Eurovisión no tiene humor

¡Donde estén los macizos y el easy listening..!
Europa no tiene humor. El Chikilicuatre se tuvo que conformar con uno de los peores puestos (eso sí, el que no se contenta es porque no quiere) del concurso rey del horterismo catódico.
Si es que sacando a Raffaela Carra del formol no se va a ningún lado.
¡Perrea, perrea, Europa!
El chiki chiki no es para ti. Prefieres a los cachas y las tetudas. Te gustan las baladas y también el disco apto para portada de soft porno y reality show.
Europa hace mucho tiempo que perdió el humor. Y Eurovisión estaba muerta mucho antes. Cuando la Comisión Europea quiere encerrar a los inmigrantes y los delincuentes pueden ser presidentes de países la ironía es revolucionaria.
El humor y la sátira son subersivos. Siempre lo han sido, pero cada vez más en esta Europa que se toma tan en serio a sí misma. Cada vez más egoísta y enrocada sobre su estulticia y los nuevos bloques geográficos y pseudoétnicos. Porque ahora también hay bloques, guerras frías y asociaciones tácticas de nacionalismos televisivos en Eurovisión.
¡Que lo cierren de una vez! De salvarlo, nada. Es tóxico de tan estúpido.
A RTVE le paso la maquinaria Chikilicuatre por encima gracias al ramalazo de genio de Buenafuente y El Terrat. Y la gente se sumó como loca para sacudirse el pastiche cotidiano con un poco de mala leche y jugueteo.
Pero Europa no está para esas. Por mucho que se haya cambiado la letra para hacerla más eurovisiva. Europa se aburre de sí misma y nos aburre a todos.
¡Perrea, perrea!

¿Cómo se baila el chiki-chiki?

Perrea, perrea.
Todos los pasos en Ous Infografía: y el chiki-chiki se baila así...

¡Es la democracia, ríete!

Ganó la democracia. Y la risa. En las elecciones generales y en Eurovisión. Afortunadamente en este país de sempiterno cabreo enseguida aparece una salida por el callejón del gato y un lazarillo guasón encabrita la fea realidad con la ironía.
¡Es la democracia, sí!
Y la ironía. Clave. Sin ironía es imposible pensar la realidad para salir de ella hacia el futuro.
A los cabreados perfectos nunca se les pasa el cabreo. Oigan, oigan si quieren reírse los federiquismos de Losantos o las homilías de Pedro J. Ramírez y Rouco Varela. Holocaustos del enfado.
Risa contra el dolor de los asesinos de ETA que volvieron a aparecer. Risa de homenaje a Isaías Carrasco.
Pero llegó Rodolfo Chikilicuatre y le hizo un monumento hortera e irónico a ese adefesio llamado Eurovisión.
Y ganó Zapatero. El del talante. Aunque a veces maltrecho, con mirada más positiva que esos gestos torvos, crispados y agoreros de la catástrofe que nos envían los mal llamados populares.
Porque el pueblo ríe en España.
Lo decían los viajeros extranjeros del siglo XVI, extrañados de tanta pobreza y sorprendidos por la risa, tan inusual en sus rectitudes luteranas. Toparon Hemingway y Orwell con ella en el peor de los tiempos.
Hay que reírse.
Es el mejor antídoto contra la estupidez.
Risa democrática.
Arma de destrucción masiva contra la manipulación, el miedo y lo hortera.
Risa contra la "cultura medrosa disfrazada de gravedad", decía hace poco Felipe Benítez Reyes recordando a Juan Benet, el gran irónico.
Ironía y solidaridad, aconseja Richard Rorty para el triunfo de la democracia.
Este fin de semana, risa democrática. En la política y la televisión.

¿Puede MySpace salvar Eurovisión?

La sola posibilidad aterra. ¡Salvemos Eurovisión! con MySpace, dice TVE. Y a uno se le abren las carnes y se le cierran los oídos. Pero no. TVE envía Eurovisión 2008 a MySpace porque elegir a los participantes ya es cosa de nicho, inapropiada para las grandes audiencias necesarias para la tele.

Más en Sociedad Cableada | Soitu.es

Eurovisión y el heavy, muertos, muertísimos

De verdad, que vuelva Black Sabbath o Meat Loaf, hasta Barón Rojo, si me apuras. Lordi lo ha conseguido. El heavy sarnoso de esta época ya está donde hace tiempo debería estar: en Eurovision.
Lordi gana el festival de los muertos catódicos. Un pastiche de Kiss reviviendo el Thriller de Michael Jackson y las visiones de los orcos de El señor de los anillos por fin gana el peor festival de música de la historia. Es la prueba del algodón. Pasas por Eurovisión y ya estás en los anales del infierno musical.
El heavy adulterado ya tiene su paraíso. Que lo conserve.
Puestos a hacer el indio me quedo con Ozzy Osbourne y el reality show de su familia.
Hala, ya puedes desempolvar los viejos vinilos de Deep Purple, Led Zeppelin y ZZ Top para desintoxicarte. Hasta el delirio armamentístico de Ted Nugent podría servir. Desde los Scorpions sabíamos que esto iba a ocurrir.
Abur, heavy.
Larga vida al rock'n'roll sin vosotros.