Tuesday, September 02, 2008

Educación digital universal

Más de 107 euros para los libros del curso. Entre 7 y 11 kilos de peso en la mochila. Más de 6,8 millones de alumnos vuelven a las aulas con 14.000 libros de texto diferentes a un precio medio de 15 euros. ¿No es tiempo de cambiar la educación para acceder a una alfabetización digital de más valor y menor coste?
Cuando internet y el contenido digital es móvil y omnipresente es hora de plantear otra educación para aprovechar las ventajas del universo digital y dejar las viejas polémicas sobre el precio fijo, la gratuidad, el préstamo, etc.
Los libros de texto tienen un objetivo muy concreto (materia y curso), corta vida (cambian con los planes de estudio y se utilizan normalmente sólo un año), deben estar actualizados y deberían dar acceso a material complementario para profundizar y facilitar el trabajo de los maestros y las necesidades de los alumnos.

La solución es digital. Esas ventajas son posibles cuando hablamos de libros conectados, textos enlazados a material complementario, multimedia, documentación y personas o centros de interés de las materias tratadas. Libros para formar a los alumnos en los usos críticos y apropiados de la cultura digital.
Cuando los contenidos están en Internet y hasta el software se entiende como un servicio, no como producto final, es momento de tratar el libro de texto como un servicio a los alumnos para conectarlos con un ámbito mayor de conocimiento y prepararles para enfrentarse con más capacidad y criterios al mundo digital en el que viven, lo quieran o no sus padres y educadores.

Para ello es necesario una reforma del sector editorial, sustentado en gran parte en el libro de texto y que aprovecha sus conexiones con el poder mediático y político para imponer algunos intereses. Los libros de texto son casi el 17% de la edición total en España, 13.917 títulos en 2007.
De ese negocio, sólo un 8% son derechos de autor y el beneficio de las editoriales es del 6%, según datos de los editores asociados en Anele. El 25% es para las librerías.

El libro de texto digital debería ser un procomún, un bien público responsabilidad de la sociedad con derecho de uso y acceso universal bajo determinadas reglas: la legislación y los planes educativos consensuados entre educadores, padres, alumnos y las administraciones. Con el libro digital, una diversidad mayor de autores pueden colaborar en su redacción bajo supervisión de los consejos educativos para ofrecer textos actualizados a los alumnos y accesibles a través de equipos de bajo coste y sistemas operativos de dominio público.
La tecnología permite hacer más eficiente y accesible un derecho reconocido en la Constitución. Basta de polémicas inútiles y pensemos en proyectos de futuro antes que el futuro nos devore. Los alumnos ya viven una vida digital.

Columna en Público