Periodismo, medios e ideas | Journalism, media and ideas | Una mirada a los medios, los periodistas y las ideas de la sociedad de la información | A glimpse at the media, journalists and ideas in the information society
Monday, February 11, 2013
Lectores de series
Adeptos a las historias largas, con personajes simbólicos, diseñados para identificarse con varios tipos de público, tramas recurrentes desplegadas en medios tradicionales y en las plataformas digitales. Es el perfil de audiencia de series de televisión, pero también el de muchos lectores. Cultura, hábitos, tecnología y acceso a los contenidos acercan a la televisión, el cine o los libros. Consumimos los mismos contenidos, narrativas y estilos en cualquier medio y formato.
La saga Millenium, los vampiros de Crepúsculo, Harry Potter, Juego de Tronos o Los Juegos del Hambre son obras transmedia: pasan del libro a la televisión y el cine, siguen en videojuegos y hasta parques de atracciones. Es la clave del negocio cultural: los contenidos deben estar en todos los formatos y soportes para llegar al mayor público, desarrollar sagas a lo largo de varias temporadas para ganar audiencia y negocio. Lo sabía el marketing de contenidos desde hace tiempo, el universo digital se pliega a las leyes de la redundancia y la convergencia.
Los editores han presentado buenas noticias para la lectura: aumenta tanto en libros de papel como digitales. Y malas para la edición: el 58% de la población lee libros digitales, pero sólo una tercera parte los paga.
Crece la lectura en tiempos de crisis el tiempo forzado del paro: el 63% lee, aún por debajo del 70% europeo. Y crece el consumo de televisión: 246 minutos al día en 2012. Los hábitos y el acceso a través de las nuevas tecnologías hacen converger los gustos y los contenidos.
La revolución multipantalla no es sólo tecnológica. En el albor de la cultura digital los expertos alertaron de su tribalismo: la recuperación del universo simbólico y la unión de audiencia, trama y personajes en un interfaz donde los contenidos, compartidos en las redes sociales, identifican a uno y son reconocidos por los otros en un espacio común.
La cultura digital difumina fronteras de medios, géneros y formatos. Une al público en las historias, el interfaz y la experiencia compartida. Como en las viejas sagas y romances repetidas boca a boca para identificar a la tribu.
Columna en los diarios de Vocento
Thursday, October 06, 2011
iJobs
Jobs ha sido sobre todo un diseñador. Un enamorado de conseguir la mejor experiencia para el usuario con sencillez y eficacia. El toque Jobs. Gusto y estilo. La tecnología no vale si es difícil de usar. La ciencia puede ser compleja, pero la tecnología debe ser útil y sencilla.
Jobs se ha pasado cuatro décadas haciendo más fácil el diseño, la edición o la música. No sólo ha cambiado la tecnología, sino sobre todo la cultura popular. Y el marketing. Polo negro arremangado, Levis 501, la audiencia cautivada y un nuevo anuncio para enamorar al mercado. “I wanna be you lover, baby”, quiero ser tu amante, le ha dicho Jobs a los consumidores con palabras de su adorado Bob Dylan.
El primer Apple hizo a los ordenadores accesibles, amigables y útiles. Gracias a ellos fue más fácil escribir, diseñar o editar. Por eso se convirtió en fetiche de todos los diseñadores y de muchos periodistas. Nos liberó del vasallaje de los talleres y el código. Recuerdo los tiempos de El Sol en Madrid. 1989, primer diario editado íntegramente con Mac. Un peregrinaje para editores y periodistas de todo el mundo.
Devotos de Jobs. Aprendimos diseño y empezamos a jugar con la tipografía que nos fascinaba en libros inalcanzables. Fin de la fealdad fría de las fuentes de sistema.
Y todo cambió con un dedo. Jobs convirtió la rueda del dharma budista en la interfaz de la música. Nació el iPod y Jobs reinició el consumo de ocio y cultura. Las canciones se liberaron de los álbumes y descubrió que el mercado era digital.
Gusto. Estética, detalles y calidad para que la tecnología produjese objetos fascinantes. Jobs, profeta del futuro digital y dios de los gadgets. Llegó el iPhone, “the times they are a-changin'” en los móviles, convertidos en máquinas inteligentes al toque de un dedo. Y el iPad. Puro estilo. Como los movimientos ingrávidos de 2001, la película de Kubrick sobre la obra de Arthur C. Clark.
El cacharro es la clave. Jobs ha sido criticado por los sistemas cerrados y la indivisible unidad de software y hardware. Pero su mantra fue la usabilidad. Sencillez y eficiencia. Facilitar la vida al usuario. El toque Jobs.
Sólo la televisión resistió en su obsesivo toque de reinvención. Pero ha conseguido convertir a los medios en aplicaciones y la televisión se convierte a su credo a pesar del fracaso de Apple TV.
Piensa diferente. El lema publicitario de Apple resume la doctrina Jobs.
Thursday, March 10, 2011
Europa quiere recuperar las obras huérfanas
Son uno de los peores agujeros negros de la digitalización y el acceso a la cultura. La Comisión calcula que el 20% de las obras cinematográficas y de los libros son obras huérfanas, de las que no se conocen los propietarios de los derechos.
La Biblioteca Británica estima en un 40% las obras huérfanas en sus colecciones y hasta un millón de horas de los archivos la BBC son inútiles por esta causa.
La Comisión prepara una directiva sobre obras huérfanas, pero confía en el registro Arrow y en la colaboración entre bibliotecas, proyectos de digitalización y sociedades de gestión para hacer accesibles esas obras al público.
El proyecto Arrow comenzó en 2008 y ha sido financiado con 5,1 millones de euros (pdf). La Biblioteca Nacional, la sociedad de gestión Cedro y la Federación de Gremios de Editores de España participan en el proyecto, con un presupuesto de 135.959 euros.
El comité de sabios sobre digitalización del patrimonio europeo recomendó en enero de este año digitalizar las obras huérfanas y descatalogadas para ponerlas al alcance de los ciudadanos.
La recomendación es digitalizar estas obras con fondos públicos y hacerlas accesibles online con una compensación a los propietarios o a través de licencias colectivas como las de las sociedades de gestión.
El grupo de sabios pide dos cambios legislativos importantes en la propiedad intelectual. Mantener una "ventana de oportunidad", el derecho a digitalizar el material huérfano y hacerlo accesible cuando los propietarios no lo explotan privada o colectivamente. Y modificar el Convenio de Berna para evitar más obras públicas en el futuro. La solución está en un registro previo de las obras bajo propiedad intelectual, al contrario que la aplicación automática actual. Una reivindicación de la defensa de los derechos flexibles y abiertos.
A la espera de la nueva directiva europea, el debate sobre las obras huérfanas continúa con tres posturas principales: su paso al dominio público cuando no se identifica a los propietarios, su uso a través de licencias colectivas o mantener la situación actual.
Arrow intenta solucionar algunos de esos problemas con la identificación de los derechos, asegurar la interoperabilidad entre las instituciones públicas, crear estándares de uso y desarrollar una interoperabilidad de negocio que permita explotar esas obras con diferentes modelos en función de si lo hacen instituciones públicas o empresas.
La visión de Cedro:
Friday, January 14, 2011
Wikipedia cumple diez años de cultura participativa
Mi aportación sobre la Wikipedia como factor de reinicio de la cultura, más libre, participativa y abierta:
Wikipedia es uno de los mayores motores del reinicio de la cultura en la era digital. No sólo convirtió el conocimiento en un objeto popular, gratis, accesible a un solo clic, inmediato y abierto, sino que nos convirtió a todos en colaboradores y productores del sueño enciclopédico que hubiera enamorado a Diderot y D'Alembert.
Si los enciclopedistas quisieron ilustrar a sus pares burgueses, la ilustración digital es la mayor democratización del conocimiento y el proceso para lograrlo. Intenta hacer accesible para todos la información y convierte a mucha gente en autores, editores y proveedores de sus contenidos sin más recompensa que compartir sus conocimientos y esfuerzos. Acabar con la desigualdad del conocimiento.
Wikipedia es la mayor expresión de la cultura libre y democrática, con sus ventajas y sus peligros. Pero también con el empeño de la gran comunidad que ha creado en mejorar permanentemente. Una obra de producción colaborativa y conocimiento colectivo, donde se aprovecha toda la información accesible para redistribuirla, editarla, compactarla y enlazarla.
Ha creado una nueva forma de trabajo, abierta, transparente, descentralizada, libre.
Un nuevo concepto del artículo enciclopédico y de la información misma: un proceso donde la colaboración y la participación permite la evolución y actualización constante de la información.
Un artículo de la Wikipedia es un proceso, no un producto, como la naturaleza de los wikis requiere, un flujo informativo, editorial y de conocimiento que ahora corre por las redes sociales y los nuevos interfaces de la información.
Wikipedia nos ha hecho a todos más sabios. O al menos ha creado el ensueño de que podemos serlo si profundizamos en los conceptos y las referencias antes de utilizarlos.
Cuando le preguntan a su creador, Jimmy Wales, que espera en los próximos diez años para la Wikipedia, su respuesta es la mejor definición de su naturaleza y objetivos: "Más lenguas, más información, mayor calidad". Ojalá que también más participación crítica, exigente y desinteresada para mejorar esa gran comunidad que ha ido creando y que inspira a tantas.
Friday, December 31, 2010
El ABC de lo peor de la ley Sinde
La rebelión ciudadana ha frustrado la ley Sinde contra las descargas con el rechazo del Congreso. El gobierno cambia de actitud y desde la propia Moncloa busca un consenso para garantizar los derechos de los autores sin limitar los de los ciudadanos. El proyecto del Ministerio de Cultura para convertirse en vigilante de la propiedad intelectual no satisface a nadie, amenaza derechos de todos y es ineficaz para solucionar los problemas del mercado del entretenimiento digital. ¿Por qué?
- La ley no detendrá las descargas. Son un hábito de consumo y un negocio para algunos, pero compartir es la esencia y está en la arquitectura original de internet. Como ha ocurrido los últimos años, cuando se persigue o cierra una forma de compartir contenidos, otra lo sustituye.
- Enlazar es libre. Los enlaces no son el contenido ni la copia, son información, protegida por la Constitución y la Declaración de Derechos Humanos. Doctrina asumida y repetida por los jueces.
- Compartir es legal. Los enlaces no son ilegales y los usuarios pagan el canon digital para compensar la copia privada. Nada impide disfrutar en compañía de los contenidos –como se hace con las copias físicas- si no hay lucro ni comunicación pública. Así lo reflejan las sentencias contra el P2P en España. Las webs que almacenan y distribuyen contenidos ajenos sin permiso ya son perseguidas y cerradas judicialmente. Como han pedido varios grupos parlamentarios, lo mejor sería especializar juzgados y agilizar el proceso sin crear otro nuevo.
- Sin garantías. El Consejo de Estado duda, como muchos abogados y ciudadanos, de la legalidad de una Comisión de Propiedad Intelectual dentro de Cultura con poder para cerrar webs con un proceso ultrarrápido de cuatro días y autorizado por lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional. El juez no entra en el fondo del asunto, sólo autoriza o deniega las medidas punitivas adoptadas por Cultura. El proceso traslada a un órgano administrativo un ilícito civil. No existen limitaciones para las denuncias abusivas, no hay protección contra las falsas y al ser parte la Administración los demandantes ni siquiera asumen las costas.
- Una comisión dominada por demandantes. El anteproyecto no aclara quiénes formarán la comisión ni garantiza su independencia.
- Perseguir sin causa. El proyecto permite sancionar por "lucro indirecto, o que haya causado o sea susceptible de causar un daño patrimonial". El Consejo de Estado y el del Poder Judicial han señalado que no se pueden perseguir intenciones, sólo hechos. No está claro a quién y por qué se perseguirá.
- La copia y la propiedad ya no importan. El acceso a los contenidos por streaming –sin descargas-, bajo demanda (vídeo o música), con aplicaciones en los móviles y navegadores, y en conexión permanente están reduciendo las descargas. Una nueva forma de consumo sustituye a la copia. Las licencias de uso son más necesarias que las de compra o alquiler.
- Sin más dominio público. Cultura tampoco se preocupa de aumentar el dominio público y el acceso de los ciudadanos a los contenidos. Por ejemplo con licencias para la difusión no comercial o en medios públicos de lo subvencionado con dinero de todos.
- La ley no impulsa los nuevos modelos de propiedad intelectual y licencias necesarios para el mercado de contenidos digitales. Países como Gran Bretaña, Holanda, Alemania o Noruega estudian eliminar las barreras a los nuevos negocios creadas por la industria y las sociedades de gestión de los derechos de autor. Se analizan tasas sobre los proveedores de internet, tarifas planas para los contenidos o nuevos sistemas de licencias más flexibles y abiertas. Reflexiones aparcadas por Cultura y que tímidamente surgen tras el fracaso de la ley, como en la reunión convocada ayer por el presidente de la Academia del Cine, Álex de la Iglesia.
- La Comisión Europea promueve un mercado único de contenidos y la recuperación para el dominio público de las obras huérfanas, de las que no se conoce a los dueños. Pero también, como la Comisión de la Competencia en España y otros países europeos, una reforma de las sociedades de gestión colectiva de derechos para garantizar la transparencia y evitar que el 75% de los derechos de la música de la SGAE queden en manos del 1,7% de sus socios, como ocurre ahora.
Análisis en los diarios de Vocento
Thursday, July 15, 2010
Alberti, Prado, Trapiello y el diálogo perdido
Pero a los diarios -y a muchos medios- les cuesta mucho adaptarse. Sobre todo a determinadas secciones, esas que han vivido tantos años bajo a única égida de la publicación en papel. Entonces la conversación se pierde, aunque sea publicada.
Los escritores Benjamín Prado y Andrés Trapiello han sostenido los últimos días una interesante polémica sobre el poeta Rafael Alberti. Una discusión donde la revisión de la memoria histórica, la historia versioneada (en verso o en prosa), los pecados antiguos y su juicio desde el presente aparecen como un compendio de guerracivilismo o garrotazos goyescos con los pies atrapados en los fangos de la historia.
Todo empieza con Rafael Alberti, a la caza del poeta rojo, un artículo donde Benjamín Prado (amigo, permítaseme cierta filiación crítica), denuncia la campaña revisionista contra la figura del Alberti estalinista y líder republicano.
Contesta Trapiello (admirado), señalado como revisionista. Y lo hace con una malrauxiana La condición humana donde azota a Prado por la denuncia del supuesto "contubernio de escritores".
Y no queda aquí.
Las cartas al director de Prado y Trapiello se suceden hasta que el primero zanja: "Le doy toda la razón a Andrés Trapiello en su respuesta a mi respuesta: en otras cosas es un figura, pero en lo que respecta a Alberti, no sabe de lo que habla".
Si Trapiello acepta y calla, debate cerrado.
¡Qué gran oportunidad para convertir las páginas de opinión de El País en internet en una conversación viva y no obviar una la polémica ilustrativa de muchas de las visiones y enfrentamientos sobre aquella guerra que sigue siendo civil.
Bastaban unos enlaces. Un recuadrito en la portadilla. Pero la rutina es la peor enemiga del periodismo y de las ideas.
Monday, April 26, 2010
Proteger al consumidor, pero más al ciudadano

En su Lista de Vigilancia de Propiedad Intelectual 2010 (análisis de la situación en España) se vuelve a poner de manifiesto que el desarrollo de la propiedad intelectual y los derechos de autor afecta especialmente a la educación, el dominio público, el acceso general a la cultura y la ciencia, por ejemplo a través de las universidades, bibliotecas e instituciones culturales.
La lista de Consumers International sitúa a España en una posición intermedia respecto a la propiedad intelectual y los derechos de ciudadanos y consumidores.
Una nota positiva especialmente por el desarrollo legislativo de la copia privada, la libertad en internet, las libertades y garantías de acceso a la información por los periodistas y el acceso a las leyes y documentos públicos.
Muchos encontrarán demasiado benévola la clasificación, pero en el panorama legislativo mundial nuestro país no está en los peores puestos. Pero podemos pasar a encabezarlo por las recientes medidas de la ley de economía sostenible para perseguir las infracciones sin suficiente protección de los derechos y por la ofensiva contra la neutralidad de la red encabezada por el Ministerio de Industria.
El informe reclama algunos derechos y necesidades en los que he insistido mucho aquí:
los derechos de los consumidores pierden frente a las imposiciones de la industria para maximizar su negocio;
no se fomenta la ampliación del dominio público ni de los estándares abiertos y el software libre;
la copia privada no garantiza el uso justo de las obras suficientemente por su limitación para la difusión aunque no exista comunicación pública y su intención no sea comercial;
seguimos sin un acuerdo para el acceso a las obras huérfanas y su puesta a disposición del público;
las bibliotecas viven acosadas por los derechos de autor, el canon por préstamo y las presiones para limitar su desarrollo y convertise en centros de gestión y difusión de la cultura de servicio público para la sociedad de la información;
amenazas y explotación comercial excesiva de la educación, como demuestran los fallos y carencias de plan escuela 2.0 o la presión de Cedro para imponer a las universidades licencias de pago por el uso digital de obras publicadas.
En definitiva: el sistema español de propiedad intelectual protege a la industria y los consumidores más que al desarrollo del conocimiento y la educación.
Resultado: fomento del entretenimiento y el ocio frente a una sociedad culta, educada, innovadora y con una amplia concepción del conocimiento como patrimonio público.
Ese error se repite en la defensa radical de los derechos de autor y propiedad intelectual, y entre quienes los atacan.
Y ese error repetido acaba haciendo estéril la discusión porque no hay puntos de encuentro y las dos partes se enrocan en la defensa de intereses individuales y sectoriales frente a los derechos y libertades de todos.
En ambos lados se sostiene una concepción económica de la propiedad intelectual que hasta medios tan poco sospechosos de antinegocio como The Economist censuran.
Una alternativa para superar el sordo debate actual es proteger la defensa de la cultura, la ciencia, la educación, el patrimonio público, y separar los derechos y libertades de los ciudadanos de la pelea del hiperconsumo.
La redefinición de la propiedad intelectual debe incorporar el concepto y la defensa del procomún: los bienes que pertenecen a todos y cuya gestión social crea una nueva cadena de valor para todos.
Las garantías de acceso a la cultura y la ciencia deben ser más amplias que las actuales y la extensión del uso justo de las obras es imprescindible.
Ese uso justo requiere garantías y compensaciones que en su mayor parte existen ya a través de la financiación pública -directa e indirecta- de la creación, la investigación y el apoyo a las industrias de contenidos.
Reconstruir el consenso para ampliar el derecho de cita y conseguir una ética del enlace y la atribución de fuentes que tan a menudo se olvida.
Redefinir el servicio público de contenidos, acceso y telecomunicaciones para eliminar el conflicto entre intereses privados y públicos, fundamentalmente en el audiovisual pero también en otros ámbitos como la edición o la gestión cultural.
Un ejemplo: las licencias de Cedro para la educación sólo garantizan la reproducción (física o digital de un 10%) de las obras o un artículo como fragmento. Con costes de cinco euros por curso en la universidad por la reproducción digital, 1,90 si es en fotocopias. Para la enseñanza secundaria el precio es de 3,74 euros por curso y en educación primaria de 2,65 euros.
Estas licencias son excesivas por su limitación y cuantía. El uso justo de las obras debería cubrir la mayoría de los usos educativos, tanto para el acceso público a las obras fragmentadas cuando su uso no sea completo o intensivo, pero también porque una mayoría de esos contenidos y materiales proceden de investigación, creación, edición y publicación financiada con recursos públicos a través del propio sistema educativo y de investigación como de las ayudas y financiación de la edición para estos usos.
O se da un paso al frente en la defensa de los derechos de los ciudadanos y la transparencia en la financiación de los contenidos culturales, científicos y de entretenimiento o la discusión es inagotable.
Separar derechos y patrimonio público de las garantías para los consumidores. Apostar por estimular los nuevos negocios y modos de explotación, y aumentar el acceso a la cultura como un sistema operativo social y económico puede ayudar a desatascar posiciones.
Ipwatchlist 2010 Span


Tuesday, April 13, 2010
Ministerio de la Propiedad Intelectual
¿Dónde está lo público en este ministerio? ¿Dónde la defensa de la cultura de todos? ¿Dónde la preocupación constante por el dominio público, por fortalecer e impulsar las nuevas formas de creación y cultura? ¿Dónde la homogeneización, agilización y transparencia de la gestión de derechos? ¿Dónde el mercado común europeo para poder comprar aquí lo que ahora compramos fuera?
El cine y las reclamaciones de una industria aterrada por los cambios tecnológicos, sociales y de consumo son sus grandes preocupaciones.
Leo el programa de las jornadas de digitalización cultural en la Biblioteca Nacional y las crónicas de la reunión y veo intervenciones sobre el negocio de la cultura, la propiedad intelectual de los creadores, la economía del libro o el proyecto Enclave que ha convertido la gran biblioteca de todos en una mala tienda donde su best seller sólo ha vendido 38 descargas.
Ni procomunes, ni ampliación del dominio público, ni una propuesta para las obras huérfanas, ni nuevos modelos de bibliotecas 2.0 (pdf) -como muchas sostenidas por bibliotecarios en lucha con la indiferencia institucional- ni nuevos modelos de propiedad intelectual abierta y flexible (sólo abordada de rebote).
Ni siquiera una invitación a los renovadores del sector editorial, que los hay aunque la miopía del ministerio y la presión de los grandes no les deje levantar la cabeza más de lo que sus fuerzas individuales pueden.
Pero todas las jornadas se inauguran con números, quejas del negocio, los alegatos de siempre de una propiedad intelectual que sólo protege el negocio de algunos y se empeña en no dejar desarrollar nuevos modelos voluntarios, abiertos y flexibles.
Pero lo peor, señora ministra, son sus esfuerzos denodados para resistir la ampliación del dominio público. Y el ministerio no sólo lo consiente, lo anima.
Tanto que su real aportación a la cultura popular es la promoción de las descargas por falta de otras alternativas razonables.
En este ministerio impera una visión economicista de la cultura y su creación. Sólo sabe dar subvenciones, imponer limitaciones a los ciudadanos, apoyar el pensamiento más rancio sobre la industria, primar al entretenimiento sobre la cultura y el conocimiento, despreciar los nuevos experimentos y valores para centrarse en la industria (competencia de otro ministerio), y olvida permanentemente que su función principal es defender la cultura de todos y el acceso de los ciudadanos.
La cultura no se crea sólo con dinero. Hace falta política cultural (sí, aquella invención francesa, sin complejos), apoyo a los nuevos creadores, talleres, formación y distribución para quienes no tienen espacio en lo comercial, promoción: la verdadera razón de un servicio público digital de contenidos y acceso.
Hace falta recuperar las obras huérfanas para todos, ampliar las obras de dominio público, devolver a la ciudadanía todo lo financiado con dinero público a través de licencias abiertas para su uso y disfrute, crear nuevos canales de encuentro entre autores y público, etc.
Lo que sobra es hacer informes de baja calidad, protestados por el propio sector. Transgredir la función principal de las grandes instituciones culturales públicas para convertirlas en malas promotoras del negocio. Perseguir a los ciudadanos sin ofrecerles alternativas adecuadas a sus hábitos y demandas culturales.
Muchos echamos de menos una institución de promoción de la cultura de todos, del patrimonio imprescindible y de lo nuevo que aún no conocemos.
Y sobra tanta demagogia y confusión.
Tony Judt, en los últimos días de una vida que se agota en la parálisis, defiende que lo único que sobrevive de la socialdemocracia es la defensa de lo público. Muchos coincidimos con esa visión y con la necesidad de un sector público eficiente, transparente, activo y volcado a defender lo de todos. Este ministerio hace mucho que no cumple esa función.
Ciérrenlo y devuelvan el dinero.


Tuesday, January 19, 2010
Savater se confunde de mecenas
Leo con pasmo el artículo de Fernando Savater. ¿Qué diferencia a esos mecenas de los dueños corporativos de la industria cultural actual?
A Savater le nubla la razón su pasión contra el gratis total. La cultura no es gratis, como casi nada, pero cambian -como lo han hecho siempre- las formas de financiación y comercialización.
Los mecenas son parte de la solución. Siempre los ha habido y los habrá en la ciencia y la cultura. Sin ellos gran parte de la creación y la investigación de los últimos siglos hubiera sido imposible.
En el mecenazgo siempre ha habido intereses. Como en el comercio. Y no es para espantarse. Intereses los hay de muchos tipos y diferente catadura. Los protegidos de Mecenas sabían qué se esperaba de ellos, igual que los de los Médici, la iglesia, Carlos III o los Rockefeller.
La diferencia es que en el nuevo entorno digital y social todos podemos ser mecenas. Ya. Algunos me dirán que no es nada nuevo. Los independientes -editores, sellos discográficos, etc.- siempre han hecho más mecenazgo que negocio.
¿Y los poderes públicos? El estado es un gran mecenas desde su misma aparición. Y en la Europa de posguerra el mecenazgo cultural se ha entendido siempre, bajo capitanía francesa, como un pilar imprescindible del estado de bienestar. Un mecenazgo democrático con el dinero de los ciudadanos y la voluntad -y a menudo los intereses- de los gobernantes.
Ahora el mecenazgo puede extenderse, socializarse y ser más participativo como en el crowfunding, una forma de financiación social a través de las nuevas herramientas digitales. Permite a proyectos como la película El Cosmonauta financiarse y ya hay quien piensa que los John Cassavetes actuales tienen en la producción social y la comercialización por internet y las redes sociales su mejor oportunidad para ser independientes.
Cuando la industria domina la cultura, el resultado es puro consumo. La crítica de Adorno sigue vigente. Y muchos grandes editores, críticos y autores la suscriben. Más que nunca. Sólo así se explica la economía de la abundancia, condición imprescindible para el gratis total. Y por eso el criterio P2P (y quizá en breve la cuenta del streaming) es una de las pocas alternativas para la vida y la cultura líquidas y el ansia que provocan en tantos.
Hacen falta nuevas formas de financiación y comercialización de la creatividad, la innovación y el arte. Pero también ampliar el concepto de la producción y creación de contenidos como procomún. Especialmente cuando los creadores disfrutan de financiación pública o social. Y mejor mecenas sociales y transparentes, con objetivos claros y criterio social, que esos arteros poderosos de los que se queja Savater.
Sunday, December 27, 2009
Reiniciar la cultura
Cuando Jesús Rocamora me pidió un artículo para Público sobre la cultura en la primera década del siglo XXI, la idea apareció clara: ha sido la década de la cultura libre, el iPod, las consolas y, sobre todo, de la apropiación de la cultura y el entretenimiento por el público. Pocos momentos en la historia con un cambio de paradigma tan importante como en estos años que van de la explosión de las descargas al lanzamiento de iTunes hasta la popularización del copyleft y las licencias flexibles hasta el ebook.
Pero no todo es revolución. En el sustrato de tantos cambios subyacen viejas corrientes y la mayor crisis de la industria del entretenimiento desde que Adorno y Horkheimer hicieran su crítica en los años cuarenta del siglo XX.
De la cultura de masas a la era del acceso, la participación y el control 2.0 en diez años para una cultura libre por la que aún hay mucho que luchar. Diez años para reiniciar la cultura.
El artículo:
Pasar los dedos suavemente por una rueda o una pantalla para acceder a todo lo deseado. Cultura iPod. Un clic para llegar al contenido. Cultura p2p. Máquinas de memes, la unidad de transmisión cultural, surcando el ciberespacio para ser compartidas. Cultura red. Con Wikipedia el conocimiento se hizo inmediato y gratuito para fingirnos sabios. Cultura wiki. La rebelión contra los abusos de la propiedad intelectual y la industria trajo las licencias abiertas, el copyleft y Creative Commons. Cultura libre.
2001. Comienza el reinicio de la cultura cuando la globalización se hundió con las Torres Gemelas. Cultura basura, reciclado y sin narrativa lineal como Don DeLillo había avanzado en Submundo. Napster cerró acosado por las discográficas pero el P2P se expandió con Kazaa o BitTorrent. Jimmy Wales y Larry Sanger crearon Wikipedia. Apple lanzó el iPod. Un año antes explotó la burbuja puntocom y la exuberancia irracional se transfiguró en economía de la abundancia. Un nuevo ecosistema de contenidos e información que sólo existe, tiene valor y es útil cuando es empleado, difundido y mejorado por el público. Criterio P2P. La muerte del autor de Barthes convertida en la sociedad de autores de la red social. Cultura viral.
T. W. Adorno ríe en su tumba. En el mundo digital triunfa su tesis: cuando la industria domina la cultura, el resultado es puro consumo. Bienvenidos al todo gratis y la rebelión contra la industria del entretenimiento: el público se apropia de las obras. La exuberancia de la cultura de masas crea la ansiedad del hiperconsumo. Cuando todo está a nuestra disposición en la pantalla necesitamos una economía de la afectividad para recuperar su valor. Criterio P2P contra la superproducción de la industria cultural, pero la afectividad no se traduce sólo en pago, sino en más consumo.
Somos lo que la cultura nos hace y repetimos mitos el año de la muerte de Lévi-Strauss. Eres la biblioteca de tu iPod –pronto de tu e-book- en una sociedad de nómadas digitales, individualistas interconectados en busca de tribu donde reconocerse. A menudo bajo la divinidad de una marca. Nuestras películas, música y libros favoritos son nuestro perfil en las redes sociales. La cultura se parte en memes desde que MySpace se convirtió en plataforma de autoedición para la música y el cine aprendió que una descarga aventaja a un minicine en la cultura de bolsillo. Y que sólo el 3-D y el gran espectáculo nos devolverán a las salas cuando la televisión se muda a internet.
La sociedad del conocimiento es por ahora la del ocio, donde el entretenimiento bastardea la cultura. El hiperconsumo es el ADN de la vida líquida en busca de la identidad en bits y contactos. Buscamos gratificación instantánea en la era del acceso. No esperamos al calendario de estrenos y comercialización de las distribuidoras y los grandes medios. Con tanta abundancia las formas de acceso crecen y el contenido converge en un nuevo control 2.0, los dueños de las puertas digitales y el cloud computing. La larga cola digital no ha acabado con el imperio de los hits, de Madonna y U2 a Michael Jackson, El código da Vinci, Harry Potter, Larsson, los Soprano, Perdidos o El señor de los Anillos y las sagas de vampiros.
Los libros han resistido con miles de títulos y más lectores que nunca cuando el turismo invadió los museos. El ebook llega mientras en las bibliotecas digitales se echa de menos el dominio público y las obras huérfanas se pudren descatalogadas. El mínimo común cultural se impone. Autores, industria y público enfrentan el diario dilema del ordenador: ¿suspender, apagar o reiniciar?
Monday, December 21, 2009
Cultura gallega en realidad aumentada
Una gran parte de los espacios y lugares con equipamientos culturales de Galicia en tu móvil. El Consello da Cultura Galega lanza un mapa con los equipamientos culturales de la comunidad como una capa en el navegador de realidad aumentada Layar. Más de 5.000 referencias de museos, galerías de arte, centros culturales o de referencia accesibles con toda la información desde un teléfono móvil iPhone o Android donde esté instalada esta aplicación.
La nueva iniciativa es una muestra de la utilidad de las nuevas tecnologías para la cultura y la ampliación del espacio público y ciudadano.
La realidad aumentada permite acceder desde un móvil equipado con cámara y GPS a toda la información disponible en internet de los lugares donde se encuentra el usuario. Cuando a la geolocalización y los mapas se suma la realidad aumentada y la información pública, el resultado son aplicaciones de especial utilidad para los ciberciudadanos.
El Consello da Cultura Galega ha apostado con pasión por las aplicaciones culturales y públicas de la cartografía digital. La base de esta aplicación de realidad aumentada es el Mapa Cultural de Galicia, un mapa donde la tradicional dispersión demográfica y de población de Galicia comienza a integrarse a través de los espacios culturales.
En la nueva aplicación para los móviles se sumarán más adelante los Roteiros, las rutas digitales que permiten explorar Galicia siguiendo los pasos de autores como Rosalía de Castro, Curros Enríquez o Eduardo Pondal.


Thursday, September 24, 2009
Poesía en mapa

"Si teníamos una antología de poesía de una tierra concreta, la Costa da Morte, ¿por qué no mostrar los poemas sobre su contexto". Así explica Manuel Gago, director de Culturagalega.org, el origen de un proyecto donde los versos de los autores se muestran sobre el mapa y los lugares de su inspiración. Laxe escrita, se llama un petroglifo de Carnota, una de las localidades del área. Sobre la roca esculpieron sus antiguos pobladores una narración de las invasiones marítimas. Y sobre los mapas dinámicos de Google están escritos ahora los poemas.
Una nueva forma de presentar una antología poética aferrada a un lugar, la costa occidental gallega famosa por los naufragios, sus leyendas y la dura vida de las gentes del mar. De Pondal ao Batallón Literario. 120 anos de poesía na Costa da Morte, una obra que reúne a poetas clásicos gallegos con los más recientes, los de un pelotón de infiltrados en la vida cotidiana que entre 1996 y 1999 realizaron más de cien actos poéticos por estas tierras agrestes. Recordaban a los 1.600 estudiantes de la Universidad de Santiago que bajo la égida de Minerva y Marte, dioses de la sabiduría y la guerra, lucharon en la Guerra de la Independencia. Versos de todos están anotados ahora en el sistema de información geográfica de Google.
En esas tierras que han visto pasar emigrantes y naufragios como pocas "la vinculación entre territorio y poesía provoca espacios comunes" que Cultura Galega quiere explotar, explica su director. No es la primera vez que la publicación digital del Consello da Cultura Galega, una institución autonómica, explora las intersecciones de la cultura, la historia, el arte y la tecnología. Sus Roteiros (rutas) permiten explorar la vida de grandes autores o de acontecimientos históricos y culturales a través de herramientas de geolocalización, suscripción RSS, multimedia y otros recursos que para Gago están cambiando completamente la textura de las obras culturales.
"Este tipo de proyectos hacen que ya no veamos la literatura como hasta ahora. La obra literaria es ahora un proceso sin fin donde en lugar de libros hablaremos de flujos, corrientes actualizadas desde diferentes puntos", explica Gago. La lógica del software, de la red social y los mashups aplicada a la obra literaria.
Mapas culturales que permiten identificar zonas calientes con etiquetas geográficas. Y se pregunta Gago: "¿Se corresponderán con los mapas políticos, económicos o con los territorios míticos?" Una inquietud a la que no se atreve a responder.
Los editores Miro Villar y Modesto Fraga no esperaban leer su antología poética como un mapa donde es posible ubicar al lector ante el lugar escrito. ¿Coincidirán? ¿Servirán para aumentar y documentar el turismo cultural? ¿Y para llegar con la multimedia y el procesamiento de datos hasta nuevos usuarios/lectores?
Navega con los poetas, sorprendidos los que todavía viven de ver sus composiciones y versos con la precisión del cartógrafo. Descarga este fichero de Google Earth y déjate llevar de puertos a montes, de naufragios a recuerdos infantiles y de castros a dólmenes. Aplica el zoom y planta tus pies en el terreno del verso.
Para Soitu.es
Monday, July 06, 2009
Transparencia con la cultura de todos
Y yo también.
La pregunta no es baladí ni de cascarrabias. La BN presta un servicio público poniendo sus fondos a disposición en impresión bajo demanda en internet. Pero como todas las administraciones e instituciones públicas debería acostumbrarse a ser más transparente.
En la información sobre el acuerdo con Bubok no se especifica qué porcentajes del precio final corresponden a la BN y cuáles a la editorial. Tratándose de obras de dominio público custodiadas por instituciones públicas sería bueno saber cómo se reparten los ingresos.
Pero es un mal habitual en la gestión pública de la cultura -y del resto de bienes y servicios públicos- en un país con poca cultura de transparencia informativa.
La cultura como servicio público debería ser más transparente. Los ciudadanos deberían saber cuánto les cuesta y quién recibe el dinero. Y por tanto poder juzgar cómo se gasta.
En el estado del bienestar digital que queriéndolo o no se está construyendo la ampliación del acceso y la distribución de contenidos debería conllevar una mejor gestión pública de los fondos y recursos dedicados a ellos.
Los ciudadanos deben saber cuánto pagan y a quién por los libros, las bibliotecas, el arte, el cine, la televisión y todos aquellas actividades y contenidos financiadas con el dinero de los impuestos. Más en el caso de obras de dominio público.
Como están demostrando las iniciativas del gobierno Obama en Estados Unidos, y otras en muchos otros lugares, es posible.
Pero además en un país como el nuestro el acceso a la cultura digital debería mantener algunas características de progresividad de nuestro sistema de servicios públicos.
Algunas preguntas que surgen:
¿Por qué paga un contribuyente en España, y por tanto financiador de la BN, lo mismo que un extranjero?
¿Debemos pagar todos lo mismo por esos libros o debe existir un sistema de descuentos para estudiantes, investigadores o pensionistas, por ejemplo?
¿Por qué sostener una gestión lineal de la cultura en el ciberespacio cuando hay herramientas y posibilidades para garantizar mayor acceso y una distribución más progresiva de los bienes culturales?
Monday, April 13, 2009
Una ministra con conflicto de intereses
Esta es una de las mejores razones para denunciar la falta de idoneidad de la ministra.
Se puede y debe defender el desarrollo de internet y de los servicios de la sociedad de la información. También la redefinición de los derechos de autor y la propiedad intelectual. Y, por supuesto, los derechos de los consumidores y la necesidad de nuevos modelos de cultura. Pero en mi opinión es un error plantear una estrategia de enfrentamiento con los autores, sean cinematográficos, literarios, musicales, periodisticos o de blogs.
El problema de la nueva ministra es su parcialidad e intereses, a tenor de sus cargos y posturas públicas anteriores, acentuadas por una estrategia del presidente del gobierno, Rodríguez Zapatero, encaminada a lograr la aprobación de una ley del cine que no satisface a casi nadie.
El drama de este asunto no es la elección de González-Sinde, sino la estrategia de un gobierno que considera el cine español lo más importante en este momento de todo el ámbito cultural. Y de lado se deja el resto. Sobre todo la nueva cultura del ciberespacio, internet y la participación. Una corriente y un fenómeno transversal que constituye un nuevo ecosistema que afecta a todo lo englobado en el Ministerio de Cultura -de los museos a las bibliotecas, de la música al cine- como al resto de la sociedad.
El problema no es González-Sinde, sino una política que pese a reinstaurar el ministerio de Ciencia y Tecnología lo deja sin competencias después de no aclarar los problemas con Industria y el ministro Miguel Sebastián, adalid de las telefónicas y las televisiones.
Zapatero renuncia además a un científico del renombre de Bernat Soria para modernizar la sanidad en plena revolución biotecnológica en favor de una política asistencial más populista que efectiva, aunque hacer eficiente la ley de Dependencia sea urgente.
De las promesas de un gobierno para la innovación pasamos a un ejecutivo de partido con una orientación hacia las políticas populistas y clientelares, como las subvenciones al cine, que no trabajan hacia otro futuro que no sean las próximas elecciones.
Pero la maldición de La Moncloa no perdona: las segundas legislaturas son peor que las primeras. Y seguimos sin plan de crisis para la sociedad de la información. Preferimos el ladrillo, también cultural, frente a la innovación y el desarrollo.
El problema es la propia política obsoleta, burocrática y clientelar.
Contra ella, internet es un gran instrumento, pero es importante no caer en la misma demagogia y plantear posturas argumentadas y fundadas para no convertir el nuevo espacio público y político en un reflejo del viejo.
Wednesday, April 08, 2009
Una ministra para el lobby del cine
Imaginen que el presidente del Gobierno nombrara ministro de Trabajo al presidente de la patronal. O de Economía al de la Asociación Española de Banca. Zapatero lo ha hecho al nombrar a la presidenta de la Academia de Cine, Ángeles González-Sinde, ministra de Cultura. A César Antonio Molina se le había encallado la ley del cine, y un presidente tan pendiente del lobby audiovisual no lo soportaba. El sector del cine parece encantado, pero en internet la elección suena a provocación y los internautas se organizan en redes sociales como Facebook o Twitter (Sindemocracia) para protestar contra quien ha destacado como una perseguidora implacable de internet y las descargas.
González-Sinde es famosa por muchas acusaciones contra internet como "¿Para qué necesitamos un ADSL de no sé cuantos gigas?" y sus peticiones de más canon, pero ninguna propuesta sobre nuevas fórmulas para el cine en la era digital.
Ha habido que esperar hasta hace poco para que una productora española, Filmax, lanzase un portal competitivo para comercializar cine en la web.
Y de cine 2.0, ayudado por sus fans a promocionarse, difundirse y financiarse, muy poco, sólo el puesto en marcha por algunos de los nuevos cineastas. Pero la nueva ministra no se ha recatado en calificar reiteradamente de ilegales las descargas, en contra de las leyes y de las sentencias judiciales.
Zapatero arrancó su primera legislatura proclamándose el presidente de la sociedad de la información y la innovación. Pero le preocupa sólo el audiovisual. Aprobó más canales para la televisión comercial y emprendió la reforma de RTVE, tiene al ministro de Industria ocupado en la ley audiovisual tras permitir las fusiones entre cadenas; y al Ministerio de Ciencia, sin competencias.
El cine, con el que siempre ha gustado de codearse, no podía esperar más a pesar de que en 2008 recibió más de 76,3 millones de ayudas y subvenciones públicas sin contar el 5% de las televisiones y los apoyos autonómicos. Y eso que los espectadores, en las salas y el DVD, siguen bajando. Rajoy podrá volver a enarbolar la bandera anti canon digital.
Mi columna de mañana en los medios de Vocento y otros regionales
Tuesday, November 04, 2008
Escucha la música de Obama
Y junto a la generación de Stevie Wonder, Isaac Hayes o Sly Stone, Obama cita siempre a los precursores del orgullo negro de los 50: Miles Davis y John Coltrane.
Junto a ellos, blancos como Bob Dylan recogiendo la herencia de las raíces de la música americana y bandas blancas de alma negra como los Rolling Stones hasta llegar a la comunión con Bruce Springsteen.
Una selección de música preferida por Obama añadida a la ya citada en Obama, presidente multimedia.
Play that Funky Music (White Boy) (Graffiti): Curtis Mayfield, Isaac Hayes, Wilson Pickett, The Isley Brothers, Marvin Gaye, Al Green, Parliament y, sí, KC&The Sunshine Band. Funk
Y para quienes quieren leer una retrato de aquella época y de las relaciones raciales, musicales y del despertar del pop tras la época hipster tan bien descrita por Norman Mailer, quizá lo mejor es aventurarse en The Fortress of Solitude, de Jonathan Lethem.
Tuesday, April 29, 2008
SMS para hablar y ser
Columna en el diario Público | Vida 3.0
Wednesday, April 16, 2008
Llanto por Harry Potter
Steven Vander Ark, el autor de la web y del libro devoto de las andanzas de Harry Potter explicaba sus nueve años dedicados al personaje. Su pasión despertada antes incluso de acabar el primer libro del niño mago. Sus explicaciones sobre lo poco que ha ganado con el Lexicon, lo mucho que ha gastado, y su entrega infinita y la de sus colaboradores entusiastas a la autora y a su creación.
¿Acaso no es la historia de la literatura y la crítica literaria la historia de la exégesis?
Seguimiento en Sociedad Cableada
José Antonio Millán y Pepe Cervera también reflexionan sobre el caso
Monday, April 14, 2008
J.K. Rowling persigue a sus anotadores
La autora de Harry Potter se ha presentado en un juzgado de Nueva York para impedir que el sitio creado por Steven Vander Ark y sostenido por él y tres escritores más se convierta en un libro publicado por RDR Books.
Es otro capítulo más de la guerra entre los autores y la cultura de anotaciones, organización o ficciones creadas por los fans.
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Tuesday, February 12, 2008
Zapatero declara patriótico el canon
Quienes se oponen al canon no son patriotas. Puede. Pero maldita la falta que hace ser patriota cuando los impuestos los recaudan entidades privadas de gestión de derechos de unos pocos.
Zapatero vuelve a identificar al PSOE con una cierta cultura y desprecia a otras. El maridaje entre ciertos artistas y el Partido Socialista espanta. Petrifica la posibilidad de un cambio cultural necesario cuando la sociedad y la tecnología avanzan más que el negocio de algunos.
Pero Zapatero es agradecido.
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