Periodismo, medios e ideas | Journalism, media and ideas | Una mirada a los medios, los periodistas y las ideas de la sociedad de la información | A glimpse at the media, journalists and ideas in the information society
Monday, January 21, 2013
Mega, cifrado para la privacidad
Mega, una capa de cifrado para los contenidos privados. Con la clave en poder del usuario junto al poder y la responsabilidad de compartir el contenido.
Cloud computing y codificación para la seguridad/opacidad desde el navegador (Chrome).
Cortesía de Robin Hood Kim Dotcom contra el extremismo del copyright.
Thursday, June 28, 2012
Google Nexus: batalla por el control de las plataformas
Google despliega su estrategia para la gran guerra de las plataformas por el control del negocio de la convergencia.
Sus armas son el sistema operativo Android, actualizado con versión Jelly Bean para los nuevos móviles y tabletas Nexus, la nueva tableta de bajo precio Nexus 7 (US$ 199) y la esfera mágica Nexus Q como centro de entretenimiento del hogar digital para conectar todos los servicios, contenidos y dispositivos de Android con la televisión, la gran pantalla que sigue reinando.
La estrategia: hardware+software+cloud computing+contenidos. Los elementos para conseguir más usuarios, más consumo y sus datos para optimizar el negocio con pago y publicidad.
La guerra de las plataformas entre Apple, Amazon y Google, con Microsoft muy retrasada en la era post-PC de las plataformas y con Facebook como referente de plataforma social.
Google ya no es un buscador. Tampoco una empresa de internet. Ahora quiere ser más que nunca el Gran Ciberleviatán del negocio de la convergencia, donde las plataformas unen hardware (móviles y tabletas), software (sistemas operativos, navegador y aplicaciones), distribución desde la nube (Google Play, almacenamiento y gestión) de todo tipo de contenidos (vídeo, música, ebooks, aplicaciones) para llegar a los usuarios, sus datos y relaciones (Google+, redes sociales o el nuevo asistente personal Google Now que lo sabe todo sobre cada usuario) para rentabilizar cada elemento al máximo tanto con pago con contenidos como con publicidad, donde Google es el gran dominador en las búsquedas y aumenta su competencia en el display.
Google no está presentando nuevos dispositivos: está lanzando su estrategia de plataforma de contenidos y servicios. Frente al inicio de las plataformas como software (iTunes), la reingeniería de Apple con iPhone y iPad (iOS) las ha convertido en ecosistemas integrados de hardware y software para controlar el mercado de la hiperconectividad.
El soporte vuelve a ser importante cuando las plataformas se definen como sistemas y mercados integrados donde sistemas operativos, distribuidores, comercializadores, desarrolladores y proveedores de contenidos y servicios ofrecen sus productos a los clientes para su rentabilización a través de varios modelos de negocio.
Esa es la batalla del negocio de la convergencia.
Apple lleva ventaja. Ha sido el gran disparador del concepto de los smartphones y las tabletas, los dispositivos claves junto a la televisión para las plataformas. Las previsiones de Gartner indican que acapara casi 73 millones de las tabletas vendidas en 2012 frente a casi 38.000 de Android. Y ese liderazgo se mantendrá unos años.
Pero Amazon con Kindle Fire y ahora Google con Nexus 7 apuestan por la tableta de bajo coste para popularizar y hacer accesible definitivamente el soporte de acceso a los contenidos que marca la era de las plataformas.
El otro soporte clave es la televisión. Nexis Q intenta ahora lo que Apple TV no ha podido: convertirse en el centro del hogar digital desplazando a STBs (descodificadores y discos multimedia digitales) y conviviendo pero amenazando a las videoconsolas que conectan hoy a la mayoría de las televisiones a internet, y donde Microsoft sostiene su apuesta con XBox.
Para los medios cambia radicalmente el sistema de la distribución y la comercialización. El canal ya no es suyo y tienen que desarrollar las estrategias adecuadas para aprovechar los nuevos canales, donde una parte de los ingresos se va a los nuevos distribuidores sustitutos del papel, los kioskos o las viejas frecuencias, pero donde plataformas y aplicaciones replican el viejo negocio de los medios y se convierten en comercializadores no sólo de sus productos propios sino también de los propios contenidos.
Y, sobre todo, la audiencia se desplaza para convertir a gran parte de los usuarios en clientes de la plataforma más que de los medios.
Google lo anunció. Su ex consejero delegado, Eric Schmidt, aconsejó a los medios hace más de tres años que se convirtieran en plataformas.
Algunos lo están intentando mientras otros batallan en etapas muy anteriores. Muchos medios se parecen en exceso a Nokia y su declive de gran dominador del mercado de los teléfonos móviles a perdedor de los smartphones.
Apple, Amazon y Google ya tienen sus estrategias desplegadas, cada uno con sus fortalezas. El futuro de los medios pasa en gran parte por ganar espacio y negocio en las grandes plataformas, convertirse en pequeñas plataformas informativas y en aplicaciones líderes, aprovechando las oportunidades y no dejando que sean otros los que aprovechan sus contenidos para las nuevas ofertas que mejor satisfacen el cambio de hábitos, consumo y dispositivos de acceso del público.


Thursday, June 09, 2011
Todo en la nube
Olvidarse de la molesta sincronización entre ordenadores, móviles o tabletas. De las contraseñas de los servicios donde guardamos fotos, textos, archivos. Llevar tu música contigo sin recordar si copiaste la última canción. Todos tus contenidos accesibles en cualquier lugar y momento desde internet. Es el paraíso de los hiperconectados que el papa Steve Jobs promete a sus más de doscientos millones de usuarios. La nube –el cloud computing, los contenidos alojados en grandes centros de datos- en el centro de la vida digital. Todo conectado y accesible al momento.
El paraíso de la ubicuidad de Apple no es nuevo. Muchas aplicaciones profesionales trabajan en la nube y han crecido los servicios para usuarios privados. Pero Apple quiere poner la nube en el centro del consumo y los contenidos digitales. Es la gran enmienda a iTunes, el modelo de descargas con el que ha reinado el primer decenio del siglo XXI. La nube será el imperio de los próximos años.
La propuesta de Apple no es única. Amazon y Google alojan libros y música de sus usuarios en la nube y Dropbox se ha convertido en una potente herramienta para acceder a cualquier archivo. Telefónica acaba de anunciar que entra en el negocio del ebook con una tienda de libros electrónicos en la nube para adelantarse a la llegada de Amazon.
Pero los grandes de los contenidos se resisten. Los dueños de la música no aceptan nuevas licencias para disponer de música ubicua y tanto el cine como la televisión mantienen el control de cada streaming y descarga.
Cuando todos los contenidos son accesibles desde cualquier dispositivo para un consumidor conectado a servidores, la propiedad pierde sentido. Los derechos de autor y de los consumidores necesitan una redefinición cuando los contenidos no se poseen, simplemente se usa una licencia –privada, profesional o comercial- para escuchar, ver o leer, como en el pago por visión. Esas licencias son la base de la gestión de la nube de Apple, no los archivos. La Comisión Europea empuja un mercado único sin freno a la nube en las fronteras. Los dueños de los contenidos no pueden parar la extensión del mundo digital.
Columna en los medios de Vocento
Thursday, March 31, 2011
Contenidos sin barreras
En Estados Unidos la pelea por dominar las nuevas pantallas agrieta los cimientos de una industria acostumbrada a ganancias escandalosas. Time Warner ha lanzado una aplicación para ver sus canales de cable en el iPad al grito de más libertad para más pantallas y las cadenas protestan en una lucha sobre quién es el dueño de los contenidos y quién puede explotarlos en los nuevos aparatos.
El público no sabe de ventanas ni de derechos, pero sí de gustos. Y reclama satisfacción, al instante, en su pantalla más querida.
Columna completa en Estrella Digital
Thursday, December 09, 2010
La nube nos envuelve
Google se lanza a la nube. Y se llevará a un montón de los 120 millones de personas que usan su navegador Chrome y los que a partir de 2011 usarán su sistema operativo. El navegador se personaliza para acceder a los contenidos del usuario en cualquier ordenador, móvil, tableta o televisor conectado a internet. Y lo hace a través de aplicaciones, popularizadas por los móviles y que permiten a los desarrolladores ofrecer todo tipo de contenidos y servicios con un acceso y un diseño directo y sencillo. Pensado para el toque de un dedo.
Tus contenidos te acompañan. Es la promesa del cloud computing, los datos en la nube, que destierra la pasión por el disco duro y los PC repletos de programas, datos y contenidos en propiedad para apostar por la conexión directa, rápida y sencilla a la web, donde se accede a todo a través de las cuentas de usuario.
Una vuelta al viejo concepto de los ordenadores conectados o bobos, reinventados con los móviles y las tabletas táctiles. Comunicación, contenidos y continuidad permanente para consumidores hiperconectados, en cualquier lugar y a través de cualquier dispositivo.
La propuesta fascina al hiperconsumidor y acaba con algunas frustraciones del negocio digital. La propiedad ya no es necesaria. Fin de la copia privada o de las no autorizadas por los distribuidores. Los usuarios son suscriptores o abonados –gratis o de pago- a los contenidos y servicios de las nuevas plataformas digitales, dueñas de un ecosistema de aplicaciones atractivas con un acceso de calidad y simple a cualquier producto en total ubicuidad.
El streaming de música, ebooks, noticias o vídeos se impone. Los usuarios deciden la plataforma de acceso y sus aplicaciones. Las telefónicas, redes sociales como Facebook o los fabricantes de los objetos del deseo como Apple o Google se adueñan de una internet en parcelas. Los datos del consumidor, la publicidad personalizada o el pago son su negocio. Los contenidos ya no son tuyos, ellos los manejan. Atentos a la letra pequeña de los contratos y sus servidumbres.
Columna en los diarios de Vocento


Thursday, October 28, 2010
Pago por lectura
Una empresa española, 24symbols, prepara la gran revolución del libro digital: acabar con la venta de copias. Es el sueño de infinidad de expertos y su consejo a los editores: dejar de pensar en el ebook como un objeto vendido una sola vez para desarrollar modelos de lectura sin descarga, de pago por suscripción o financiados con publicidad y patrocinios. Además de vender libros de la forma tradicional, atados a su soporte, el papel o el ereader que los lectores digitales utilicen, abrirse al libro como servicio. Con total ubicuidad para lectores móviles y accesibles a través de cualquier dispositivo: móvil, tabletas tipo iPad, ordenadores o las nuevas pantallas planas de televisión.
Es la hora. Crece la venta de ereaders y las tabletas nos invadirán esta Navidad. Librerías digitales como Amazon ya doblan las ventas de ebooks a las de libros impresos. Y sus compradores leen más: dos libros por mes y Kindle.
En la educación el programa Escuela 2.0 ha comenzado este curso. Los ordenadores para los alumnos han comenzado a llegar a pesar de los problemas en algunas comunidades. Pero faltan materiales educativos. La conversión de los libros de texto en contenidos digitales portátiles, accesibles desde clase o cualquier lugar de estudio, adaptados al usuario, en constante actualización, con contenidos participativos y multimedia, conectados con los profesores permanentemente, son todavía un sueño.
El papel resiste. Derechos de autor y propiedad intelectual, licencias de copia, el negocio de las editoriales y la distribución depende de las copias. Sólo retroceden los derechos de los ciudadanos, con problemas de formatos y de uso en diferentes lectores, con ebooks que no se pueden prestar ni compartir. Con tanta restricción, mejor el papel.
Pero el libro como servicio, alojado en internet y accesible desde cualquier aparato vendrá. El fin de la copia. Libros abiertos y enriquecidos, de pago por lectura y con más autores compartiendo textos y experiencias con sus lectores en comunidades virtuales o aplicaciones para móviles.
Columna en los medios de Vocento
Tuesday, October 12, 2010
Contenidos ubicuos con Commtinuity
Monday, May 31, 2010
Ebooks con más derechos para los lectores
Los últimos movimientos en el mercado digital amenazan con menos derechos para los usuarios. El aumento de plataformas propietarias como en los móviles y dispositivos portátiles (iPad, aplicaciones), la reducción de la competencia y la oferta abierta con la sujeción de los contenidos a las plataformas y dispositivos, el escaso crecimiento de los estándares y formatos libres, unidos al control de los datos de los usuarios, son una amenaza creciente para el consumo de contenidos digitales.
Las restricciones a la copia privada y la lucha contra las las descargas, unidas a la búsqueda de modelos de negocio más rentables, aumenta el control 2.0 de los contenidos y su consumo. Hasta el punto que los consumidores legales están pagando con pérdida de derechos las deficiencias del mercado y los problemas de las empresas.
Un ejemplo preocupante es el ebook. Cuando todavía asistimos al nacimiento del mercado del libro electrónico, las soluciones de comercialización que se están adoptando distan de ser las mejores y empeoran el uso de los libros cuando son digitales en lugar de aprovechar sus posibilidades.
Por el momento, los ebooks en muchos casos no se venden, sino que se paga por lectura.
Los ebooks están atrapados a ser leídos con restricciones en las plataformas de los grandes comercializadores como Amazon o Apple con el iPad.
Lo mismo ocurrirá con Libranda, la gran librería española de los grandes sellos (Planeta, Random House Mondadori y Santillana), como ya pasa en otras librerías digitales por el empleo de sistemas DRM (digital rights management) que limitan el uso y propiedad de los libros por sus compradores.
Hace bien poco, un estudio del Observatorio de la Lectura y el Libro del Ministerio de Cultura revelaba cómo las preocupaciones de los editores se concentraban más en el negocio, el reparto de derechos, el precio de los libros y el control de la copia en lugar de cómo crear una oferta de más valor y atractivo para los lectores y compradores de ebooks.
Un análisis de Anatomía de la edición indica que Libranda tendrá muy poco en cuenta la experiencia de usuario y la mejora de la comercialización.
Comprar un ebook en Libranda obligará a 14 pasos al comercializarse con Adobe Digital Editions y su DRM. El proceso baja un poco si el usuario ya está registrado: 11 pasos. Y lo peor es que cada vez que se cambia de librería obliga a un nuevo registro.
En Kindle, un sistema muy restringido en cuanto a derechos de usuario, sin embargo la compra es muy sencilla, sólo cinco pasos si no estás registrado y tres si ya lo estás.
La facilidad de compra es una de las bases del éxito de sistemas de comercialización como iTunes y App Store de Apple, o del propio Amazon en todos sus productos. La usabilidad y facilidad de la comercialización es clave para cualquier negocio. En el mercado digital puede ser la gran diferencia entre el éxito y el fracaso, como ya ha ocurrido en tantas plataformas de contenidos en España.
Y, por supuesto, o se gana en facilidad de uso y comodidad a las descargas o son imbatibles, por precio, experiencia y satisfacción de usuario.
La otra cuestión clave en el comercio de contenidos digitales es no renunciar a los derechos. Es absurdo que en el mercado digital se reduzcan los derechos del consumidor frente a los soportes físicos.
Los únicos que consiguen superar ese escollo, que debería estar en la mira de los reguladores y legisladores, son las empresas que crean un nuevo mercado, una nueva plataforma y un nuevo sistema de distribución y comercialización: Google, Apple, Amazon, los móviles, el cloud computing o las redes sociales.
Pero los derechos deben prevalecer al negocio.
En febrero pasado la Electronic Frontier Foundation norteamericana presentó una propuesta de derechos del libro digital donde se apuesta por asegurar la privacidad de los usuarios, la transparencia del mercado, la propiedad de las anotaciones y contenidos de los usuarios, diferenciar entre venta y alquiler de los ebooks, resistir a la censura postventa, rechazar los DRM y fortalecer los estándares y la interoperabilidad entre plataformas.
Otra iniciativa similar es la de Peter Brantley, del Internet Archive.
En DosDoce.com recogen esas ideas y proponen un dodecálogo de derechos del lector de libros digitales para garantizar la privacidad, la propiedad de los libros, los préstamos, reventa y regalos, la portabilidad, la propiedad de los contenidos de usuario asociados a los ebooks y su uso independiente de la plataforma de compra y lectura.
Son derechos inalienables que no cumplen la mayoría de las nuevas ofertas. En el caso de los ebooks, sólo un puñado de editoriales españolas han sido lo suficientemente valientes para apostar por formatos estándar como ePub y ventas sin DRM.
Necesitamos más iniciativas así para evitar el control 2.0 y que los consumidores no paguen las imperfecciones del mercado y el negocio.


Tuesday, November 24, 2009
El señor de la nube
Rapidez, simplicidad y seguridad. Es la última gran promesa de Google. Su receta: olvida tu ordenador, los programas, lo que te separa del acceso inmediato a lo que más quieres y usas. El correo electrónico, tus contactos, tus redes sociales, todo está en la web. Por eso ofrece Chrome OS, un sistema operativo pensado para internet y diseñado para acabar con la era del PC. Todo está en la nube –cloud computing- y Google ofrece herramientas y espacio. Ahora también te ofrecerá las pestañas para acceder instantáneamente, sin esperas.
Los hiperconectados no tienen paciencia. Quieren todo al instante, son hiperconsumidores. En la vida líquida la velocidad es imprescindible. ¿Cuántos tuiteos pierdes mientras el ordenador arranca? ¿Cuántos comentarios sin hacer? Y el ordenador dalequetedale. Tranquilo, aquí está Chrome OS: abre inmediatamente como un navegador y ya estás conectado. No necesitas programas ni actualizaciones. Te olvidas de los aparatos. Accedes a todo lo que quieres y tienes desde cualquier ordenador, móvil… con sólo una conexión a internet. El sueño de los hiperconectados visto por Sergey Brin: un sistema operativo para vivir en la Red. Adiós a la era del PC. Bienvenidos a la era móvil y a la identidad portátil.
¿Podrá Chrome OS con Windows? Muchos creen que no porque hay cosas que no se pueden hacer desde internet. Otros que su base Linux no es robusta. Hay quien duda de la interfaz de la web, siente no disponer de DVD o teme la escasa flexibilidad de un sistema operativo enganchado a internet. Pero Google atisba un nuevo ecosistema donde las aplicaciones –como las que triunfan en los móviles- y el acceso a internet es suficiente. Al menos para muchos en la vida cotidiana. Ordenadores baratos para acceder a la Red y no preocuparse por ellos. Ultraportátiles y los nuevos smartbooks, híbridos de móvil y PC.
Google ha abierto el código de su sistema operativo para atraer a los desarrolladores. Más aplicaciones, más usos = más éxito. Google tiene tus datos y tus contenidos: lo que vale. Su estrategia es convertirse en el señor de la nube –los contenidos alojados en internet- y el streaming –audiovisual sin descargas. Por mantenerse como la puerta de internet lucha con los nuevos aspirantes: las redes sociales. Quien logre más usuarios, más contenidos, retenidos más tiempo, será el ganador de la nueva web. "Un anillo para gobernarlos a todos" o la tormenta perfecta de la convergencia en la vida móvil. El aparato será un commodity de escaso valor. El valor está en el sistema operativo, que algunos luchan por convertir en personal.
Columna en Público
Tuesday, September 22, 2009
La era del acceso
Vivimos repletos de contenidos y servicios en internet: la nube o cloud computing. Los más populares son gratuitos como los álbumes de fotos, vídeo, o los editores de documentos y blogs. Otros son de pago, como la mayoría del software como servicio. El streaming desplaza a las descargas para consumir música o televisión (Spotify, Hulu, webs de las televisiones, etc.). El flujo social y la plataforma de acceso definen qué contenidos y cómo son consumidos por los usuarios digitales.
El problema ya no es llegar a los contenidos y disponer de software, sino encontrar lo más valioso y útil. La abundancia sustituye a la escasez como ley del mercado digital y gestionar los contenidos requiere una economía de la afectividad donde los usuarios valoran lo que reciben y están dispuestos a compartir.
Level 26 es una serie de libros sobre la caza de un asesino en serie por un agente del FBI. La obra de Anthony E. Zuiker, creador de CSI, es también una película y una web donde los usuarios forman una red social a través de códigos para encontrar datos sobre la trama, leer blogs sobre casos reales, etc. Su autor lo llama una diginovela, pero está convencido de que si las series de televisión no hacen algo parecido en los próximos años fracasarán.
La afectividad requiere usuarios activos y comprometidos con causas que puedan compartir. Es la forma de evitar la llamada tragedia de los comunes, los recursos malgastados cuando son de todos. Para evitar su colapso conviene oír consejos como los de Jared Diamond: crear grupos cuyos miembros se comunican en busca de intereses comunes y son capaces de producir recursos y gestionarlos de común acuerdo. Podría ser una definición de los bienes procomunes en la era de las redes sociales.
El método sirve para divertirse, pero también hacer más eficientes los recursos e intercambiar ideas, contenidos o criterios. Con ese principio funcionan proyectos como Spotify al proveer de música lo más barata posible (derechos de streaming) a los usuarios utilizando recursos de sus propios ordenadores (lecciones del P2P) con un modelo de negocio freemium (en parte gratis) para que los consumidores intensivos paguen. O Apps.gov, una iniciativa de la Casa Blanca para aumentar la productividad, colaboración y eficiencia de los recursos, las administraciones y los contenidos públicos con el empleo del cloud computing.
En la era del acceso los ciudadanos necesitan bienes comunes (procomunes) con los que no depender sólo de empresas. Es hora de aumentar el servicio público para crear un nuevo estado de bienestar digital no limitado por la radiotelevisión.
Columna en Público


Tuesday, July 14, 2009
Realidad aumentada
Wimbledon. Los espectadores apuntan con sus teléfonos móviles. En sus pantallas ven los últimos resultados de los partidos, si lloverá, dónde comprar recuerdos o cómo llegar a los baños. Pero también qué opinan otros espectadores del torneo de tenis en Twitter y hasta las impresiones de los tenistas publicadas en sus redes sociales. Realidad aumentada y flujo social unidos en una de las nuevas aplicaciones que pone al alcance de los usuarios de móviles lo que ocurre alrededor. Un mundo estructurado en capas: la información digital sobre lo real comienza a ser más que ciencia ficción.
"Etiqueta el mundo" es el lema de Wikitude, un navegador para móviles donde obtener información del lugar donde esté su usuario gracias a datos almacenados en internet y a los aportados en sitios y redes sociales. Layar ya funciona en Holanda: "navega el mundo", prometen. Basta con apuntar el móvil para conseguir información comercial de tu alrededor: viviendas para vender o alquilar, bares y restaurantes, dónde están los cajeros automáticos y otras informaciones y datos útiles.
Son algunos ejemplos de tantos que llegarán. Los contenidos digitales convergen con la realidad y salen de la virtualidad de la web para enriquecer la vida material. Una realidad aumentada mejor que la propia realidad, afirman sus promotores. Por primera vez se hace real el deseo de acceder a toda la información disponible sobre las cosas y lugares al alcance de cualquiera de una forma práctica y sencilla. Y también sobre las personas cuando redes sociales como Ipoki, BuzzD o Google Latitude te informan de dónde están tus amigos.
En el desarrollo de la realidad aumentada son esenciales los mapas digitales, la geolocalización de datos y contenidos, y los sistemas de GPS. El futuro será de quienes sean capaces de integrar lo que ya se llama la consciencia ambiente, la capacidad de tener una visión social de la realidad a través de las redes y medios sociales. Así los usuarios pueden saber qué opinan otros de la película de un cine antes de entrar y comprar su entrada a través del móvil para evitar las colas, consultar las impresiones de quienes han visitado antes una vivienda de alquiler o simplemente unirse a la pasión despertada por una final de tenis o fútbol.
Un nuevo territorio donde la transparencia y la información son imprescindibles, donde el criterio social se aplica y puede ser consultado sobre cualquier cosa y donde las llamadas "ciudades de cristal" se abren a la vista de todos. Movilidad, hiperconectividad, flujo social (redes sociales en tiempo real), cloud computing (contenidos y aplicaciones en internet, aprovechadas por nuevos sistemas operativos ligeros como Google Chrome) y web semántica para sacar partido a los datos son algunas de las tendencias que marcarán su desarrollo.
Columna semanal en Público
Friday, July 10, 2009
Libertad en la nube
Algunas condiciones que Google debería cumplir: transparencia, sistema abierto, portabilidad, mantener el contrato con el usuario y privacidad.
Análisis en Soitu.es


Sunday, March 08, 2009
Documentos filtrados en Google Docs
El aviso:
Dear Google Docs user,Los peligros de los servicios de contenidos en línea y del cloud computing (otro testimonio).
We wanted to let you know about a recent issue with your Google Docs account. We've identified and fixed a bug which may have caused you to share some of your documents without your knowledge. This inadvertent sharing was limited to people with whom you, or a collaborator with sharing rights, had previously shared a document. The issue only occurred if you, or a collaborator with sharing rights, selected multiple documents and presentations from the documents list and changed the sharing permissions. This issue affected documents and presentations, but not spreadsheets.
Wednesday, October 22, 2008
Bienes comunes para ciberciudadanos
Perseguidores: autores y empresas aferradas a viejos derechos de un sistema donde la rentabilidad está en la copia inmutable y en el control de su comercialización y su conversión en nuevas obras.
Autores recelosos en una sociedad de la información donde la digitalización multiplica el consumo gratuito de más información, cultura y productos que nunca. Persiguen a quienes más aman sus obras y demandan control sobre su creación.
Un mundo de contradicciones y sospechas anclado en un sistema que ya no funciona: el valor de la copia y una gestión de derechos de autor basados en bienes accesibles a muchos de diferentes formas. Una sociedad de autores donde es difícil medir el valor de la obra en la era de la abundancia. Donde los límites entre aficionado y profesional se difuminan en la cultura de la convergencia.
Es hora de abandonar las guerras del copyright y lograr un nuevo consenso y un nuevo negocio como los que algunos empiezan a explorar. Lawrence Lessig, fundador de las licencias Creative Commons, ha vuelto a pedir cordura en su reciente visita a España para avanzar en una reforma de los derechos de autor y la propiedad intelectual sin criminalizar a las redes P2P, a quienes suben un vídeo de su serie favorita a internet o a los que se graban cantan una canción y la cuelgan. Es la cultura de la convergencia y la persecución no acabará con ella, parte de una alfabetización digital donde el acceso a los contenidos es un procomún, un derecho de todos en territorio abierto: los nómadas digitales vuelven a los viejos hábitos anteriores a la propiedad y el sedentarismo.
Un consenso para permitir el uso sin ánimo de lucro, desregular la copia y gestionar sus usos (como en Creative Commons), simplificar el caos de la propiedad intelectual y el copyright para lograr la libertad de conocimiento (la llamada quinta libertad europea), y no criminalizar a los usuarios, sino buscar métodos para la compensación justa. Ampliar el ámbito del dominio público, ahora que estamos a punto de recibir el dividendo digital del apagón analógico, no extender la duración de los derechos de autor, permitir la copia privada (para eso se paga el canon) y reconocer los derechos de las obras libres, entre ellos que las obras derivadas deban ser también de acceso libre. Muchas obras digitales y las herramientas que permiten el acceso a ellas (redes, software, cloud computing) son nuevos bienes comunes y su tragedia no es que sean accesibles para todos, sino gestionarlos como si siguieran siendo terreno de unos pocos.
Columna en Público

