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Saturday, March 23, 2013

El gobierno presiona a las televisiones



La televisión necesita otra carta de ajuste. La TDT revienta por el permanente intervencionismo político y un modelo audiovisual insostenible. El presidente de RTVE alerta de la insostenibilidad de la televisión pública sin publicidad y el gobierno de Rajoy ha provocado un terremoto al anunciar que las grandes televisiones tendrán que devolver canales que el ejecutivo de Zapatero les regaló en 2010 sin concurso público. Desde el inicio de la nueva era audiovisual con la creación de las nuevas cadenas y el despliegue de la TDT la televisión no ha parado de dar vueltas.

Las televisiones se sienten traicionadas por el ejecutivo. Los rumores sobre la vuelta de la publicidad a RTVE son constantes mientras la privatización de las autonómicas encuentra más problemas de los previstos por el PP. TVE quiere más dinero para frenar su déficit de 113 millones de euros en 2012 mientras cadenas y operadoras de telecomunicaciones con oferta audiovisual inventan argucias para pagar menos tasas a la televisión pública.

El ministro José Manuel Soria y los técnicos de Industria intentaron el verano pasado aprovechar la obligación de liberar y reubicar frecuencias del dividendo digital para reducir canales tanto de las cadenas comerciales como las públicas. Las tensas negociaciones acabaron con un acuerdo para comprimir las frecuencias y no reducir una oferta en la que se han invertido muchos recursos.

España es el cuarto país europeo con más canales nacionales en abierto (datos y gráfico del Observatorio Audiovisual Europeo), a los que hay que sumar autonómicos y locales. Pero es uno de los más restringidos en televisión de pago y contenidos premium. Ningún gran país europeo ha sufrido estos años una erosión tan grande en el mercado, con la desaparición de la mitad de la publicidad, ni tiene tan concentrado el negocio de la televisión en dos grandes grupos, Mediaset y Antena 3, que dominan el mercado con una facturación que supone la mitad del negocio publicitario total.


La sentencia del Supremo y la decisión del gobierno afecta a los cinco primeros grupos de comunicación del país, como se ve en el gráfico. A Mediaset (2 canales) y a Prisa como accionista, a Planeta con tres canales de la nueva Atresmedia, y a Vocento y Unidad Editorial, con sus canales de TDT alquilados.

La aplicación “estricta”, como dijo la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, de una sentencia del Supremo sobre los nueve canales mal adjudicados rebajaría el duopolio de Mediaset y Antena 3, y dejaría a concesionarios como Net TV (Vocento) y Veo TV (Unidad Editorial) con dos canales frente a los cuatro actuales. Los defensores de la medida reclaman canales para nuevos operadores o una reducción de la oferta para potenciar la nueva televisión por internet. Las cadenas denuncian inseguridad jurídica y un chantaje a las televisiones en la crispación de los escándalos de corrupción, con el caso Bárcenas, las protestas contra las políticas del PP y el gobierno llenando páginas y minutos de telediario.

Por eso no sorprende que El Mundo titule su editorial El gobierno machaca a los medios para quejarse de un estrangulamiento económico en el que no falta presión política e informativa. Los grandes grupos ya negocian a toda prisa con el ejecutivo de Rajoy. Tienen menos de un año para llegar a un acuerdo. Habrá que vigilar portadas y escaletas de telediarios para observar cómo afecta una medida económica a la independencia y el rigor de la información, víctimas a menudo también de la concentración.

Sobra intervencionismo político, falta plan y se echa de menos una autoridad audiovisual independiente -esa a la que permanentemente se oponen las televisiones- para diseñar una televisión en plena revolución digital y para garantizar a los ciudadanos y la democracia la independencia de los grandes grupos y medios de comunicación.

Monday, August 27, 2012

La tele es de dos

Mediaset y Antena 3. Dos grupos dominarán la televisión con el acuerdo del gobierno para rebajar lascondiciones de la fusión de la cadena de Planeta con La Sexta. Se cierra laburbuja de la TDT y empieza un nueva era audiovisual. Frente a la fragmentación de audiencias y cadenas, concentración en manos de dos grandes cadenas privadas y desmantelamiento del modelo de televisión pública construido desde hace más de 20 años. La crisis, los cambios en el mercado y las decisiones del gobierno de Rajoy coinciden para acabar con un modelo de televisión y dar la salida a otro que afectará al resto de los medios.

El viernes pasado el gobierno aprobó igualar las condiciones de la fusión de Antena 3 y La Sexta a las de Telecinco y Cuatro para evitar la discriminación propuesta por laComisión de la Competencia, temerosa de un mercado tan concentrado. Pero también no rebajar canales en la TDT para liberar frecuencias para nuevos servicios móviles, el llamado dividendo digital.

Junto a la privatización de las televisiones autonómicas, los recortes presupuestarios en RTVE y los cambios políticos en las cadenas públicas, el mercado y la audiencia de la televisión queda en manos de un duopolio que extiende su poder más allá de la televisión.

El duopolio Mediaset/Antena 3 controla el 85% de la publicidad de la televisión, más de la mitad de la audiencia, que extiende en internet y sus aplicaciones para móviles y tabletas. Con cuatro grandes accionistas: la italiana Mediaset, la alemana Bertelsmann y las españolas Planeta y Prisa, el duopolio se convierte en un cuarteto de poder en la televisión (en abierto y de pago), los libros, las revistas, los diarios y los medios digitales.

El resultado de la concentración de poder en el mayor duopolio de Europa afectará a todo el mercado de la comunicación, la información y la cultura. El resto de grupos más pequeños y los medios independientes sentirán a partir de ahora todavía más su poder.

Columna en los diarios de Vocento

Friday, August 24, 2012

Para entender la fusión de Antena 3 y La Sexta

El gobierno de Mariano Rajoy ha modificado las condiciones impuestas por la Comisión Nacional de la Competencia a Antena 3 y La Sexta para igualar su fusión a la de Telecinco y Cuatro. Las nuevas condiciones harán posible la fusión y crean el mercado europeo más concentrado, con un 85% del mercado publicitario de televisión, casi el 40% del mercado publicitario total y el 50% de la audiencia en manos de dos grupos.


Los anunciantes y publicitarios están de luto. El mercado publicitario más importante queda en manos de dos empresas -Mediaset y Antena 3- con cuatro pautas únicas segmentadas por perfiles demográficos.
El gobierno evita la discriminación en favor de Mediaset. Pero crea un mercado dominado por dos duopolios, uno de televisión en abierto (Mediaset y Antena 3) y otro de pago (Prisa y Telefónica) a pesar de los numerosos canales de TDT que no se reducirán con el dividendo digital, otra medida tomada hoy y pactada con la patronal de la televisión (Uteca).


El debilitamiento presupuestario y profesional de RTVE y el desmantelamiento de las televisiones autonómicas deja el mercado televisivo en manos de dos grandes cadenas comerciales a las que siguen una miríada de pequeños canales que sólo tienen futuro dentro de grupos multimedia y con una segmentación muy fuerte de su audiencia y negocio.
La convergencia con la televisión híbrida hará que el poder del doble duopolio en abierto y de pago se exporte también al nuevo panorama de servicios audiovisuales bajo demanda y en streaming para las nuevas pantallas digitales. Pierden, de nuevo, los independientes, que tendrán más difícil conseguir derechos de emisión y rentabilizarlos con pago, suscripciones o publicidad.


Para las grandes cadenas en abierto, el duopolio ofrece la posibilidad de mantener las ventajas del mercado de la televisión a pesar de la crisis económica y de la erosión de su eficacia publicitaria.


El consumo de televisión continúa creciendo, pero también crece la fragmentación, ya no sólo entre canales, con aumento de los temáticos, sino entre pantallas, con crecimiento del consumo audiovisual en internet, móviles y tabletas. Tanto los canales principales como los temáticos de los dos grupos son los mayores beneficiados al concentrar más audiencia y rentabilizarla con pauta única frente a la segmentación de otros canales.
La concentración y la comercialización conjunta y en pauta única permitirá sostener los precios más competitivos de la televisión sobre otros medios (coste por mil, CPT) y asegurar la mayor cobertura.


El duopolio permite a Mediaset y Antena 3 sostener y aumentar su rentabilidad (power ratio) en el mercado y la audiencia de la televisión, duplicando al resto de la competencia. De esa forma consolidan su negocio frente a la caída del mercado y se sitúan en una posición de privilegio para el crecimiento cuando la economía se recupere. Entre las dos controlarán más de un tercio del mercado publicitario nacional.
La concentración da al monopolio una posición de fuerza imbatible para la negociación de derechos de programación. El resto sólo podrán ofrecer lo que ellos no quieran.


Y en los nuevos medios el duopolio se mantiene. En internet Mediaset y Antena 3 lideran las primeras posiciones de la televisión en internet a la espera de lo que ocurra con RTVE.es con la nueva estrategia de la cadena pública.
El resultado de la concentración es que el poder queda en manos de unos pocos dueños. La italiana Mediaset, la alemana Berstelmann (RTL), la editorial Planeta y Prisa son los dueños de la televisión en España.


La posición y estrategia de esos cuatro grupos condiciona no sólo el mercado de la televisión, sino todo el mercado de la comunicación con una excepción: internet y los móviles, donde la posición de Telefónica y de las grandes compañías como Google, Amazon o Facebook es determinante.
Los cuatro grandes accionistas del duopolio están presentes en todos los mercados, especialmente en los libros, las revistas y los diarios.
El poder del duopolio no acaba en la televisión.


Wednesday, July 18, 2012

Competencia perjudica a Antena 3 frente a Mediaset


Antena 3 no acepta las condiciones impuestas por la Comisión Nacional de la Competencia para la fusión con La Sexta, que también se queja de discriminación. La protesta denuncia condiciones más duras que las impuestas para la fusión de Telecinco y Cuatro. Antena 3 tiene razón, la resolución de Competencia no impedirá la concentración del 85,8% del mercado de la televisión ni la pauta única tal como existe hoy, pero reduce la capacidad de comercialización de Antena 3 y La Sexta por debajo de lo autorizado a Mediaset. Una situación claramente injusta.

Competencia confirma que las condiciones de esta fusión no alterarán las condiciones puestas en su día a Mediaset. Por tanto es difícil justificar que Telecinco pueda crear paquetes comerciales conjuntos con un 22% de la audiencia mientras a Antena3 y La Sexta se le reduce al 18%.

Tampoco que la publicidad de la nueva compañía tenga que comercializarse con empresas distintas mientras Mediaset lo hace desde una sola, Publiespaña.

Antena 3 se queja también de que sus limitaciones se extienden a cinco años mientras las de Mediaset sólo tienen una duración de tres años. Las condiciones sobre compras de programas y adquisición de derechos son similares para ambas operaciones.

Competencia y las autoridades reguladoras no se pueden escudar en la concentración de la televisión en un duopolio desde la aprobación de las fusiones en febrero de 2009 y cuando Mediaset ya roza el límite legal del 27% de audiencia.


El duopolio concentra el negocio de la televisión junto a Telefónica y Prisa, dueños de la televisión de pago y vinculados accionarialmente: Prisa con un 18% de Mediaset y Telefónica y Mediaset con un 22% cada uno de Digital+.


El mapa de la televisión está dominado por Telecinco en abierto junto a Prisa (Digital+ y Mediaset) y Telefónica (Imagenio, Digital+). La fusión de Antena 3 y La Sexta crearía el otro operador dominante, una situación de concentración superior a la de otros países europeos. Sin la fusión, el sector quedará dominado por Mediaset con un 26,4% de la audiencia y el 43% de los ingresos publicitarios de la televisión.

El duopolio en abierto estrangula a la televisión, pero la posición de dominio de Mediaset en abierto y Prisa/Telefónica en los canales de pago con un 73% de los ingresos y más del 57% de los abonados es una situación incluso peor porque crea un monopolio en cada mercado.

Las medidas de Competencia se justifican por el aumento de la concentración, pero la asimetría con las tomadas respecto a Mediaset no puede penalizar a Antena 3 y La Sexta sin incurrir en una desigualdad jurídica y en una ventaja competitiva todavía mayor para Mediaset.

Friday, July 13, 2012

Competencia autoriza la pauta única de Mediaset y Antena 3

La Comisión Nacional de la Competencia autoriza la absorción por Antena 3 de La Sexta e impone ciertas condiciones para limitar la pauta única publicitaria -emitir la misma publicidad en varias cadenas- a lo que ya hace hoy el duopolio televisivo de Mediaset y Antena 3. La autorización de Competencia ratifica la concentración de la televisión tras el fracaso de la asignación de frecuencias de la TDT y permite el control del 85,8% de la publicidad televisiva y el 51% de la audiencia por dos empresas.
Ningún país europeo sufre tal concentración en el mercado de la televisión como España.
El mapa audiovisual de la TDT que dibujaron Zapatero y Miguel Barroso está muerto. Por la crisis y porque era insostenible en un mercado como el español.
La retirada de la publicidad de TVE condenó a los anunciantes a perder impacto (más de un 25% de GRPs perdidos). Una caída que se prolonga con la pérdida de audiencia de los canales y la migración del público a otras pantallas como internet y tabletas. Por eso no se cansan de pedir la vuelta ordenada y limitada de la publicidad a la televisión pública.
Las cadenas podrán mantener la pauta única como actualmente, aunque la resolución no afecta a Mediaset, como confirma la propia CNC. Actualmente hay dos pautas únicas en Mediaset -Cuatro, Divinity y Energy por un lado y Factoría de Ficción y La Siete por otro, con Telecinco y Boing por libre- y al menos dos en Antena 3/La Sexta, englobando por una parte a Antena 3 y sus temáticos (Neox, Nova y Nitro), y obligando a que la incorporación de los canales de La Sexta no permita la pauta única en todos.
Los anunciantes tendrán cada vez menos control sobre su publicidad -no pueden elegir estar sólo en un canal o con un programa determinado- cuando el aumento del IVA y los recortes del gobierno provocarán una mayor caída del mercado publicitario.
Las cadenas intentan sostener sus ingresos y la efectividad publicitaria con la pauta única, pero la fragmentación de la audiencia y el consumo a demanda, en streaming y en nuevos dispositivos seguirán rebajando la rentabilidad de la publicidad televisiva.

Thursday, March 01, 2012

Muchos medios, pocos dueños

El peor efecto de las crisis económicas es el aumento de la desigualdad. Los pequeños y los más desfavorecidos sufren, los grandes crecen. Los medios de comunicación son uno de los sectores más afectados y uno de sus principales efectos es la concentración. Cuatro años después del estallido de la crisis, del apagón analógico y la explosión de la burbuja de la TDT, los medios de comunicación están en manos de unos pocos y las previsiones anuncian más concentración.

Columna completa en Estrella Digital

Monday, February 27, 2012

Un regulador para todo

De ocho a uno. Es el plan del gobierno para garantizar la competencia y simplificar la regulación de mercados como telecomunicaciones, energía, juego, correos o aeropuertos, además del non nato consejo audiovisual.
Un solo regulador para ahorrar, argumenta la vicetodo Sáenz de Santamaría, pero también concentrar todo el poder y eliminar obstáculos a las políticas del PP. A veces los ahorros en vigilancia pública son caros para los ciudadanos.
Un solo regulador para todos los mercados concentrará mucho poder con menos capacidad de supervisión si su diseño no es transparente, independiente y profesionalizado.
Hay razones para la sospecha, los grandes partidos airean constantemente su apoyo a la pequeña y mediana empresa, pero son las grandes compañías las habituales beneficiadas de sus decisiones, precisamente las que más han sufrido la vigilancia de organismos como la Comisión Nacional de la Competencia (CNC) o la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT).

Columna completa en Estrella Digital

Thursday, February 09, 2012

El poder del duopolio

La Fórmula 1 ya está en Antena 3 después de la absorción de La Sexta y de la reventa de sus derechos por Mediapro, accionista del segundo grupo del telestado. Los espectadores ya lo saben: los programas y contenidos de éxito están en Telecinco y Antena 3, el resto es relleno. Es la razón y el poder del telestado duopólico, donde aún está pendiente el desmantelamiento de las televisiones públicas alentado por el gobierno.

 Telecinco y Antena 3 avanzan sin pausa pese a la fragilidad del mercado publicitario. Concentran el 50,8% de la audiencia y el 85,5% de la publicidad de la televisión en abierto.


En pocos meses España ha pasado de ser uno de los países europeos más fragmentados al más concentrado.

Sólo Italia se parece, pero la pública Rai mantiene el poder junto a Mediaset con el 76% de la audiencia y el 80% de la publicidad. En Francia las dos principales televisiones se reparten el 45% de la audiencia y el 72% de la publicidad. En Alemania el 47% de los espectadores y el 82,8% de la publicidad son para las dos grandes cadenas privadas. Y en Gran Bretaña el poder de la BBC deja muy atrás a las privadas. 

Ningún país europeo tiene tal concentración de negocio y audiencia en dos grandes grupos privados. Pero el duopolio es insaciable y pide más recortes en RTVE y menos dinero para las autonómicas. Una petición ajustada a los tiempos de crisis que no debería servir de coartada para reducir las opciones de los espectadores.

Si la promesa de la TDT fue la explosión de la oferta, el duopolio amenaza ahora con un control férreo de los contenidos y el negocio. Dominio del prime time y los programas de éxito frente a una oferta residual en el resto de cadenas. La reforma debe adaptar el audiovisual a los tiempos de crisis y a las nuevas tecnologías que permiten más oferta, segmentada y en varias pantallas. De lo contrario el duopolio y la pérdida del empuje público serán una condena para la producción y empobrecerán la elección de un público que demanda de más oferta de calidad.

Columna en los diarios de Vocento

Monday, August 22, 2011

Google, de bits libres y gratis a móviles y TV

El móvil primero. Es el lema seguido por Google desde que su presidente Eric Schmidt lo acuñara como política principal del Gran Buscador. Y con los móviles y la convergencia audiovisual, la televisión, en la que Google TV se ha topado con muros todavía infranqueables. El móvil y la televisión están cambiando tanto a Google que empieza a abandonar algunos de sus rasgos genéticos: la independencia del algoritmo (y el software) y su credo iniciático de que la información es libre y gratuita.

Es el anuncio de un cambio de era y estrategia para la mayor empresa de internet, la gran comercializadora de la red y el símbolo de la era de los navegadores y las búsquedas. Google siempre ha declarado que su misión es organizar la información para hacerla accesible a los usuarios. Pero el mundo digital ha cambiado con los móviles, las plataformas y la convergencia audiovisual. Ese giro copernicano justifica la compra de Motorola Mobility por la compañía de Larry Page y Sergey Brin.

Internet ya no es una república de los usuarios, como proclamaba la Declaración de Independencia del Ciberespacio, sino un nuevo mercado y un territorio cada vez más integrador de lo analógico.

El móvil es su mando y su dispositivo clave de acceso para los usuarios: con total conectividad y ubicuidad, pero siempre geolocalizado; con acceso a todos los servicios de la convergencia, social y en tiempo real. La televisión conectada es el centro del hogar digital, el mayor espacio de consumo de contenidos y servicios. Ninguno de esos mercados es libre ni gratuito. Los dos requieren intermediarios como las telefónicas, proveedores de contenido profesional y dueños de derechos como las productoras de cine y televisión, pero también comercializadores de productos como teléfonos móviles o descodificadores (set-top boxes) donde la calidad de la integración de contenidos, interfaz y servicios, junto a la distribución y la atención al cliente son fundamentales.

Google ha podido crecer hasta ahora pese a la oposición de diarios y revistas, la cruzada de la televisión contra YouTube y a las protestas contra su concentración de la publicidad digital. Siempre lo ha hecho al mejorar la búsqueda y acceso de los usuarios, pero también con sus aplicaciones para acceder a todo tipo de contenidos, de mapas a libros, y a su capacidad de convertirlos en soportes comerciales.

Pero con Android y Google TV no es suficiente. La fragmentación del sistema operativo móvil le hace perder las fortalezas de plataformas como Apple, donde la integración de hardware y software aumenta el atractivo de sus productos y simplifica su uso.

Google TV todavía es un experimento para meter el buscador en la televisión que choca con los dueños de los contenidos y con los proveedores de televisión de pago, con sus propios canales optimizados para el audiovisual y descodificadores especializados, muchos de ellos con tecnología o fabricación de Motorola. Pero también con el streaming de empresas como Netflix, con sus propios algoritmos de recomendación y su modelo de negocio que permite a los dueños del contenido rentabilizar mejor su catálogo.

Frente a Google, Apple y su dominio del diseño de aparatos de alto atractivo para los consumidores y su poder de integración. Facebook y su capacidad de fidelizar a los usuarios y de atarlos al tiempo real de la red social. Y el nuevo sistema de plataformas digitales donde sus dueños gestionan acceso, usuarios, contenidos y servicios.

Google y sus productos están en todas, pero muchos expertos dudan de que se haya convertido en una verdadera plataforma, un ecosistema y un mercado donde los usuarios y los proveedores acuden para compartir oferta y demanda.

Más bien Google es un proveedor más, con sus servicios y funcionalidades accesibles a través de distintas plataformas y equipos. Con su navegador Chrome, con Android, Google TV y con Motorola, pero también con su propia red social, Google aspira a hacer realmente suyos a los usuarios. Compra patentes y capacidad de fabricación de dispositivos, pero sobre todo empieza a dejar de ser una pura empresa de internet, la más exitosa y simbólica de todas, para evolucionar hacia una compañía de gran consumo digital. Lo que Apple ha conseguido con Steve Jobs al frente y lo que Mark Zuckerberg espera ser como gran plataforma digital social.

Google es más que nunca el Gran Ciberleviatán digital. Está en todo, de las búsquedas a los sistemas operativos y los móviles. En los bits y en los átomos, pero con sus grandes litigios en Europa y Estados Unidos, los móviles y la televisión, y su necesidad de las 17.000 patentes de Motorola para evitar demandas y frenos legales, ya sabe que la tecnología y la información no son ni libres ni gratuitas cuando los dueños de las redes y de los contenidos vuelven a recuperar control con los nuevos dispositivos y plataformas que fidelizan a los usuarios, por los contenidos y por su dispositivo y vía de acceso al universo digital.

Columna para Estrella Digital

Wednesday, May 18, 2011

Telecinco abre un videoclub web

El futuro de la televisión está en internet y en la convergencia de pantallas. Telecinco sigue explorando la convergencia vertical de todos sus negocios y el vídeo bajo demanda (vod) con el estreno de Ágora, la película de Alejandro Amenábar, en televisión y en el videoclub de Telecinco Cinema, la productora de la cadena.
Esta noche se estrena Ágora en televisión y en la web de forma simultánea. Más tarde se podrá ver en el videoclub de Telecinco Cinema por 1,42 euros pagados por SMS o con una llamada telefónica.
Telecinco desarrolla una forma de rentabilizar su catálogo en el vídeo bajo demanda a bajo precio, prácticamente la mitad del coste de estas películas en otros videoclubs online o en IPTV (televisión por internet).
Un desarrollo de negocio vertical y multiplataforma para explotar toda la cadena de valor del audiovisual: creación y producción, distribución y programación en cine y TV, y rentabilización del catálogo en una plataforma propia de vídeo bajo demanda.
Del cine y la televisión en abierto hasta la larga cola del catálogo.
Telecinco quiere mantener el control de la distribución, la vieja fortaleza de las cadenas anclada en el poder de las licencias. Ahora se trata de crecer a lo ancho (horizontalmente), con la absorción de Cuatro, y a lo alto (verticalmente) en todo el proceso y el mercado del audiovisual.
Llegar a todas las pantallas bajo la misma marca para no perder el liderazgo de hoy con más del 25% de la audiencia y el 44% de los ingresos publicitarios de toda la televisión.
Ni Netfflix, ni Hulu. El vídeo bajo demanda de Telecinco apuesta por la plataforma y la distribución propias frente a modelos como Netflix de alquiler de películas en streaming a través de una plataforma externa o Hulu, donde varias cadenas ofrecen sus series y programas como un agregador conjunto.
Las series y las películas de Telecinco están en su web cuando ya hay más de 19 millones de televidentes en internet y el consumo diario de vídeo en internet supera los 36 minutos.
Telecinco ha servido 25,6 millones de vídeos (streams) en marzo, según datos de comScore. Pelea con RTVE y su apuesta de vídeo a la carta y con Antena 3 por convertirse en la referencia en la internet TV. Un mercado y una audiencia que se ha disparado desde el segundo trimestre del año pasado, cuando la irrupción de los televisores conectados (directamente o a través de videoconsolas) y el consumo a través de móviles y tabletas como iPad han empujado una oferta que las televisiones han frenado hasta hace bien poco.
Pero la convergencia multiplataforma ya no es una opción. Es una necesidad de un consumo que no entiende de división entre pantallas, transparentes para los consumidores.

Tuesday, March 22, 2011

Duopolio en el telestado

El mando de la televisión no se moverá por ahora. José Manuel Lara, presidente de Planeta y de Antena 3, renuncia a la fusión con La Sexta. Telecinco y Prisa se adelantaron. Antena 3 no se fía de La Sexta y Mediapro, de sus accionistas y de una situación financiera incierta por la guerra del fútbol con Prisa y las obligaciones de sus derechos deportivos.
Telecinco y Telefónica mandan en el telestado del bienestar. Antena 3 mantiene una sosegada tercera posición a la espera del futuro de RTVE. La recurrida financiación de la pública decidirá su capacidad para sostener el liderazgo de audiencia de La 1 y su segundo puesto como grupo, con un 22,5% de cuota.

Columna completa en Estrella Digital

Friday, December 10, 2010

CNN+, víctima de la fusión con Telecinco


El canal de noticias CNN+ es la primera víctima de la fusión de las televisiones de Prisa con Telecinco. En Cuatro se esperan más sacrificios tras la absorción. El canal 24 Horas de la pública RTVE queda como único canal de noticias nacional. El fin de CNN+ vuelve a cuestionar el modelo de TDT puesto en marcha por el gobierno y la autorización de las fusiones entre cadenas.
¿Para qué vale tener más canales si sólo se puede ver la misma televisión y disminuye el servicio público? En el origen del fin de CNN+ está la asignación de múltiples digitales a las cadenas que ya poseían licencias sin garantías de proyecto y programación. Una explosión de canales imposibles de sostener económicamente y una burbuja televisiva cercana a la del ladrillo.

El sector daba por hecho el cierre hace meses. Los profesionales de CNN+, también, aunque se aferraban a una salida que Prisa todavía mantiene abierta al anunciar la preparación de “un canal de actualidad con vocación global, distribuido en la plataforma del Grupo y otras redes digitales”. Una vaga promesa encabalgada en las esperanzas del vídeo en internet y la convergencia con la televisión.
El público de centro izquierda pierde una de sus pocas alternativas en los nuevos canales de TDT. Intereconomía y Veo 7 (El Mundo) se consolidan mientras fuera del espectro de la derecha sólo resiste un 24 Horas incapaz de alcanzar sus audiencias.
Desde el apagón analógico, CNN+ ha ido perdiendo espectadores. Una caída a la que no es ajena la endogamia con El País por decisión editorial y falta de presupuesto. En noviembre cerró con una cuota de 0,5% de audiencia y con Hoy, la tertulia estrella de Gabilondo, por debajo de los 160.000 espectadores. Su programa más visto, Reporteros Cuatro, alcanzó 203.000 espectadores en su mejor emisión.
Intereconomía se impone en las noches de las tertulias con un 1,4% de cuota y más de medio millón de espectadores en El Gato al Agua. 24 Horas alcanza el 0,7%, la misma cuota que en abril, mes del apagón analógico, pero con menos espectadores. Veo 7 le gana con un 0,9% de cuota y un puñado de espectadores más que entonces.
La promesa del pluralismo ahogada por la falta de interés en la información y la escasa apuesta de los medios, abonados a la opinión como modelo de televisión low cost.
Columna para Estrella Digital

Monday, November 15, 2010

Brotes verdes para los grandes medios

La crisis amaina para los grandes medios. La convergencia digital –internet y TDT- mejora los resultados de los grupos nacionales mientras los más pequeños lo pasan todavía mal.
Los grandes ganan y la explosión digital concentra el negocio.
Si hace unos días las televisiones privadas acaparaban los beneficios de la pérdida de la publicidad en RTVE, esta semana los grandes de prensa –Prisa, Vocento y Unidad Editorial- muestran que los ingresos publicitarios de internet y los nuevos canales de televisión sostienen su poder a pesar del hundimiento de la difusión de los diarios, la caída de la televisión de pago y el descenso del 4,8% de la publicidad en prensa en los nueve primeros meses del año, una facturación de 801,9 millones de euros.

Análisis en Estrella Digital

Friday, October 22, 2010

Batalla por el monopolio televisivo

Una nueva guerra cuartea la televisión española y se superpone a la guerra del fútbol entre Mediapro y Prisa. La Sexta se opone a las condiciones de la Comisión Nacional de la Competencia para la fusión de Telecinco y Cuatro, y a la entrada de Telecinco y Telefónica en Digital+.
La Sexta denuncia un monopolio de la televisión en abierto, de pago y en internet (IPTV y nuevas plataformas) que tendría una posición de dominio excesiva sobre la producción audiovisual y la compra de derechos.
Los dueños: la italiana Mediaset y Telefónica.

Columna completa en Estrella Digital

Thursday, October 21, 2010

Competencia teme la concentración de Telecinco, Prisa y Telefónica

La Comisión Nacional de la Competencia recela de la entrada de Telecinco y Telefónica en el capital de Digital+, cada una con un 22%, por los riesgos de creación de un monopolio de la televisión de pago, la convergencia con las nuevas plataformas de banda ancha y su control sobre la producción audiovisual.
Telecinco y Cuatro podrán fusionarse porque no superan el límite del 27% de audiencia fijado por el gobierno para la concentración de cadenas.
Pero la unión de Digital+, la plataforma de pago líder con el 43,4% de la cuota de mercado y Telefónica con Imagenio, con un 18,2% del mercado y en crecimiento, podría reforzar el monopolio de facto del que ya disfrutó Prisa con Sogecable mientras mantuvo los derechos del fútbol.
Digital+ mantiene casi 1,8 millones de abonados y Telefónica ya tiene más de 800.000. Más de 2,6 millones de abonados para el producto de la fusión de los 4,1 millones que hoy tienen televisión de pago.
Los perdedores si la fusión de las plataformas de pago fuese autorizada serían Mediapro, con su apuesta por la TDT de pago, el resto de cadenas que confían en desarrollar canales de pago en sus múltiples digitales, los cables regionales y también quienes intentan nuevas plataformas de pagos de televisión híbrida (televisión+internet), como la propuesta por Abertis.
Telefónica lidera además la creación de una nueva plataforma digital de banda ancha de alta velocidad con contenidos premium de televisión, vídeo bajo demanda, ebooks, etc.
En manos de Competencia está también una investigación contra Mediapro, denunciada por Telefónica por vincular los derechos del fútbol a la producción y transporte de la señal. Un negocio donde Telefónica también está presente.
La decisión de Competencia teme el impacto de la creación de un operador líder en la televisión en abierto con Telecinco y Cuatro, en la televisión de pago y en la convergencia audiovisual con la banda ancha.
El resultado sería un dominio excesivo sobre el mercado, la producción audiovisual y los nuevos medios.
Prisa ya ha reaccionado prometiendo compromisos para salvaguardar la competencia en el mercado. Pero esta operación acabaría con todas las promesas de pluralidad de la nueva televisión y condicionaría el desarrollo de los nuevos mercados audiovisuales.

Tuesday, October 05, 2010

Guerra en la televisión de la concentración

Televisión concentrada. La TDT ha traído más canales, pero en la era de la fragmentación televisiva los dueños son unos pocos. José Miguel Contreras, consejero delegado de La Sexta, avisa: la fusión entre Telecinco y Prisa "plantea una gravísima amenaza a la competencia" y es preciso que se le pongan unas limitaciones "claras". Telecinco contraatacó inmediatamente: los mismos que defendían la necesidad de la concentración la condenan cuando la operación entre Antena 3 y la cadena de Televisa e Imagina (Mediapro, Globomedia) está arrumbada.
La televisión tiende a la concentración. Como el poder político, el que otorga las licencias. En el medio de masas por antonomasia, superviviente entre el Big Bang digital, el pluralismo es una ilusión. Contreras avisa de que la promesa de Zapatero TV, la explosión de oferta y canales gracias a la televisión digital, se encoge. Y atrapa en una red cada vez menos plural a medios y empresas.

Columna completa en Estrella Digital

Friday, September 17, 2010

Atrapados en la opinión multimedia

Consumado. Todos los grandes grupos de información son multimedia. Con el despliegue de frecuencias de la TDT terminado, todos son propietarios de canales de televisión, además de sus webs y de la presencia en cadenas de radio de algunos. Resultado: confusión de intereses económicos con la información y encierro de una parte del público en cápsulas cacofónicas donde se repiten los mismos argumentos, las mismas voces, los mismos mensajes.
¿Pluralismo o más concentración? Hay más donde elegir. Sin duda. Las licencias de TDT nacionales, autonómicas y locales han aumentado el uso de los números del mando a distancia sin que los descodificadores bobos comprados por casi todo el mundo ayuden. Tras el fiasco de la interactividad en la TDT por escasa penetración de equipos adecuados, los supertelevidentes esperan las promesas de la televisión inteligente, conectada a internet, en marcha por el empuje de buscadores como Google, televisores como Samsung o descodificadores interactivos como InOut. Las cadenas, esperan.
A muchos no le hace falta un buscador para elegir canal. La línea editorial de cada diario, de El País a El Mundo, de La Vanguardia a La Voz de Galicia, o de La Gaceta a ABC, impregna sus canales de televisión, donde sus periodistas y columnistas son sus tertulianos estrella. A menudo se invita a alguien de diferente adscripción ideológica como sparring y para sostener la falacia de un debate ya ganado. En las televisiones públicas el pluralismo que las leyes imponen vaga escorado en función de la profesionalidad e independencia de las servidumbres políticas.
Esta temporada es la primera de la convergencia digital plena entre diarios y televisiones. Prisa con Cuatro y CNN+, El Mundo con Veo TV y Marca TV, Vocento con La 10, Intereconomía con La Gaceta y los grandes diarios locales con sus televisiones autonómicas están cada vez más en las pantallas convergentes (televisión y web) mientras sufren la caída de su difusión en papel. En todos los soportes la opinión, libre y barata, gana espacio a la información, cara y exigente.
A diferencia de países como Gran Bretaña o Estados Unidos, la ley no fija límites para la concentración entre diferentes medios. En todo el mundo se va imponiendo una legislación antimonopolio cada vez más laxa para ayudar a los grupos de comunicación a capear la revolución digital, pero también menos efectiva cuando el sistema de licencias es cada vez menos importante en la era de la abundancia digital.
La audiencia manda. En su poder está la posibilidad de contrastar más opiniones o la decisión de seguir una estricta dieta de información y opinión, adscritos a una cabecera allá donde su pensamiento se traslade. Hasta que la mala leche o el aburrimiento hunda el share.
Entretanto, democracia catódica de pensamiento estrecho. Políticos y medios, contentos. Y el que quiera algo más que tertulias y telerrealidad, condenado a la televisión de pago.

Columna en Estrella Digital

Monday, May 31, 2010

Competencia investiga el oligopolio de la prensa

La Comisión Nacional de la Competencia ha abierto dos expedientes sancionadores contra Prisa, Vocento, Godó y Zeta por acuerdos publicitarios "entre competidores, que afectarían a la comercialización de publicidad en prensa escrita, y que contienen, entre otros, posibles pactos de fijación de tarifas y descuentos, obligación de comercialización conjunta de espacios publicitarios, intercambio de los precios aplicados de forma individual por cada editor, y reparto de mercados".
Una investigación contra los pactos de los grandes grupos de prensa para mantener la rentabilidad de sus productos.
El expediente contra Vocento y Godó se centra en los dominicales XL Semanal y Magazine. A Prisa y Zeta se les investiga por sus acuerdos de comercialización publicitaria.
Es la reacción de Competencia contra la lucha de los grupos de prensa por ser competitivos publicitariamente contra las televisiones nacionales y los grandes comercializadores de internet como Google.
La prensa ha sentido estos años la necesidad de pactos y concentración para defenderse en un mercado publicitario obsesionado por el tamaño a pesar de los discursos de la segmentación.
La tendencia ha sido ineludible en los mercados de prensa generalista, donde la segmentación es mínima. La mayoría de los diarios han firmado pactos y alianzas de comercialización conjunta delimitados por áreas de difusión. Les empuja la necesidad de competir en precio, penetración y rentabilidad publicitaria contra dos grandes mercados globales y nacionales: el de la televisión y el de internet, poco regulados y donde la concentración es la norma.
Ambos se dividen entre una alta concentración en el vértice superior del mercado, donde se concentra la inversión publicitaria, y una enorme fragmentación en su base, que se reparte el mercado más segmentado.
Al contrario de los dos anteriores, la prensa ha tenido siempre una fuerte división entre los mercados local y nacional a pesar de que hace años que los grandes grupos con implantación local como Vocento o Zeta comercializan publicidad de forma conjunta para muchos medios.
Habrá que esperar a la resolución de Competencia. Si falla en contra de los grupos de prensa debería actuar también en los dos grandes mercados de televisión e internet, donde la concentración es creciente a pesar del aumento de cadenas con la TDT y de las posibilidades locales de la comercialización de internet.
Un mercado más abierto y con mayor competencia es imprescindible para los nuevos medios y para garantizar la pluralidad y los derechos del público, pero los principios que lo rigen deberían ser similares para todos los medios, ahora que todos son multimedia gracias a la convergencia. E ineludible cuando las restricciones para la concentración multimedia en España son inexistentes y sólo hay restricciones horizontales en mercados regulados como la televisión.

Friday, January 22, 2010

Fusiones para sostener la televisión

McCoy está en contra de las fusiones de las televisiones porque no servirán para sostener el negocio de la televisión. Coincido sólo en parte. Como recuerda Gonzalo Martín, los dueños de la televisión y las licencias parten con ventaja. De ahí la carrera multiplataforma, una necesidad asumida por las televisiones, que han aprendido de los errores de la prensa o la música y manejan mejor los tiempos.
Eso sí, acompañados siempre por el poder político de la televisión en el telestado del bienestar.
El analista económico funda en lo que llama el imperio de la discrecionalidad, la conocida como televisión 2.0 -la capacidad de elegir de los televidentes gracias a la omnipresencia audiovisual y su pulsión por la participación- la debilidad de las cadenas.
Y apuesta por dos consecuencias: tiempo real (directo, actualización) y vídeo a demanda con participación a través de redes sociales. Tendencias de las que he hablado a menudo y están en la base de las nuevas estrategias de muchas cadenas.
Efectivamente esas son las debilidades de las televisiones actuales y del sistema de licencias, cada vez más sobrepasado. Pero para combatirlo apelan a la concentración y caminan para convertirse en medios plataforma y sociales.
La posesión de las licencias es una gran ventaja. Además de la estructura de contenidos, comercial y, sobre todo, la audiencia.
A pesar de una dificultad cada vez mayor en conseguir los GRPs (impactos publicitarios) necesarios para sostener un negocio que funciona mejor para los accionistas cuando es cosa de pocos y domina el espectro. Incluso cuando las posibilidades de consumir productos audiovisuales crezcan con internet, las redes sociales y las plataformas de vídeo a demanda.
Por eso tiene razón Gonzalo cuando dice: "Son los que podrán hacer de bancos para financiar productos complejos y los que tienen poder de negociación para integrar a los grandes anunciantes".
La televisión de 2010 enfrentará la desaparición de la publicidad de RTVE, avanzará en la convergencia -con la web, móviles y redes sociales- tras el apagón analógico, abundará en productos de bajo coste y buscará la integración y desarrollos de nuevos paquetes publicitarios.
Pero no nos engañemos. Todo es televisión. Da igual la plataforma. Esa es la diferencia con la prensa y por ahí es donde falla la analogía de McCoy.
Una parte de la audiencia se conforma con unas pocas líneas de información en un tuiteo, un buscador o un agregador y no llega nunca a la fuente, normalmente un diario.
Pero la tele engancha. No sufre lo mismo la televisión a pesar del aumento de consumo de contenidos fragmentados. Ese consumo crece por los hábitos de navegación de internet, pero también por el efecto YouuTube por la falta de contenido completo disponible. Cuando los programas completos son accesibles para el público, la gente se pega a la pantalla.
El auténtico despegue llegará con los nuevos televisores conectados a internet o los que ya lo hacen a través de las videoconsolas. En esa carrera andan las televisiones cuando los diarios todavía creen que los nuevos tablets los salvarán.
Lo importante para sostener el negocio continúa siendo lo de siempre: contenido, capacidad comercial -ahora más exigente con un negocio 360º- y control de la distribución.
Las licencias en la plataforma más vista (TDT) y la concentración son una gran ventaja.

Sunday, December 20, 2009

Concentración TV

Dedos cansados de tanto apretar el mando a distancia. En vísperas del apagón analógico los telespectadores siguen en los canales de siempre. La gran promesa de un telestado más plural y diverso, agotada. Aprietas, aprietas y vuelves a apretar y a menudo vuelves al canal donde habías empezado. Cansado.
La televisión tiende a la concentración como la partitocracia al bipartidismo. Por eso es fácil que desafectos como Zapatero y Rajoy encuentren el único consenso posible en el presidente de la televisión pública.
El telestado del bienestar es un coñazo. Y una ruina, dicen sus quejosos dueños.
Más bien es una ilusión. Cuatro años después, Zapatero TV se apaga. La gran promesa de una televisión repleta de opciones, de proximidad, con equilibro entre los rayos catódicos de izquierda y derecha retrocede en un flashback miedoso a los años noventa, cuando tras el nacimiento de los canales autonómicos nació la televisión privada.
Telecinco y Antena 3 vuelven a dominar las pantallas y el negocio. La cadena de Berlusconi (Mediaset) se come a Cuatro y se hace fuerte en Digital Plus para cerrar el ensueño televisivo de Prisa. José Manuel Lara parece a punto de cerrar la fusión de A3 y La Sexta, y se une a la Mediapro de Jaume Roures, los vencedores de la guerra del fútbol.
Apurados por hacerse con los siguientes números de canal, las digitales nacidas con la TDT. Televisiones de tertulias políticas, teletienda y películas de saldo donde Veo TV (El Mundo) y Vocento asisten con sus propios problemas al desenlace de una crisis que aumenta la concentración mientras ellos fueron postergados a la TDT para ser incapaces de competir con una televisión en abierto.
Es la crisis, dicen. Es la televisión, más bien. Con crisis económica y sin ella, el quejío continuo de la fragmentación de las audiencias y la ambición devoradora de la bolsa y los accionistas conduce al oligopolio televisivo.
Listo. Estamos donde estábamos. El duro y peleado reparto de las frecuencias digitales en 2005 deja la televisión en las manos de sus anteriores dueños con otras alianza y algunos ajustes. Prisa deja la televisión en abierto, Mediapro se ha convertido en un actor principal del drama de la teleserie y por la TDT pululan los canales temáticos, divididos entre divertir a la infancia o a los sempiternos electores cabreados.
Pruebe a alternar Hanna Montana con El gato al agua como si fuese un bucle continuo y sentirá la misma sensación de irrealidad, los deseos reprimidos, el asesino que todos cobijamos dentro y un hastío tan profundo que te deja incapacitado para cualquier otra cosa que no sea seguir viendo televisión.
Con la guerra del fútbol acabada y ganada por Roures y Tatxo Benet, con una nueva RTVE sin publicidad y confusa sobre su servicio público, y con el gobierno atento a permitir las fusiones donde antes todo era pluralidad para calmar a los accionistas y abandonar a los telespectadores, todas las necesidades de los dueños de la televisión parecen cumplidas. Ahora sólo falta que acabe la crisis y vuelvan a ganar dinero obscenamente para que se sigan quejando. No se equivoquen: los grandes dueños de la tele no han perdido dinero, sólo han ganado menos, a pesar de todo. Las pérdidas son para la televisión pública y los advenedizos.
Telecinco ha conseguido un beneficio neto de 78,5 millones de euros en los nueve primeros meses del año. Un 67% menos que el año anterior, pero todavía rentable. Para Antena 3 las cuentas son algo peores: casi 19 millones de beneficios con una caída del 73% respecto a 2008.
Fin de la era de los liderazgos con el 15% de la audiencia. Los fusionados proclaman orgullosos que vuelven a superar los porcentajes del veintitantos y acumulan canales para convertirse proveedores de contenidos gratuitos y de pago.
¿Qué será ahora del proyecto de ley general audiovisual que ya nace muerto y superado por tanta telerrealidad?
Pantallas dominadas por unos pocos. La vieja ley de la concentración no cambia. Al final, todo queda siempre en manos de menos dueños, con menos alternativas reales. El sistema de licencias y el maridazgo entre política y televisión vuelve a demostrar su ineficacia.
La nueva televisión tiene peor programación. La telerrealidad, las tertulias donde se puede ver a los mismos tertulianos en todas las cadenas y las producciones de bajo coste se imponen.
Luego se quejarán de que la gente se pase el YouTube o siga tirando de descargas. Sobre todo ahora que los discos duros están tirados de precio y los nuevos televisores y descodificados al fin tienen conexión a internet.
¿Nos salvará la exhuberancia digital?
Lo dudo. El férreo control de los derechos de los contenidos y sus carísimas leyes de distribución se imponen. Por eso la tele se concentra y en internet las cadenas se ponen las pilas como no supo hacerlo la prensa para seguir dominando la imagen.
Ya lo dijo el viejo Sumner Redstone, el magnate de Viacom (Paramount, MTV, etc.): No se les ocurra perder el control de contenidos. Distribuyan como sea, pero controlen el mercado.
A obedecer. Y todos contentos.
Las televisiones se convierten en plataformas audiovisuales y el gobierno les ayuda a concentrar sin recato canales del multiplex. Y de la conversión de parte del espacio radioeléctrico público en cercados de pago, ni el mínimo debate.
¿Ha valido la pena todo el revuelo de estos cuatro años?
El telestado tiene la versatilidad de dominar a sus súbditos con su oferta embobadora de esteresestébanes, fútbol y airados opinadores que repiten cansinamente los latiguillos del discurso común.
Atrás quedan las diferencias editoriales y las declaraciones de principios. La televisión es dinero. Punto.