La Vanguardia ya se puede leer en catalán. El diario de Cataluña se edita por primera vez en este idioma en 130 años de existencia. Por ahora, en papel.
Un estreno que la cabecera del conde de Godó ha aprovechado para realizar una enorme campaña promocional por ciudades y pueblos para reencontrarse con su público y afianzarse como líder de prensa en Cataluña.
El Periódico lleva 5.000 números en catalán, desde 1997. Su edición en catalán tiene 335.000 lectores, un poco menos de los 387.000 que leen la castellana.
Ara ha sido el último diario en nacer, publicado en catalán y comparte espacio con El Punt (182.000 lectores) y Avui (117.000).
Sólo un 29% de los lectores de prensa catalanes leen en su idioma. Un uso muy inferior al del resto de medios, donde esa cifra alcanza el 50,4%, según los datos del Baròmetre de la Comunicació.
El éxito de la exhaustiva gira de presentación de La Vanguardia en catalán, las salas y auditorios donde el público se ha reencontrado con periodistas y directivos del diario. Una vuelta de tuerca y un impulso más al uso del catalán en los medios.
Periodismo, medios e ideas | Journalism, media and ideas | Una mirada a los medios, los periodistas y las ideas de la sociedad de la información | A glimpse at the media, journalists and ideas in the information society
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Tuesday, May 03, 2011
Wednesday, March 02, 2011
La Vanguardia se escribe en catalán
"A partir del próximo mes de mayo, La Vanguardia será también un gran diario europeo en catalán, sin por ello dejar de serlo en castellano". Es la promesa de Javier Godó en el anuncio de la primera edición en catalán del periódico centenario.
La Vanguardia da un paso esperado desde que El Periódico lanzara edición en ese idioma en 1997. Godó lo hace cuando la preeminencia del castellano en la prensa comienza a acabarse, al menos en cabeceras. En La Vanguardia están convencidos de que esta edición no es sólo una proclama política, sino la evidencia de una realidad social y cultural.
La Vanguardia ha oído el mensaje. Sabe que tiene que cambiar para mantener su poder y posición de referente en esa nueva realidad política y social. La respuesta de su público es favorable, tanto que los sondeos internos indican preferencia por la futura edición en catalán que por la castellana. Jóvenes educados en catalán y lectores mayores son los más atraídos por la nueva edición.
Análisis completo en Estrella Digital
La Vanguardia da un paso esperado desde que El Periódico lanzara edición en ese idioma en 1997. Godó lo hace cuando la preeminencia del castellano en la prensa comienza a acabarse, al menos en cabeceras. En La Vanguardia están convencidos de que esta edición no es sólo una proclama política, sino la evidencia de una realidad social y cultural.
La Vanguardia ha oído el mensaje. Sabe que tiene que cambiar para mantener su poder y posición de referente en esa nueva realidad política y social. La respuesta de su público es favorable, tanto que los sondeos internos indican preferencia por la futura edición en catalán que por la castellana. Jóvenes educados en catalán y lectores mayores son los más atraídos por la nueva edición.
Análisis completo en Estrella Digital
Friday, November 17, 2006
La Vanguardia comienza su reinvención
La Vanguardia se repiensa. Una década y media después de su último gran cambio, un equipo de profesionales reforzado con la incorporación de Enric Sierra (ex director de 20 Minutos Barcelona) prepara la gran renovación del diario.
El director José Antich cuenta con el director adjunto Alfredo Abián, subdirectores como Jordi Juan y Alex Rodríguez, y los recientemente incorporados M. Dolores García (ex El Periódico) y Sierra, entre otros, para enfrentarse al fin de la era de la prensa y los cambios obligados.
Antonio Cambredó, presidente de la Asociación de Editores de Diarios Españoles (AEDE) y consejero del Grupo Godó, alertó ayer a los editores reunidos en León de la urgencia del cambio digital.
El año que viene será crítico porque se unirá un descenso acentuado de la difusión con el aumento de la publicidad en internet. O los medios comienzan a cambiar su modelo de negocio o asistirán a la desbandada de lectores y anunciantes.
En la última gran renovación del diario barcelonés la tecnología pasó del viejo huecograbado a la moderna fotocomposición (todavía colea ahora la huelga de talleres por la tercerización en marcha).
En el próximo la digitalización será el eje de una reinvención de contenidos, estilo y negocio.
Enric Sierra se une a ese equipo con "la misión de coordinar el papel con el equipo de redacción digital que está y sigue separado", según fuentes del periódico.
El nuevo redactor jefe de la edición web tendrá el desafío de superar la última renovación, que no ha dejado contento a nadie, e impulsar las nuevas ideas en el diario y en el fortalecimiento de su edición digital.
La integración de redacciones está todavía muy lejos, y tendrá que ser pensada a fondo, pero que Sierra se siente con el núcleo directivo del diario da idea de la fortaleza de la decisión de mejorar la coordinación papel/digital.
La llegada de Sierra desplaza a Lluís Foix de la dirección de la lavanguardia.es.
José Luis Rodríguez, hasta ahora adjunto a la dirección del papel, sustituirá también a Xavier Casares en Iniciativas Digital Media, la empresa digital de La Vanguardia, para impulsar un proyecto con profundización de la participación de usuarios (La Vanguardia 2.0), la producción de contenidos multimedia y los servicios a los lectores, ejes de la renovación digital de muchos diarios.
P21 | La Vanguardia.es, más 2.0
P21 | La Vanguardia 2.0
El director José Antich cuenta con el director adjunto Alfredo Abián, subdirectores como Jordi Juan y Alex Rodríguez, y los recientemente incorporados M. Dolores García (ex El Periódico) y Sierra, entre otros, para enfrentarse al fin de la era de la prensa y los cambios obligados.
Antonio Cambredó, presidente de la Asociación de Editores de Diarios Españoles (AEDE) y consejero del Grupo Godó, alertó ayer a los editores reunidos en León de la urgencia del cambio digital.
El año que viene será crítico porque se unirá un descenso acentuado de la difusión con el aumento de la publicidad en internet. O los medios comienzan a cambiar su modelo de negocio o asistirán a la desbandada de lectores y anunciantes.
En la última gran renovación del diario barcelonés la tecnología pasó del viejo huecograbado a la moderna fotocomposición (todavía colea ahora la huelga de talleres por la tercerización en marcha).
En el próximo la digitalización será el eje de una reinvención de contenidos, estilo y negocio.
Enric Sierra se une a ese equipo con "la misión de coordinar el papel con el equipo de redacción digital que está y sigue separado", según fuentes del periódico.
El nuevo redactor jefe de la edición web tendrá el desafío de superar la última renovación, que no ha dejado contento a nadie, e impulsar las nuevas ideas en el diario y en el fortalecimiento de su edición digital.
La integración de redacciones está todavía muy lejos, y tendrá que ser pensada a fondo, pero que Sierra se siente con el núcleo directivo del diario da idea de la fortaleza de la decisión de mejorar la coordinación papel/digital.
La llegada de Sierra desplaza a Lluís Foix de la dirección de la lavanguardia.es.
José Luis Rodríguez, hasta ahora adjunto a la dirección del papel, sustituirá también a Xavier Casares en Iniciativas Digital Media, la empresa digital de La Vanguardia, para impulsar un proyecto con profundización de la participación de usuarios (La Vanguardia 2.0), la producción de contenidos multimedia y los servicios a los lectores, ejes de la renovación digital de muchos diarios.
P21 | La Vanguardia.es, más 2.0
P21 | La Vanguardia 2.0
Wednesday, June 14, 2006
La Vanguardia.es, más 2.0
La Vanguardia.es se actualiza con un rediseño y sigue los pasos ya adelantados con la incorporación de tags hace unos meses. Más criterio social, más participación de los lectores, separación clara de la edición impresa y la digital, y ajustes en la navegación en la línea de los últimos cambios (elmundo.es, ABC.es).
Una apuesta por herramientas de la web 2.0 con más participación de los lectores y apoyo en el criterio social, más hacia afuera como elemento promocional pero también hacia adentro con la inclusión de tags en los blogs.
Edición digital abierta, actualizada y gratuita, y edición impresa de pago. La Vanguardia mantiene el ancho de 800 píxels y se reordena en tres columnas sin menú vertical.
Primera columna con noticias y fotos al estilo de elpaís.es, la central para las noticias principales y la tercera para promociones. Más abajo el índice de contenidos por secciones suma una columna más.
En las portadas de las secciones la primera columna se utiliza como elemento de navegación. Lo más novedoso es:
>> apuesta por la participación con encuestas,
>> índice de foros en cada sección
>> contextualización con documentos de referencia sobre temas de cada sección para ganar profundidad.
La sección de Opinión ha desaparecido (no encuentro algunas de mis firmas preferidas) y ha sido sustituida por Los blogs de LV24h donde las columnas digitales y los diarios de los corresponsales se han transformado en falsas bitácoras (porque están, al menos por ahora, escritas en el mismo estilo columnístico o de crónica y carecen de la hipertextualidad de las columnas y artículos anteriores), pero se han abierto a los comentarios e integran enlaces directos para que los lectores puedan etiquetar las noticias directamente en varios servicios de tags, contribuyendo así a difundir en la red social los contenidos del diario.
La Vanguardia aumenta su apuesta por la web 2.0 y entra en una etapa de mayor diferenciación de diario y cibermedio. Ahora veremos cómo evoluciona el tratamiento de la información.
En una primera impresión la dirección me parece adecuada en socialización y contextualización de la información, pero falta contenido en las secciones comparado con otros medios digitales y habrá que valorar si se pierden elementos que formaban parte de la identidad y valor añadido de la oferta del diario catalán.
P21 | La Vanguardia 2.0
Una visión similar de Jasp
Una apuesta por herramientas de la web 2.0 con más participación de los lectores y apoyo en el criterio social, más hacia afuera como elemento promocional pero también hacia adentro con la inclusión de tags en los blogs.
Edición digital abierta, actualizada y gratuita, y edición impresa de pago. La Vanguardia mantiene el ancho de 800 píxels y se reordena en tres columnas sin menú vertical.
Primera columna con noticias y fotos al estilo de elpaís.es, la central para las noticias principales y la tercera para promociones. Más abajo el índice de contenidos por secciones suma una columna más.
En las portadas de las secciones la primera columna se utiliza como elemento de navegación. Lo más novedoso es:
>> apuesta por la participación con encuestas,
>> índice de foros en cada sección
>> contextualización con documentos de referencia sobre temas de cada sección para ganar profundidad.
La sección de Opinión ha desaparecido (no encuentro algunas de mis firmas preferidas) y ha sido sustituida por Los blogs de LV24h donde las columnas digitales y los diarios de los corresponsales se han transformado en falsas bitácoras (porque están, al menos por ahora, escritas en el mismo estilo columnístico o de crónica y carecen de la hipertextualidad de las columnas y artículos anteriores), pero se han abierto a los comentarios e integran enlaces directos para que los lectores puedan etiquetar las noticias directamente en varios servicios de tags, contribuyendo así a difundir en la red social los contenidos del diario.
La Vanguardia aumenta su apuesta por la web 2.0 y entra en una etapa de mayor diferenciación de diario y cibermedio. Ahora veremos cómo evoluciona el tratamiento de la información.
En una primera impresión la dirección me parece adecuada en socialización y contextualización de la información, pero falta contenido en las secciones comparado con otros medios digitales y habrá que valorar si se pierden elementos que formaban parte de la identidad y valor añadido de la oferta del diario catalán.
P21 | La Vanguardia 2.0
Una visión similar de Jasp
Monday, November 07, 2005
La Vanguardia 2.0
La Vanguardia es el primer diario digital español que emplea los tags para introducir el criterio social de los lectores en los resultados de las búsquedas. Lluís Foix, director de lavanguardia.es, explica a Periodistas 21 que la razón está en "una apuesta fuerte por las nuevas tendencias llamadas genéricamente Web 2.0", una orientación del medio digital a los usuarios finales y una estrategia de socialización de la información.
Lluís Foix detalla el funcionamiento de las nubes de etiquetas de La Vanguardia: "El tag cloud del buscador de lavanguardia.es destaca las 50 palabras más buscadas por los lectores durante las últimas 24 horas, si se pasa con el ratón sobre una palabra se obtendrá más información sobre las búsquedas realizadas, su número, el número de resultados que devuelve dicha búsqueda y el tiempo transcurrido desde que alguien la realizó".
Así se construye una folksonomía, un índice temporal de lo más interesante basado en el criterio social de los lectores y categorizado automáticamente.
El empleo de los tags por el diario digital se diferencia por su orientación al lector de precedentes como los blogs de The Guardian y The Observer, donde los tags reflejan, como ocurre en otras webs, los contenidos de la página.
La Vanguardia ha apostado por las consultas de los usuarios. Gracias a esta tecnología el digital mantiene la valoración informativa de la redacción en la estructura tradicional y ofrece a los usuarios más activos, los que buscan en los contenidos, pistas de lo que buscan otros usuarios.
El empleo de los tags permite un uso dinámico, más abierto y completo que el tradicional listado de las noticias más consultadas o valoradas publicado por otros medios.
Foix subraya que con esta innovación se consigue "más comodidad y eficacia en la navegación, un servicio más completo y esmerado, y también más páginas vistas". El director de lavanguardia.es anuncia también "mejoras en la web tanto en el aspecto gráfico como el de programación, una de ellas es incluir partes en AJAX, un nuevo modelo que permite la interacción más fluida con el usuario".
Las aplicaciones AJAX, acrónimo de Asynchronous JavaScript And XML, combinan varias tecnologías para crear aplicaciones que demandan menor ancho de banda y optimizan las búsquedas y peticiones de los usuarios. Permiten desarrollar más en profundidad las herramientas interactivas de la información para que funcionen casi como aplicaciones de escritorio.
Google ha sido el gran impulsor de estas tecnologías con sus herramientas Orkut, Gmail, Google Suggest o Maps.
Gran parte del éxito y la eficiencia de servicios como A9 (el buscador de Amazon) o Flickr depende de Ajax.
Frente a aplicaciones de escritorio como las recientemente presentadas ¡Extra! de El País o ¡Noticias!, de As, La Vanguardia pretende mejorar su servicio a los lectores sin obligarles a descargar una aplicación ni sirviéndoles sólo las noticias actualizadas, cosas que cualquier usuario espera de un diario digital de referencia, sino que acude a la participación del público para abrir el criterio informativo y fidelizar a su público.
Web 1.0 frente a Web 2.0. Será interesante analizar los resultados.
P21 | La Vanguardia incluye tags
P21 | La Vanguardia endavant
Lluís Foix detalla el funcionamiento de las nubes de etiquetas de La Vanguardia: "El tag cloud del buscador de lavanguardia.es destaca las 50 palabras más buscadas por los lectores durante las últimas 24 horas, si se pasa con el ratón sobre una palabra se obtendrá más información sobre las búsquedas realizadas, su número, el número de resultados que devuelve dicha búsqueda y el tiempo transcurrido desde que alguien la realizó".
Así se construye una folksonomía, un índice temporal de lo más interesante basado en el criterio social de los lectores y categorizado automáticamente.
El empleo de los tags por el diario digital se diferencia por su orientación al lector de precedentes como los blogs de The Guardian y The Observer, donde los tags reflejan, como ocurre en otras webs, los contenidos de la página.
La Vanguardia ha apostado por las consultas de los usuarios. Gracias a esta tecnología el digital mantiene la valoración informativa de la redacción en la estructura tradicional y ofrece a los usuarios más activos, los que buscan en los contenidos, pistas de lo que buscan otros usuarios.
El empleo de los tags permite un uso dinámico, más abierto y completo que el tradicional listado de las noticias más consultadas o valoradas publicado por otros medios.
Foix subraya que con esta innovación se consigue "más comodidad y eficacia en la navegación, un servicio más completo y esmerado, y también más páginas vistas". El director de lavanguardia.es anuncia también "mejoras en la web tanto en el aspecto gráfico como el de programación, una de ellas es incluir partes en AJAX, un nuevo modelo que permite la interacción más fluida con el usuario".
Las aplicaciones AJAX, acrónimo de Asynchronous JavaScript And XML, combinan varias tecnologías para crear aplicaciones que demandan menor ancho de banda y optimizan las búsquedas y peticiones de los usuarios. Permiten desarrollar más en profundidad las herramientas interactivas de la información para que funcionen casi como aplicaciones de escritorio.
Google ha sido el gran impulsor de estas tecnologías con sus herramientas Orkut, Gmail, Google Suggest o Maps.
Gran parte del éxito y la eficiencia de servicios como A9 (el buscador de Amazon) o Flickr depende de Ajax.
Frente a aplicaciones de escritorio como las recientemente presentadas ¡Extra! de El País o ¡Noticias!, de As, La Vanguardia pretende mejorar su servicio a los lectores sin obligarles a descargar una aplicación ni sirviéndoles sólo las noticias actualizadas, cosas que cualquier usuario espera de un diario digital de referencia, sino que acude a la participación del público para abrir el criterio informativo y fidelizar a su público.
Web 1.0 frente a Web 2.0. Será interesante analizar los resultados.
P21 | La Vanguardia incluye tags
P21 | La Vanguardia endavant
Friday, November 04, 2005
La Vanguardia endavant
Hay días en los que el destino se forja a fuerza de voluntad. Días donde el uno pone y Dios dispone del viejo refrán se vuelve rebelión contra los designios divinos y afirmación de la fuerza prometeica de lo que uno quiere ser. Se pongan los hados como se pongan. En algo así pensaban los catalanes el miércoles pasado, cuando una delegación del tot Catalunya se plantó en Madrid sin miedo a los leones para presentar el polémico proyecto de reforma del estatut.
Y con ellos llegó La Vanguardia en su mejor forma. Dispuesta a demostrar su trapío en las grandes tardes, sea el coso parlamentario, público o de arena manchada de sangre, española u otra, que la sangre derramada siempre es una pérdida.
La Vanguardia puso en su edición de ayer el porqué es y seguirá siendo un diario de referencia. Por voluntad y porque pone los recursos para serlo cuando es hora de demostrarlo.
Lo hizo al estilo de las grandes ocasiones, cuando los diarios muestran el poder de sus palabras, la inteligencia de sus profesionales, el compromiso con sus lectores y la voluntad editorial de ser lo que se quiere ser.
El día de la cobertura de la presentación del estatut en las Cortes Generales La Vanguardia echó mano de la fórmula clásica de los diarios de referencia para cubrir las grandes ocasiones: amplia cobertura, editorial en portada, referencia documental y textual de los discursos decisivos, análisis, opinión y amor por la letra y su significado.
Excesivo en tiempos de gratuitos o realities, pero el periodismo, o es excesivo por el poder de su lente selectora, o es un coñazo y un error.
De entre la cobertura destaco dos perlas.
Enric Juliana es un periodista comedido. De los de reflexión larga y palabra cuando toca. Dicen que es tímido, pero cuando no se habla demasiado se escucha más y se puede hablar -y escribir- con tino. Y Enric lo hace.
"Era la hora del campari y desaparecían de las bandejas de plata de la España constitucional las últimas lonjas de la ambigüedad catalanista". O todo o nada es una pieza para leer despacio y recordar. Suena a Lorca por las anáforas y una cadencia de grandes tardes. ¿Quizás un guiño? ¿Un recuerdo de tardes romanas, su viejo destino de corresponsal?
"Los pactos con el poder; los pactos discretos con el poder suelen ser un manantial de energía. Mas sabe lo que ha hablado en la Moncloa. José Luis Rodríguez Zapatero, obviamente. José Montilla está al corriente. Pasqual Maragall -¡ay!- también; y los líderes de Esquerra, si no lo saben, se lo imaginan". Dice más de lo escrito y calla menos de lo que la timidez aconseja.
Juliana se la jugó con frases arriesgadas ("Y Pasqual Maragall era pura melancolía") y ganó por información y visión donde en otros sobra partidismo.
En el bar del Palace montó La Vanguardia su banco de escritores y los renglones no salieron torcidos. Si uno se acoda bien, no hay vermú que pueda con la crónica.
Joan de Sagarra consiguió incluso una televisión donde no se ve. Pero por algo Cinto, barman del hotel, es catalán. Y en día de barretinas uno se salta hasta las reglas de la caoba por hacer patria con permiso del maitre.
Joan de Sagarra se acodó en el bar de los catalanes (¡lo que tira ese hall pretencioso!) y resucitó a Julio Camba en un diálogo de verdades remedadas.
Es lo que tiene ser hijo de poeta. De Sagarra a Sagarra, Camba volvió con su ironía de gallego retranqueada por un catalán para sentenciar: ""A las Cortes, como a la Arrabassada (famosa cuesta barcelonesa), se va a jugar al póquer y en el póquer todo vale. Cartas marcadas, cartas escondidas...".
Como en el periodismo.
Y con ellos llegó La Vanguardia en su mejor forma. Dispuesta a demostrar su trapío en las grandes tardes, sea el coso parlamentario, público o de arena manchada de sangre, española u otra, que la sangre derramada siempre es una pérdida.
La Vanguardia puso en su edición de ayer el porqué es y seguirá siendo un diario de referencia. Por voluntad y porque pone los recursos para serlo cuando es hora de demostrarlo.
Lo hizo al estilo de las grandes ocasiones, cuando los diarios muestran el poder de sus palabras, la inteligencia de sus profesionales, el compromiso con sus lectores y la voluntad editorial de ser lo que se quiere ser.
El día de la cobertura de la presentación del estatut en las Cortes Generales La Vanguardia echó mano de la fórmula clásica de los diarios de referencia para cubrir las grandes ocasiones: amplia cobertura, editorial en portada, referencia documental y textual de los discursos decisivos, análisis, opinión y amor por la letra y su significado.
Excesivo en tiempos de gratuitos o realities, pero el periodismo, o es excesivo por el poder de su lente selectora, o es un coñazo y un error.
De entre la cobertura destaco dos perlas.
Enric Juliana es un periodista comedido. De los de reflexión larga y palabra cuando toca. Dicen que es tímido, pero cuando no se habla demasiado se escucha más y se puede hablar -y escribir- con tino. Y Enric lo hace.
"Era la hora del campari y desaparecían de las bandejas de plata de la España constitucional las últimas lonjas de la ambigüedad catalanista". O todo o nada es una pieza para leer despacio y recordar. Suena a Lorca por las anáforas y una cadencia de grandes tardes. ¿Quizás un guiño? ¿Un recuerdo de tardes romanas, su viejo destino de corresponsal?
"Los pactos con el poder; los pactos discretos con el poder suelen ser un manantial de energía. Mas sabe lo que ha hablado en la Moncloa. José Luis Rodríguez Zapatero, obviamente. José Montilla está al corriente. Pasqual Maragall -¡ay!- también; y los líderes de Esquerra, si no lo saben, se lo imaginan". Dice más de lo escrito y calla menos de lo que la timidez aconseja.
Juliana se la jugó con frases arriesgadas ("Y Pasqual Maragall era pura melancolía") y ganó por información y visión donde en otros sobra partidismo.
En el bar del Palace montó La Vanguardia su banco de escritores y los renglones no salieron torcidos. Si uno se acoda bien, no hay vermú que pueda con la crónica.
Joan de Sagarra consiguió incluso una televisión donde no se ve. Pero por algo Cinto, barman del hotel, es catalán. Y en día de barretinas uno se salta hasta las reglas de la caoba por hacer patria con permiso del maitre.
Joan de Sagarra se acodó en el bar de los catalanes (¡lo que tira ese hall pretencioso!) y resucitó a Julio Camba en un diálogo de verdades remedadas.
Es lo que tiene ser hijo de poeta. De Sagarra a Sagarra, Camba volvió con su ironía de gallego retranqueada por un catalán para sentenciar: ""A las Cortes, como a la Arrabassada (famosa cuesta barcelonesa), se va a jugar al póquer y en el póquer todo vale. Cartas marcadas, cartas escondidas...".
Como en el periodismo.
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