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Monday, December 14, 2009

Martxelo Otamendi: "Nunca fuimos de ETA, ni intervino en Egunkaria"

Martxelo Otamendi, periodista y director de Berria, se sentará mañana en el banquillo de los acusados de la Audiencia Nacional acusado de pertenecer a ETA. Junto a él, Joan Mari Torrealdai, Iñaki Uria, Txema Auzmendi y Xabier Oleaga, responsables de Egunkaria, diario cerrado en el año 2003.
Egunkaria era el único diario editado íntegramente en euskera. El juez Garzón no vio indicios para perseguirlo en 2001, como desvela Otamendi en esta entrevista, pero el juez Juan del Olmo lo cerró en 2003. La fiscalía ha pedido el sobreseimiento y descartado las acusaciones, pero la acusación popular de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) y la plataforma Dignidad y Justicia sienta a sus responsables ante el juez cuando el diario ya está irremediablemente muerto.
Martxelo Otamendi explica en esta entrevista las interioridades de la acusación y rechaza de nuevo cualquier relación con ETA de un diario que intentó ser "nacional, no nacionalista".

¿Qué era Egunkaria y cuáles eran sus objetivos?
Egunkaria era el único diario publicado en euskara. Excepto Eguna, "diario de guerra" durante la guerra de Franco, ni el euskara ni Euskal Herria tuvieron nunca un diario en euskara. Era un diario estándar, progresista, independiente, nacional (no nacionalista), íntegro en euskara, plural, necesitado de ayudas públicas para sobrevivir, pero ni público ni dependiente del que diera las ayudas.

¿Cuáles son las diferencias con el cierre de Egin?
No hay muchas diferencias en las acusaciones a unos y otros. Los directivos de Egin, fueron detenidos por orden del juez Garzón, las detenciones las realizó la Policía Nacional y no fueron torturados.
En el caso de Egunkaria, el magistrado fue Del Olmo, y las detenciones las realizó la Guardia Civil y algunos de los detenidos fuimos torturados. Se puede decir, porque es público y publicado, que la Guardia Civil ofreció al magistrado Garzón en 2001 (dos años antes del cierre) las investigaciones secretas del caso Egunkaria, pero Garzón rechazó la propuesta de la Guardia Civil de iniciar una investigación secreta, por no ver razones de peso para ello, ni para iniciar la investigación. Entonces la Guardia Civil ofreció el caso en 2001 al magistrado Del Olmo y este la aceptó. Y en 2003 decreta el cierre del diario.

¿Por qué el mantenimiento de un juicio tras la petición de archivo de la Fiscalía?
Es una locura que no tenía que haber sucedido nunca, y desde entonces se han dado un cúmulo de despropósitos. No hay acusación probada, la Fiscalía no acusa, y sólo acusan Dignidad y Justicia, y la AVT.

¿Creéis que podéis demostrar vuestra inocencia o es un caso condenado por la lucha antiterrorista?
Nuestro único delito es haber gestionado, a mucha honra, el único diario en euskara, y haberlo hecho de una manera profesional. Lo demostraremos en el juicio. Nunca fuimos de ETA, ni ETA tuvo ninguna intervención en Egunkaria.

¿Ha hecho o podría haber hecho algo ETA para ayudaros? ¿Atentados como el cometido tras la sentencia de Ekin os perjudican?
ETA no hizo nada para ayudarnos, no intervino para nada. Nos ayudaron los miles de euskaltzales (amantes del euskara) que nos dieron dinero y aliento para poner en marcha una reivindicación que hunde sus raíces a comienzos del siglo XX.
Lo que durante décadas parecía algo imposible, se materializó en 1990, sin intervención alguna de ETA.
Pero eso ya lo sabía la Guardia Civil cuando presentó al juez Del Olmo la propuesta de investigación. El objetivo del cierre del diario fue dar un aviso a los vascos-as en una época, 2000-2003 en la que la relación Madrid-Vitoria era muy mala y se hablada, y proponía en algunas tertulias, desarmar a la Ertzaintza, suspender la autonomía vasca...
Nos utilizó el PP para enviar un aviso a los vascos-as: "Estamos dispuestos a hacer lo que sea necesario para enseñar a los vascos que tienen que cejar en sus pretensiones autodeterministas, independentistas, plan Ibarretxe o lo que sea; y para que vean que vamos en serio vamos a hacer algo que ni el más negativo de los agoreros esperan, cerramos el único diario en euskara, arrestamos en espectaculares operativos policiales a sus directivos, les acusamos de ser miembros de ETA, les incomunicamos y torturamos a algunos de ellos. Así de darán cuenta de que vamos en serio".
Los atentados nunca favorecen a nadie.

¿Cuáles son las amenazas para proyectos con similar ideario, como Berria, ahora y en el futuro?
Dependerá de la situación política del momento, de la tensión País Vasco-Madrid. Te contaré un anécdota que puede ilustrar nuestra sensación. Era la noche del 14-M, elecciones generales. Estaba en mi despacho de director de Berria reunido con los subdirectores y responsables de la sección de Política del diario, para decidir la orientación de la primera página del diario. Cuando llegaron los resultados que anunciaban la victoria del candidato del PSOE, Rodríguez Zapatero, exclamé ante mis colegas: "Estos al menos no cerrarán periódicos".
Aznar cerró Egin en el 1998 (dos años después de llegar al poder) y Egunkaria (7 años después). "Estos", como les llamé aquella noche del 14-M, llevan 5 años y todavía no han cerrado ninguno. Espero, y deseo, que dure. Por la cuenta que nos trae.

Monday, September 14, 2009

Juicio a Egunkaria

En noviembre próximo el diario Egunkaria llegará a juicio en la Audiencia Nacional. Sus ex trabajadores se volvieron a manifestar ayer en Andoain, donde hoy está la sede de Berria, para denunciar de nuevo el absurdo de confundir la defensa del euskera y de ideas nacionalistas con el apoyo y la obediencia a ETA.
Egunkaria lleva más de seis años cerrado. Y prácticamente todo el mundo sabe, y algunos reconocen, como cuenta José Yoldi en El País, lo absurdo de unas acusaciones y un proceso convertidos en ejemplo de los excesos de cierta política antiterrorista y de los vicios de algunas actuaciones judiciales.
Martxelo Otamendi, Iñaki Uria, Xabier Oleaga, Juan Mari Torrealdai y Txema Auzmendi se sentarán en el banquillo (auto del juez Gómez Bermúdez, 30 de julio, pdf) porque nadie quiere retirar una apuesta y reconocer un error, como si lo hizo el fiscal al pedir el archivo del caso en el año 2006.
El juez Gómez Bermúdez no ha aplicado la doctrina Botín al justificar que basta la acusación particular para el juicio y que los hechos no han sido juzgados en el caso Ekin.
Casi seis años después, Egunkaria ha desaparecido, porque el cierre provisional de un diario no tiene arreglo cuando el tiempo lo condena.

En el Parque Cultural Martin Ugalde de Andoain se edita Berria, un diario en euskera, de izquierda y donde el nacionalismo no es línea editorial. Su objetivo es ser un diario de calidad alejado de cualquier boina. Martxelo Otamendi, su director como antes fue director de Egunkaria, defiende la necesidad de abrir y ampliar la cultura y la información de los pueblos con lenguas minoritarias con una apertura al mundo y a las ideas ambiciosa. Sin límites lingüísticos, territoriales ni ideológicos.
Y en Berria se trabaja para la información en euskera no sea sólo información local. ¿Por qué escribir en una lengua obliga a hacerlo bajo una perspectiva ideológica? ¿Si no ocurre con el inglés o el español, por qué habría de hacerlo con las lenguas minoritarias?
La redacción de Berria, sus directivos y sus muchísimos pequeños accionistas, están empeñados en defender su lengua sin encerrar la mente ni a su público en un territorio ni unas ideas.
"Queremos ser el New York Times del euskera", me ha dicho en alguna ocasión Martxelo. Y lo intentan con fuerza y convicción.
Trabajar en Berria es hacerlo en uno de esos medios que ahora están tan de moda en los blogs y las reflexiones digitales cuando se habla del futuro de la prensa y la viabilidad de los medios sin ánimo de lucro.
Con un capital dividido entre miles de pequeños accionistas, la mayoría también suscriptores, editan un diario general y siete periódicos locales. Su compromiso con la lengua vasca es inagotable, pero Berria es un diario con una altísima calidad editorial y un enfoque más abierto y global que el de la mayoría de la prensa local.
El juicio a Egunkaria pasará. Veremos con qué sentencia. Pero la peor sería cercenar la libertad y el compromiso de muchos profesionales y ciudadanos con su derecho a pensar y defender sus ideas desde la libertad y el respeto democrático y ciudadano, en una lengua sobre la cual no puede triunfar la maldición del terrorismo.

Friday, December 28, 2007

El terrorismo confunde la desobediencia civil

"Una de las realidades que más me impactó fue conocer la situación de, por ejemplo, el 44% de las personas heridas por coche-bomba que han quedado con invalidez permanente, las 1.294 que han quedado con incapacidad física o las 41 con gran invalidez, así como el gran número de personas que han perdido un ojo por disparos de pelotas de goma".
¿Puede ser Sabino Ormazabal, autor de esta reflexión, un etarra?
La sentencia de la Audiencia Nacional en el caso Ekin, el sumario 11/98, dice que sí. Pero hay muchos, como Javier Sádaba, que creen que el periodista de Gara es sólo un activista de la no violencia, que puede tener ideas nacionalistas, pero que no forma parte de ETA.
Los jueces creen que sí.
Son los problemas de los macrojuicios. La línea del delito corre el peligro de difuminarse.
La sentencia es preocupante porque identifica la desobediencia civil con el terrorismo de ETA (págs. 599 a 605, .doc) y atribuye a la banda su diseño. Lo explica en cinco puntos:
1. El proyecto de desobediencia civil de ETA es concebido por la organización terrorista como una forma de enfrentamiento directo y continuo con el Estado.
2. Que la desobediencia civil, como forma de lucha para alcanzar esos objetivos, es de vital importancia.
3. Que la desobediencia civil como instrumento de lucha debe constituir un modo de vida para deslegitimar al Estado.
4. Que hay que concebir la desobediencia civil como práctica, de ningún modo excluyente de otras formas de lucha.
5. Crear espacios de contrapoder (...) con el fin de lograr la autodeterminación y la independencia del País Vasco.
El terrorismo de tantos años lo cubre todo. Hasta las propias opciones políticas que coinciden con los objetivos de los etarras.
La desobediencia civil es una opción diferente a las bombas, los tiros, el asesinato, el secuestro, la extorsión y la amenaza.
Si no vulnera los derechos de los demás, es difícil identificarla con el terrorismo, aunque sus instigadores puedan coincidir en parte.
Entre los 47 condenados hay etarras, seguro. Y colaboradores directos e indispensables de los terroristas, seguro. Pero ojalá no haya quien pague por coincidir políticamente con los terroristas, en todo o en parte, sin ser responsable de sus delitos.
Sabino Ormazabal dice que "la lógica militarista y autoritaria no puede cegarnos".
Los terroristas ya están ciegos. La democracia debe cuidar su visión para ser mucho más escrupulosa y garantista. La ley debe ser ciega sólo con la condición e ideas de los reos para juzgar sólo los hechos probados.

Thursday, January 05, 2006

Fuentes alternativas para un juicio complejo

Todos estamos contra el terrorismo y los asesinos. Todos menos los asesinos y los pocos que los apoyan. Pero la amenaza y el dolor del terrorismo es tan grande que a veces el estado de derecho corre el peligro de excederse. Ante esa amenaza podrían estar algunos encausados del macrojuicio contra el entorno de ETA conocido como caso Ekin o sumario 18/98.
Un caso complicado en el que casi todos los medios parten de las mismas presunciones. 18/98 es un blog de apoyo a algunos encausados pertenecientes a movimientos sociales no integrados en el Movimiento de Liberación Nacional Vasco (MLNV) o que aunque pertenezcan al entorno abertzale se declaran inocentes de cualquier delito de colaboración con el terrorismo.
El MLNV ha infiltrado durante años a muchos movimientos sociales y de protesta en el País Vasco y Navarra de todo tipo: antimilitarismo, ecologismo, feminismo, defensa del euskera, etc. Esa estrategia hace muy difícil precisar a veces sus contornos, pero la linde entre el delito y la opinión debe mantenerse prístino en la justicia.
Son delitos los hechos, no las opiniones.
Entre los encausados y sus presuntos delitos hay que deslindar muy fino entre las opiniones políticas y los actos de desobediencia civil, coincidentes o no con la estrategia del entorno terrorista, y los delitos.
Las opiniones, por abyectas y sancionables que puedan parecer a otros, no son delito en una democracia. Coincidir con la ideología o con ciertos objetivos de los terroristas y quienes les apoyan, tampoco, por muy reprobable que sea ética y cívicamente.
Las opiniones o expresiones sólo son delictivas cuando incitan directamente a otro delito (apología) o cuando los justifican (enaltecimiento, art. 578 del Código Penal) y humillan a las víctimas, pues la ley protege a los ciudadanos contra la presión y las amenazas de los terroristas y sus colaboradores.
El Código Penal precisa la apología del terrorismo (art. 18.1) y afirma que "sólo será delictiva como forma de provocación y si por su naturaleza y circunstancias constituye una incitación directa a cometer un delito". Es "es un delito (de opinión) que versa sobre otro delito distinto, o delito-objeto: el de terrorismo, con el que no puede confundirse", aclara una sentencia del Tribunal Supremo de 2002 (pdf).
Sobre las publicaciones en medios, el mismo artículo del Código Penal puntualiza que será apología "cuando directamente se incita por medio de la imprenta, la radiodifusión o cualquier otro medio de eficacia semejante, que facilite la publicidad, o ante una concurrencia de personas, a la perpetración de un delito".
Los macrojuicios pueden generar otros problemas. A pesar de agilizar determinadas causas se corre mayor riesgo de perder de vista que no se juzga a colectivos, sino a personas, cada una de las cuales debe mantener la máxima garantía jurídica de todos sus derechos como ciudadano.
Varios colectivos como profesores universitarios o miembros de movimientos como Gesto por la Paz han examinado y criticado algunos aspectos del proceso.
Los jueces decidirán. Mientras tanto no está de más oír a quienes no comparten la opinión común y plantean argumentos en su defensa, como es el caso del abogado Pepe Uruñuela.

Actualización: Los comentarios de algunos lectores (aquí y por correo) me inducen a precisar mejor los delitos de apología y enaltecimiento. Una cosa es conincidir con algunas ideas de los terroristas y sus grupos de apoyo, y otra sustentarlos, colaborar con ellos y enaltecerlos. Ésa es la diferencia penal y moral. Los límites son difusos, pero para eso está la instrucción de la causa y su enjuiciamiento.

18/98 | Blog de varios movimientos sociales que sigue el caso
Plataforma de solidaridad con Pepe Uruñuela
P21 | La difusa identidad terrorista
P21 | Portadas para presuntos terroristas
P21 | ETA engaña de nuevo a la prensa