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Saturday, February 20, 2010

Los escritores pierden un 41% de derechos de autor

Cedro recaudó en 2009 24,46 millones de euros por derechos de autor de los libros, un 41% menos que el año anterior.
La sociedad de gestión de derechos lo atribuye a la rebaja de las tarifas de copia privada. Por eso entre sus peticiones al gobierno está aumentar los derechos por copia privada y el canon a las bibliotecas.
Más de 17.600 autores españoles han percibido 18 millones de euros de derechos de autor de sus obras, un 33% menos que en 2008.
De lo recaudado por Cedro, 22 millones de euros proviene de la copia privada, las licencias de reproducción aportan 1,65 millones, los derechos del extranjero algo más de medio millón y el préstamo público, el canon de las bibliotecas, recauda casi 280 mil euros.

Monday, February 01, 2010

Los editores piden copias y bibliotecas más caras

Los editores y autores agrupados en Cedro quieren endurecer la Ley de Propiedad Intelectual para restringir y cobrar más por la copia privada. Pero además su propuesta ante la Subcomisión de Propiedad Intelectual del Congreso reabre la batalla por el préstamo de pago en las bibliotecas.
Las reclamaciones de los editores vuelven a insistir en el cobro a las bibliotecas por prestar libros, fijado en 20 céntimos por volumen. Un canon del que sólo están eximidas las bibliotecas públicas en pueblos pequeños y las del sistema educativo.
Los editores y autores agrupados en Cedro también exigen restringir las revistas de prensa y press clipings para que no se puedan amparar en el derecho de cita y aumentar su compensación.
Una batalla por encarecer la cultura en la que se echa en falta una discusión seria sobre nuevos modelos de negocio y comercialización. Imprescindible cuando los contenidos son más accesibles que nunca y el abaratamiento de los costes de producción y distribución digitales debería acarrear una rebaja en los precios de los libros.
Cedro penaliza el mercado digital sin que los editores hayan aprovechado sus posibilidades. La entidad de gestión cobra diez céntimos por página a los usuarios privados y 20 si es escaneada. Tarifas que en el primer caso incitan a adquirir el libro en lugar de fotocopiarlo y en el segundo a protegerse de la copia digital.
Los artículos periodísticos cotizan a 0,025 euros por página o a 0,02 euros por artículo si es para una revista de prensa digital, para los que los derechos se multiplican si se copian más artículos de una misma publicación.
Cedro también cobra tarifas a empresas (nueve euros por año), a colegios (2,65 euros en primaria y 3,74 en secundaria) y a las universidades: 4,12 euros.
A la gestora de derechos no le parecen suficientes para financiar un sector fuerte que además recibe numerosas ayudas y subvenciones tanto del Ministerio de Cultura como de los gobiernos autonómicos, ayuntamientos, etc.
Según las últimas cifras disponibles, en 2007 Cedro recaudó 43 millones de euros por derechos de autor para sus 13.000 miembros. Una cantidad importante pero mucho menor que los derechos audiovisuales y musicales cobrados por otras gestoras.
Autores y editores tienen derecho a cobrar por sus obras y su actividad, pero ¿tiene sentido seguir cobrando por las copias?
Cabe debatir si es útil y conveniente para empresas y público seguir cobrando por las copias o poner en marcha nuevos sistemas de licencia, distribución de obras -en fragmentos o completas- a través de nuevos soportes que mejoren el acceso de la ciudadanía, las empresas y la colectividad educativa a los libros. Sistemas que preserven y ajusten la cuantía de los derechos en función del valor y uso real de los contenidos.
En el préstamo, tanto privado como en las bibliotecas, la pregunta es si se pueden cobrar esos derechos mientras se mantiene el precio de los libros y se recibe financiación pública para la edición.
La pregunta reaviva la demanda de un sistema de ayudas y subvenciones que garantice el uso público y no comercial de las obras financiadas con dinero público: la cultura como procomún.
Pero también rescata el cambio de modelo de la venta de libros por un precio por lectura. Un pago por visión como el de las obras audiovisuales. Es la gran oportunidad de los ebooks, los libros digitales: cobrar por lectura y no por la posesión del volumen.
Eso permitiría que las bibliotecas, especialmente las públicas, pudiesen mantener sus fondos en depósito o usufructo y pagar sólo cuando esas obras sean leídas y consultadas por los lectores. Lo mismo puede hacerse con los libros digitales: un precio por la lectura en soportes digitales, posiblemente con limitaciones de tiempo y copia, y otro precio por una copia digital y permanente del libro.
Los libros como servicio y contenido, no como venta de una propiedad: la copia. Si editores, autores y políticos abren un debate serio sobre la sociedad de la información digital deberían ponerse todas las opciones sobre la mesa. También las que pueden garantizar un mayor acceso de los ciudadanos a los contenidos, la cultura y la ciencia. No sólo las que convienen al mantenimiento de industrias y negocios que deben cambiar cuando la tecnología y el negocio cambian.
No es legítimo impulsar reformas legales en beneficio de unos pocos sin garantizar los derechos de todos.

Tuesday, May 13, 2008

Cien mil firmas contra el préstamo de pago en bibliotecas

Cien mil firmas en un año contra el préstamo de pago en las bibliotecas. 350.000 si se suman todas las campañas. Pocos si se tiene en cuenta que más de seis millones de españoles utilizan las bibliotecas, un 17,6% de la población, según las estadísticas oficiales (pdf). El 42,5% de los lectores, según los editores, pdf.
Por internet sólo accedieron un 4,6%. Hacen falta más bibliotecas 2.0, que reúnan y acojan a libros y lectores.

No al préstamo de pago en bibliotecas

Saturday, December 15, 2007

Un millón y medio de canon a las bibliotecas

El estado pagará este año el canon a las bibliotecas por el préstamo de libros impuesto por la Unión Europea según una ley de 1992 aún no aplicada.
A partir de 2008 el canon por préstamo de libros en las bibliotecas tendrán que pagarlo el Ministerio de Cultura, las autonomías y los ayuntamientos, según anunció esta semana el ministro César Antonio Molina.
Será entonces cuando la injusticia de este canon que grava dos veces los libros y convierte en más caros los destinados a bibliotecas públicas amenace más su dotación.
Nadie ha explicado todavía si este canon, impuesto por la Unión Europea para fomentar las bibliotecas y la edición en países donde no existen ayudas como en España, sustituirá de alguna forma a las actuales subvenciones para edición de libros con destino a bibliotecas públicas o se convierte sin más en un nuevo impuesto indirecto (20 céntimos por libro) a recaudar por las entidades de gestión de derechos, fundamentalmente Cedro, Dama y la SGAE.
Los libros de las bibliotecas serán más caros. Habrá para menos, a no ser que se aumenten las dotaciones o se reestructuren las partidas de gasto.
Las bibliotecas españolas compraron libros el año pasado por 23,19 millones de euros. Fue el canal de comercialización que más subió: un 65,7%.
Nadie entiende que este esfuerzo se vea gravado ahora por un nuevo impuesto a la lectura.
La injusticia de la medida impulsa a los defensores de otras alternativas como el precio por lectura. Si los libros de las bibliotecas tienen un canon de préstamo quizá lo adecuado sería que fuesen los autores y editores quienes los donaran en usufructo manteniendo su propiedad y sólo cobraran una tasa por cada vez que es leído o prestado.
Lo que parece injusto es que se pague el libro, normalmente antes subvencionado en muchos casos y después se aplique el impuesto.
El mercado del libro necesita una buena reforma para seguir creando lectores y sostener ese negocio de más de 3.000 millones de euros en 2006, según el último informe de la Federación de Gremios de Editores de España (pdf).

Tuesday, March 27, 2007

Bibliotecarios contra el préstamo de pago

Bibliotecarios de toda España se pronuncian contra el canon para el préstamo en las bibliotecas impuesto por la Unión Europea y apoyado por algunos editores y autores con la oposición de otros.
Copio y pego:
¿Por qué los bibliotecarios decimos no al préstamo de pago?
1. Como afirma la UNESCO, los bienes y servicios culturales no deben ser considerados como mercancías o bienes de consumo, por tanto, no debemos dejar que la lógica del mercado entre en la biblioteca.
2. La imposición de este canon terminará repercutiendo en los presupuestos destinados a la adquisición de libros, lo que dañará tanto a autores como a usuarios.
3. Las bibliotecas no compiten con autores y editores, sino que son sus aliadas, ya que garantizan la permanencia y disponibilidad de sus obras mucho mejor que las librerías.
4. El préstamo gratuito de libros y otros materiales culturales no perjudica las ventas.
5. Las bibliotecas ya pagan derechos de autor cada vez que compran un ejemplar de cualquier obra.
6. El dinero recaudado no irá para los autores sino a las entidades de gestión de derechos de autor que son entidades PRIVADAS.
7. El derecho a ser leído es la más importante significación del derecho de autor.
8. Los ciudadanos, a través de los impuestos, financian multitud de ayudas distribuidas entre autores y editores por el Estado.
No al préstamo de pago
P21 | Menos canon y más bibliotecas

Monday, March 19, 2007

Menos canon y más bibliotecas

Cuando sólo el 55,5% de los españoles lee es un sarcasmo trágico la nueva embestida de algunos autores y editores para cobrar a canon a las bibliotecas por el préstamo de libros.
Quienes tanto olvidan que su autoría debe mucho a los lectores y a las obras de los demás, así como a la cultura popular, de dominio público, deberían recordar al menos que la directiva europea que se pretende trasponer con retraso (Derechos de alquiler y préstamo y otros derechos afines a los derechos de autor en el ámbito de la propiedad intelectual) está pensada para asegurar la viabilidad económica de las actividades de autores y editores.
Pero si esos autores y editores perciben otras subvenciones y ayudas según la legislación de cada país, el canon por préstamo está ya pagado. Especialmente si se ha disfrutado de subvenciones para la edición de libros para bibliotecas.
Sin bibliotecas los autores tendrán menos lectores (sólo algo más de una cuarta parte de los lectores acuden a las bibliotecas). Sin crear lectores los escritores no sobrevivirán. El autor también tiene obligaciones. Entre las más importantes: animar a la lectura.
Estoy con José Luis Sampedro en su maldición de los autores y editores economicistas, más bien avaros.
Pero si quieren regirse por el mercado y tasa el préstamo bibliotecario con valor económico, que tengan coraje y no cobren por sus libros: fíjese un sistema de precio por lectura en sustitución del precio de tapa para los libros de biblioteca. Cobrar es justo. Hacerlo dos veces, no.
Quizá entonces quienes se preocupan tanto de cobrar ese canon a las bibliotecas se darán cuenta de que sus libros no son tan valorados por los lectores.
La ley del mercado es dura. No es honrado ser mercachifle bajo el manto protector de las subvenciones, premios públicos y becas. Si autores y editores quieren mercado, que lo tengan y se atengan a sus reglas.
Quizá entonces una buena parte de la GRAN cultura, la que nos interesa a tantos, estará fuera del mercado.
A muchos les pesará.
Es lo que tiene la codicia. Harían bien algunos autores y editores en recordar las palabras de Dante:
"Por tener y dar mal, no gozarán
del bello mundo, y seguirán riñendo (...)
El corto aliento, hijo, aquí estás viendo
del bien que se confía a la fortuna,
por el que están los hombres compitiendo;
que todo el oro que hay bajo la luna,
y hubo ya, de tanta alma fatigada
reposo no podría darle a una".

Divina Comedia, Canto VII, círculo IV (de la traducción de Ángel Crespo)

No al préstamo de pago
JA Millán | La noche del eclipse
P21 | Precio por lectura

Saturday, April 22, 2006

Precio por lectura

¿Cuánto vale un libro? ¿El precio de tapa o se debe pagar cada vez que se lee?
Hasta ahora los libros se pagaban una sola vez y el lector podía leerlos cuantas veces quisiese. Incluso un libro podía tener varios lectores (familia, amigos) siempre que no hubiese comercialización ni copia. Y cada vez que un libro cambiaba de manos alguien volvía a leer o se creaba un nuevo lector. Y los lectores son voraces. Empiezas a leer y cada vez quieres más.
Pero el abandono es una losa pesada. Cuando alguien deja los libros volver a leer es cada vez más difícil y penoso, desaparece la atención y el tiempo necesarios.
Los autores, insisten ahora los catalanes, exigen que las bibliotecas paguen derechos de autor por el préstamo de libros.
Son como los creadores audiovisuales, que quieren cobrar a las televisiones por emitir sus obras y a los televidentes que las graban para volverlas a ver.
Supongo que dentro de poco intentarán perseguir el bookcrossing como persiguen el P2P para impedir que el mundo sea una biblioteca.
¿Pero dónde puede vivir un escritor mejor que en una biblioteca? Sin bibliotecas casi no existirían los autores, allí se han formado generaciones de ellos.
Los escritores esgrimen la nefasta legislación europea (en España nos hemos hecho los locos hasta el momento) mientras el Plan de Fomento de la Lectura apuesta por las bibliotecas y la ampliación de sus fondos cuando menos del 30% de los españoles las usa.
Son viveros de lectores. Empiezas en la biblioteca, te empapas de historias y sueños mientras miras a la chica/o de al lado y acabas comprando libros de los que no te puedes desprender. Algunos hasta se atreven con un poema.
El 61% de los usuarios de bibliotecas utiliza el préstamo de libros. Si los editores y autores quieren cobrar derechos quizá haya llegado el momento de cambiar el sistema de las librerías y el negocio del libro: que los libros sean entregados en depósito a las librerías por editores y autores, y se pague sólo por cada lectura o préstamo.
Pago por lectura. El precio de cada libro determinado sólo por las veces que se lea.
¿Es mejor sistema?
La edición electrónica y los nuevos métodos de comercialización tienden hacia el pago por lectura, primo del pago por visión y el nuevo mercado de la música digital.
Dentro de poco veremos libros con DRM que se autodestruirán una vez sean leídos. Las letras irán desapareciendo conforme la vista las recorre. Leeremos libros para ver caer las letras y las ideas impresas. Libros de una sola lectura, sin historia, sin tesoro, sin aquella flor seca entre páginas ni los subrayados del lector estudioso.
Cada vez los lectores compran más libros y menos provienen de las bibliotecas, sólo un 3,5% en 2005, según los estudios de hábitos de lectura.
Los libros son algo más que un objeto de consumo, de usar y tirar. Son cultura. De todos, no sólo de sus autores. ¿Por qué no deberían pagar los autores al resto de la sociedad por el idioma que emplean?
Si los libros son sólo negocio entonces el pago por lectura es justo, pero viviremos bajo el peligro de perecer en el reino de los best sellers. ¿A quién le interesará escribir y editar libros para pocos lectores? Dan Brown también es el rey de las bibliotecas españolas junto a Ken Follet.
El negocio de libro pasa más por la calidad que por la saturación. La edición electrónica sumará nuevas fórmulas de comercialización como ya ocurre con la música.
Los libros son para leer. Una y cuantas veces se quiera. ¡Pobres de los libros de una sola lectura! El problema de los autores no es cobrar por cada préstamo en la biblioteca sino empezar a pensar en otra literacidad, otro texto y otras formas de financiar la creación.

P21 | Los abusos de los autores

Monday, October 24, 2005

Los abusos de los autores

Los autores quieren cobrar derechos por la lectura de sus libros en las bibliotecas. Curiosa idea. Entonces que en vez de libros publiquen en un sistema de pago por lectura, como los ya ampliamente desarrollados en internet.
¿Se pagan los libros por cuántos lectores los leen? Pondrán un chip chivato si pasas de ¿cuántas lecturas? Si leo un libro varias veces porque me gusta e interesa, ¿tendré que pagar más por él?
Condenados a no releer para no pagar otra vez. Para algunos es mejor un libro muerto en las estanterías que vivo en la mente de sus lectores, que se animarán quizás a comprarlo, a buscar otro título del autor o a citarlo para que siga siendo un autor respetado y autorizado.
Estos genios de la codicia de los derechos intelectuales pretenden cargarse las bibliotecas y la cita, cuna de la civilización y del progreso intelectual de la humanidad. Quizá les quieran pasar la factura atrasada a los monjes.
Los herederos de Aristóteles se van a forrar.
Si los universitarios españoles no compran libros académicos quizá habría que preguntarse si esos títulos sirven a quienes van dirigidos o si la educación actual se apoya realmente en ellos.
Todos conocemos muchos libros malísimos sólo escritos para engodar el currículo o justificar y optar a una plaza de profesor, catedrático, etc. Y todos hemos sufrido a los profesores desvergonzados que imponen en la bibliografía sus propios libros.
Los grandes y buenos libros siempre acaban bien reconocidos y bien vendidos, aunque cueste verlos entre la saturación de mamotretos.
El libro está pagado cuando se compra para la biblioteca. Los mismos editores y libreros españoles argumentan que una de las causas de su crisis es la escasa inversión pública en dotación bibliotecaria. Y no les falta razón.
Pero todo tiene un límite. Quienes defienden la cultura, y especialmente quienes escriben libros de consulta y técnicos, los más consultados en las bibliotecas, deberían recordar cómo han escrito sus libros y cuántas obras consultaron para llegar a la suya.
Basta ya de esta locura codiciosa, sepulta las reclamaciones justas en un montón de ignominia.