Santiago Rey se queja de la nueva derrota de Galicia y de cómo la derecha económica golpea el trasero de La Caixa por su OPA a Endesa en el futuro de los gallegos.
"Una empresa estratégica para esta comunidad, como es Unión Fenosa, cae en manos de inversores ajenos a esta tierra cuando podía haber vuelto a ser gestionada por capital gallego y de ese modo revertir en Galicia parte de los beneficios que en tan gran medida obtiene de ella. Y recibimos esta mala noticia el mismo día en que el Gobierno, olvidando su compromiso de solidaridad y reequilibrio, aprueba unos presupuestos en los que la inversión pública se distribuirá en proporción directa a la riqueza de cada territorio".
Santiago Rey duda de la capacidad de la Xunta de Emilio Pérez Touriño (que ya ha hablado con Florentino) para hacer frente a las tensiones políticoeconómicas de la España centrifugada y especulativa.
"El fin del intervencionismo no debe equivaler a que se descuiden los sectores estratégicos ni se niegue apoyo a iniciativas empresariales en esas áreas de actividad, aun cuando sean llevadas con alguna ingenuidad, como podría haber ocurrido en la venta de Fenosa.
Desde su propio periódico otros analistas piden calma y subrayan que "por primera vez en quince años, los financieros y empresarios de Galicia hicieron un intento que los mete en el partido".
Pero la compra del 22% de Fenosa por ACS no es una operación normal de libre mercado. ¿Venganza de Botín contra Ortega? ¿Torpedo teledirigido contra Gas Natural y un hipotético nuevo mapa energético?
Jesús Cacho y otros dicen que Florentino es un ariete público de cierta derecha económica. Un visitador de despachos que cierra negocios con el ilusionismo del palco del Bernabéu.
José María Castellano, el compañero de Amancio Ortega en Zara durante tantos años, se despachaba con despecho el domingo en El Mundo y acusaba a los promotores de la operación de inocencia y mala preparación.
Otros destacan lo mucho que se ha pagado por Fenosa cuando Emilio Botín, ese hacedor silencioso, ya tenía cerrado un pacto con Amancio Ortega (Inditex) y Jacinto Rey (Construcciones San José).
No se sabe quién gana a ciencia cierta, pero pierde Galicia y la nueva Xunta. Los medios gallegos y su futuro no serán indiferentes ante esta operación.