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Monday, October 08, 2012

TVE oculta la independencia en el Camp Nou

Fútbol y política están indisolublemente unidos. El Barça es más que un club. Lo sabe cualquiera que haya vivido en Cataluña o frecuentado su estadio. Para muchos aficionados, fútbol es fútbol, pero en este país, como en tantos otros, muchos clubes son el símbolo de todo tipo de pasiones más allá del deporte.
El Camp Nou clamó ayer por la independencia en el partido de los partidos: el Barça-Real Madrid. Más política, historia, ideología y poder económico sobre el campo, imposible. Los saben quienes gritaron a favor de la independencia, por eso lo hicieron, y quienes denuncian esos gritos.
Hubo gritos, muchos. En el minuto 17.14 del primer y segundo tiempo, como fue una bandera todo el campo al comenzar el partido. Los ciudadanos deben juzgar. Pero es mala política y peor periodismo hurtar los hechos para mantener la ensoñación de un fútbol inmaculado o, mejor, para esconder la cabeza con aquel fuese, y no hubo nada cervantino que tan bien describe las hipocresías viejas de los oropeles de un poder agotado.

TVE volvió a amortiguar ayer en el Telediario 2 -no en el 24 Horas ni en RTVE.es- la crida independentista catalana, como en la manifestación del 11 de septiembre que acabó con el cese de una editora del telediario. No es nuevo, el silencio de los gritos antimonárquicos es ya un clásico en la televisión española. Que cada cual juzgue el grito, pero la televisión pública no tiene el derecho de censurarlo. Todo lo contrario, tiene la responsabilidad de informar. Dos frases en el telediario no son suficientes ante el grito de una parte de Cataluña con el presidente de la Generalitat en el palco y unas elecciones convocadas para lograr una mayoría soberanista.
No sé si a España, pero el derecho a la información lo rompe más el silencio y la manipulación que los independentistas. Mariano Rajoy es un presidente silente. Lo denuncia incluso la prensa extranjera. Pero sus intereses o estrategia política no deberían volver a convertir la televisión pública en pura propaganda. Volvemos por ese camino tras unos años de mayor independencia y responsabilidad en la televisión pública estatal. Los telediarios no deberían volver a ser los de la sentenciada manipulación de la era Aznar. Perdemos todos.

Monday, September 17, 2012

Traspiés en Rajoy TV

La televisión de Rajoy arranca temporada a trancos y tropiezos. Los telediarios preferidos por la audiencia durante los últimos cinco años empiezan a sufrir los ecos de la televisión de Aznar y Urdaci. La manifestación independentista catalana y la entrevista a Rajoy son el estigma de unos servicios informativos que empiezan a recordar a tiempos de los telediarios de la manipulación. La televisión de todos comienza a ser la de unos pocos con esa visión patrimonialista de los medios desplegada siempre por el PP.

Cinco periodistas se reunieron para entrevistar a Rajoy la semana pasada además de la presentadora de TVE. Al principio iban a ser tres, los de los principales diarios nacionales (El País, El Mundo y ABC), pero las llamadas y presiones para no estar al margen de la apertura político televisiva de la temporada abrieron el plató a La Razón. El director de Informativos, Julio Somoano, cedió a las presiones y acabó incluyendo a La Vanguardia para compensar esa permanente visión centralista.

Cuando cientos de miles de ciudadanos salen a la calle para reivindicar o protestar no hay criterio que se resista. TVE ha tenido que reconocer el error de sepultar la manifestación independentista de Barcelona en la mitad del telediario. Es habitual. Día a día la escaleta de los telediarios de Rajoy TV se parece cada vez más a esas ruedas de prensa de los consejos de ministros, remendadas por lo que al final aparece en el BOE y por la realidad.

En las tertulias de la pública, más de lo mismo. La renovación de tertulianos nos deja la falta de decoro –cuando menos- del fichaje de Edurne Uriarte, esposa del ministro y ex tertuliano Wert, para Las Mañanas de TVE.

Demasiado error, partidismo y falta de criterio para tan poco tiempo. Cinco años de liderazgo informativo se pueden acabar muy pronto. Perdemos todos. La audiencia, unos telediarios decentes y claramente mejores a la competencia, como demuestran sus números; el resto de cadenas, un acicate para mejorar; la democracia, una información creíble en los medios públicos.

Columna en los diarios de Vocento

Monday, September 03, 2012

Rajoy TV

Comienza una nueva temporada y una nueva televisión. Zapatero TV, la televisión de la TDT, la más fragmentada en audiencias, con más canales que nunca y una televisión pública fuerte deja paso a Rajoy TV: la televisión más concentrada de Europa en manos de dos empresas, el duopolio de Mediaset y Antena 3, una televisión pública estatal depauperada y sin proyecto, y una gran parte de las autonómicas en proceso de privatización. Cambia el gobierno y lo hace la televisión, algo que ya no ocurre en ningún otro país desarrollado, pero sí en España, donde el poder de telecracia es enorme. Parece que con cada gobierno votamos un sistema de televisión porque política y medios mantienen lazos excesivos.

La televisión no encuentra acomodo entre tanta mudanza. A las innovaciones tecnológicas que rompen el sistema tradicional le sigue la presión de la crisis en su negocio y la incapacidad de los políticos para ponerse de acuerdo sobre la industria en la que todo el mundo tiene puestos los ojos.

La concentración empezó ya con el gobierno de Zapatero y la fusión de Telecinco y Cuatro después del canales para todos de la TDT, cuando cada gran grupo de comunicación recibió su parte. TVE perdió la publicidad para calmar a las privadas y las autonómicas defendían su papel frente a la promesa de televisión de cercanía de la TDT, que se reveló sólo un espejismo.

Ahora un duopolio privado con cuatro de cada cinco euros del negocio y más de la mitad de la audiencia dominará la televisión y a su público. Rajoy devuelve los toros y la dependencia informativa a RTVE y confía en los acuerdos de sus barones con las grandes productoras para privatizar los programas y la gestión de las autonómicas manteniendo el control político.

Ya va siendo hora de que la televisión deje de ser parte de la pelea política. La convergencia con internet, los móviles y las tabletas también ayudará a la independencia. Si es que para entonces queda algo que valga la pena salvar de un sistema cada vez más insoportable.

Columna en los diarios de Vocento

Tuesday, August 07, 2012

El incierto futuro de las tertulias

Al gobierno no le gustan las tertulias, alimentan la “desconfianza”, en palabras de algunos de sus portavoces. Y así se lo transmiten cada vez que la ocasión se presenta a los responsables de las televisiones. A Rajoy nunca le han gustado, como tampoco a su secretaria de Estado de Comunicación, Carmen Martínez de Castro, ni a Pedro Arriola, su sociólogo de cabecera. Ni teniendo al primer ministro tertuliano de la historia, el responsable de Educación, José Ignacio Wert, habitual en muchas cadenas, las tertulias se ven con buenos ojos en el ejecutivo con el presidente más silencioso y la comunicación más opaca de la democracia.
Los espectadores comienzan a desertar o a cambiar de canal en busca de algo de equilibrio. Las tertulias tenían gracia y atractivo con un gobierno como el de Zapatero, machacado impenitentemente por sus propios errores y por la animosa lista de tertulianos adeptos al PP. Pero ahora, con un gobierno apoyado por una mayoría de las cadenas privadas, con TVE intervenida y purgada por el nuevo régimen, y con la recurrente letanía de las malas noticias, el atractivo baja.
En el Partido Popular las tertulias gustan más que a su líder, eso sí, siempre que imperen sus tesis y la mayoría de tertulianos estén de su lado. Con la animadversión a TVE curada, Los Desayunos y La Noche en 24 Horas purgados de sus presentadores, los programas de debate nacionales pintan mejor para el PP.
Pero en el estrecho círculo de Moncloa se continúa pensando que hacen demasiado ruido, aunque sea a favor. En la radio ocurre lo mismo, pero el PP confía en controlar las ondas por mayoría, a pesar del escollo de la Ser.
La audiencia de las tertulias televisivas no ha disminuido desde la llegada al poder del PP gracias a la abundancia de noticias y la crispación por la situación económica, pero los espectadores buscan algo más de equilibrio político. El Gato al agua, de Intereconomía, ha perdido fuelle y ya no consigue fácilmente cotas de 600.000 espectadores como hace unos meses. Lo mismo ha ocurrido con las tertulias de las autonómicas controladas por el PP.
En busca de canales alejados del control de los populares, los espectadores buscan opciones como Al rojo vivo, de La Sexta, que ha marcado récords con la huelga general (530.000 espectadores) o los recortes y la subida de impuestos de julio, con 510.000 espectadores y un 9,1% de cuota de pantalla frente a su 6% de media en los últimos meses.
Las tertulias de RTVE, Los desayunos de TVE y La noche en 24 Horas, también han logrado sus mejores audiencias recientemente. El ex programa de Ana Pastor consiguió en mayo 417.000 espectadores y un 17,5% de cuota de pantalla, cerca de sus mejores registros. El debate nocturno de Xabier Fortes creció de sus menos de 260.000 espectadores hasta superar los 400.000 antes del verano. Pero el control de RTVE por la nueva dirección nombrada sin consenso por el PP augura menos tertulias y un cambio de orientación en las que sobrevivan.
Las tertulias siguen siendo el programa más barato. Un presentador, un par de cámaras, una mesa y de cien a doscientos euros por tertuliano bastan. Muchas cadenas aprovechan esa televisión de bajo coste para sostener su programación, pero algunas como El Mundo con Veo TV o ABC (Vocento) ya renunciaron a mantener esos programas. No serán los últimos. El modelo se agota con los ciudadanos cada vez más desconfiados de los políticos y un gobierno que pretende imponer el mayor silencio posible para defender sus políticas.

Análisis completo en Estrella Digital

Saturday, July 28, 2012

Una ley de transparencia opaca

Paradojas: el gobierno más esquivo, con el presidente más silencioso, el que más gobierna por decreto ley y desoye al Parlamento, el que antes ha incumplido sus promesas electorales, el que ha cambiado radicalmente sus políticas sin cumplir un solo año aprueba la primera ley de transparencia de la democracia. Toda una reflexión del fracaso de los anteriores, especialmente el de Zapatero, culpable de posponer indefinidamente una ley imprescindible para una democracia real y participativa.

Pero el gobierno Rajoy persiste en su sordera. Ni el Consejo de Estado, presidido por el ex ministro Romay Beccaría, ha conseguido que se oigan sus críticas. Antes el ejecutivo ignoró a la comisión de expertos creada al efecto, a los organismos internacionales y a los propios ciudadanos, de los que sólo incorporó algunas ideas de una consulta pública sin transparencia sobre las propuestas realizadas.

La primera ley de transparencia y buen gobierno es una burla. Todas las críticas coinciden en la excesiva discrecionalidad de las administraciones, la escasa garantía del derecho de acceso a la información pública de los ciudadanos y el excesivo control que otorga al gobierno central sobre el resto de administraciones. Más que una ley de acceso a la información es un instrumento para reforzar el poder sordo y silencioso del ejecutivo de Mariano Rajoy.

Bienvenida la primera ley de transparencia y los controles sobre las administraciones y cargos públicos para evitar despilfarros y mala gestión. Pero la transparencia y el buen gobierno son más que una ley, son una cultura, como la propia vicetodo Soraya Sáenz de Santamaría ha subrayado en la rueda de prensa del Consejo de Ministros.

La partitocracia es opaca y esta ley se ha gestionado sin debate y con opacidad. La tramitación parlamentaria y su implementación por todas las administraciones públicas deberían servir para limpiarla de las malas prácticas de su gestación contra natura. Una democracia sin participación y control ciudadano es el peor escenario para el buen gobierno, la probidad y el límite al poder de los partidos que tanto necesitamos.

Columna en Estrella Digital

Saturday, July 14, 2012

Recortes contra el futuro

El gobierno ha dado un hachazo mortal a los nuevos medios, a la cultura y a los emprendedores. El IVA de los nuevos medios digitales, de los espectáculos y de los productos culturales y de consumo se ha multiplicado hasta el 21% -una subida del 160% en algunos casos- cuando hasta ahora el cine, el teatro y los conciertos pagaban un 8%. Sólo los periódicos y los libros, siempre que sean de papel, porque los digitales tributan con la nueva tasa, mantienen el tipo superreducido del 4%. La nueva economía digital, la cultura y los espectáculos sufrirán especialmente unos recortes que también se cebarán con los medios por la reducción del consumo y de la publicidad.

El aumento de los impuestos y los recortes que afectarán a los consumidores, unidos a unas tasas insostenibles de derechos de autor impuestas por las sociedades de gestión (SGAE, Cedro, etc.), con tasas fuera de mercado y restricciones a la competencia, como denuncian la Comisión Europea y la Comisión Nacional de la Competencia, avanzan un panorama negro para los nuevos medios y productos informativos, de entretenimiento y culturales.

De poco servirá la ley Sinde-Wert de persecución de la piratería con este impacto en los precios, los costes y la publicidad digital. Muchos consumidores aumentarán las descargas si suben los precios y otros comprarán más barato en portales y webs extranjeras lo que se encarece aquí.

La lucha de estos años para equiparar el IVA del libro o de los diarios digitales a los de papel y por rebajar los precios del cine o la música en streaming y bajo demanda acaba con los recortes anunciados por el gobierno. Pero con ellos también la posibilidad de crear una nueva industria aún naciente, de aumentar un consumo animado y de evitar que otra vez inventen ellos y que los grandes de internet y el comercio electrónico se beneficien de su tributación en otros países mientras se aborta la incipiente industria nacional.

Sólo de recortes no se vive. El gobierno olvida esa obviedad y protege a las viejas industrias y productos –todavía poderosas e influyentes- mientras desoye y desprecia a las nuevas. No sólo por el aumento de los impuestos, sino por la falta de legislación para abrir mercados oligopólicos y para acabar con las políticas de precios impuestas por los grandes.

Las medidas del gobierno de Rajoy vuelven a ignorar las recomendaciones del grupo de expertos que convocó para implementar la Agenda Digital y los intentos de la Comisión Europea por implantar el mercado único digital y romper el monopolio de las sociedades de autores.

Malos tiempos para el futuro.

Columna en Estrella Digital

Tuesday, May 29, 2012

La política de la desconfianza

Y Rajoy habló. Seis meses después de llegar a La Moncloa el presidente silente al fin convocó una rueda de prensa. No lo hizo por las protestas de los ciudadanos por los recortes del maltrecho estado de bienestar. Tampoco para explicar las contradicciones entre sus medidas y lo que defendía en la oposición. Ni para explicar su política de futuro o responder a la oposición. Rajoy ha hablado para los mercados. El presidente se levantó con el Financial Times señalando a Bankia como el insaciable monstruo de las galletas y acusando al gobierno de no consultar al Banco Central Europeo sobre el rescate. Antes del hundimiento en bolsa de Bankia y de que la prima de riesgo se disparase hasta los 513 puntos, el influyente diario de los mercados acusaba de nuevo: las necesidades de rescate de la banca podrían superar lo previsto en la última reforma De Guindos con sólo tres entidades solventes, BBVA, Santander y Sabadell.
Rajoy habló. "No va a haber ningún rescate de la banca española", afirmó. Pero los mercados siguieron desconfiando. El autoproclamado gobierno de la confianza se desinfla.
Nadie cree en un presidente que no da la cara en las peores horas del país. Y cuando lo hace habla desde la sede de su partido, repite declaraciones vacías, reconoce no saber cuánto dinero será necesario ni cómo se va a financiar cuando el interés se dispara al 6,50%, muy cerca del 7% que se consideró inasumible y provocó la intervención de Grecia, Portugal e Irlanda.
Cuando el presidente comparece como líder del PP, niega la relación del repunte de la deuda y el crecimiento del diferencial con Alemania con Bankia y las sospechas sobre los bancos españoles, no exige responsabilidades de los malos gestores y anuncia que no se perderá dinero público porque la entidad se recapitalizará mientras los analistas auguran un futuro muy complicado, la confianza se desvanece.
Bankia puede ser sistémica. Pero muchos ciudadanos creen que la sanidad y la educación lo son más. Cuando el gobierno no es capaz de explicar un rescate de 23.500 millones de euros con los que se podrían sufragar muchas políticas sociales y de crecimiento, la desconfianza desaparece.
La confianza se esfuma también de una oposición corresponsable en la mala gestión de las cajas de ahorro y los planes fracasados para sanear la banca.
La política de la desconfianza y el desencanto imperan. No sorprende que la desconfianza en Rajoy y su gobierno crezca en cada encuesta. Tampoco que Alfredo Pérez Rubalcaba y un PSOE heredero de los errores de sus últimos gobiernos no convenzan en los sondeos.
Los mercados son conversaciones e información. Cuando la información oficial no tiene credibilidad y los políticos mantienen su lucha partidista, nadie confía. El viernes despedimos la semana con una reunión opaca y sin acuerdo de Rajoy y Rubalcaba. El lunes el presidente del PP se dirigió a los mercados. La presidencia y el gobierno responsable y transparente prometidos siguen ausentes. Su voz no está ni en los consejos de ministros, ni en las reiteradas andanadas de Cospedal, ni en las extemporáneas manifestaciones de Esperanza Aguirre. La pitada de votantes y mercados se oye cada vez más fuerte.

Columna en Estrella Digital

Saturday, January 14, 2012

Cómo desmantelar las televisiones autonómicas

El gobierno de Rajoy cumple su promesa y prepara la reforma de la Ley Audiovisual para permitir la gestión privada en las cadenas autonómicas. Es el principio del desmantelamiento de un sistema ineficiente, caro e insostenible. Pero la fórmula elegida por el ejecutivo pasará la factura de la reestructuración a las arcas públicas y beneficiará a grupos que no han conseguido sus objetivos económicos y de audiencia en la burbuja de la TDT. Ni cierre ni redefinición del servicio público audiovisual en la era digital.


¿A quién beneficia la gestión privada de los canales públicos?

Columna completa en Estrella Digital 

Friday, December 30, 2011

Rajoy condena a RTVE

Rajoy fuerza la reestructuración de RTVE. La reducción de 200 millones de euros en los 550 millones de aportación estatal, una rebaja del 36,5%, deja a la televisión pública con un presupuesto de mil millones para 2012, inferior a los 1.097 millones con los que contaba en 2009, antes del despliegue de la TDT y de su apuesta por la televisión conectada e híbrida.
Es el peor castigo para una televisión pública siempre criticada por el PP.
RTVE tendrá que abordar una reestructuración como la emprendida por la BBC para eliminar canales de sus múltiples y reducir servicios, la única forma de rebajar sus gastos de producción y recursos para asumir el ajuste.
La televisión estatal tendrá que elegir entre cerrar servicios y canales para mantener competitividad en La 1 o rebajar toda su oferta y perder su liderazgo de audiencia.
El telestado de Rajoy será más reducido en cuanto a titularidad pública, hará que el duopolio privado recupere parte del negocio perdido durante la crisis y confía en esa alianza para sostener su apoyo político.
Los recortes en el telestado son obligados en la situación de crisis actual, pero vuelve a faltar una definición del servicio público en la sociedad de la información, donde la oferta audiovisual es enorme.
Por no esperar, ni siquiera se ha sacado a RTVE de su interinidad tras la dismisión de Alberto Oliart para nombrar un presidente encargado de liderar la reestructuración.
Pero el servicio público continúa haciendo falta donde lo privado no llega, tanto en sus esencias -informativos, programación infantil, educación y divulgación, minorías y colectivos especiales- como para convertirse en una plataforma de contenidos y servicios ciudadanos orientada a garantizar el acceso a los contenidos financiados por todos o de dominio público.
Cada vez que se manosea RTVE, con más o menos financiación, se obvia la necesidad de repensar la función del servicio público. Cuando a la BBC se le ordenó recortar su presupuesto un 20%, lo primero que se hizo fue rediseñar el concepto de la corporación británica, su papel en la sociedad y en el mercado de medios, y su futuro.
Esa visión se vuelve a echar de menos en los recortes del gobierno de Rajoy igual que en la coja y poco ambiciosa Ley Audiovisual aprobada por el ejecutivo de Zapatero.
Las ideas, el concepto del servicio público y su desarrollo son la medida de la calidad de la televisión pública, no sólo el dinero.

El presidente irresponsable

Mariano Rajoy sigue en silencio. En su segundo Consejo de Ministros, donde se han aprobado la mayoría de los recortes de gasto público anunciados, subidas de impuestos negadas durante la campaña electoral y otras medidas polémicas como el reglamento de la ley Sinde, Mariano Rajoy ni ha asomado la cabeza para explicarse ante los ciudadanos y los periodistas.
Un presidente en silencio que más parece escondido. Rajoy se ha distinguido en la oposición por no contestar preguntas, ni de los periodistas ni de nadie. Hoy tocaba. La vicetodo Sáenz de Santamaria ha acusado al gobierno de Zapatero de mentir y rebajar el déficit cuando hace un mes que se realiza el traspaso de poderes y varios estudios adelantaban la estimación con la que el gobierno Rajoy justifica sus subidas de impuestos. Una medida a la que se han opuesto desde la oposición. Santamaría se olvidó de comentar la responsabilidad de las comunidades autónomas, empezando por las gobernadas por el PP, en la desviación.
Muchos recortes, ninguna medida para estimular el crecimiento, como tanto prometía el ahora presidente desde la oposición. Empieza con los mismos errores que recriminaba a Zapatero.
La ley Sinde sí ha sido aprobada, igual que el fin del canon digital, que será sustituido por otra compensación de derechos de autor, como recogía el programa del PP y adelantaron el ministro Wert y el secretario de Cultura, José María Lassalle. En este área tampoco se oyó ni una medida para el desarrollo de la cultura y la industria digital.
Demasiadas medidas y muy pocas respuestas. No es momento de un presidente agazapado tras los cortinajes de La Moncloa. Es hora de gobernantes que den la cara.
El PP y el gobierno siguen presumiendo de decir la verdad a los españoles, cara a cara, como repitió la vicetodo. Un presidente escondido no es un presidente fiable. Rajoy no puede seguir siendo el perfecto irresponsable.

Thursday, December 22, 2011

El telestado de Rajoy

Rajoy ya es presidente y anuncia una nueva televisión. Al presidente le preocupan los jóvenes y la cultura, dijo en su investidura, pero no habló de internet ni del canon digital, cuya reforma fue prometida por el PP y viene obligada por Europa. Ni de la ley Sinde dormida en el cajón del Consejo de Ministros. No mencionó a los medios digitales cuando habló de los emprendedores. Educación bilingüe, pero ni una palabra sobre la versión original en televisión y cines. Austeridad y proyección de la cultura española, pero fundido en negro sobre el Ministerio de Cultura o la financiación del cine y las artes.

A Rajoy le preocupa el telestado, como a todos los políticos. Promete abrir las autonómicas a la gestión privada de las cadenas o de sus recursos y programas, aunque se supone que manteniendo la titularidad pública. Ni el presidente ni sus ministrables hablan de redefinir el servicio público audiovisual. Sobre RTVE, mucha queja y ganas de meterle mano, sobre todo a unos informativos líderes mes a mes durante más de cuatro años consecutivos.

El presidente promete renovar el Consejo de RTVE, descabezado sin presidente desde la dimisión de Oliart en julio y utilizado como arma propagandística. Sin noticias de una televisión pública que hereda un modelo de financiación insostenible. El PP tampoco puede presumir de probidad ni eficiencia en sus televisiones autonómicas, caras, poco vistas y menos independientes.

Las investiduras son para los proyectos y la ilusión. También para fijar el tono de una presidencia. La de Rajoy llega privatizadora del telestado y poco atenta a la sociedad digital. El acceso a la tecnología, la comunicación, la información y la cultura son la red de una sociedad del conocimiento imprescindible para la competitividad y el desarrollo.

Rajoy no tuvo palabras para un futuro que es presente en los móviles inteligentes y la convergencia de televisión y banda ancha. Donde las pantallas son el nuevo espacio público en las redes sociales y la economía es digital. Reinicie, presidente.

Columna en los diarios de Vocento

Wednesday, December 21, 2011

Rajoy, presidente en silencio

Mariano Rajoy anunció en su Twitter su comparecencia para presentar su gobierno. Pero una vez más no hubo respuestas a las preguntas de los periodistas. El presidente prometió una ley de transparencia en su discurso de investidura, pero esa transparencia no existe en su labor diaria ni en sus citas públicas.
La costumbre viene de lejos. Rajoy era un habitual de la falta de comparecencias ante la prensa como líder de la oposición.
De preguntas, casi nada.
Un hábito grave en cualquier político y censurable cuando se está al frente del ejecutivo. El tuit del equipo de Rajoy usaba el verbo comparecer. Bien elegido, el diccionario nos recuerda que se comparece ante una autoridad, para informe y debate. Esa autoridad son los ciudadanos. Cada vez que el presidente del gobierno no contesta preguntas oculta a los ciudadanos las razones y argumentos de sus actos y decisiones.
Los periodistas están ante el presidente del Gobierno como representantes de la ciudadanía y depositarios activos del derecho a la información que no se puede ejercer directamente. El presidente es responsable ante los ciudadanos que lo eligen, como los informadores lo son ante el público que los escoge para informarse.
El silencio no es sabiduría ni cautela. Hay un tiempo para la reflexión y las decisiones, y otro para comunicarlas y explicarlas. Los ciudadanos tienen derecho a saber las razones de su gobierno y su presidente. Cuando Rajoy no contesta a los periodistas, no los castiga a ellos, enmudece ante los ciudadanos y les oculta información de primera necesidad.
El presidente prometió en su discurso de investidura "gobernar desde el diálogo y la transparencia". Su primer gran acto, el nombramiento de su gobierno, es un ejemplo de lo contrario.
La transparencia empieza por usted, presidente.

Columna completa en Estrella Digital

Monday, September 05, 2011

Rajoy en 140 caracteres

"Bienvenido sea. Sigue nuestro ejemplo de cara a cara con el ciudadano". Así saludó @conRubalcaba, el perfil de campaña del candidato socialista, el anuncio de la llegada de Mariano Rajoy a Twitter.
El equipo del PP creará un perfil del candidato en la red social preferida para la información y el debate. La política toma las redes, los responsables de campaña ya reconocieron en 2008 su creciente importancia.
Ahora, cuando la desafección de los ciudadanos con la partitocracia se agranda y se refleja en las encuestas, cuando crece la imagen de la política como problema y cuando los indignados son la imagen de la insatisfacción, los candidatos buscan a los jóvenes e intentan acercarse a la gente en la mayor herramienta social jamás creada.

Columna completa en Estrella Digital

Sunday, July 06, 2008

Silencio en la calle de Rajoy

En la calle de Rajoy no se habla de laicidad, ni de aborto, ni de buena muerte, ni de inmigrantes, ni mucho menos de que voten, ¡por favor, faltaría más!
Y tiene razón. En las calles de barrio de Salamanca no se habla de estas cosas. Sus habitantes están tan contentos pasando con sus leales esposas bajo el palio de los obispos mientras la querida aguarda. De buena muerte o eutanasia, ni hablar. Siempre se puede arreglar con un médico amigo. Por supuesto, nada de que los inmigrantes legales puedan votar, no se nos vaya a desmandar la parroquia y perdamos algún ayuntamiento o alguna comunidad autónoma que tan bien cuidadas nos tiene las buenas calles deterioran y debilitan la sanidad o la educación públicas. Puro estilo Esperanza Aguirre, siempre aclamada por las señoronas de los collares que tanto le gustaban a Pilar Franco.
En las calles de Rajoy no se habla de esas cosas. Todo se hace de puertas adentro. Como toda la vida. Faltaba más.
Mariano Rajoy es un conservador. Así que no es de extrañar que toda su crítica al gobierno de Zapatero pase por repetir letanías populistas.
No se lo creen ni en su partido, que anda a trompadas peleándose por nombres, sólo por poder, porque de ideas hace tiempo que las tiraron por calles de barrios como Salamanca, y nunca más se supo.
Es el peligro de los políticos sin ambición ni carácter. Melifluos y conservadores. No hablan más que de las viejas conversaciones de camilla. De lo demás, calle el pueblo, para decirles qué hacer ya estamos nosotros, los populares.
En la calle de Rajoy el silencio y la hipocresía atruena.

Wednesday, March 12, 2008

Rajoy quiere independizarse (de los medios)

"Esto es lo que hay". Dos años después del aviso de Manuel Fraga sobre los truenos de la derecha mediática, su viejo amigo y protegido, Mariano Rajoy, proclama su independencia de los medios que han marcado la política y los actos del PP, como también ha venido denunciando Alberto Ruiz Gallardón.
El PP entra en periodo de reflexión y elección del liderazgo hasta el congreso nacional de junio. La derecha mediática, también.

En Sociedad Cableada

Tuesday, March 11, 2008

Rajoy quiere seguir

Contra todo pronóstico y frente a la presión de la derecha mediática, Mariano Rajoy quiere quedarse y se presentará a la presidencia del partido en el congreso nacional del PP que se realizará en junio.
Rajoy ha lanzado un envite a sus competidores recordando que pueden presentarse como candidatos. Un rasgo de inteligencia fue dejar a Esperanza Aguirre y Gallardón sin poltrona en el Parlamento. Es difícil ser líder de la oposición si no puedes enfrentarte al presidente del gobierno en las grandes citas.
¿Volverá la lucha interna entre Antonio Hernández Mancha y Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón tras la renuncia de Manuel Fraga?
¿O los años de remodelación del partido de Aznar sin llegar a La Moncloa?
Con Rajoy estaban hoy los mas fieles de si equipo. Como Ana Pastor, desaparecida en la campaña y que rápidamente ha escrito en su blog: "Vamos a trabajar todavía más para sumar a este proyecto a más y más gente. Estamos dispuestos a dejarnos la piel en ello. Y lo vamos a lograr con Mariano Rajoy a la cabeza de este gran proyecto popular".
Frente a quienes piden más derecha, el líder del PP derrotado en las elecciones volvió a defender su proyecto apoyado por diez millones de votantes.
Poco antes, en el club Siglo XXI, Pedro J. Ramírez, ha vuelto a apostar por una renovación y ha tildado la decisión de Rajoy de equivocada porque se impone cerrar el "ciclo de Aznar y del sucesor designado a dedo por Aznar".
Rajoy ha insistido en que el dedo de Aznar se paró en marzo de 2004 y "no ha intervenido nada en la vida del partido". Una afirmación difícil de creer cuando los grandes documentos de estos años se han hecho en la Faes del ex presidente.
En la derecha mediática vuelve a abrirse la batalla entre los defensores de una derecha posible con Rajoy y otra encabezada por un líder más apegado a los bastiones mediáticos que agitan el PP.
Por ahora los barones regionales, Esperanza Aguirre incluida, se alinean con Rajoy, que no se ve "incómodo" ante la posibilidad de una batalla con la presidenta madrileña.
Habrá lucha de aquí al congreso de junio y un nuevo big bang en la derecha mediática.

Cómo se construye un líder de la oposición

"En el principio está mi fin". Las palabras del poeta TS Eliot podrían resonar en los oídos de Mariano Rajoy. Aznar podría susurrarlas. Pero seguramente retumbarán también los editoriales, las columnas, los chats y las conversaciones en vídeo que desde la prensa amiga piden su cabeza.
Desde la noche de su segunda derrota la maquinaria mediática se ha puesto en marcha para forzar su destino.
Es la hora de los medios después de una campaña electoral que ha demostrado la profundidad de la polarización política y mediática, la fortaleza de las adhesiones y lo limitado de la crítica independiente.

Más en Sociedad Cableada

Monday, January 28, 2008

Mariano Napster Rajoy contra el canon y por el P2P

Ahí está el líder popular. Sonriente. Victorioso. Encantado con su cd Todos contra el canon en la mano.
No es para menos.
Mariano Rajoy se hace la foto con la plataforma Todos contra el canon y se pone delante del PSOE en la campaña política en internet tocando la fibra más íntima del internauta.
Y ahora además se suma a la defensa del intercambio de archivos P2P: "No estamos de acuerdo con que se intente criminalizar el intercambio de archivos entre particulares, y se les llame piratas y delincuentes a millones de españoles".
Mariano Napster Rajoy.
Desconocíamos esta faceta suya de luchador por la libertad en internet. No la demostró cuando fue vicepresidente del gobierno.
Desde marzo de 2005 hasta diciembre de 2007 el PP se olvidó totalmente de su oposición al canon digital.
Tanto que cuando los senadores del PP votaron en contra en la Cámara Alta la diputada Beatriz Rodríguez Salmones y el propio Eduardo Zaplana los llamaron al orden.
Pero Pío García Escudero, portavoz en el Senado y responsable de la campaña electoral del PP, lo tenía claro.
La oposición del PP al canon recompone su alianza con la industria en un tema en el que el PSOE no puede dar marcha atrás.
Y la Red se ha echado encima de los socialistas el año en el que internet va a ser más importante que nunca en las elecciones generales.
Rajoy ya se ha apuntado el tanto del medio millón de españoles que han firmado contra el canon digital desde que el PP apoya la reforma de ese impuesto.
Con lo que los socialistas se han empeñado en demostrar su apuesta por la sociedad de la información, y el PP les roba la cartera.

Sunday, January 20, 2008

Rajoy, sin ideas sobre el canon

Mariano Rajoy sigue agitando su banderola contra el canon digital. Bajo ella, ninguna idea nueva. Prometer es más fácil que proponer.
Los populares montaron ayer un supuesto Diálogo Digital Popular para quedar bien con la industria de las telecomunicaciones, las nuevas tecnologías e internet.
Escenario perfecto para que el líder del PP reafirmara su tardía oposición al canon digital. La gran idea del PP: "el desarrollo de la tecnología nos ofrecerá nuevas maneras de compensar y proteger los derechos de autor".
¿Cómo será sustituido? Silencio.
Como en otros tantos casos -véase la reciente pelea entre Gallardón y Esperanza Aguirre-, Rajoy sigue con fidelidad la vieja política franquista de dejar que el tiempo ponga las cosas en su sitio.
Sólo Juan Costa, director de la campaña del PP y ministro de Ciencia y Tecnología del gobierno Aznar, se aventuró con un par de respuestas a los aspectos más polémicos del canon digital: "no vamos a soportar es un impuesto gestionado además por entidades privadas" y la compensación a los autores se basará en el "uso efectivo de la obra, no en los soportes".
¿Cómo se hará? Ni idea.
Palabras vacías de los responsables de un partido un gobierno que persiguió a las redes wifi de los ayuntamientos, otorgó todo el poder a Telefónica sobre las redes de banda ancha, no recortó la brecha digital con Europa y lanzó un Plan Info XXI tan vacío y fracasado que el propio ministro Josep Piqué admitió el desastre.
Ahora Rajoy repite algunas propuestas del programa de José María Aznar en el año 2000.
Pero de aquellos años del PP se recuerda más el piquetazo televisivo para asegurar televisiones a los medios proclives, la guerra digital y la victoria de Telefónica y Prisa con la fusión digital, para enfado enorme de la derecha mediática.
Promesas vacías como la del diálogo de ayer. El autoproclamado líder de la revolución tecnológica ni escuchó a los representantes de la industria y las instituciones que acudieron al sarao montado por el abogado Javier Cremades.
En la web del diálogo, ni diálogo ni propuestas. Sólo de una de las mesas encuentro anotaciones en los blogs personales de dos de los participantes (Julián Inza y Nacho Campos).
El tiempo dirá.

Saturday, January 19, 2008

Diálogo digital popular -2.0

"Mesas redondas que tratarán, a puerta cerrada, diversos aspectos relativos a la sociedad digital y a las tecnologías de la información y las comunicaciones, a su desarrollo y a su incorporación a la vida económica y social, con el fin de realizar propuestas de futuro".
El Partido Popular busca ideas sobre la sociedad de la información en un encuentro titulado Diálogo Digital Popular con políticos y responsables del sector de la tecnología y las telecomunicaciones.
Responsables de la industria y la política reunidos "a puerta cerrada" en 20 mesas donde, eso sí, se ha dejado un lugar comentarios.
No se sabe de qué, porque por ahora ni hay contenido, ni propuestas, ni información sobre los participantes. Sólo el título de cada mesa y su presidente.
Pero los responsables de la iniciativa le llaman 2.0. El abogado Javier Cremades dice que "se ha querido hacer de una manera abierta, con un gran componente 2.0, participativo".
La marca y listo. El lenguaje hace la cosa. Puro marketing. Porque participación, lo que se dice participación, poco.
Está bien que los dirigentes del PP se reúnan con expertos y responsables de cualquier campo para afinar ideas. Pero 19 mesas simultáneas, sin propuestas ni trabajo previo, y donde por ahora sólo se sabe quién es el presidente, y no el resto de los miembros, parecen más un sarao entre el lobby y el paripé para la galería que un encuentro serio. Y, menos, participativo.
En la propuesta electoral del PP (pdf) publicada hasta el momento sólo se recoge la creación de una Agencia Estatal de la Propiedad Intelectual (gestión del canon y los derechos de autor), ya anunciada por Rajoy; la puesta en marcha de un plan nacional para el despliegue de la sociedad de la información que recuerda mucho al Plan Avanza, y "un fuerte despliegue de redes de nueva generación junto a la iniciativa privada", también muy.
Si el PP quiere ser un referente político en la sociedad de la información y cumplir su ambigua propuesta contra el canon, le hacen falta ideas.
La democracia de Mariano Rajoy sigue siendo sorda. Por mucho que la adjetiven popular o 2.0.