Los teléfonos móviles bullían. Pero todos apuntaban a la televisión y a las imágenes de la tragedia en las Torres Gemelas. Las redes sociales no existían y la etiqueta periodista ciudadano aún no se había acuñado. Diez años después, los medios han cambiado para siempre, hundidos en una crisis que ya se anunciaba, y el público ha tomado al asalto la información. El 11S fue el último gran acontecimiento monopolio de la televisión y los diarios. Con las Torres Gemelas cayó también el control de la información por los medios. CNN empezó a competir con Al Yazira y los usuarios se lanzaron a los blogs y a las redes sociales.
Columna completa en Estrella Digital
Periodismo, medios e ideas | Journalism, media and ideas | Una mirada a los medios, los periodistas y las ideas de la sociedad de la información | A glimpse at the media, journalists and ideas in the information society
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Monday, September 12, 2011
Monday, May 21, 2007
Literatura ensimismada
Leo estos días tantas reflexiones sobre el impacto del 11-S en la literatura norteamericana que me entra una envidia terrible. Y me pregunto dónde está el 11-M en la literatura española.
Ian Jack, editor de la revista Granta, explica cómo el atentado contra las Torres Gemelas ha cambiado la forma de ver el mundo de la moderna narrativa norteamericana.
El último Don DeLillo es señalado por algunos como un autor del tamaño de Norman Mailer o Ernest Hemingway por su retrato de un momento crítico en la historia.
La narrativa de ficción sobre la vida real vuelve a atraer la atención. ¿Cómo escribir igual después de los ataques terroristas? ¿Cómo entender el mundo tras la amenaza de los integrismos religiosos? ¿Cómo escribir después de Abu Ghraib y Guantánamo?
Cuando la globalización explota con sus propios obuses, ¿cómo se puede mantener la literatura al margen?
En España lo hace. Del 11-M hay muchos libros, pero la mayoría son ensayos y reportajes periodísticos o balas del marketing de la tragedia y el miedo.
Entre las excepciones, los poetas que respondieron pronto, atrapados entre las bombas de Madrid y la Feria del Libro de la ciudad. Y autores ya clásicos como Luis Mateo Díez y su novela en el 11M, más que sobre aquella matanza.
¿Y el resto?
No. No me refiero sólo a la reconstrucción novelada de la muerte. Pregunto por otra forma de entender la realidad, una parte de nosotros, el país, algunas gentes que viven aquí o muy lejos y nuestra propia posición en el mundo. Todas esas preguntas que la literatura norteamericana, por ejemplo, siempre intenta responder, año a año, época a época, acontecimiento a acontecimiento, en busca de la sempiterna gran novela americana.
Hitos que cambian el mundo. Renglones para ver la realidad entre letras nuevas.
¿Está embobada la literatura española? Atrapada entre las modas editoriales y la inmersión en una memoria histórica tan lejana como olvidada o manipulada.
Preguntas para otra literatura que a veces no podemos leer. La gran novela de/sobre el 11-M está, sin duda, por escribir. Quizá ni siquiera ha sido imaginada.
Ian Jack, editor de la revista Granta, explica cómo el atentado contra las Torres Gemelas ha cambiado la forma de ver el mundo de la moderna narrativa norteamericana.
El último Don DeLillo es señalado por algunos como un autor del tamaño de Norman Mailer o Ernest Hemingway por su retrato de un momento crítico en la historia.
La narrativa de ficción sobre la vida real vuelve a atraer la atención. ¿Cómo escribir igual después de los ataques terroristas? ¿Cómo entender el mundo tras la amenaza de los integrismos religiosos? ¿Cómo escribir después de Abu Ghraib y Guantánamo?
Cuando la globalización explota con sus propios obuses, ¿cómo se puede mantener la literatura al margen?
En España lo hace. Del 11-M hay muchos libros, pero la mayoría son ensayos y reportajes periodísticos o balas del marketing de la tragedia y el miedo.
Entre las excepciones, los poetas que respondieron pronto, atrapados entre las bombas de Madrid y la Feria del Libro de la ciudad. Y autores ya clásicos como Luis Mateo Díez y su novela en el 11M, más que sobre aquella matanza.
¿Y el resto?
No. No me refiero sólo a la reconstrucción novelada de la muerte. Pregunto por otra forma de entender la realidad, una parte de nosotros, el país, algunas gentes que viven aquí o muy lejos y nuestra propia posición en el mundo. Todas esas preguntas que la literatura norteamericana, por ejemplo, siempre intenta responder, año a año, época a época, acontecimiento a acontecimiento, en busca de la sempiterna gran novela americana.
Hitos que cambian el mundo. Renglones para ver la realidad entre letras nuevas.
¿Está embobada la literatura española? Atrapada entre las modas editoriales y la inmersión en una memoria histórica tan lejana como olvidada o manipulada.
Preguntas para otra literatura que a veces no podemos leer. La gran novela de/sobre el 11-M está, sin duda, por escribir. Quizá ni siquiera ha sido imaginada.
Tuesday, September 12, 2006
El cómic del 11-S
La unión de viñetas y nuevas tecnologías permite además maravillas en Flash como las de Mark Fiore, que os aconsejo mucho. Aquí dejo una muestra de su trabajo.
P21 | Cómics para contar noticias
Friday, December 09, 2005
Salam Pax bloguea de nuevo
Salam Pax fue quizá la primera estrella de los blogs. Comenzó a escribir en diciembre de 2002 cuando el terror post 11S ya amenazaba Bagdad y fue contando la vida cotidiana mientras se esperaban las bombas los últimos días del régimen de Sadam Hussein. The Guardian lo fichó para entender la invasión y ahora lo recupera para escribir antes de las elecciones.
La voz más misteriosa de Bagdad vuelve.
Desapareció en marzo de 2003 y muchos lo dieron por muerto, pero sólo estaba sin conexión a la Red por la fuerza de las bombas.
El periodista norteamericano Peter Mass desveló su identidad unos meses más tarde.
El diario británico lo recupera ahora en su NewsBlog para contar la recta final hacia las primeras elecciones del Irak post Sadam mientras el dictador se enfrenta a su juicio.
P21 | Guerra y paz en la blogosfera
P21 | El misterio desvelado
La voz más misteriosa de Bagdad vuelve.
Desapareció en marzo de 2003 y muchos lo dieron por muerto, pero sólo estaba sin conexión a la Red por la fuerza de las bombas.
El periodista norteamericano Peter Mass desveló su identidad unos meses más tarde.
El diario británico lo recupera ahora en su NewsBlog para contar la recta final hacia las primeras elecciones del Irak post Sadam mientras el dictador se enfrenta a su juicio.
P21 | Guerra y paz en la blogosfera
P21 | El misterio desvelado
Tuesday, March 25, 2003
Guerra y paz en la blogosfera
Esta es la primera guerra de la era de la información no dominada por la CNN. Ahora existe Al Yazira enfocando el dolor y la ignominia, pero la revolución sigue en la blogosfera.
Los blogs son un arma cargada de futuro y lo están demostrando en esta primera contienda vigilada y contada con bitácoras. Hay blogs oficiales, "incrustados" en páginas de medios tradicionales; rebeldes, bloggers que cubren la guerra para sus medios y narran sus experiencias en elciberespacio; e independientes, los escribas habituales de la blogosfera.
La aparición de estos blogs suscita muchas dudas y preguntas, desde si Salam Pax existe y de verdad es iraquí hasta si Kevin Sites tiene derecho a utilizar los recursos, el dinero y el tiempo de la CNN para escribir su propia bitácora (su empresa ha decidido que no y Kevin ha dejado de publicar su blog).
Tampoco sabemos exactamente si LT Smash es de verdad un soldado o es todo el ejército norteamericano convertido en blogger. Lo que si parece todo el ejército es St. Stryker, un blog publicado por varios soldados norteamericanos.
Hace ya más de un año que varios medios norteamericanos prohibieron a sus periodistas que publicases sus propios weblogs, otros decidieron integrarlos en sus páginas webs para darles mayor valor y acercarse a nuevos lectores. La guerra acentúa la polémica y obliga a estar atento a un fenómeno cada vez más importante.
Bitácoras imprescindibles
Salam | La estrella misteriosa de la blogosfera. Existe, pero nadie sabe si es en verdad iraquí. Su blog es vívido, cuenta la cotidianeidad en las calles de Bagdad y escribe con americanismos. Todo un misterio que ha investigado The Guardian.
Salam desapareció el jueves 24 de marzo, cuando ya comentaba que tenía dificultades para acceder a Internet. ¿Se han cortado sus comunicaciones? ¿Ha sido silenciado? ¿Es una víctima colateral?
El misterio continúa.
LT Smash | Un soldado desde el frente | Hasta los soldados pueden escribir bitácoras en esta guerra tecnológica. Smash cuenta sus vivencias desde el frente.
St. Stryker | Impresiones y noticias de un grupo de soldados desde las arenas mesopotámicas. Muy propagandístico y guerrero.
BBC | Diarios de guerra | Posiblemente el mejor ejemplo de cómo un medio tradicional puede utilizar los recursos y estilos de la Red para ponerse al frente de la innovación. Un weblog colectivo escrito para la BBC Online por los corresponsales de la radiotelevisión británica. Impecable. Todo un ejemplo.
La Voz de Galicia | Diario de Irak | El único blog español desde el frente contado por David Beriain, enviado especial del diario. Su mayor innovación es que responde las preguntas de los internautas.
Kevin Sites | Un periodista de la CNN que aprovecha su trabajo en la televisión norteamericana para retratar la guerra. El blog se ha interrumpido el viernes pasado y Kevin se despide de sus seguidores. A la CNN no le gustaba su cobertura y la utilización de sus medios para otros propósitos y el blog ha desaparecido. La discusión sobre quién tiene razón da para mucho. Algo se puede atisbar en JD Lasica.
Stuart Hughes | BBC | El periodista británico cubre la contienda para la BBC, que ha sido más magnánima que la CNN con Kevin Sites y le ha permitido continuar con su bitácora rebelde.
John Pendygraft | St. Petersbug Times | El diario norteamericano ha creado un blog con uno de sus fotógrafos en el que se pueden leer sus experiencias personales y ver sus fotos.
Iraq Peace Team | Pacifismo en la batalla | Quizá el más impresionante de los weblogs es el de este grupo de pacifistas que han decidido quedarse en Irak para contar qué ocurre y los daños colaterales que sufre el pueblo de los dos ríos. Se puede consultar también en Electronic Irak.
Warblogs | Es una página en la que se resumen los principales blogs pacifistas en lengua inglesa | Ofrece además los últimos titulares de la BBC, The New York Times, Associated Press y Middle East Newsline.
Friday, July 12, 2002
Retorno a lo local y recelo de lo ajeno
El 11-S no ha desembocado en un aumento de la audiencia | Los ciudadanos mantienen sus intereses y preocupaciones con un mayor recelo por lo ajeno, pesimismo económico y ansia de seguridad | La crisis ha provocado una fuerte contracción publicitaria que todavía no se ha recuperado
Bin Laden no ha dejado buenas noticias para los medios: poca audiencia y menos publicidad. El público se ha decantado por la estrategia del caracol y los anunciantes se han espantado. Como siempre, el dinero es miedoso y los ciudadanos se han vuelto a mirar hacia dentro: los asuntos relacionados con la globalización y las migraciones han ganado espacio en la información nacional y local.
Los medios explotaron con las Torres Gemelas –coberturas especiales, gran esfuerzo informativo, páginas y horas de emisión… – y el interés se disparó por unos días, pero no tanto como para recuperar la querencia por los medios. Las ventas mundiales de periódicos subieron sólo un 0,46 por ciento en 2001 respecto al año 2000.
En enero, el euro provocó un terremoto mucho mayor en el público. Los ciudadanos no gastaron mucho tiempo y dinero en el 11-S y sus consecuencias, sin embargo, el terrorífico “efecto euro” provocó una caída de la difusión de diarios y revistas como no se recordaba en España (alrededor del 20% en algunos casos).
Los ataques terroristas a Estados Unidos del 11 de septiembre no han despertado el interés del público por la información internacional todo lo que se presumía. Tanto en España como en Europa y en Estados Unidos se ha registrado un pequeño aumento en el interés por la información internacional, pero los ciudadanos han vuelto pronto a sus preocupaciones habituales y la crisis internacional ha desembocado en un mayor interés por lo propio, eso sí, con un ojo receloso puesto en todo lo que viene de fuera y en la economía. Lo más decisivo que ha dejado el 11-S para los medios ha sido una fuerte crisis publicitaria con un descenso mundial del 7% en términos reales.
El día después de los ataques los diarios españoles aumentaron su difusión una media de un 20% y en algunos casos se duplicaron las ventas, las conexiones con Internet a los medios norteamericanos se bloquearon y las televisiones llegaron a emitir seis horas diarias de telediarios. Lo mismo ocurrió en toda Europa y en Estados Unidos, la información sobre los atentados ocupó la mayoría del tiempo y recursos de los medios. Nueve meses después las cosas están prácticamente dónde estaban antes del 11-S.
Según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), el 97% de los españoles siguió el ataque a EE UU por la televisión, algo menos del 48% lo hicieron por los diarios (12 puntos más que los lectores habituales) y sólo menos de un 7% se conectó a Internet para seguir la tragedia.
En la mente de los periodistas se ha impreso con mayor fuerza la necesidad de información profunda y trascendente, con un ligero repliegue de las informaciones más triviales. Esta conciencia ha hecho que crezca la dedicación a la información internacional, la política y la derivada de problemas globales. En el público el impacto ha desembocado en un repliegue sobre la propia comunidad y sus problemas.
La falta de interés por los acontecimientos internacionales es patente cuando se estudian las cifras de difusión y audiencia del año 2001. Pese a las grandes noticias, en España bajó la audiencia de casi todos los medios, incluidos los diarios, que descendieron en total algo menos de un punto para quedarse en un 35,9% de la audiencia total. La televisión se mantuvo (89,2%), aunque con una ligera tendencia descendente, y prácticamente sólo subió Internet (20,4%), aunque con una desaceleración en su crecimiento.
Uno de los ejemplos más ilustrativos de giro informativo es el vuelco serio de la prensa sensacionalista británica. El Daily Mirror, segundo diario del país tras The Sun, anunció a bombo y platillo que se acababan las chicas en tetas y que reduciría al mínimo la cobertura de los famosos para hacer su agenda informativa más seria y profunda. No en vano el Mirror fue nombrado Mejor Diario de Gran Bretaña en 2001. Su director, Piers Morgan, fichó a reporteros y comentaristas estrella de los “quality papers” y lanzó una guerra que se ha prolongado con otra batalla de precios: diarios a 20 peniques (alrededor de 0,30 euros). Morgan lo tiene claro: está dispuesto a hacer del Mirror un diario respetable aunque pierda lectores en el corto plazo.
En EE UU, la circulación se ha mantenido y la publicidad cayó un 11,5%. Todavía se ve con escepticismo la recuperación y en estos meses no se ha hablado más que de despidos en las redacciones, la crisis de los telediarios de las grandes cadenas, del récord de premios Pulitzer del New York Times por la cobertura del 11-S y del rediseño del Wall Street Journal.
Los costes informativos se dispararon –equipos en Nueva York, reporteros desplazados a Afganistán, freelance en todo el mundo, compra de crónicas especiales a las agencias– y la publicidad se retiró de los medios: primero por respeto a las víctimas y luego por miedo a la recesión.
A pesar de lo que pueda parecer, aumentos de 130.000 ejemplares diarios de difusión en septiembre sólo se registraron en diarios como The New York Times. The Washington Post vendió 10.000 ejemplares diarios más en las semanas siguientes a la tragedia, pero la mayoría de los diarios norteamericanos ganaron en 2001 entre un 0,5 y un 1,5% de circulación.
Sólo los grandes diarios crecieron, los que ofrecen más información nacional e internacional en un mercado dominado por la información local. Los telediarios de las grandes cadenas aumentaron tres o cuatro puntos su audiencia y después de unos meses de una gran carga de información internacional, el tiempo ocupado por ella se ha estabilizado en alrededor de un 20%, cinco o seis puntos por encima de las cadenas españolas.
El 81% de los estadounidenses sintonizaron las noticias en la televisión los días siguientes al 11-S. Veinte días después, a primeros de octubre, sólo el 67% de los americanos continuaban viendo las noticias en la tele.
Las grandes crisis nunca son buen negocio, ni siquiera para las malas noticias.
Según el Pew Research Center, un instituto altruista de estudios de opinión y sobre la prensa muy respetado en EE UU, en 1996 el 62% de los norteamericanos decían estar interesados en la información internacional; en 2000 lo estaban un 59% y ahora lo están un 65%, una pequeña diferencia de tres puntos en seis años y de seis puntos sobre el año anterior a la tragedia.
Los ciudadanos están proyectando los problemas internacionales sobre sus propias vidas y, por tanto, no les interesa tanto lo que ocurre en el extranjero como la incidencia en sus vidas de esos acontecimientos. De ahí el crecimiento de la preocupación por temas como la seguridad, el terrorismo y la inmigración.
En España, según los barómetros del CIS, las preocupaciones de los ciudadanos no han cambiado por el 11-S, aunque se han agudizado algunas tendencias. Al 73% le preocupaba la crisis internacional en octubre, pero ya entonces la mitad de los españoles pensaban que los radicales islámicos no atacarían España. También más de la mitad de los encuestados pensaban entonces que el nuevo escenario no alteraría el comportamiento criminal de ETA. Pero, lo que es más relevante, el 97% ya afirmaba que la tragedia no había alterado sus planes de vida y ni siquiera los de viaje (95%).
Según la encuesta de abril de este año, la inmigración preocupa ahora a más del 14% de los ciudadanos, la guerra de Afganistán al 0,9%, el terrorismo a más del 58% y la inseguridad ciudadana a casi el 19%. El paro es la principal preocupación del 70% de los españoles.
En septiembre de 2001 (antes de los atentados), la inmigración preocupaba al 14%, el terrorismo al 75,6% y la inseguridad ciudadana al 9%. El paro preocupaba entonces al 65%.
Por orden, los principales problemas de los españoles en abril de 2002 son:
El terrorismo, el paro, la droga y el alcoholismo, la inmigración, la situación económica, la inseguridad ciudadana y la delincuencia.
Y en septiembre pasado:
El terrorismo, el paro, la droga y el alcoholismo, la inmigración, la situación económica, la inseguridad ciudadana y la delincuencia.
Los mismos.
Igual difusión, casi similar consumo de medios y las mismas preocupaciones. Menos papel y menos publicidad. Ésos son los resultados del 11-S para la prensa española.
El diario Le Monde ha acusado a los medios de impulsar el triunfo de la derecha en Francia por su cobertura exagerada de la inseguridad ciudadana y los problemas de la inmigración. En Inglaterra un sondeo reciente coloca al periodismo entre las 10 profesiones más denostadas, al igual que a la política y al Gobierno. No son buenas noticias. Se podría dar la vuelta al viejo adagio de Lord Northcliffe: “Good news, no news” (”Las buenas noticias no son noticias”), para decir que las malas tampoco.
El estudio antes reseñado de Pew Center Research es el más completo del que se dispone sobre las consecuencias del 11-S en los hábitos y concepciones informativas de los ciudadanos. Aunque se refiere a Estados Unidos, parte de sus resultados se podrían extrapolar. Algunos datos:
El 65% de los norteamericanos está interesado en la información internacional, frente a un 62% en 1996, sólo tres puntos de diferencia. Acontecimientos no relacionados con el 11-S, como las elecciones francesas o el golpe de Estado en Venezuela sólo han interesado a un 6% de la audiencia.
El rápido crecimiento de internautas en busca de información se ha frenado. En abril de 1998, el 13% de los encuestados buscaban noticias en Internet, la proporción creció al 23% en 2000, pero en abril de 2002 sólo eran el 25%, un pequeño aumento del 2% en dos años, cuando ya más de la mitad de los hogares norteamericanos tienen conexión a la Red.
El 32% de los norteamericanos ve los telediarios principales y otro 33% ve las cadenas de noticias en el cable. Sólo un 5% más de los que veían los telediarios en 1993, cuando sólo la CNN peleaba por un espacio entre los medios de referencia.
El interés por los diarios continúa descendiendo. Sólo el 41% de los encuestados leyó el diario ayer, frente a un 47% en 2000 y un 58% en 1993.
La televisión concentra una audiencia más conservadora y los diarios se sitúan más a la izquierda.
En el estudio aparecen indicios de que algunas grietas se agrandan:
Los lectores de diarios son cada vez más viejos.
Se agudiza la división social entre una élite formada y lectora, y una mayoría de la población sin estudios universitarios y no lectora;
Los letrados –llamémosles así– están interesados fundamentalmente en, por orden, la información internacional, la nacional y la local. A los menos letrados les atraen los sucesos, la información local, la de salud y los deportes.
Por último, en cuanto a las tendencias en los apetitos informativos (ver tabla al final del mensaje) se registra un alza relevante del interés por la información más próxima (local, con 5 puntos) y por la internacional (que sube 7). En el resto de las áreas se registra un pequeño cambio a favor de la información nacional, y se mantienen los sucesos, ciencia y tecnología, economía, ocio y espectáculos y consumo.
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