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Wednesday, April 27, 2011

Recuerda la X Solidaria

X Solidaria. No te olvides de marcar el 0,7 para fines sociales en tu declaración de renta.
Recuerda un error común: actividades sociales de la iglesia como Cáritas también se financian con esta casilla.

LOS DATOS HABLAN DE LA X SOLIDARIA from xsolidaria on Vimeo.

Sunday, January 13, 2008

Paz, con religión o sin ella


Daos la paz, dice la liturgia católica. Paz, reclama Ulrich Beck en Dios es peligroso como alternativa religiosa.
La guerra es la paz, decía el Ministerio de la Verdad de 1984 (George Orwell). Esa misma es la paz de las religiones, construida sobre el cadalso de la sangre y las guerras de religión, advierte Beck.
El teórico de la sociedad del riesgo pide paz como bien supremo y resucita a Kant y a Richard Rorty. En tiempos donde la verdad no puede ser más que consenso, mejor que las religiones dediquen sus inspiraciones y llamamientos a la paz, porque la verdad siempre ha reinado entre los muertos.
Progreso intelectual claro. Pero Beck se deja atrapar por esta era de incertidumbres donde el ciborg sentimental no hace sino buscar refugio. Y de ahí la tentación religiosa.
Seamos religiosos, dice Beck, pero no pongamos a la religión en el altar de la verdad porque nos dividirá, nos hace eurocéntricos y peligrosos para el multiculturalismo y nos conduce al odio y la guerra.
Paz.
Abandonemos los dioses monoteístas, tan terribles, tan totalitarios, tan exigentes, para conformarnos con los dioses lares, las deidades domésticas de los romanos.
Oh, sí. Give the peace a chance.
Los lares son cómodos, prácticos y se pueden colocar en cualquier rincón. Como aquellas vírgenes que mi abuela y sus amigas beatas paseaban en las ornacinas portátiles, con su hucha para las pesetas.
El sociólogo alemán nos ofrece dioses pret-a-porter como alternativa a los dioses terribles, esos Cristos y Alás tan terribles.
Y recuerda a Ghandi, claro.
Cuenta Karen Armstrong en La gran transformación cómo los hindúes olvidaron mucho tiempo ha los dioses guerreros y terribles para recogerse en una comunión pacífica con el Cosmos muy adecuada en tiempos de urgencia ante la venganza ecológica de Gaia.
Beck se rinde:
"Presuponiendo que sea falso el ideal de la secularización, según el cual más modernidad significa menos religión, cabe plantearse con renovada urgencia la pregunta sobre la convivencia civilizada entre las grandes religiones: ¿Será posible un modelo de tolerancia interreligiosa en el que el amor a unos no implique odio a otros? Eso es, un modelo de tolerancia cuya meta no sea la verdad sino la paz".
Si después de tantos años no hemos podido acabar con la religión, mejor que nos demos más la paz, aunque sea en los templos, que seguir dándonos estopa de verdad bajo la mirada de dios.
¿Claudicación del laicismo?
¿Rendición del pacifismo ateo?
Al carajo, Beck. Convertir la religión en política y apostar por los dioses menores no nos salvará.
Hay que ser fuerte y mantener los principios de la paz perpetua kantianos y el republicanismo como garantes de la paz.
Los dioses, sean grandes y autoritarios o domésticos y de consumo masivo en pequeñas porciones y envasados al vacío, de casa adentro.
La tragedia del ciudadano líquido, ese miedoso ciborg sentimental del que tanto has hablado, es el miedo.
La cura no es la religión. Aunque el tratamiento se aplica con éxito en algunas unidades de atención al dolor.
La cura tampoco es la paz. Aunque es imprescindible para desmontar los infiernos del terror.
La paz y la convivencia son esenciales para la verdad consensuada de los ciudadanos de la modernidad reflexiva. Ironía y solidaridad, aconsejaba Rorty.
Y menos religión, aunque sea doméstica. Como los gatos, araña.

(La música de arriba es A love supreme, un himno religioso de John Coltrane)

Friday, March 02, 2007

Avatares, sí; ciudadanía, no

¿Dónde está Marta? ¿Cómo es su cuerpo?
En Huesca los avatares de Second Life pudieron con la ciudadanía y las reflexiones sobre la identidad digital y la sociedad del conocimiento, o al menos en debate permanente.
El chat funcionó de lo lindo buscando a Marta y preguntando a Laura Díaz Morán a cuánto va el cuerpo serrano para un avatar: 1,5 euros, ¡aprovecha!
Donde manda la carne, aunque sea en 3D, la identidad virtual palidece.

Rosa, el incansable Manolo Gago y los chicos de Bottoup hacen cobertura del Congreso de Periodismo de Huesca, donde Fernando García Mongay reina más allá de Aragón.

Thursday, March 01, 2007

Ciudadanía 3.0

Ideas para seguir discutiendo la idea de la identidad de dominio público y la individualización y socialización digital para la intervención de esta tarde en el 8 Congreso Nacional de Periodismo Digital de Huesca.
Con Laura Díaz Morán y Antonio Pascual Moreno hablaremos sobre los nuevos entornos de la identidad, la vida en metaversos como Second Life y sus efectos en la vida real.

Friday, February 09, 2007

World Press Photo: la guerra descapotable


Las nuevas guerras se luchan entre lo cotidiano. Algunas sólo lo destruyen en parte. Es la caída de los ejércitos regulares, de la guerra de frentes tradicionales. El enemigo es siempre interior en el mundo globalizado, aunque a veces llegue de fuera. El frente son las ideas, los credos, el terrorismo. Y le van ganando la partida a los recursos y la tierra, botín tradicional.
En las guerras posmodernas la realidad más cruda y la virtualidad consumista transitan bajo las mismas bombas. Las víctimas no tienen segunda vida. Y más mueren quienes menos tienen. La maldición de la sangre es implacable con el más desvaforecido.
La foto de Spencer Platt en el Beirut devastado por las bombas israelíes es el premio World Press Photo 2006.

World Press Photo
Guerra Eterna | Las mejores fotos del año

Monday, November 27, 2006

Nos faltó la poesía

Los cantautores siempre me han parecido un coñazo. Tremendo (soy de la generación del rock y los imperdibles). Una obligación de la Transición. Ya, listo. Babelia recupera los 50 años de la canción de autor al hilo de la música de Paco Ibáñez para una letrilla de Góngora.
¿Y el resto de las canciones? ¿No tienen autor?
Los cantautores -hasta los buenos- son un peso heredado de la política y el fin de la dictadura. Y hasta ahora. De la poesía social y la literatura comprometida a las letras con mensaje. ¡Coño! ¡Cómo si fuera el único mensaje entonable!
50 años. Hubo un tiempo en el que valió la pena. Al alba de Aute y alguna cosa más. El resto, una pesadez.
Quienes nos chutamos pop y rock nunca nos sentimos muy identificados. Pero en esta supervivencia de la nova cançó tiene mucho que ver la poesía.
Ellos la tuvieron. El rock español, no.
Los cantautores se apropiaron de la poesía social de la posguerra y construyeron himnos, estética, sentimiento e ideología para unir a un par de generaciones. Gente de pueblo, sin urbanizar. Gente sin raíces que caía en la canción y el folk cuando se les hacía extraño el desarraigo.
40 años en el limbo. Para cuando despertamos el punk había devorado la educación sentimental de la contracultura, el beat y los sueños lisérgicos.
Electrificados y agotados de tanto lamento. En el rock y el pop español de los 80 en adelante faltó la poesía. El puñal verso contundente. La herida abierta. No el pringue de los dedos de tanto lirismo repetitivo.
Faltó incluso la literatura, a pesar de alguna novela y algunos autores, de Manuel Rivas (primeros versos y las vacas) y Suso de Toro (Tic-tac), a Benjamín Prado o Juan Bonilla (postrero).
El pop y el rock en España son ágrafos.
Repasas la Movida, primer estallido pop tras la candidez forzada antes por la dictadura, ahora que también se la recuerda, y surge música (con buenas letras de Radio Futura, Nacha Pop, Parálisis permanente o Paraíso), cine (Trueba, Almodóvar) y mucha plástica (Pérez Villalta, Ceesepe, El Hortelano, García-Alix y tantos).
Pero poca letra hecha canción a pesar de que se podía haber bebido hasta el delirio en la generación de los 50. Y se tragaron botellas, pero pocas acabaron en grandes éxitos para el culto en los bares, qué lugares.
Nos faltó una generación beat.
Rescato, casi de memoria (perdón por las ausencias), a Eduardo Haro Ibars, maldito oficial; la loca lucidez de Leopoldo María Panero (todos esos ojos/cubiertos de legañas, como de quien no acaba/jamás de despertar, como/mirando sin ver o bien sólo por sed/de la absurda sanción de otra mirada,/todos vosotros/sois para mí alimento), Ángel Petisme y la ola atlántica, de Rompente (Manuel Romón, Alberto Avendaño, Antón Reixa, todos bajo un riff de Xosé Luis Méndez Ferrín) a la temprana Blanca Andreu.
Hablemos de los caballos padres que nos traerán la muerte
y de la luna de anfetamina
.
[¡Qué hubiera sido de la movida madrileña sin Galicia y Zaragoza!]
Casi todos los postnovísimos eran demasiado culturalistas. Eran malos tiempos para la lírica en nuestros oídos. Hastiados de virtuosos sólo nos gustaba la rítmica siempre hiriente de Keith Richards y Elvis Costello devorando medio siglo de rock en cada esputo de menos de tres minutos.
Para poemas, Patti Smith y las hogueras de Bruce Springsteen al bajar de los paseos del espacio en technicolor de David Bowie.
"La gente de los ochenta nos estamos centrifugando a toda hostia",decía Petisme cuando Luis Antonio de Villena le canonizaba postnovísimo. "Escribir poesía siempre se ha visto un poco hippi". Remataba.
Zas. Guillotina. Mata hippies en las Cíes, gritábamos. ¡Cómo para liarse con versos!
Será una idiotez, pero nos faltó la poesía que ahora intentamos recuperar con voces aún extranjeras y pocas excepciones.