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Saturday, December 22, 2007

La cárcel de la identidad

El FBI prepara una gran base de datos biométricos para controlar a los ciudadanos norteamericanos y a los extranjeros (versión en español en Público). Imagina que te colocan un chip o un código de barras en el cuerpo para luego poder ser detectado a distancia por cualquier agencia de espionaje, seguridad o gubernamental. Esa pesadilla de ciencia ficción es el objetivo de los servicios de seguridad norteamericanos con el empleo de la biometría.
El FBI, la CIA, los militares y su Biometric Task Force, todos quieren bases de datos de personas, debidamente identificadas y etiquetadas: tu identidad y tu destino está escrito en la base de datos.
Para eso han creado el Biometrics Consortium, donde se estudian los estándares, métodos y herramientas a usar para identificar a las personas por sus "características fisiológicas o de comportamiento".
La libertad más preciada: la personalidad, la individualidad oculta entre la masa con el derecho inalienable de mostrarse o no, se burocratiza (como advertía Ulrich Beck) y pasa a ser un registro de ordenador donde el destino depende de sus administradores.
Todos atrapados en la base de datos.
La justificación, como siempre, el terrorismo. Su mayor victoria es esa: reducir cada día la libertad de todos por el miedo.
Estados Unidos avanza hacia una sociedad controlada, ese Spook Country relatado por William Gibson donde la imagen y su control se extienden y banalizan.
Porque eso es lo que podemos esperar del Next Generation Identification (NGI, proyecto en pdf) que el FBI quiere tener a pleno funcionamiento en 2010.
¿Quién se fía de los datos, de su custodia, y de que no aparezcan en manos de otros, en Google o en YouTube?
La Unión Europea, no.
El Comité Consultivo de la Convención para la Protección de las Personas respecto al Proceso Automatizado de los Datos de Carácter Personal advertía en 2005, cuando la Unión Europea estudiaba las demandas estadounidenses para los pasaportes y los viajeros (informe en pdf):
"Antes de recurrir a la biometría, el responsable de proceso debería evaluar por una parte las ventajas e inconvenientes posibles para la vida privada de la persona afectada y, por otra parte, las finalidades previstas, así como tener en cuenta posibles soluciones alternativas que supongan un menor atentado contra la vida privada. (...) Los datos deberían ser adecuados, pertinentes y no excesivos en comparación con la finalidad del proceso".
Los expertos saben que en cuanto el Estado, sus brazos armados o la burocracia tienen capacidad de controlar a las personas, los límites se sobrepasan demasiado a menudo. La perversión del control está en el genoma del poder.
James C. Ross alertaba ya hace unos años de lo difícil que es poner límites a la "sociedad del control". En el artículo recogido por el Real Instituto Elcano llamaba la atención por la pasión española por la biometría y el empuje de nuestro país en un sistema integrado para Schengen frente a las bases de datos nacionales. Es la herencia de una dictadura que impuso un DNI que no hemos cuestionado. Pero hace falta más debate público sobre los límites del control físico de los ciudadanos.
En Gran Bretaña un grupo de profesores se opone con fuerza al proyecto de National Identity Register y en una carta abierta denuncia el cuento de hadas de la biometría como garantía de la seguridad, la debilidad de la privacidad contra el filtrado de datos personales y la fatalidad de una identificación que configura un destino atado a esa base de datos, donde los identificados no tienen poder de redención.
Por eso es necesaria una reflexión sobre los datos biométricos de los ciudadanos y quizá se la hora de una Carta de Derechos Biométricos para que la libertad no quede atrapada en un registro.
Como en Minority Report, el cuento de Philip K. Dick, los guardianes de Gran Hermano quieren prevenir el crimen antes de que ocurra a través de un reconocimiento de patrones (el Pattern Recognition de Gibson) donde una serie de características físicas y de comportamientos o su simulacro definen a los peligrosos y los criminales.
La presunción de inocencia abolida en el iris del ojo y el historial burocratizado de tu vida.
Las ventajas de la biografía voluntariamente construida por cada persona, de la identidad líquida de Zygmunt Bauman, solidificadas por el ojo prejuicioso de los guardianes.
¿Y, después?
Si sabemos quiénes pueden ser el enemigo lo mejor será recluirlos. Quizá no podemos encarcelarlos, pero se pueden ir creando guetos, limitando sus libertades de moverse, de actuar, de ser otra cosa que criminales.
Y si sabemos quiénes pueden ser: ¿por qué no identificarlos a ojos de todos?
Como a los leprosos con su campanilla en la Edad Media. Como la estrella en la ropa de los judíos durante el nazismo.
Pero lo peor es que el Panopticón de Gran Hermano, el ojo que todo lo vigila, se convertirá en un Sinopticón donde todos vigilamos a todos.
Todos sospechosos.
Y conociendo la habitual chapuza e ineficiencia de los llamados servicios de inteligencia, nuestros datos estarán en internet y en el youtube, a la vista de todos, para provecho del marketing, las grandes corporaciones y de los propios criminales.

P21 | Una victoria del terrorismo

Thursday, September 28, 2006

La CIA vigila (y usa) los medios sociales

La norteamericana CIA, la mayor organización de espionaje e inteligencia del mundo, aumenta su interés y su análisis de los medios sociales, las redes y la distribución social del conocimiento.
El Open Source Center (OSC) para analizar los datos, informaciones y comunicaciones de la Red y los medios sociales ya está a pleno funcionamiento tras el anuncio de su creación en agosto de 2005.
El OSC sustituye y surge del Foreign Broadcast Information Service (FBIS), encargado de analizar los medios de todo el mundo en busca de información desde 1941, desde la II Guerra Mundial.
Ahora el OSC escruta también blogs, wikis, foros y redes sociales de todo el mundo, instrumentos cada vez más utilizados por la comunidad de inteligencia y por aquellos a quienes vigila.
La recopilación de información de inteligencia ya no confía sólo en los medios tradicionales y en sus propios recursos de espionaje. Los medios sociales y las redes son parte de su menú informativo actual y las herramientas sociales están en el equipamiento básico de todo espía o agente de inteligencia.
Espionaje open source para la sociedad de la información.

David Weinberger acaba de participar en un seminario (vía Juan Freire) sobre software social y conocimiento distribuido donde se ha encontrado con herramientas reservadas como la Intellipedia (la Wikipedia interna de los espías) y Oogle (el buscador que busca lo que no se ve).
En Intelink, la plataforma utilizada por los servicios de espionaje para compartir información y bases de datos, se multiplican los cursos y seminarios sobre nuevas herramientas y conocimiento social o distribuido.
Weinberger cita los trabajos que ya destaqué aquí en su momento como impulsores del interés por los medios y el conocimiento social en la CIA, especialmente los de Stephen C. Mercado sobre el interés de los nuevos medios por encima de los medios tradicionales y el de Calvin Andrus sobre la utilidad interna de wikis y blogs.

Todos los que estéis interesados en el espionaje y la inteligencia podéis seguir los progresos y análisis de la CIA en las publicaciones del Center for the Study of Intelligence.
Otra fuente de primerísima importancia son los papeles del Sherman Kent School for Intelligence Analysis de la agencia norteamericana. El volumen 3 es especialmente interesante.
Los fans del espionaje y del Open Source Intelligence (OSINT) tampoco podéis perderos el libro Transforming US Intelligence, una compilación de trabajos escritos por varios ex espías y expertos editados por Jennifer E. Sims y Burton Gerber.
El libro analiza los desafíos tecnológico y de la sociedad red y los métodos a los que empuja más allá de los HUMINT (human intelligence), el espía y confidente de a pie de toda la vida, vamos.
Esa discusión ha protagonizado la reforma de las agencias de espionaje y seguridad norteamericanas tras los atentados del 11-S y está en plena discusión por la necesidad de recuperar más agentes infiltrados en países y grupos hostiles.
Lo recomienda (y critica) la propia CIA.
Otro sitio imprescindible es In-Q-Tel, la empresa de la CIA creada en 1999 para desarrollar todo tipo de tecnologías aplicables a la seguridad y el espionaje.
Espionaje impulsado por una empresa sin ánimo de lucro dependiente de la división de Ciencia y Tecnología de la CIA.

P21 | La CIA espía tu blog para escribir los suyos

Monday, May 08, 2006

La CIA espía tu blog para escribir los suyos

La revolución participativa alcanza a los espías | Agentes de fuente abierta, blogs y wikis para romper las barreras de la Guerra Fría y adaptarse a las comunidades virtuales, el activismo y el terrorismo en red

La CIA espía blogs. Y no lo hace sólo para descubrir las redes terroristas y las amenazas, sino para analizarlos como herramienta de inteligencia distribuida y descentralizada.
La CIA escribe blogs y wikis. La agencia de espionaje ha comenzado a estimular la creación de wikis y blogs entre sus espías y expertos como herramientas de la comunidad de inteligencia para comunicarse y seleccionar mejor la información propia y ajena.
Internet, la comunicación y la inteligencia en red comienzan a ganar a los medios tradicionales y a las fuentes ocultas como objetivos del espionaje y como instrumento de análisis de la información y la actualidad.
El director Porter J. Goss ha sido el responsable del cambio de orientación y métodos de la CIA antes de ser cesado y lanzó un programa que incluye la creación del DNI Open Source Center para analizar la información disponible en el ciberespacio y la blogosfera.
El Open Source Center (OSC) está bajo el mando de la Dirección Nacional de Inteligencia, cuyo jefe es John Negroponte, creada tras el 11-S para dirigir y coordinar todas las agencias de espionaje norteamericanas. El OSC sustituye y es la evolución del Foreign Broadcast Information Service (FBIS), encargado de analizar los medios de todo el mundo en busca de información desde 1941, en plena II Guerra Mundial.
El OSC comenzó a funcionar a finales del pasado año y ya ha comenzado a realizar informes sobre la información disponible en todas las fuentes abiertas y participativas, de los buscadores a la Wikipedia pasando por los blogs.
El mundo del espionaje ya no son las sombras oscuras de las mañanas y noches frías de El tercer hombre. Los espías ya no surgen del frío, muchos se sientan ante un ordenador para analizar información de una infinidad de fuentes abiertas y accesibles. Ante la amenaza global y desjerarquizada del terrorismo organizado en red, los espías construyen su propia red para vigilar a los demás.
Es el mensaje de los nuevos tiempos para conseguir mejor y más depurada información.

La creación del Open Source Center fue promocionado entre la comunidad de espionaje hace más de año y medio, en el otoño de 2004. En el tercer número de 2004 del Journal of the American Intelligence Professional Stephen C. Mercado, un analista de la Dirección de Ciencia y Tecnología de la CIA alertaba sobre la pérdida de utilidad de los medios tradicionales y de las informaciones de los periodistas norteamericanos sobre los países y zonas más conflictivas.
Mercado insistía en que la información disponible en fuentes abiertas y accesibles es tan importante o más que la existente en las tradicionales fuentes secretas o controladas por países y organizaciones tradicionales. El autor proponía la creación de una unidad de Inteligencia de Fuente Abierta (OSINT) para mejorar la información de seguridad nacional.
"En la actualidad, reunir inteligencia es menos cuestión de espiar a través de oscuros aliados en un país extranjero para encontrar un agente secreto y más de surfear en internet bajo las luces fluorescentes de una oficina para encontar información accesible".

En la misma época, el Sherman Kent Center for Intelligence Analysis, uno de los think tanks de la CIA, editaba Making Sense of Transnational Threats, un estudio de la CIA y de la RAND Corporation, una de las grandes instituciones de seguridad e información norteamericanas, para promover análisis alternativos a los métodos tradicionales del espionaje: "esfuerzos sostenidos y en colaboración de los analistas para cuestionar sus juicios y afirmaciones empleando métodos de pensamiento críticos y creativos".
Traducción: establecer una plataforma participativa entre analistas y responsables de espionaje donde compartir información y contrastar análisis.
El consejo: analizar la información disponible en la Red y crear blogs para compartir información y análisis.

Un año después todo estaba listo para la creación del Open Source Center, el organismo de la CIA encargado de vigilar y analizar la información disponible en internet. Pero los espías también necesitan coaching y explicaciones, como los profesionales de cualquier otra profesión intelectual y creativa. Así que la CIA hozo otro nuevo esfuerzo de formación y motivación.
El Centro para los Estudios de Inteligencia (Center for the Study of Intelligence, CSI), el departamento encargado de formación continua para los espías y analistas, publicó dos artículos dedicados a orientar a los miembros de la CIA y otras agencias y organizaciones de espionaje sobre cómo emplear blogs y wikis.
Matthew S. Burton escribió una accesible introducción sobre la obsolescencia de Intelink, la plataforma utilizada por los servicios de espionaje para compartir información y bases de datos.
El artículo defendía la necesidad de contar con internautas de todo el mundo colaborando en proveer y analizar información, y no sólo con los analistas encerrados en sus despachos del oscuro mundo del espionaje. También criticaba las viejas alianzas geográficas e ideológicas de la Guerra Fría ya inútiles: "Intelink es más una oligarquía de agencias que una comunidad de individuos con intereses comunes".
La doctrina de la información participativa, la web 2.0, el Periodismo 3.0, el sofware de fuente abierta y la cultura libre aplicada al espionaje.
El consejo: crear blogs para coleccionar, referenciar y discutir información más allá de la comunidad de inteligencia, sin miedo a encontrar espías participativos en el ciberespacio.
Herramientas a tener en cuenta: las redes sociales y sus aplicaciones (del.icio.us, Technorati y el RSS).
En definitiva volver a reclutar agentes en el territorio donde está la información. El método clásico del espionaje llevado a la Red.

Calvin Andrus iba más allá en el mismo volumen del Journal of the American Intelligence Professional. "La comunidad de inteligencia debe transformarse en un colectivo que se reinvente a sí mismo dinámicamente a través del aprendizaje continuo y adaptándose a los cambios en el entorno de la seguridad nacional".
El autor, miembro de la Dirección de Apoyo de la CIA, impulsaba la creación de wikis y blogs como "herramientas de autoorganización e información compartida" y apuntaba dónde: en el SIPRNet, el Secret IP Router Network, la red de telecomunicaciones militar segura donde compartir información a través de la internet oculta, protegida y accesible sólo a personas autorizadas.
La estrategia: recolectar información las fuentes accesibles en el ciberespacio para enlazarlas y analizarlas dentro de la comunidad de espías y analistas.
El espionaje convertido en conversación, aunque algo reservada.
El primer resultado es el Open Source Center. Los espías ya bloguean y pueden enlazar el tuyo.

Monday, December 12, 2005

Los planespotters pueden con la CIA

Nunca pensaron que esa gente apostada en las inmediaciones de los aeropuertos con sus teleobjetivos podrían ser una de sus peores amenazas. Los norteamericanos siempre han sido muy celosos de los movimientos de sus bases militares, áreas, navales, etc., pero cómo encubrir los vuelos de la CIA cuando los planespotters vigilan los aeropuertos de todo el mundo y hacen el seguimiento de los vuelos y los aparatos a través de internet.
Siguiendo a los spotters, los observadores de aviones, Vilaweb traza hoy la ruta de un avión de la agencia de inteligencia norteamericana que aterrizó en Barcelona el pasado 28 de octubre.
El diario digital catalán sigue la ruta del N505LL, matriculado por Path Corporation, una empresa ligada a la CIA. La página de los planespotters de Azores sirvió a Vilaweb para realizar una investigación en la Red hasta dar con la trayectoria y estado del aparato sospechoso.
El N505LL también aparece identificado como avión de la CIA en Spyflight, una web dedicada a los aviones espías y utilizados en el espionaje.
Desde que un artículo de The Washington Post desvelara las prisiones secretas de la CIA para retener a sospechosos de terrorismo, aficionados a la observación de aviones como el mallorquín Josep Manchado (foto) se han convertido en los peores enemigos de la agencia de inteligencia y el secreto de sus operaciones.
Los planespotters están poniendo especial atención en el seguimiento de los aviones sospechosos de pertenecer a la CIA y de ser utilizados en sus misiones secretas.
El pasado 28 de noviembre la revista alemana Telepolis publicaba un largo reportaje sobre las cárceles secretas y los aviones utilizados por la CIA, entre ellos el Boeing 737, registro N313P, fotografiado por el spotter Toni Marimón al despegar de Palma de Mallorca el 12 de marzo de 2004, un día después de los atentados de Madrid.
Los planespotters siguen disparando sus cámaras y los vuelos de la CIA cada vez son menos secretos.

VilaWeb | Moratinos desconeixia que un avió de la CIA va fer escala al Prat
Telepolis | Black Sites or Red Herring?
The Guardian | How planespotters turned into the scourge of the CIA
InformativosTelecinco.com | Planespotting: Una pasión clave en la investigación de 'Air CIA'

Webs de planespotting: Asociación Aire (registros), Ailiners.net, Jetphotos.net, Planespotting.com, Flightaware.com (seguimiento aviones)

Thursday, July 07, 2005

Fuentes de destrucción masiva

Judith Miller, reportera de The New York Times, va a la cárcel por no dar al juez el nombre de una fuente confidencial que nunca usó para escribir un artículo sobre Valerie Plame, la espía casada con un embajador norteamericano que denunció la falsedad de las armas de destrucción masiva.
Otro reportero, Matthew Cooper, de Time, corría el mismo peligro, pero su empresa decidió colaborar con el juez sin su consentimiento y el propio reportero anunció a última hora que su fuente confidencial le había eximido de respetar el secreto, por lo que puede identificarla ante el jurado.
Robert Novak, el columnista republicano que reveló el nombre de la agente de la CIA no está encausado. Karl Rove, el asesor presidencial arquitecto de los éxitos electorales del presidente Geroge W. Bush está señalado como la fuente que hizo estallar el escándalo.
Repasemos:
Una reportera cercana al Pentágono y decisiva en la difusión de las falsas informaciones sobre las armas de destrucción masiva de Sadam Hussein acaba perseguida y encarcelada por conocer la identidad de una espía que con su marido embajador denunció en el periódico de la reportera las maniobras de la Casa Blanca.
El presunto soplón es Karl Rove, gran fontanero de Bush y spin doctor oficial, que denunció a Valerie Plame ante dos reporteros mientras un columnista republicano divulgaba la identidad de la agente.
Posteriormente se nombra un fiscal especial para perseguir a los reporteros y que no respeta la confidencialidad de las fuentes que sí admiten 49 estados de la unión.
Una gran maniobra política llena de informaciones interesadas que acaba en un nuevo escándalo de manipulación de la justicia y en una nueva amenaza para el derecho a la información.
Muchos no se creen la inocencia de Judith Miller debido a su anterior entrega a las fuentes anónimas de un solo signo. Y tienen bastante razón.
Pero las grietas en las más básicas herramientas y principios del periodismo suelen acabar en simas de la democracia donde se hunden los derechos de los ciudadanos bajo la enorme piedra apisonadora del poder.
The New York Times defiende a su periodista y en su editorial se leen reflexiones interesantes:
Orgullo periodístico por defender una vez más el derecho a la información frente al poder, como hicieron otras veces. Niegan que Miller se sitúe por encima de la ley y aseguran que defiende sólo el derecho "a la desobediencia civil" y el convencimiento de que el bien común es mejor defendido a menudo por los ciudadanos privados que por el poder y las leyes injustas.
Los editorialistas se sorprenden de la decisión de Time de colaborar con la justicia sin respetar la voluntad de su reportero. La revista se justifica por la maniobra política que subyace en la denuncia de Valerie Plame, pero el Times piensa que los periodistas tendrán que preocuparse en adelante de los poderes externos y de sus propios jefes, un escenario perverso que tan bien conocen muchos profesionales.
El editorial reconoce que las fuentes anónimas deben usarse sólo para casos de verdadera entidad y comprobando siempre sus informaciones. Judith Miller no es un ejemplo de esa recta conducta y su pena es casi un juicio divino contra sus anteriores actos. Un castigo con la ironía de que esta vez no había escrito nada. Sólo el diablo puede ser tan artero.

P21 | Lecciones de un gran encubrimiento
P21 | Una reportera busca apoyo en la Red
P21 | Karl Rove, el Arquitecto

Tuesday, June 28, 2005

Lecciones de un gran encubrimiento

Dos periodistas norteamericanos, Judith Miller, de The New York Times, y Matthew Cooper, de Time, se enfrentan a penas de prisión si no revelan quién descubrió la identidad de una espía de la CIA, Valerie Plame, esposa de un embajador norteamericano, Joseph Wilson, que se atrevió a escribir un artículo en el diario neoyorkino denunciando la mentira de la presunta compra por el régimen de Sadam Hussein de tubos de uranio enriquecido en África.
El presidente George W. Bush había acusado a Irak de la operación para fundamentar la necesidad de la invasión y evitar el uso de las inexistentes armas de destrucción masiva.
Robert Novak, un columnista republicano, desveló el nombre de la espía. Judith Miller investigó el caso pero nunca lo publicó. Matthew Cooper escribió un artículo en el que nombraba a la agente norteamericana. Miller y Cooper se enfrentan a 18 meses de prisión por no revelar sus fuentes, acusados del delito de revelar la identidad de un espía, una acusación puesta en duda pero para la que se ha nombrado un juez especial.
¿Y Novak? ¿No fue él quien descubrió a la espía?
Algunas informaciones sugieren un trato con el juez para descubrir al soplón.
Todo suena a un gran encubrimiento con un final lamentable para el periodismo. Sin fuentes confidenciales no es posible llegar a la verdad de muchas noticias. 49 estados norteamericanos están de acuerdo. La justicia federal (nacional), no.
Lo estaba en 1971, cuando eximió de culpa a The New York Times por investigar el caso de los papeles del Pentágono, que descubrieron la verdad de la creciente implicación norteamericana en la guerra de Vietnam.
Entonces la libertad de prensa se situó por encima de las consecuencias de la información veraz.
Ahora se argumenta que el interés público de reforzar la ley está por encima del secreto de los periodistas. Pero la defensa de los acusados insiste en que la prensa libre es imprescindible para una democracia sana y para evitar los abusos del poder.
Así fue en el caso Watergate, tan aireado ahora que ha salido de la oscuridad Garganta Profunda, la fuente anónima más famosa de la historia.
El periodismo se enfrenta a una fuerte ofensiva contra el derecho a no revelar fuentes confidenciales y en favor de otras interpretaciones restrictivas de la libertad de informar.

Las razones:
1. La ofensiva de una política cada vez más totalitaria, empeñada en proteger privilegios e intereses propios o de los poderes que los apoyan. Cada vez menos dispuesta a dar razón de sus actos ante los ciudadanos.
2. El descrédito del periodismo por dos razones fundamentales:
--la crisis de credibilidad;
--los abusos del sensacionalismo y la información espectáculo.
3. El asalto ciudadano a la información y los medios con su reivindicación de que los derechos de los periodistas deben ser extendidos a todos en el acto de informar (blogueros, denuncias públicas, etc.)

El affaire Plame suena a historia de venganza interna: un diplomático deja en entredicho las palabras de su presidente y su mujer, agente de la CIA (aunque está en duda que fuera encubierta), es expuesta como espía por un columnista obsequioso con los republicanos y bastante parcial.
Por cierto, Judith Miller, la periodista del Times, fue acusada antes de ser cómplice de Ahmed Chalabi, el hombre del Pentágono para ser líder de Irak y luego caído en desgracia, en la falsa denuncia de las armas de destrucción masiva de Sadam.

No cabe duda de que se trata de una amenaza a la libertad de informar que sólo acabará bien si sirve de base a una reflexión para:
1. Volver a situar a los políticos bajo la égida de la ley y el juicio de los ciudadanos, la famosa responsabilidad o accountability, para lo que es imprescindible la transparencia en el gobierno.
2. Luchar contra los abusos del derecho a la información (sensacionalismo, información espectáculo, etc.) y volver a situar el bien o interés público, el descubrimiento de actuaciones delictivas o inapropiadas, la vigilancia de los poderes públicos, etc. como guías de la actuación periodística, así como preservar la independencia entre medios y poderes.
3. Extender los derechos de los informadores a todo ciudadano en el acto de informar. El sujeto de la confidencialidad de las fuentes o del derecho de acceso a documentación e información no deben ser los periodistas, sino todos los ciudadanos que accedan a ellos para realizar un acto informativo: de comunicación pública por el medio que sea de su investigación.