas discutidos los últimos meses que incorpora algunas ideas valiosas y que compartimos muchos de nosotros:
"O novo paradigma de comunicación cultural electrónica asume a lectura como o seu elemento central, modificando radicalmente as funcións que desempeñan as industrias e as institucións da cultura analóxica, especialmente o papel dos editores, dos libreiros e das bibliotecas.
O característico do mundo do libro non reside xa no soporte (sexa analóxico-impreso ou dixital-electrónico) e, si pola contra, na actividade que promove, a lectura.
A biblioteca, neste novo modelo comunicacional electrónico, transfórmase na primeira institución cultural de cada comunidade local para acceder á nova Sociedade do Coñecemento, especializándose como un punto de acceso público tanto á rede comunicacional dixital como aos fondos documentais analóxicos.
No eido da propiedade intelectual o entorno dixital require un modelo de propiedade intelectual máis flexible"
.

Wikis del encuentro Blogs y Libros y Propuestas para una literatura participativa

Friday, March 24, 2006

Santiago Rey busca una Voz más suya

Santiago Rey y Bieito Rubido ya casi no hablaban. La confianza entre editor y director de La Voz de Galicia se quebró lentamente y desembocó en la destitución del periodista al frente de la redacción del líder de la prensa gallega.
Rubido debió sospechar algo cuando el teléfono dejó de sonar tan a menudo como era habitual. A los directores les pasa como a los ministros. El teléfono calla y sabes que tu tiempo se ha agotado.
Santiago Rey quiere control total sobre La Voz y no está dispuesto a discutir ciertas ideas con nadie. Las diferencias de los últimos meses con Rubido respecto al modelo de diario, su diseño y su línea editorial le exasperaron pese al apoyo del consejero delegado, José Gabriel González Arias, cuyas relaciones con el director del periódico nunca fueron buenas.
González Arias llegó a La Voz para limitar la autoridad y el poder de un director con una fuerte proyección externa y de ideas y decisiones rotundas. La voluntad de dirigir de Bieito Rubido enojaba a veces a los directivos de la empresa. El presidente era consciente y en los últimos tiempos el enfado era suyo.
El director general atenazaba al director con sus presupuestos ajustados y la falta de autorización para nuevos contratos y proyectos. Bieito sufría con aguante pero sin olvidar esos golpes.

Quienes conocen bien a Santiago Rey comentan su preocupación por la caída de la difusión de la prensa y la posibilidad de que el diario líder de Galicia baje de los cien mil ejemplares diarios.
El editor recuerda la historia y la misión del periódico desde que fuera fundado en 1882 por su antepasado Juan Fernández Latorre, pero especialmente la labor de su padre, Emilio Rey, que convirtió al diario en la referencia de la prensa gallega. Y quiere mantener ese carácter sobre los medios, la sociedad, la cultura y la política gallega.
Muchos vuelven a reconocer el Santiago Rey que tuvo que volver en 2002 a tomar las riendas del diario y la empresa después de haberla dejado en manos de sus hijos. Emilio Rey, el más joven, pilotó una expansión audiovisual y un intento de reflotar Diario 16 y tener una voz en Madrid que acabó con una deuda onerosa para la compañía y el fracaso de muchas de sus iniciativas.
Entonces volvió para salvar la herencia de tantos años. Ahora vuelve con la misma actitud y una firme voluntad de mantener el liderazgo de La Voz.

Algunos socialistas están sorprendidos con la noticia del fin de Rubido. La Voz ha sido muy crítica con la política del gobierno de Zapatero y con los compromisos políticos con Galicia, propios o heredados del ejecutivo del PP. Su presión para la construcción del AVE en fecha y para cumplir las promesas del Plan Galicia han provocado serias disputas con el gobierno y con la Xunta bipartita.
Pero la marejada había amainado pese a la memoria de Emilio Pérez Touriño y José Blanco hasta que hace unos días una información volvió a desatar la tormenta. En el club de fans de Bieito Rubido nunca ha estado la ministra Magdalena Álvarez, tampoco muy querida por el ex alcalde y ahora embajador en el Vaticano Paco Vázquez.

Desde la destitución de Rubido, Santiago Rey está pendiente del diario como nunca. Controla los contenidos, la paginación, el diseño. El mismo día de la destitución estuvo en la redacción para explicar su decisión y al día siguiente volvió para supervisar la información sobre el alto el fuego de ETA. En el periódico había preparadas nueve páginas y sólo se publicaron tres.
Rey no veía clara la tregua y la redacción atisbó sin dudas la voluntad del editor de ser un auténtico patrón de la nave.
Desde entonces el fax de la casa del editor recibe más pruebas de páginas que nunca. Antes llegaba con la portada, la opinión y algunas páginas. Ahora la mirada de Santiago Rey transita por muchas más informaciones y no se recata en ordenar cambios, sea la hora que sea y aunque el cierre de las muchísimas ediciones del diario sea pesado.
En la redacción se preguntan cuál será el modelo de periódico que quiere este editor lanzado sobre su diario como muy pocas veces se recuerda en la prensa española.
Ya en septiembre pasado se lanzó como ariete contra la operación de Florentino Pérez para hacerse con el control de Unión Fenosa frente a las pretensiones de Amancio Ortega (Zara) y Jacinto Rey (Construcciones San José, accionista de Xornal.com, dirigido por el ex director más nacionalista de La Voz, y ahora en el capital de El Economista).
No se recordaba la voz tan airada de un editor español desde que los diarios se profesionalizaron.

¿Es Xosé Luis Vilela el director adecuado para un editor omnipresente?
Vilela es uno de los históricos de La Voz, donde trabaja hace ya 30 años. Es la segunda vez que asume la dirección en funciones por la destitución de un director. Además ha sido el coordinador y pieza clave de la mayoría de los cambios de diseño, formato, estructura, estilo y contenidos desde 1992, cuando pilotó la gran reforma del diario y coordinó uno de los primeros y más completos manuales de estilo de la prensa española.
Es un periodista sosegado, cauto, inteligente y un gran conocedor del mercado de la prensa. No tiene la pegada de Luis Ventoso, subdirector y ex director de Diario 16, ni la pluma literaria de César Casal, subdirector de información local. Pero es un hombre leal, muy trabajador y a cuya inteligencia sólo le falta un poco más de presencia pública para ser bien reconocida.
Una gran parte de la redacción confía en él y muchos profesionales del diario aseguran que sigue siendo el auténtico motor del día a día. Las quinielas están llenas de nombres y se repiten muchos que han sonado en otras ocasiones: columnistas confiables, profesionales de La Voz de ida y vuelta e incluso algún nombre de otros medios.
Pero por el momento parece que sólo Santiago Rey tiene alguna idea del futuro.
La desconfianza del editor acaba con la carrera de un director y se temen recortes en la redacción, sobre todo para adelgazar un staff que acoge a cargos de otras épocas, de otros directores y de otras aventuras.

Nota: esta es una segunda versión de este artículo ya que el primero se borró por razón desconocida.

Actualización: Xosé Luis Vilela, director de La Voz de Galicia
P21 | El cambio llega a La Voz de Galicia
P21 | Un editor contra Florentino Pérez
P21 | El cambio llega al periodismo gallego