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Tuesday, January 25, 2011

El Bulli será arte de la cocina en red

¿Cómo se divulgará la creatividad? from Visual13 on Vimeo.

elBulli se convierte en elBullifoundation. Una red gastronómica y una nube de datos y experiencias para la gastronomía. El proyecto de Ferrán Adrià deja de ser un restaurante para convertirse en una fundación, un centro de creación y experiencias gastronómicas que se compartirán por internet en tiempo real desde Cala Montjoi en Girona.
Telefónica I+D ayudará a Adriá y a Juli Soler, patronos de la fundación, a poner en marcha este nuevo desafío de crowdsourcing gastronómico. Los creadores todavía discuten si la tecnología y los conocimientos serán distribuidos en código abierto o cerrado, pero quieren convertir a la tecnología y su aplicación a la cocina en una de las claves de la innovación del sucesor del restaurante más innovador de los últimos años.
De las famosas espumas y la tortilla deconstruida a la nube (cloud computing). La experiencia del Bulli es un ejemplo más de cómo el conocimiento distribuido y compartido puede servir para reinventar negocios, economía, arte y algo tan palpable y concreto como la cocina.
Si Adrià y Soler me escucharan, les invitaría a que el Bulli sea de código abierto y que esas experiencias y recetas culinarias se distribuyan con licencias que les permitan sostener todos los derechos morales mientras permiten la experimentación, la remezcla y la creación colectiva para volver a recoger esos platos y gustos transformados por la inteligencia y la pasión de otros.
Si hay un ejemplo de espacio para los prosumidores ese es la cocina. La reacción del comensal a la invitación del plato es indispensable para el cocinero. El Bulli podría convertirse en una red de producción, conocimiento y gusto distribuido tan sugerente como la Wikipedia de la cocina si mantiene la apertura para la producción participativa y el conocimiento colectivo.
Una plataforma donde se ahonde en los principios de riesgo, libertad y creatividad sin rutinas prometidos en su manifiesto fundacional.
ElBullifoundation puede ser también una plataforma culinaria, un sistema de conocimiento y tecnología para gestionar activamente la transmisión de experiencias. Donde los patronos de la plataforma y los participantes en red pueden ofrecer sus contenidos, conocimiento y servicios para encontrarse con clientes y proveedores en un entorno de calidad y creatividad.
Desde esa plataforma pueden crearse aplicaciones que ayuden no sólo a los creadores, sino también a los prosumidores a disfrutar y participar en la inteligencia de la cocina. Y sin las estrecheces de la imposible cola de reservas del Bulli.
Una idea para nuevos medios y negocios de cómo la cultura digital, el tiempo real, el flujo social en las redes y las plataformas abiertas pueden mejorar la vida de todos.
Ánimo.

Friday, January 14, 2011

Wikipedia cumple diez años de cultura participativa

Wikipedia cumple diez años y ABC.es lo celebra con algunas opiniones de Mario Tascón, Enrique Dans, Tíscar Lara, Sonia Blanco y José Luis Orihuela.

Mi aportación sobre la Wikipedia como factor de reinicio de la cultura, más libre, participativa y abierta:

Wikipedia es uno de los mayores motores del reinicio de la cultura en la era digital. No sólo convirtió el conocimiento en un objeto popular, gratis, accesible a un solo clic, inmediato y abierto, sino que nos convirtió a todos en colaboradores y productores del sueño enciclopédico que hubiera enamorado a Diderot y D'Alembert.
Si los enciclopedistas quisieron ilustrar a sus pares burgueses, la ilustración digital es la mayor democratización del conocimiento y el proceso para lograrlo. Intenta hacer accesible para todos la información y convierte a mucha gente en autores, editores y proveedores de sus contenidos sin más recompensa que compartir sus conocimientos y esfuerzos. Acabar con la desigualdad del conocimiento.
Wikipedia es la mayor expresión de la cultura libre y democrática, con sus ventajas y sus peligros. Pero también con el empeño de la gran comunidad que ha creado en mejorar permanentemente. Una obra de producción colaborativa y conocimiento colectivo, donde se aprovecha toda la información accesible para redistribuirla, editarla, compactarla y enlazarla.
Ha creado una nueva forma de trabajo, abierta, transparente, descentralizada, libre.
Un nuevo concepto del artículo enciclopédico y de la información misma: un proceso donde la colaboración y la participación permite la evolución y actualización constante de la información.
Un artículo de la Wikipedia es un proceso, no un producto, como la naturaleza de los wikis requiere, un flujo informativo, editorial y de conocimiento que ahora corre por las redes sociales y los nuevos interfaces de la información.
Wikipedia nos ha hecho a todos más sabios. O al menos ha creado el ensueño de que podemos serlo si profundizamos en los conceptos y las referencias antes de utilizarlos.
Cuando le preguntan a su creador, Jimmy Wales, que espera en los próximos diez años para la Wikipedia, su respuesta es la mejor definición de su naturaleza y objetivos: "Más lenguas, más información, mayor calidad". Ojalá que también más participación crítica, exigente y desinteresada para mejorar esa gran comunidad que ha ido creando y que inspira a tantas.

Monday, March 01, 2010

El V Congreso de la Lengua se hace virtual

El V Congreso Internacional de la Lengua Española se hace virtual tras la tragedia del terremoto en Chile, donde se iba a celebrar en Valparaíso. Una magnífica decisión que puede abrir una nueva era para este tipo de eventos y para un mejor aprovechamiento, más sostenible, con más accesibilidad para expertos y público, e incluso con posibilidades de hacerse mucho más participativo, abierto e interesante, además convertirse en permanente.
Lo pensé al conocer las noticias del seísmo y hasta hubo quien me recriminó. Pero el paso dado por los organizadores puede ser importante para repensar este tipo de eventos y promover la enseñanza, discusión, presencia y estudio on line de las lenguas y la literatura.
¿Para qué esperar a un congreso presencial cuando todo puede estar en internet?
Tanto el Instituto Cervantes como la Real Academia Española tienen experiencia en internet.
Quizá sea el momento de plantearse si todo ese dinero, esfuerzos, recursos, invitados, protocolo, etc. invertido en estos magnos eventos no sería mejor aprovechado en la promoción de la lengua en internet, la construcción de herramientas abiertas y gratuitas de enseñanza, discusión, intercambio académico, audiovisuales, documentación, wikis colaborativos, redes de expertos e interesados, etc. más allá y para reforzar iniciativas como el Centro Virtual Cervantes.
Y hacerlo de forma que todos sus contenidos promovidos y subvencionados con dinero público reviertan directamente a los ciudadanos, gratis y abiertos para su uso. Porque la lengua es un gran ejemplo de procomún, un bien de todos.
Ojalá la tragedia del terremoto en Chile y la experiencia de este Congreso Virtual de la Lengua sirvan para estimular y hacer repensar una nueva forma de aumentar la capitalización, el valor y difusión de la lengua española en el mundo y en internet.
Porque la lengua está viva, y no se desarrolla sólo con congresos y comunicaciones, sino también promoviendo y ayudando a la expansión de los contenidos de calidad.

Tuesday, January 12, 2010

El fracaso de Jamendo

Jamendo, la web de distribución de música libre con licencias abiertas Creative Commons está en venta para lograr 1,5 millones de euros y poder seguir funcionando.

¿Es el fracaso de la empresa o una crisis de la música libre?
Jamendo nunca ha sido un ejemplo de buen funcionamiento, pero la invisibilidad y falta de popularidad de su música es un problema no resuelto de la música libre de derechos.
Sus casi 30.000 álbumes publicados y sus 700.000 miembros registrados no son suficientes para la sostenibilidad de la plataforma. Y seguramente tampoco para dar a los músicos los rendimientos esperados.
Las quejas de los usuarios, sobre todo de quienes distribuyen su música en ella son frecuentes y el propio moderador de la comunidad en España, Pantera Negra, ha abandonado su puesto y se queja en su despedida de los problemas de gestión de la web.

¿Cuáles son las alternativas?
Una red social como la de Ning propuesta por los descontentos de Jamendo u otras como Música Copyleft; integrarse en otros servicios como MySpace, u optar por una red P2P de intercambio.
Cualquiera de esas alternativas pueden tener el mismo problema de Jamendo. Para pagar alojamiento, gestión, promoción, etc. se necesitan ingresos aunque no se pague por la música.
Esa necesidad llevó a Jamendo a lanzar una alternativa de pago por la música para establecimientos o derechos para creaciones multimedia.
No es suficiente. No al menos para que sus músicos atraigan un interés que permita la viabilidad de la plataforma.
El problema de la mayoría de las webs de música es el alto coste de los derechos digitales. Puede llevarlas a morir de éxito sino consiguen suficiente financiación. Pero para las iniciativas de música libre el problema es conseguir suficiente atención para rentabilizar su funcionamiento y hacer visibles al público su música.
La larga cola no funciona si no se tiene una alta penetración en ciertos nichos con suficiente poder de promoción de los músicos.

Una web de música libre tiene el mismo problema de las comerciales: ¿cómo conseguir ingresos?
No paga derechos, pero sí el resto de costes. Sus músicos deben además percibir rendimiento en popularidad, atención, contrataciones, etc. para atraer a otros autores y conseguir un catálogo atractivo para lograr una audiencia que permita conseguir ingresos y captar a nuevos usuarios.
Si no hay suficiente rotación de música no se consigue una circulación de usuarios y una frecuencia de uso de la página imprescindible para su éxito. Y sin esa intensidad y volumen de consumo tampoco aumenta la popularidad y el reconocimiento de los músicos para su actividad profesional.
Alojar música no es suficiente. Hace falta un buen sistema de promoción, facilidad de acceso, buen buscador, recomendaciones sociales o algorítmicas y, si es posible, acceso o consumo de la música a través de diferentes plataformas de forma sencilla.
Pero además se necesita promoción. Sin ella es todavía muy difícil lograr público y reputación o notoriedad suficiente. Fuera de los circuitos de promoción de la música en medios, blogs de éxito o en sin entrar en un circuito de música en directo adecuado es muy difícil sobrevivir y expandir la música. Por mucho que sea gratis.
El gran problema de la larga cola es que mucha más gente consume más música de más músicos, pero los grandes éxitos siguen dominando el negocio y la atención de la mayor parte del público. Y con ellos, el dinero de la música.

Sunday, December 27, 2009

Reiniciar la cultura

Cuando Jesús Rocamora me pidió un artículo para Público sobre la cultura en la primera década del siglo XXI, la idea apareció clara: ha sido la década de la cultura libre, el iPod, las consolas y, sobre todo, de la apropiación de la cultura y el entretenimiento por el público. Pocos momentos en la historia con un cambio de paradigma tan importante como en estos años que van de la explosión de las descargas al lanzamiento de iTunes hasta la popularización del copyleft y las licencias flexibles hasta el ebook.

Pero no todo es revolución. En el sustrato de tantos cambios subyacen viejas corrientes y la mayor crisis de la industria del entretenimiento desde que Adorno y Horkheimer hicieran su crítica en los años cuarenta del siglo XX.

De la cultura de masas a la era del acceso, la participación y el control 2.0 en diez años para una cultura libre por la que aún hay mucho que luchar. Diez años para reiniciar la cultura.
El artículo:

Pasar los dedos suavemente por una rueda o una pantalla para acceder a todo lo deseado. Cultura iPod. Un clic para llegar al contenido. Cultura p2p. Máquinas de memes, la unidad de transmisión cultural, surcando el ciberespacio para ser compartidas. Cultura red. Con Wikipedia el conocimiento se hizo inmediato y gratuito para fingirnos sabios. Cultura wiki. La rebelión contra los abusos de la propiedad intelectual y la industria trajo las licencias abiertas, el copyleft y Creative Commons. Cultura libre.

2001. Comienza el reinicio de la cultura cuando la globalización se hundió con las Torres Gemelas. Cultura basura, reciclado y sin narrativa lineal como Don DeLillo había avanzado en Submundo. Napster cerró acosado por las discográficas pero el P2P se expandió con Kazaa o BitTorrent. Jimmy Wales y Larry Sanger crearon Wikipedia. Apple lanzó el iPod. Un año antes explotó la burbuja puntocom y la exuberancia irracional se transfiguró en economía de la abundancia. Un nuevo ecosistema de contenidos e información que sólo existe, tiene valor y es útil cuando es empleado, difundido y mejorado por el público. Criterio P2P. La muerte del autor de Barthes convertida en la sociedad de autores de la red social. Cultura viral.

T. W. Adorno ríe en su tumba. En el mundo digital triunfa su tesis: cuando la industria domina la cultura, el resultado es puro consumo. Bienvenidos al todo gratis y la rebelión contra la industria del entretenimiento: el público se apropia de las obras. La exuberancia de la cultura de masas crea la ansiedad del hiperconsumo. Cuando todo está a nuestra disposición en la pantalla necesitamos una economía de la afectividad para recuperar su valor. Criterio P2P contra la superproducción de la industria cultural, pero la afectividad no se traduce sólo en pago, sino en más consumo.

Somos lo que la cultura nos hace y repetimos mitos el año de la muerte de Lévi-Strauss. Eres la biblioteca de tu iPod –pronto de tu e-book- en una sociedad de nómadas digitales, individualistas interconectados en busca de tribu donde reconocerse. A menudo bajo la divinidad de una marca. Nuestras películas, música y libros favoritos son nuestro perfil en las redes sociales. La cultura se parte en memes desde que MySpace se convirtió en plataforma de autoedición para la música y el cine aprendió que una descarga aventaja a un minicine en la cultura de bolsillo. Y que sólo el 3-D y el gran espectáculo nos devolverán a las salas cuando la televisión se muda a internet.

La sociedad del conocimiento es por ahora la del ocio, donde el entretenimiento bastardea la cultura. El hiperconsumo es el ADN de la vida líquida en busca de la identidad en bits y contactos. Buscamos gratificación instantánea en la era del acceso. No esperamos al calendario de estrenos y comercialización de las distribuidoras y los grandes medios. Con tanta abundancia las formas de acceso crecen y el contenido converge en un nuevo control 2.0, los dueños de las puertas digitales y el cloud computing. La larga cola digital no ha acabado con el imperio de los hits, de Madonna y U2 a Michael Jackson, El código da Vinci, Harry Potter, Larsson, los Soprano, Perdidos o El señor de los Anillos y las sagas de vampiros.

Los libros han resistido con miles de títulos y más lectores que nunca cuando el turismo invadió los museos. El ebook llega mientras en las bibliotecas digitales se echa de menos el dominio público y las obras huérfanas se pudren descatalogadas. El mínimo común cultural se impone. Autores, industria y público enfrentan el diario dilema del ordenador: ¿suspender, apagar o reiniciar?

Wednesday, December 23, 2009

Un nuevo sistema operativo social y económico

El Manifiesto en defensa de los derechos fundamentales en internet ha impulsado como nunca el debate sobre los ciberderechos y la propiedad intelectual. Un grupo de autores y juristas como Belén Gopegui, Ignacio Ramonet, Rosa Regás, Carlo Frabetti, Isaac Rosa, Carlos Martínez, Carlos Sánchez Almeida, Constantino Bértolo o Álex de la Nuez promueven un nuevo manifiesto En defensa de una red libre.
"Se trata de entender el P2P como una gran biblioteca común y no como, una vez más, servicios en streaming donde sean las discográficas o las editoriales o las nuevas empresas de la Web quienes decidan qué suena, se lee, se imagina", proclaman para sostener una defensa de los derechos de autor independiente de la industria y considerar internet como un derecho e "incluirlo dentro de lo público, como la educación o la sanidad".
"No se trata de que los autores cambien de amos", explican, sino defender la cultura libre "inserta en un movimiento colectivo que vaya más allá de las rentas de un tipo u otro de empresario".
Y por ello se preguntan "si el gobierno tiene algún interés, aunque sea mínimo, en investigar nuevos modelos". Una demanda apoyada por muchos que defendemos que la clave del desarrollo de la cultura, la ciencia y la innovación no es su gratuidad, sino la ampliación del dominio público, el acceso a los bienes comunes, a los intelectuales y creativos, a la información y los contenidos de todos. En esa defensa coincido con los autores del nuevo manifiesto.
Pero es necesario ir más allá para lograr un nuevo consenso más plural y aceptable por una mayoría. Incluso superar las diferencias y las antinomias ideológicas, económicas y políticas en una sociedad poscapitalista y posideológica.
La clave esencial para superar gran parte de los problemas del acceso al conocimiento y los contenidos, de la crisis de la propiedad intelectual y de los derechos de autor, y mejorar las formas actuales de producción es fomentar, reconocer y fortalecer el procomún.
Los procomunes (commons) son los bienes que pertenecen a todos, a la colectividad de unos mismos intereses, comprometida con su enriquecimiento y legado, y que aprovecha esos bienes en una cadena de valor para crear otros. En definitiva, esos bienes de los que todos somos usuarios, clientes y accionistas.
La mayoría de la cultura, la ciencia y el conocimiento pertenecen a los procomunes. Es un ecosistema de contenidos y conocimiento que sólo existe, tiene valor y es útil cuando es empleado, difundido y mejorado por la sociedad.
Una nueva redefinición del espacio y los bienes públicos, pero también de los modelos de propiedad y producción hasta la economía P2P (según el viejo ensayo de Michel Bauwens), el capitalismo 3.0 de Peter Barnes o la sociedad del protocolo, reseñada por David Brooks.
Desafíos para crear un nuevo sistema operativo para la política 3.0, una verdadera democracia 3.0 apoyada en una economía 3.0 para la era de la abundancia aunque, como siempre, muy mal repartida.
La economía de la abundancia se ocupa de los bienes cuya producción es inmaterial o cuando el coste de la copia es marginal. Los bienes materiales siguen siendo escasos y su economía y gestión es bien distinta.
Algunos ejemplos son la música, la ciencia, la información o los medicamentos. Todos necesitan un esfuerzo importante y tienen costes de creación, investigación o desarrollo, pero su producción y distribución son muy baratos. A su vez muchas personas, tradición, conocimiento o invenciones anteriores influyen enormemente en su creación y adquieren mayor valor cuanto más empleados y consumidos son: la información que crea una base común de visión ciudadana de la actualidad, la música que une a tanta gente, los desarrollos científicos compartidos por otros y aplicados o los remedios contra las enfermedades.
La cultura y el entretenimiento están en el ecosistema del procomún. El sistema comercial actual no recompensa con justicia a los autores, deja en manos de grandes empresas una gran parte del sistema y los bienes culturales, los ata a un sistema comercial muchas veces injusto con la pluralidad y la riqueza, y restringe el acceso de los ciudadanos.
Por eso, como clama el manifiesto, es hora de que los gobiernos y los políticos se atrevan a discutir nuevas ideas y a facilitar, legalizar o promover nuevos modelos de creación, gestión y distribución.
Esa es la tarea abordada por la Comisión Europea y ahora de nuevo en marcha en la Comisión de Propiedad Intelectual del Congreso, que tiene la obligación de mejorar el Texto Refundido de la Ley de Propiedad Intelectual y la confusión, inseguridad y obsolescencia jurídica creada desde entonces.
El procomún es la clave. Internet debe ser un derecho. Pero ese derecho tiene que aplicarse de diferentes formas en la tecnología de la Red y sus códigos (abiertos, estándares, neutrales), su gobernanza (gestión global, transparente, participativa), sus métodos y elementos de acceso, y sus contenidos.
El acuerdo sobre esos derechos, una legislación que reconozca y proteja plenamente los derechos de acceso y colaboración (copyleft, Creative Commons, dominio público), el estímulo a la economía 3.0: producción P2P, ciencia y cultura abiertas, negocios abiertos, gratuitos o no, economía del don y de la afectividad, etc. Y también, como no, la ampliación del dominio público y la ampliación del acceso a los contenidos, cultura, ciencia, innovaciones, etc. financiadas y desarrolladas con dinero público.
La economía 3.0 debe ser más abierta, participativa y plural (me atrevería a decir que justa y, por supuesto, social) que la actual. Muchos elegirán el desarrollo de negocios y riqueza más social, otros seguirán más volcados en los beneficios y la comercialización.
Cambiar el sistema operativo de la política y la economía es imprescindible para lograr esos nuevos consensos y construir las plataformas de acceso, contenidos e información que una sociedad del conocimiento necesita. Ciudadanos con más derechos efectivos y mayor poder de elección en una política y una economía con más alternativas y transparencia.

Tuesday, September 01, 2009

Wikipedia quiere autoridad

Abarcar el conocimiento de su época ha sido el sueño de toda enciclopedia. De Plinio el Viejo a las Etimologías de San Isidoro hasta la gran obra de la Ilustración emprendida por Diderot y D'Alembert. Todas fracasaron en su empeño universal, pero la mayoría triunfaron porque ofrecieron a sus contemporáneos la mejor vía al conocimiento posible hasta entonces. La Wikipedia no es una excepción. Y su tiempo comienza a pasar cuando es la hora del flujo social en tiempo real, más veloz en las redes sociales.

¿Está en crisis la Wikipedia? ¿Madura o traiciona sus principios? Su historia es de tensión entre la colaboración, la libertad y la igualdad para editar contenidos frente a la precisión, el rigor y la autoridad. Algunos acusan a las nuevas reglas de revisión de los artículos por editores antes de su publicación de ser una amenaza contra la inteligencia colectiva y el crowdsourcing, principios de su creación en 2001, posible gracias a la tecnología libre de los wikis, páginas editables por diferentes usuarios.

Wikipedia madura. Sin duda. Los últimos estudios -en Estados Unidos o en España- muestran que pierde editores, la participación se estanca y unos pocos la dominan: menos del 10% de los autores crea más de la mitad del contenido. Y se edita más. Conclusión: crece la resistencia del núcleo duro de la comunidad de la Wikipedia al nuevo contenido. Los wikipedistas buscan autoridad y
se rebelan contra la igualdad radical de la sabiduría de las masas, como la llamó James Surowiecki. En el funcionamiento de la Wikipedia los problemas cognitivos, de coordinación y de cooperación son habituales y casi irremediables con 330 millones de usuarios únicos, 240 ediciones activas y 13 millones de artículos.

La Wikipedia nació para convertirse en la enciclopedia más accesible y con referencias más vivas de la realidad. El vandalismo, las manipulaciones, los errores y las críticas de estos años nacen de su éxito revolucionario. Nunca tantos artículos de referencia con tanta actualización han sido accesibles. Es la enciclopedia de la cultura pop y de masas, el reflejo de la posmodernidad. Pero la Wikipedia comienza a abandonar esa cultura líquida cuando la autoridad presiona más que la actualización y muchos de los que han buscado notoriedad, marketing y exposición en ella emigran ahora a las redes sociales. La pulsión del tiempo real y el criterio social se muda a la red social. El poder de los gestores gana. Como siempre, el conocimiento se institucionaliza y sus gestores demandan autoridad y criterio. Es el fin de una revolución democrática, pero también la maduración de internet.

Columna semanal en Público

Friday, April 24, 2009

Cerco a las descargas P2P

El Gobierno, la industria del entretenimiento y las operadoras de telecomunicaciones negocian el bloqueo administrativo de las páginas con enlaces P2P, informa Público.
Es un paso más en la persecución de un cambio radical en la distribución de los contenidos que llevará al absurdo. Si se bloquean páginas de P2P, ¿bloquearán también a Google y resto de buscadores por encontrar los enlaces a los archivos P2P? ¿y a medios como El País -gran defensor de la industria- por publicar webs y enlaces de descargas?
La estrategia es no criminalizar a los consumidores, como ha defendido la Unión Europea y actuar directamente contra las webs de P2P.
La propuesta es un bloqueo administrativo sin control judicial, una vía abierta en la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información y en la Ley de Propiedad Intelectual.
Baja la protección de los usuarios y no se contestan a algunas preguntas clave como el mantenimiento de la neutralidad de la red, la inviolabilidad de las comunicaciones o qué es ánimo de lucro en la nueva economía digital.

Público hizo una serie de preguntas a Juan Manuel Tourné, de la Federación para la Protección de la Propiedad Intelectual, y a mí sobre el tema. Aquí están las suyas.
Y las mías, que a continuación reproduzco íntegras:
¿Es partidario de cortar la conexión a los usuarios que reincidan en las descargas?
Las comunicaciones son inviolables. Es un derecho fundamental, superior a los derechos morales y económicos de los autores. Necesitamos nuevos modelos de relación entre autores y público, y ampliar el acceso a los contenidos digitales, especialmente si se han financiado con dinero público.
¿Una canción/película descargada equivale a una no vendida?
Quienes descargan obras en internet también las pagan y compran en otros soportes. La relación directa es una falacia. El problema del negocio del entretenimiento es la sustitución de una economía de la escasez por una de la abundancia donde los contenidos han perdido valor de mercado y, sobre todo, subjetivo, principalmente por la saturación impulsada por la propia industria.
¿El proveedor debe ser el encargado de controlar las descargas?
La neutralidad de la red es un principio fundamental para la democracia y la libertad. Los contenidos de internet son datos y ni los proveedores ni nadie tiene derecho a espiarlos a no ser por sospecha fundada de delito y bajo las garantías legales correspondientes.
¿El ánimo de lucro es un límite adecuado para cerrar una web?
Definir lucro sobre qué es uno de los problemas fundamentales de la nueva economía digital y de los contenidos.
¿Lucro sobre la copia que no está en los servidores de las webs perseguidas?
¿Por facilitar la relación entre usuarios?
¿Sobre la búsqueda de información en internet? Entonces supongo que bloquearán Google, Yahoo, Microsoft, Tuenti, y demás buscadores, foros y redes sociales, porque en sus páginas se encuentra información para las descargas.
El lucro de la mayoría de estas páginas no es sobre las obras ni la copia, sino por los servicios de información y relación que prestan. También tendrán que cerrar algunos medios como webs de diarios y revistas que informan dónde encontrar las descargas.
¿Le parece apropiado que sea un órgano administrativo y no un juez el encargado de cerrar páginas?
Los ciudadanos deberían mantener sus derechos fundamentales, incluida la presunción de inocencia. En España las descargas no son delito, sino un ilícito civil, un conflicto económico entre autores y público. Pero esa vía administrativa ha sido abierta legislativamente en España y en Europa.

Al hilo de esta polémica en los últimos días ha habido un interesante debate entre Hernán Casciari (autor del blog Espoiler en El País), Gonzálo Martín (La Nueva Industria Audiovisual) y Ricardo Galli (Menéame) y en el que también ha entrado Enrique Dans muy recomendable para analizar las distintas posiciones y visiones enfrentadas sobre los derechos de autor y la cultura libre.

Tuesday, April 21, 2009

Criterio P2P

El hiperconsumo alcanza su culmen en el P2P y la gratuidad. La industria del entretenimiento se queja de las descargas, pero recibe lo que ha creado. En la economía de la abundancia, con más música, libros, películas, etc. de lo que se puede consumir, la cultura participativa y la tecnología han inventado una herramienta para hacer accesibles los contenidos, seleccionarlos y compartirlos.
¡Menos mal que existe el P2P! La sociedad de consumo debe consumir a toda velocidad. Para ser uno mismo y para coincidir con otros, como explicó Zygmunt Bauman. El ansia por eso que llaman cultura y deberían llamar entretenimiento aprieta: hay tanta producción que no damos abasto. Consumir es "parirse a uno mismo con placer y no con dolor", palabras de Gilles Lipovetsky. Pero llegó el P2P, la forma más eficiente y barata –casi gratis- de compartir obras e ideas.
De cultura de masas a comunidad de intereses. Placer sin límite con filtro humano colectivo: criterio y derechos del consumidor contra el capitalismo de la abundancia. Esa es la amenaza del P2P. Unido a la web 2.0 perfecciona la distribución y anula al mediador: terror en la industria. Las descargas no son el problema de los autores. Son el de la industria porque la tecnología y la distribución social la obligan a cambiar. La distribución compartida esquiva el mando de quienes someten a los autores con contratos leoninos basados en la misma propiedad intelectual con la que cargan contra los fans, los que no paran de gastar en suscripciones, compras, conciertos, impuestos, merchandising, etc. de lo que les gusta.
Pero ni a ciegas ni varias veces (pay per view, DVD o CD, publicidad…). Alto. Cuando los contenidos saturan, televisión, radio, DVD, ordenadores, móviles, etc., las obras son simples cosas. Sólo ambiente, como explicó Adorno al señalar que una obra de arte es su primera copia. Ahora esas copias pueden ser gratis o mucho más baratas. De la copia vive el copiador y distribuidor. Pero el bien cultural es la obra, no el distribuidor. Contra ese control en precio, tiempos u criterio de la cultura de masas se rebela el P2P y la cultura libre.
El P2P clasifica el contenido en dos tipos: el sólo gratis y el valioso, los que reclaman difusión viral y son pegajosos (Jenkins, Gladwell). El criterio vuelve al consumidor. Decide qué merece la pena pagar y qué no. Ese es el pacto a reconstruir entre autores y público. Con la tecnología y la economía de la afectividad entre unos y otros está el nuevo negocio y el futuro de la cultura.

Columna en Público

Tuesday, April 14, 2009

¿Quién dijo miedo, ministra?

No se equivoque, ministra González-Sinde. La crítica a sus posturas y manifestaciones sobre internet y los derechos de autor y de propiedad intelectual, especialmente del cine, no son una manifestación de miedo, como parece usted creer.
Son una apelación a la sensatez, a la responsabilidad, a modernizar los derechos de autor y de propiedad intelectual garantizando el máximo acceso a la cultura de los ciudadanos y en defensa del dominio público, sobre todo cuando las obras y contenidos culturales, científicos, administrativos o de cualquier otra índole se financian con dinero público.
Cultura libre no es cultura gratis, como bien explica desde hace tiempo la definición de software libre y se defiende en multitud de documentos como el Manifiesto por una Cultura Libre o en los principipos del copyleft.
Es la libertad, no la gratuidad lo que está en juego.
Y eso es lo que defendemos quienes consideramos que cualquier obra subvencionada por fondos públicos -como la mayoría del cine español, pero también otras muchas artes y contenidos de todo tipo- deben revertir en beneficios para los ciudadanos, sus mecenas, y no sólo para sus creadores, productores o distribuidores.
Eso supone mejorar el acceso, abaratar los costes y permitir el uso justo de la obra para ampliar el dominio público y el acceso a la cultura y mejorar un negocio obsoleto.
Todos objetivos donde se pueden aprovechar las ventajas de internet y la tecnología digital.
Y es en esa dirección por dónde van las propuestas de modernización de la propiedad intelectual, las resoluciones e informes del Parlamento Europeo que demandan "equilibrio entre el respeto a la propiedad intelectual y el acceso a los acontecimientos y contenidos culturales" y no criminalizar a los usuarios.
De eso se trata. De crear una cultura más abierta, accesible, participativa y libre con nuevos modelos de propiedad intelectual y derechos de autor, no de defender las descargas como sustitutivo de la verdadera cultura libre.

Actualización: Gonzalo Martín continúa estas reflexiones.

Tuesday, December 30, 2008

Líderes para la cultura y la ciencia libres

Rafael Simancas defiende en Público su iniciativa parlamentaria para “liderar una estrategia para la protección de la propiedad intelectual” y uno se pregunta cuándo un político liderará la promoción de la cultura y la ciencia libres, abiertas y participativas.
Ciencia y cultura popular, ahora que disponemos de las herramientas para hacerlas llegar más rápido a más personas que nunca, en lugar de encapsularlas en una propiedad intelectual abusiva y en los intereses de las grandes empresas.

No dejamos de destinar dinero a esa cultura de la que habla Simancas (siempre olvidan la ciencia), pero la Filarmónica de Berlín comienza a ofrecer sus conciertos en directo en Internet y nuestras orquestas nacionales, autonómicas y municipales todavía no lo hacen.
Somos los europeos con menos fondos públicos digitalizados y nos faltan iniciativas de ciencia abierta como la lanzada por la Comisión Europea este año para garantizar el acceso a las investigaciones científicas financiadas con fondos europeos y lograr su revisión en la Red por otros científicos para aumentar la innovación y el conocimiento.
Una política recomendada también por organismos como la OCDE.

Pero en España seguimos financiando con un 25% del gasto total en cultura eso que llaman creadores y que más bien son productoras y comercializadoras.
¿Cuántas de esas obras financiadas con el dinero de todos son de dominio público?
¿Cuántas se exhiben o son de acceso gratuito por las ayudas que reciben?
La respuesta es que en conciertos y espectáculos en directo, algunas. Cuando hablamos de obras editadas, en soporte físico yo digital, una insignificancia. Ni siquiera los informes de los poderes públicos.

Vivimos en un país donde el Gobierno no aprueba una ley de acceso a la información como la existente en casi todos los países europeos, donde las entidades de gestión de derechos de autor no son auditadas por el Ejecutivo como establece la ley, donde una sentencia tras otra los jueces repiten que compartir obras digitales entre usuarios privados no es delito cuando no hay ánimo de lucro, donde se pueden comprar en centros comerciales música y cine a menos precio que en las tiendas digitales y donde los informes no controlados por los lobbies de la propiedad intelectual los expertos –en contenidos y en derecho, el último, el Libro Blanco de los Contenidos Digitales del Ministerio de Industria– vuelven a recomendar un cambio de modelo de negocio y proteger a los autores y las obras, no a los soportes.
Ni caso.

Es más fácil perseguir y ponerse la chapa de defensores de una cultura que excluye y penaliza a una sociedad de autores enorme: la de los ciudadanos que publican y cuelgan sus contenidos en Internet sólo por el placer de compartirlos.

Columna en el diario Público

Tuesday, November 25, 2008

Más contenidos para los ciudadanos

¿Por qué a los políticos les preocupan tanto los derechos de unos pocos y tan poco los de muchos? Siguen empeñados en reducir el acceso a los contenidos digitales, una parte de ellos financiados con fondos públicos (impuestos) que los ciudadanos nunca recuperan.
El Congreso discute una nueva proposición no de ley presentada por el diputado socialista Rafael Simancas para “ordenar la circulación de contenidos en Internet, hacer frente a la piratería cultural, garantizando los derechos de los ciudadanos, favoreciendo el desarrollo de la industria cultural”. Otra apelación invocando los derechos ciudadanos para garantizar el negocio de una obsoleta industria cultural.
Europeana, la nueva gran biblioteca europea duró sólo un ratito. Al poco de estrenarse se suspendió su servicio por la afluencia de internautas en busca de los dos millones de contenidos digitales anunciados, señal indudable del interés por la cultura y su acceso en red en la sociedad de la información y de la falta de previsión de los responsables del proyecto europeo, que después de varios informes de especialistas en los programas i2010 y eContentPlus no ha conseguido mejorar la recuperación de las obras huérfanas (de las que se desconocen los titulares de los derechos de autor), ni de las obras descatalogadas, y mucho menos de las obras con derechos vigentes.
Ni siquiera los que están en poder o son gestionados por instituciones públicas.
La Comisión Europea quiere avanzar hacia la Europa 3.0, pero cada vez que loa la innovación y la participación de los ciudadanos refuerza de inmediato la preservación de los derechos de autor y propiedad intelectual con mayores períodos de vigencia y más restricciones.
Ni siquiera la financiación pública de las obras y de su digitalización revierte en derechos para los ciudadanos ni en una ampliación del dominio público. Y eso pese a las recomendaciones de la OCDE o la propia Comisión sobre el acceso abierto a la cultura y a los datos de las investigaciones financiadas por dinero público: la llamada ciencia abierta. Pero tampoco se cumplen las propias directivas europeas sobre acceso a la información de las administraciones públicas, que en muchos casos siguen sin ser de dominio público.
En 2006 las administraciones españolas gastaron 5.932 millones de euros en cultura, un 0,6% del PIB y más de 135 euros por habitante. La recaudación por derechos de autor fue de 476 millones de euros (511 en 2007). No estaría de más que al menos una parte de la inversión pública en cultura y ciencia revirtiera en un aumento del dominio público y la mejora del acceso a los contenidos de los ciudadanos con el uso de derechos flexibles y una reducción del tiempo y ámbito de explotación de todas las obras financiadas con fondos públicos.

Columna semanal en Público

Actualización: los socialistas enmiendan la proposición no de ley de Simancas. Pero seguimos pasos por detrás de una verdadera concepción social de los contenidos en internet y los procomunes.

Wednesday, June 18, 2008

Blogs en defensa del derecho de cita

Boicot a Associated Press (AP). La protesta se extiende contra la mayor agencia de noticias norteamericana y una de las mayores del mundo. Los blogs han declarado la guerra a una de sus principales fuentes informativas. ¿El motivo? AP quiso obligar a un agregador de blogs (Drudge Retort, no confundir con el sensacionalista Drudge Report) a retirar siete informaciones que contenían citas de sus teletipos, la mayoría difundidos por Google y otros medios periodísticos. Y la ira de los blogs se ha lanzado contra la agencia. Un enfrentamiento por el futuro de la información en internet, de las agencias, de los blogs y los límites del derecho de cita.
También en España, donde la legislación ha endurecido sus límites.

Más en Soitu.es

Friday, May 23, 2008

Otros derechos para la literatura

Algunos apuntes de la mesa redonda que tuvimos en la Feria de Sevilla sobre Leer en pantallas y los nuevos derechos para la literatura (o al menos la ciberliteratura).



El resto de intervenciones de la mesa en Tökland: Javier de la Cueva, abogado y administrador de Derecho e Internet; Elena Lisón, de Leggio y Noticias Jurídicas.com; y Juan Freire, compañero en Soitu.es (su resumen de lo allí hablado).

Thursday, May 08, 2008

Derechos abiertos para la ciberliteratura

Elena Lisón, ingeniera y socia de Jurídicas.com; Javier de la Cueva, abogado especializado en Derecho e Internet; Juan Freire, científico y columnista, y yo debatimos ayer sobre la necesidad de nuevos derechos para la cultura digital invitados por la Feria del Libro de Sevilla y la Revista Dosdoce.com.
Todos coincidimos en la conveniencia de ampliar la elección de autores y público sobre la creación y acceso a la cultura. Para ello es imprescindible ampliar la posibilidad de elegir los derechos de autor y con los que se quieren publicar los contenidos. Todo el mundo tiene derecho al copyright, pero también al copyleft y a las fórmulas de derechos flexibles como Creative Commons.
Por eso para mí hay algunas ideas centrales básicas para una nueva gestión de los contenidos digitales, las expongo en la siguiente diapositiva junto a algunas propuestas sobre cómo aprovechar internet para una nueva literatura:



Entre ellas es necesario destacar una decidida apuesta de las administraciones públicas por el fortalecimiento del dominio público y el derecho de acceso a la información y la cultura de los ciudadanos, algo que a menudo se suele olvidar para primar los derechos de pocos frente a los de muchos.
Un elemento fundamental debería ser que toda obra o bien cultural promovido o financiado por fondos públicos debería revertir cuanto antes al dominio público. La financiación pública no sólo debe promover la creación, sino también el acceso de los ciudadanos a las obras que sufragan con sus impuestos.

Wednesday, April 16, 2008

Llanto por Harry Potter

Pasión. Llanto. Una mujer de 42 años y autora de enorme éxito y un seguidor de 50 rotos por el encantamiento de un personaje de ficción ante un juez de Nueva York. J.K. Rowling rompió a llorar en el tribunal ante las inexactitudes del Harry Potter Lexicon al que demanda por plagio y uso abusivo de su obra.
Steven Vander Ark, el autor de la web y del libro devoto de las andanzas de Harry Potter explicaba sus nueve años dedicados al personaje. Su pasión despertada antes incluso de acabar el primer libro del niño mago. Sus explicaciones sobre lo poco que ha ganado con el Lexicon, lo mucho que ha gastado, y su entrega infinita y la de sus colaboradores entusiastas a la autora y a su creación.
¿Acaso no es la historia de la literatura y la crítica literaria la historia de la exégesis?

Seguimiento en Sociedad Cableada
José Antonio Millán y Pepe Cervera también reflexionan sobre el caso

Monday, April 14, 2008

J.K. Rowling persigue a sus anotadores

La mayoría están atónitos. Los devotos de Harry Potter no pueden creen que J.K. Rowling demande en los tribunales a una de sus webs preferidas para conocer los secretos del niño mago, The Harry Potter Lexicon. Pero la cultura fan se ha topado con el viejo negocio de los libros y las películas. Y no es la primera vez.
La autora de Harry Potter se ha presentado en un juzgado de Nueva York para impedir que el sitio creado por Steven Vander Ark y sostenido por él y tres escritores más se convierta en un libro publicado por RDR Books.
Es otro capítulo más de la guerra entre los autores y la cultura de anotaciones, organización o ficciones creadas por los fans.

Más en Sociedad Cableada

Friday, February 29, 2008

Del dominio público al copyright digital

Las obras de la Biblioteca Digital Hispánica siguen siendo de dominio público. Pero la Biblioteca Digital Hispánica como base de datos es propiedad intelectual de la empresa Ex Libris y la Biblioteca Nacional de España.
La contradicción por la que se preguntan 20 Minutos (artículo original en Consumer) y José Antonio Millán es repetida y habitual cuando se trata de la digitalización de obras.
Ahí ha residido la pelea de muchas bibliotecas con el proyecto de Google para convertirlas en bits.
Ya ocurrió con la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes y con toda obra que se digitaliza para una base de datos, red social o una plataforma de contenidos de usuarios.
El artículo 12 de la Ley de Propiedad Intelectual lo deja claro. Y lo mismo el derecho sui generis sobre las bases de datos de la misma ley. Ambas recogidas en la legislación europea.
Afortunadamente el artículo 134 reconoce los derechos del usuario legítimo y el 135 fija las excepciones al derecho sui generis.
Pero la contradicción existe: las obras de dominio público aparecen bajo propiedad cuando se digitalizan.
Es una laguna evidente de nuestro sistema de protección de la cultura. Eso que tanto se proclama y que desgraciadamente acaba a menudo en manos de unos pocos después de ser de todos.
La disposición adicional tercera de la modificación del texto refundido de la ley de propiedad intelectual aprobado en 2006 exhorta al fomento de la difusión de obras digitales y dice que "el Gobierno favorecerá la creación de espacios de utilidad pública y para todos" con obras de dominio público.
Y proclama además que esos "espacios serán preferentemente de acceso gratuito y de libre acceso por sistemas telemáticos, mediante estándares de libre uso y universalmente disponibles".
Pero se olvidó de ampliar el dominio público. Ese es el gran problema de las digitalizaciones y de la cultura libre.
Las obras de dominio público editadas y difundidas con fondos públicos deberían mantenerse libres de derechos en cualquier soporte o formato.
Y todas las obras financiadas o subvencionadas con dinero público deberían revertir cuanto antes al dominio público o gestionarse con derechos flexibles para la utilización no comercial.
Esas son las propuestas necesarias para fomentar una auténtica cultura libre de interés público.
De lo contrario Cervantes y tantos autores siguen cautivos.

Thursday, January 25, 2007

Cervantes sigue cautivo

El rescate. Miguel de Cervantes pasa gran parte de su vida perseguido por el lastre de pagar por su vida misma. Los préstamos de los 500 escudos necesarios para liberarlo del cautiverio en Argel ahogarán al autor del Quijote durante años.
A Cervantes, autor y recaudador de impuestos, quizá no le gustaría que la biblioteca virtual que lleva su nombre siguiera entendiendo la cultura 500 años después con criterios tan antiguos (vía Escolar).
Dice la presentación de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes que "nació con el objetivo de desarrollar la expansión universal de las culturas hispánicas a través de la utilización y aplicación de los medios tecnológicos más modernos a obras relevantes de la literatura, las ciencias y la cultura española e hispanoamericana".
Por eso causa estupor su abusiva y restrictiva norma de enlaces y su interpretación proteccionista de los derechos de autor, reproducción y distribución. Y eso a pesar de su esfuerzo por fijar la fecha de 1919 como límite de conservación de los derechos de los autores fallecidos, que entiende extendidos durante 80 años.
Ni rastro de cultura libre ni de una búsqueda e interpretación de las leyes con más facilidades para la extensión digital de la cultura sin menoscabo del respeto a los autores.
Los patronos y mecenas de Cervantes Virtual (con universidades, cuatro ministerios, una comunidad autónoma, la Real Academia y grandes empresas) siguen apegados a viejas ideas que limitan las posibilidades del mundo digital para la extensión de los valores, ideas y cultura que proclaman quienes se consideran "vehículo para propiciar la extensión de las culturas hispánicas".
Una interpretación más flexible de los derechos de autor, cita, enlace y distribución seguramente haría a esta gran biblioteca hispánica más útil y más pública.
Mal embajador para Cervantes, empeñado de por vida en la persecución de su valía como autor, su libertad y el derribo de los molinos de su época. Algunos aún cargan con sus aspas contra quijotes.

P21 | Bibliotecas de dominio público

Wednesday, December 13, 2006

Lawrence Lessig lanza Code 2.0

Lawrence Lessig publica Code 2.0, la segunda edición revisada y actualizada de Code and Other Laws of Cyberspace, un libro imprescindible para entender internet y el nuevo escenario tecnológico.
Recojo una cita imprescindible (entre tantas), ahora que el software libre provoca debates en el ciberespacio y en los parlamentos:
"Hay regulación de la conducta en internet y en el ciberespacio, pero esa regulación es impuesta en primer lugar por el código (...). En algunos lugares la vida es bastante libre, en otros está más controlada. Y la diferencia entre esos espacios es simplemente una diferencia en la arquitectura de control: o sea, una diferencia en el código".