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Thursday, March 14, 2013

Periodismo idólatra para el papa Francisco


Una gaviota posada en la chimenea del Vaticano fue el augurio de la sorpresa del papa Paco. El ancestral mensaje del humo blanco precedió a la resurrección de la cuenta de Pontifex en Twitter para anunciar el comienzo de un nuevo papado en la vieja lengua latina de la iglesia. Sorpresa. Más de 130.000 tuiteos por minuto saludaron al pontífice. Sólo un adelanto en el diario argentino La Nación previó la elección del cardenal Jorge Mario Bergoglio. La primera elección de un papa vista por su predecesor por televisión, donde la cobertura de la resolución del cónclave lo inundó todo. El papa emérito Benedicto XVI contempló a su sucesor desde su retiro de Castel Gandolfo. El pionero en apostolar desde las redes sociales quizá se sorprendió al ver los perfiles falsos que se abrían con el nombre del ungido.

Francisco es el primer papa elegido en la era de internet móvil. Cuando gran parte de los católicos usan las redes sociales. Cuando las tertulias y los talk shows imponen en las televisiones del mundo su letanía. Cuando la presión de la información en tiempo real sumerge a medios digitales y convencionales de una cobertura que evidencia las debilidades de un periodismo a menudo vacío, insustancial y alejado del interés real de su público.

Joseph Ratzinger, elegido en 2005, fue el único pontífice cuya elección se sometió al ciclo de la información y el entretenimiento en tiempo real. Juan Pablo II, el papa más mediático, acostumbró a los medios a su presencia y sus palabras, pero cuando el cónclave lo eligió la CNN no había nacido y faltaban muchos años para la hiperrealidad acelerada de las redes sociales.

¿Está justificada la enorme cobertura mediática del cónclave? ¿Ha sido adecuada? ¿Responde al perfil de cada medio?

Muchos conservadores se quejan de la frivolidad de la mayoría de los medios y acusan al periodismo progre con bastante razón. El abuso de la opinión sin suficiente fundamento, la insoportable banalidad de las tertulias y el olvido de la información transmutada en espectáculo han dominado páginas, horas de radio y televisión y el flujo incesante digital.

La elección del papa ha llenado los medios de todo el mundo desde la dimisión de Ratzinger, quizá el mayor acto de humanización y desacralización del poder espiritual de Roma que se recuerda. Bergoglio se presentó ayer ante los fieles pidiendo su bendición antes de otorgar la suya. Saludó con un simple buenas tardes y anunció con su nombre de Francisco una vocación de modestia asentada en su preferencia por el colectivo (autobús) y el subte (metro) de su Buenos Aires natal.

La Iglesia es maestra en señales y gestos. El papa Francisco se revistió de ellos: de su nombre a sus palabras y a la elección de su primer atuendo como vicario de Cristo. Los cardenales han elegido con extremo cálculo a un hombre sencillo, latinoamericano pero con profundas raíces europeas por su doble condición de argentino e italiano. El primer papa jesuita, ortodoxo en lo doctrinal y defensor de los desfavorecidos en la vieja tradición de la doctrina social de la iglesia.

Hasta la dicharachera Cristina Kirchner enmudeció y tardó más de una hora en responder en Twitter a la elección de una figura con la que espera problemas. Y lo hizo con la gran contradicción y la inequívoca señal de un frío papel oficial incrustado en la corriente digital.
Hemos leído páginas y páginas insustanciales en diarios que olvidaron pronto el informe secreto de Benedicto XVI sobre los abusos, encubrimientos y corrupciones de una iglesia con muchos tallos podridos. Las apuestas papales volvieron a equivocarse y el boato vaticano llenó los púlpitos mediáticos en todas sus plataformas con muy poco que decir.

Sólo un puñado de medios en todo el mundo cubrieron con profundidad el relevo en el trono de Pedro. Los mayores especialistas en catolicismo, algunos habitualmente serios y otros que no olvidaron la piadosa mirada de su público o la visión laicista de los suyos.

Las batallas doctrinales, sociales y religiosas de la iglesia desaparecieron. La ausencia de especialistas se sepultó con cháchara y copia y pega. Una vez más, muchos se sintieron con la facilidad de opinar cuando no saben y el periodismo olvida que su misión es informar, no saber; averiguar, no sancionar.

La democracia moderna nació con la separación de religión y Estado, y la creación de un espacio público donde los medios de comunicación ayudaron a crear un público suficientemente informado para gobernarse a sí mismo. Ahora a menudo muchos medios parecen predemocráticos con su renuncia a la inteligencia y a la modestia del periodismo frente al enorme ego catódico y digital. Un insulto a su audiencia.

Análisis en ElDiario.es

Wednesday, October 01, 2008

Apostatar no borra de la iglesia

Condenados a ser invisibles. Los apóstatas no podrán borrarse de los registros eclesiásticos. Ni siquiera una anotación al margen, como defendía la Agencia de Protección de Datos (AGPD) (pdf).
El Tribunal Supremo anula la sentencia de la Audiencia Nacional que obligaba al Arzobispado de Valencia a anotar en el libro de bautismo la voluntad de dejar la iglesia.
Ni borrado ni enmienda, dice el Supremo con un argumento que despierta muchas dudas: los libros de bautismo no son ficheros tal como los entiende la Ley de Protección de Datos (artículo 3.2).
La iglesia defiende además la inviolabilidad de sus archivos por los acuerdos iglesia-Estado de 1979, origen de los privilegios que mantiene la iglesia católica en España.
La sentencia pone en duda una gran parte de la protección de datos española y hace recaer el ámbito de la ley sólo sobre los ficheros informáticos o procesables si se mantiene la lectura rigorista de la magistrada Margarita Robles.
El magistrado Joaquín Huelín ha emitido un voto particular dudando de esa interpretación y apela a las directivas europeas, que protegen los datos de las actividades voluntarias y religiosas. Entiende además que los libros de bautismo no dejan de ser ficheros por su soporte físico, como dice la ley: "cualquiera que fuere la forma o modalidad de su creación, almacenamiento, organización y acceso".
La Agencia de Protección de Datos también entendió de esta forma los ficheros del clero y por eso aceptó "que las reclamaciones de los ciudadanos deberían dar lugar a una anotación marginal en los Libros de Bautismo que reflejara el ejercicio del derecho de cancelación", aunque como documento histórico no se pueda borrar el hecho que un día se registró.
A la luz de la libertad religiosa y de conciencia protegida por la Constitución también es difícil entender la lectura del Supremo.
En este momento la AGPD tiene 556 solicitudes de apostasía pendientes de resolución. La Audiencia Nacional ha dictado 171 sentencias y 123 están pendientes de resolución.

Wednesday, May 28, 2008

¿Quién impone los símbolos religiosos?

El PSOE se ha negado a votar a favor de una ley para retirar los símbolos religiosos de los actos y ceremonias institucionales. Y otra vez los ciudadanos que defienden la aconfesionalidad del Estado y la estricta separación de religión y administración civil, sea cual sea su creencia religiosa o ausencia de ella, se sienten estafados.
La estafa, las incoherencias de los socialistas, la traición a sus propios principios, demuestran lo poco dispuesto que está el gobierno de Zapatero a defender la laicidad y algunos principios irrenunciables del republicanismo y de la izquierda de los que tanto alardea. Las promesas de la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega tienen menos eco e influencia que un avemaría a la puerta de una discoteca.
La táctica de acercamiento al centro, político y sociológico, se impone.
Pero en las disculpas del PSOE aparecen algunos indicios de por qué se mantiene el poder de la iglesia católica en España en ámbitos que no le corresponden.
Dijo el diputado Ramón Jáuregui que el PSOE no quiere prohibir nada. Y uno se pregunta por qué han prohibido cosas que también eran hábitos y costumbres sociales, y se han prohibido para proteger a quienes no los practicaban. A menudo en lo físico. Toca también en lo de conciencia.
Y dice el portavoz socialista José Antonio Alonso que no se puede prohibir lo que no está regulado: "No hay ninguna norma que modificar".
Y tiene razón. La Constitución y el reglamento de la promesa de los cargos públicos de 1979 permitieron al actual gobierno ser el primero en usar sólo la fórmula laica de la promesa. Porque se promete una función pública, no un cargo eclesiástico ni religioso.
Y por eso esos símbolos deben eliminarse de tales ceremonias. Para desvincular poder religioso y civil, como sabemos desde la Ilustración y como principio de la Modernidad. Porque son cargos cívicos y de función pública, no religiosos. Ninguna autoridad eclesiástica puede sancionarlos y se deben ejercer con libertad de conciencia.
Pero efectivamente no hay nada que prohibir ni ley o reglamento que cambiar. Simplemente hay que hacer cumplir a todas las instituciones la ley, sean la monarquía o cualquier otra. Usar sólo los símbolos del Estado (y de las autonomías o ayuntamientos) en este tipo de ceremonias, porque de cargos y funciones públicas se está hablando.
Pero en la costumbre de mantener y colocar esos símbolos se perpetúa un privilegio de la iglesia católica sin relación alguna con las creencias de quienes prometen sus cargos. Y así se mantiene una posición a la que se aferra la jerarquía eclesiástica para imponer sus mandamientos y principios más allá del legítimo ámbito de sus fieles y sus conciencias al resto de la sociedad.
Porque ellos si prohíben, o lo intentan, fuera de sus funciones y ámbito.

Wednesday, April 16, 2008

Una cruz sin base legal

El primer gobierno de un estado aconfesional no se libró del crucifijo en su toma de posesión a pesar de prometer los cargos. Ese crucifijo es un anacronismo sin base legal, ya que la ley sólo establece desde 1979 la posibilidad de jurar o prometer el cargo público.
Pero los modos de la monarquía española siguen siendo católicos por más que el país sea multirreligioso. Y con los símbolos se conserva un poder y una visibilidad inadecuada en un país donde las herencias del nacionalcatolicismo se resisten a dejar paso a una sociedad más plural.
Haría bien el gobierno y el Parlamento en reclamar otras prácticas para que la Casa Real no pueda seguir diciendo que nadie ha pedido nunca retirar los símbolos religiosos de estos actos protocolarios.

Monday, April 14, 2008

Una cruz para nombramientos anacrónicos

Las nueve mujeres y ocho hombres del nuevo gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero prometieron hoy sus cargos ante el Rey. Todos utilizaron la fórmula de la promesa, reglada desde 1979, pero ante ellos, en primer plano: un crucifijo.
¿No es hora de acabar con este anacronismo?
Si el estado es aconfesional según el art. 16.3 de la Constitución debería retirarse ese símbolo religioso presidiendo la ceremonia de nombramiento de los ministros.
En la mesa, una Constitución de 1978 y una biblia, soportes para el gesto del que promete o jura. Con eso debería bastar, aunque incluso debería preverse que en el futuro un creyente de otra religión llegase a ministro de este Reino.
Las formas y los símbolos son importantes en la democracia. Una sociedad plural, aconfesional y multirreligiosa como la española debería abandonar algunos atavismos que perpetúan el dominio del catolicismo y su iglesia por encima de otros credos y confesiones.

Thursday, March 13, 2008

Pecados posmodernos

La Iglesia se moderniza para competir con las grandes religiones y revoluciones del presente. Busca sitio en el mercado de las verdades, los códigos y las satisfacciones. Necesitada de fortaleza, autoridad y presencia se lanza sobre nuestro tiempo ampliando la lista de pecados. Viejo reflejo. Y lo hace en su versión más posmoderna, a través de los pecados sociales.
Con los nuevos pecados el catolicismo se convierte a la posmodernidad, a la vida líquida de Zygmunt Bauman siempre en busca de la identidad, y se actualiza para la guerra de culturas que hoy se vive con las diferentes ofertas, religiosas y de otros credos, que encandilan a unos y otros. La ecología como nuevo credo salvador global. La biogenética como gran revolución científica capaz de hacernos entrar en la era poshumana y antropotecnológica avizorada por el filósofo Peter Sloterdijk. Y las drogas, los paraísos artificiales sustitutivos del eterno descanso y que distraen la conciencia del hombre de la revelación de Dios.
Los nuevos pecados no sólo son sociales, apuntan a las peores amenazas contra el pensamiento universal del cristianismo y sus monopolios metafísicos.

Artículo completo en el diario Público

Sunday, January 13, 2008

Paz, con religión o sin ella


Daos la paz, dice la liturgia católica. Paz, reclama Ulrich Beck en Dios es peligroso como alternativa religiosa.
La guerra es la paz, decía el Ministerio de la Verdad de 1984 (George Orwell). Esa misma es la paz de las religiones, construida sobre el cadalso de la sangre y las guerras de religión, advierte Beck.
El teórico de la sociedad del riesgo pide paz como bien supremo y resucita a Kant y a Richard Rorty. En tiempos donde la verdad no puede ser más que consenso, mejor que las religiones dediquen sus inspiraciones y llamamientos a la paz, porque la verdad siempre ha reinado entre los muertos.
Progreso intelectual claro. Pero Beck se deja atrapar por esta era de incertidumbres donde el ciborg sentimental no hace sino buscar refugio. Y de ahí la tentación religiosa.
Seamos religiosos, dice Beck, pero no pongamos a la religión en el altar de la verdad porque nos dividirá, nos hace eurocéntricos y peligrosos para el multiculturalismo y nos conduce al odio y la guerra.
Paz.
Abandonemos los dioses monoteístas, tan terribles, tan totalitarios, tan exigentes, para conformarnos con los dioses lares, las deidades domésticas de los romanos.
Oh, sí. Give the peace a chance.
Los lares son cómodos, prácticos y se pueden colocar en cualquier rincón. Como aquellas vírgenes que mi abuela y sus amigas beatas paseaban en las ornacinas portátiles, con su hucha para las pesetas.
El sociólogo alemán nos ofrece dioses pret-a-porter como alternativa a los dioses terribles, esos Cristos y Alás tan terribles.
Y recuerda a Ghandi, claro.
Cuenta Karen Armstrong en La gran transformación cómo los hindúes olvidaron mucho tiempo ha los dioses guerreros y terribles para recogerse en una comunión pacífica con el Cosmos muy adecuada en tiempos de urgencia ante la venganza ecológica de Gaia.
Beck se rinde:
"Presuponiendo que sea falso el ideal de la secularización, según el cual más modernidad significa menos religión, cabe plantearse con renovada urgencia la pregunta sobre la convivencia civilizada entre las grandes religiones: ¿Será posible un modelo de tolerancia interreligiosa en el que el amor a unos no implique odio a otros? Eso es, un modelo de tolerancia cuya meta no sea la verdad sino la paz".
Si después de tantos años no hemos podido acabar con la religión, mejor que nos demos más la paz, aunque sea en los templos, que seguir dándonos estopa de verdad bajo la mirada de dios.
¿Claudicación del laicismo?
¿Rendición del pacifismo ateo?
Al carajo, Beck. Convertir la religión en política y apostar por los dioses menores no nos salvará.
Hay que ser fuerte y mantener los principios de la paz perpetua kantianos y el republicanismo como garantes de la paz.
Los dioses, sean grandes y autoritarios o domésticos y de consumo masivo en pequeñas porciones y envasados al vacío, de casa adentro.
La tragedia del ciudadano líquido, ese miedoso ciborg sentimental del que tanto has hablado, es el miedo.
La cura no es la religión. Aunque el tratamiento se aplica con éxito en algunas unidades de atención al dolor.
La cura tampoco es la paz. Aunque es imprescindible para desmontar los infiernos del terror.
La paz y la convivencia son esenciales para la verdad consensuada de los ciudadanos de la modernidad reflexiva. Ironía y solidaridad, aconsejaba Rorty.
Y menos religión, aunque sea doméstica. Como los gatos, araña.

(La música de arriba es A love supreme, un himno religioso de John Coltrane)

Thursday, December 27, 2007

El obispo del si es que van provocando



"¿No son putísimas? Es lo que dice una pintada vista hace poco. Hazte idea de la mente del autor. Algo así le ocurre al obispo de Tenerife con la pederastia y la homosexualidad.
Ha dicho: "Hay adolescentes de 13 años que son menores y están perfectamente de acuerdo y, además, deseándolo. Incluso si te descuidas te provocan".
¿No será ese pensamiento pecaminoso y lúbrico?
¡Qué vieja y rancia irracionalidad!
Dice monseñor Bernardo Álvarez que la homosexualidad "perjudica a las personas y a la sociedad".
Errar es de humanos. Incluso de obispos. Pedir perdón es caridad y justicia. Y un acto de contrición nunca va mal, señor obispo.

Thursday, December 20, 2007

Wifi en la Meca

Los peregrinos a la Meca ya no están desconectados. Al Hajj, la tradicional peregrinación a la ciudad santa del Islam, ya se puede llevar el portátil o la PDA y conectarse con sólo registrarse.
Las religiones avanzan en internet con sus webs, sus prédicas, sus textos sagrados y sus comunidades. En la Meca uno puede seguir en contacto con su imán, con su familia o con su mezquita desde la misma Kaaba, la piedra sagrada.
No tengo noticias de nada igual ni en el Vaticano, ni en lugares de la cristiandad como el Camino de Santiago, aunque varios lo han pedido.
Los protestantes están más espabilados. En la catedral evangélica de Santiago de Chile también hay wifi desde este año.
Conectados con dios y con el resto del ciberespacio.

Sunday, September 30, 2007

Disparar a un elefante en Birmania

U Po Kyin no tenía miedo ni propósito de enmienda. Su crueldad, abusos y corrupción se podían arreglar con más maldad, indiferencia y donaciones para las pagodas.
Con el dinero suficiente, y siempre hay dinero para los corruptos, Kyin podía ayudar a construir un templo y librarse de una reencarnación en rata o cualquier otro animal inferior.
Los mismo que el malvado de Los días de Birmania, de George Orwell, los generales de Rangún han creído durante mucho tiempo que respetando formalmente la religión y a los bonzos, y donando joyas robadas a su pueblo para ornar la pagoda de Shwedagon podrían librarse de un destino de ratas o cucarachas.
Pero los monjes se han hartado.
La revolución azafrán vive en Birmania a pesar de la represión y los muertos. El enviado especial de la ONU ha llegado y se ha entrevistado con la enclaustrada líder de la oposición democrática, San Suu Kyi.
Pero China y Rusia no aceptan sanciones para los generales birmanos.
Como contaba Orwell en Disparando a un elefante, si los birmanos dependen de los extranjeros para arreglar sus problemas, el futuro no será la libertad.
Los birmanos seguirán siendo esclavos y viviendo en uno de los países más corruptos.
Pero si la comunidad internacional sólo es capaz de mantener formalismos diplomáticos y una vez más abandona al pueblo birmano a su suerte, la muerte de algunos elefantes será tan inútil y ridícula como la que contaba el escritor inglés.
Pero los monjes se han hartado.
Los generales serán ratas aunque sigan mascando betel y escupiendo desde la veranda mientras contemplan la cúpula de la pagoda de oro.
Pero la comunidad internacional será, como Orwell, presa de sus propios errores si no es capaz de disparar al elefante que con ayuda de algunos neoimperialistas de la globalización mantiene a los generales en la veranda, lejos y por encima de su pueblo, hasta que se reencarnen en ratas.

Friday, April 27, 2007

El Papa verde

Y dijo Dios: "Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra, y mande en los peces del mar y en las aves de los cielos, y en las bestias y en todas las alimañas terrestres, y en todas las sierpes que serpean por la tierra".
Estas palabras del Génesis representan para muchos el título de propiedad del hombre sobre el resto de la vida en la Tierra.
Pero el miedo al cambio climático y a un planeta enfermo ha llegado al Papa Benedicto XVI.
La tiara papal se ha teñido de verde para evangelizar a los responsables políticos sobre la necesidad de respetar la Tierra y la vida.
Benedicto XVI está dispuesto a admonizar al George W. Bush sobre los peligros del cambio climático y el calentamiento global ahora que el presidente norteamericano ha emprendido una cruzada por el biofuel de etanol de maíz.
Seguramente Bush le dirá al Papa que ha cambiado, que ya no quiere ser el defensor del petróleo. Pero el pontífice deberá escuchar a Fidel Castro y su denuncia contra el biofuel. Una amenaza teñida de verde que resta recursos alimenticios a una gran parte de la humanidad.
Por una vez Castro y The Economist están de acuerdo. El biofuel defendido por Bush "no es barato ni ecológico".
Pero detalles al margen, quizá el manto verde del Papa enderece esa interpretación radical del humanismo cristiano denunciada por James Lovelock en su larga defensa de Gaia.
Debemos dejar de ser imperialistas ecológicos para preservar la vida en la Tierra. La primera, la nuestra. Quizá para el Papa y los cristianos ese mandato de preservar la vida en la Tierra pueda llegar a ser tan importante como el que impulsa a la iglesia en la defensa de la vida humana.
Y quizá entonces los primeros días del Génesis sean tan importantes como aquel cuando el creador hizo al hombre a su imagen y semejanza.

Sunday, December 10, 2006

Nacionalcatolicismo al ataque

En el país con más procesiones católicas del mundo, con santos y vírgenes sacados a pasear para jolgorio general y con tantas iglesias e imágenes que pueblan nuestra realidad y nuestra historia es un sarcasmo la preocupación de los obispos por la presunta intención de sacar la religión de la vida pública.
Dicen que "en no pocos ambientes resulta difícil manifestarse como cristiano: parece que lo único correcto y a la altura de los tiempos es hacerlo como agnóstico y partidario de un laicismo radical y excluyente. Algunos sectores pretenden excluir a los católicos de la vida pública y acelerar la implantación del laicismo y del relativismo moral como única mentalidad compatible con la democracia".
Su propia historia y pensamiento los traiciona. La jerarquía católica debería haber aprendido ya que los laicos no piensan ni defienden, como ellos, la exclusividad de su pensamiento, valores y leyes (artículo 16 de la Constitución).
Ellos (una mayoría de la jerarquía, a diferencia de una parte de los católicos y de muchos curas demócratas) sí lo hicieron durante toda la historia de España. Por eso creen que los demás padecen el mismo vicio.
Ni las 105 horas de religión en la escuela ni el ventajoso acuerdo de financiación recibido los calman.
Su codicia material y espiritual es insaciable.
Los laicistas defienden que no hay ninguna religión de estado y que los valores cristianos no son políticos ni legales, aunque algunos coincidan con la democracia, el humanismo y la defensa de las libertades y derechos humanos.
Ellos siguen empeñados en plantar crucifijos y estampitas por los lugares públicos para colonizar terreno, pasión imperialista.
Dominar territorios siempre se les ha dado mejor que convencer almas.
Andan los prelados agitando sus negras presencias porque pierden terreno y cuota de mercado. Su enemigo no es el ateísmo, sino las iglesias y los cultos particulares. De las iglesias nacionalistas -herederas y sucesoras del nacionalcatolicismo español de siempre- a los cultos protestantes traídos por los inmigrantes y al islam que vuelve del sur y del este.
Estos cultos viajan y viven con sus feligreses mientras la jerarquía eclesiástica española vive el retiro de las sacristías y el poder, alejados de sus misioneros, sus obras sociales, sus creyentes.
Frente a esta grey relativista de la sociedad del ocio, vociferante e hipócrita con la asignatura de religión y las alharacas públicas y siempre tan condescendiente con los pecados privados, los obispos quieren un ejército de dios que exprese su fe en privado y público.
Más les valdría lo contrario, por aquello de la salvación de las almas. Menos profesión de fe pública y más virtud privada.
Los católicos están en su derecho de ser y parecer mientras no violenten a los demás. Por eso es necesario eliminar la simbología católica de los lugares de todos los ciudadanos: los símbolos de la iglesia no son los del estado.
Todavía cuando se leen las Orientaciones morales ante la situación actual de España publicadas por la Conferencia Episcopal uno no deja de sorprenderse con la miseria intelectual de estos obispos y su visión parcial y teocrática de la historia de España.
Más laicismo, por favor.

Saturday, November 25, 2006

Más laicismo

Laicismo (DRAE).(De laico).
Doctrina que defiende la independencia del hombre o de la sociedad, y más particularmente del Estado, respecto de cualquier organización o confesión religiosa.
Cuando leo a los obispos criticando el "laicismo radical y excluyente" me acuerdo de todos los años, los 40 del último dictador y los siglos anteriores, cuando la sociedad española no pudo separar el estado de la iglesia ni la moral de la ley.
Falta laicismo. Todavía perviven criterios heredados de la religión en asuntos que no son de su competencia. Y el catolicismo, o más bien una cierta forma estatalista de entenderlo y practicarlo, impregna gran parte de la vida pública.
Más cinismo hay en su queja contra la memoria republicana por "dilapidar los bienes alcanzados y reabrir viejas heridas con una utilización de la 'memoria histórica' guiada por una mentalidad selectiva".
Niegan los obispos existencia y moral a las víctimas de la falta de memoria. A quienes nunca se nombraba en esas lápidas de iglesias y cementerios donde los caídos por España sólo eran unos.
Yo, como Manolo, recuerdo muy bien la memoria selectiva, aún visible en templos y lápidas.
Una vez, bien niño, pregunté al cura de mi pueblo porqué faltaban algunos nombres en aquellas lápidas. "Estaban equivocados y en pecado", me dijo. Entonces entendí el laicismo antes de leer a sus teóricos y sus argumentos.
Estos obispos olvidadizos andan escamados por su pérdida de influencia en la vida pública, cuando incluso una gran parte de los católicos demandan apertura en ciertos temas y reglas morales que no afectan al dogma.
Reclaman vigor a los católicos, y hacen bien, que cada cual defienda sus ideas democráticamente. Subrayan que "un Estado laico, verdaderamente democrático, es aquel que valora la libertad religiosa como un elemento fundamental del bien común".
La libertad de todas las religiones y también la de los no religiosos. Eso es la libertad religiosa. La moral cristiana no es la única y Aristóteles ya diferenciaba claramente la moral privada de la virtud pública.
Pero estos obispos que ya no pueden quejarse de sus diezmos, ahora más transparentes, aunque todavía bien dotados están empeñados en volver a ser güelfos y defender una comunidad histórica entre iglesia y estado postulada con ahínco por Rouco Varela.
Necesitamos más laicismo para que católicos y laicos sean más libres dentro de una democracia abierta a todos.
Me apunto, una vez más, a las cinco tesis de Fernando Savater sobre el laicismo.

Wednesday, November 08, 2006

Mortadelo anticlerical

A Ibáñez le ha caído un chorreo por hacer chistes de curas. ¿Qué sería de la cultura española sin ese humor? Más, ¿qué sería de la iglesia sin los chistes? Tendrían menos influencia y fervor popular.
El envés de la religión y el culto es su mofa.
Desde los griegos, al menos, se sabe. Recomiendo a los iracundos de Hazte Oír a Aristófanes.
Si los propios creyentes pierden el sentido del humor y las tragaderas vuelven al Antiguo Testamento, a aquella religión terrible. Cuenta Julian Barnes que Noé no tenía sentido del humor, más bien una mala leche espantosa. Síntoma de hidrofobia o de falta de hidromancia suficiente.
Cristo reía.
Pero la iglesia, parte de ella, perdió el cariño por la risa para tapar los pecados del mundo y los suyos propios, como cuenta Umberto Eco en El nombre de la rosa.
Sin risa no somos humanos.
Si no sabemos aceptar la ironía, la comedia y la crítica, tampoco.
Dios nos salve de los intransigentes.

Escolar | Ibáñez y los chistes de curas
Los chistes de la polémica

Wednesday, November 01, 2006

Halloween, la vuelta del paganismo

Anda la iglesia y sus pensadores preocupados por la moda de Halloween en España.
¡Vuelve el paganismo!, gritan. ¡No es la visión cristiana de la muerte!, advierten. "Los colegios y los propios padres instan a sus hijos a disfrazarse en Halloween y, por otra, cuando llega la muerte de un ser querido, ¿qué pasa?", se pregunta el padre Joan María Canals, de la Conferencia Episcopal.
La muerte, el miedo, su celebración, la esperanza en la otra vida vuelven a ser importantes para unos y otros. La magia y lo oscuro. La trivialidad y lo profundo. Cristianismo y el paganismo del Samhein céltico.
¿Vuelven los muertos a la vida con su condena?
Si lo hacen Dios ha fracasado. Es el temor de los cristianos. ¿Somos célticos que protegemos nuestras casas contra los no que no deben volver?
La trivialización de la muerte puede acabar en los juegos con calaveras de los ejércitos aliados en Irak. Terrible.
La banalidad del mal, advertía Hannah Arendt, llega cuando todo se hace corriente. Pero el humor y la fiesta siempre ha sido una vacuna druídica contra el miedo.
Los irlandeses lo sabían y el puritanismo acabó prefiriendo el jolgorio de Halloween a la quietud doliente de Todos los santos. Quizá la responsabilidad en la tierra frente al castigo en la otra vida, accountability real frente a pena y castigo eterno, tienen mucho que ver.
Sé responsable en esta vida y deja para la otra el truco o trato.
Diferentes morales. Diferentes visiones.

Monday, October 16, 2006

Velos contra la libertad

La identidad posmoderna vuelve a ser religiosa y mágica. Muchos vuelven al mito y las creencias para defenderse de una sociedad globalizada atosigante. El identitarismo gana a la ciudadanía y por esas heridas mana la sangre de la intolerancia, el desencuentro, los prejuicios y el racismo.
En Inglaterra, British Airways prohíbe a una cristiana enseñar su crucifijo mientras acepta velos y brazaletes porque son incómodos de esconder.
¿Hipocresía o temor al islamismo radical?
La disputa sobre el velo tras la llamada a dejar el niqab (tapa toda la cara menos los ojos) del ex ministro Jack Straw evidencia la incomprensión entre comunidades. Pero vuelve a revelar los peligros del identitarismo y la religión para la sociedad abierta.
Todos tenemos derecho a vestir los símbolos que nos identifican. Lo hacemos con la ropa, con el peinado, con la corbata, con el turbante o el velo. A lo largo de la historia las comunidades usan sus símbolos y sus hábitos para identificarse y reconocerse.
El problema es cuando se usan para separarse. Cuando retraen al ciudadano de la sociedad y son una barrera para el reconocimiento de los otros. Cuando son símbolo de rechazo.
En la Europa cristiana desconfiamos de los embozados. Sólo se cubren los retirados (monjes), los penitentes y los alejados de la sociedad. Del motín de Esquilache a los encapuchados terroristas.
Cubrirse para aislarse de los demás nunca ha sido símbolo de libertad y no lo es ahora, pese a algunas razones a favor.
Más allá de crucifijos o niqabs, el problema es quienes escogen retirarse de la sociedad abierta y libre de los ciudadanos, sin miedo ni nada que esconder, para refugiarse en grupos e ideas que niegan la libertad y la ilustración, el secularismo que nos permite convivir públicamente en libertad ejerciendo nuestras creencias y costumbres en la privacidad o en grupo.
Más multiculturalismo es más diálogo y lazos entre distintos, como recuerda Anthony Giddens, no imposición de los unos sobre los otros.
Cuando el símbolo es una barrera, una quiebra en el consenso mínimo común de la libertad y la democracia, se hace estigma.
Entonces la libertad de los enclaustrados no debe encarcelar a los demás. La libertad para aislarse de unos no puede reducir los principios y valores de la democracia. Y en democracia la mayor conquista es ser ciudadano, sin tener que esconderse, sin miedo a ser reconocido, libres para mostrarnos como somos sin temor a ninguna coacción ni desigualdad.
Todo es legítimo y libre mientras el manto de la intolerancia no ahogue la democracia.

Thursday, June 08, 2006

Burocracia contra la apostasía

No hace falta ser el emperador Juliano para apostatar, abandonar la iglesia y renegar de la fe del bautismo, pero hace falta tener paciencia y tesón. La iglesia es lenta y el libro de bautismo imborrable. Apostatar es una anotación al margen. La historia no se borra, dice el clero. Se puede enmendar en el libro de bautismo pero los apóstatas reclaman la eliminación de sus datos personales de los archivos de la iglesia.
El Congreso ha rechadado la iniciativa de Izquierda Unida para regular el derecho a la apostasía y fijar un proceso ágil para eliminar los documentos que identifican a los bautizados en los documentos de la iglesia católica.
Los apóstatas reclaman una respuesta rápida y sin trabas de la iglesia a su negación de la fe de Cristo recibida en el bautismo. Acusan a la iglesia de demorar el proceso y retener los datos de los ungidos en la pila bautismal.
Los apóstatas no se dan por satisfechos con el silencio administrativo eclesial y exigen que la Agencia de Protección de Datos obligue a la iglesia a borrar los datos de quienes la abandonan libremente.
La iglesia niega su oposición y reivindica el "hecho histórico" del bautismo. Lo escrito, escrito está. Pero el bautismo es un hecho no decidido por los muchos niños bautizados que, después, sin necesidad de llegar al paganismo de Juliano, se separan de la iglesia y su fe.
"Apostasía es el rechazo total de la fe cristiana", dice el canon 751 del Código de Derecho Canónico. Un derecho que debe ser respetado por la ley más allá de sus consecuencias religiosas.
El PSOE se opuso a la iniciativa de Izquierda Unida porque "tal y como está planteada esta proposición no de ley puede vulnerar el principio de la separación Iglesia-Estado y no sirve para garantizar el derecho a cambiar de creencias". Lo escrito, entonces, debe ser enmendado para poder garantizar los derechos de los fieles y los de aquellos que ya no lo son.
Pero aparece la duda sobre lo escrito: ¿es mejor apostatar y desaparecer de los archivos o que, como Juliano, la memoria del apóstata viva en los registros para siempre?
Dice el Diccionario que apostatar también es "abandonar un partido para entrar en otro, o cambiar de opinión o doctrina". ¿Aplicarán a los apóstatas el pacto antitransfuguismo?

Sunday, May 14, 2006

El código Da Vinci del marketing

Misterios, religión, acusaciones, el Opus Dei, una novela de éxito, obispos condenando, sospechas y conjuras. Y una grandísima operación de marketing convertida en varias con muchos a la búsqueda de ganancias y defendiendo sus convicciones e intereses.
La controversia sobre El Código Da Vinci y su película ha desatado un vendaval de discusión sobre el cristianismo como hacía tiempo no se veía. Muchos sospechan que tanto Dan Brown, el autor; como Ron Howard, director de la película; Sony, la productora; y la propia iglesia y el Opus Dei se benefician del revuelo.
La iglesia y el Opus Dei piden que la película aclare con un rótulo expreso que se trata de una obra de ficción. El director Ron Howard se niega. "Esta es una obra de ficción que presenta personajes afectados por la conspiración (...) Las obras de espionaje no aclaran que son de ficción".
Varios cardenales y obispos encabezan la maldición contra la obra, recrudecida con la película tras el éxito de la novela.
Los principales contendientes e implicados en la disputa han encontrado un buen filón.
Sony Pictures ha convertido las críticas y el rechazo de los cristianos en una fórmula de marketing magistral. Publicita las críticas para alimentar el éxito de su estreno cinematográfico.
Incluso ha creado una web, El diálogo Da Vinci -también admite la url desafío Da Vinci: http://www.thedavincichallenge.com/- donde una serie de expertos católicos (periodistas, teólogos, propagandistas, sacerdotes y hasta un obispo) difunden sus opiniones y dialogan con la audiencia.
Marketing integrador para sacar petróleo de las críticas.
El Opus Dei ha reaccionado con inteligencia y ha construido un especial en su página web donde se aportan todo tipo de argumentos y recursos contra la película y la novela.
"Podíamos haber lanzado un grito profético o una respuesta profesional. Hemos optado por lo segundo. Hemos dado una respuesta profesional a un problema de comunicación, no una respuesta religiosa a un problema religioso", explica Juan Manuel Mora, director de comunicación del Opus Dei en la oficina de prensa de Roma.
La actitud del Opus coincide con la de prelados como monseñor Francis J. Maniscalco. El obispo norteamericano explica que "si una sola persona sale con una impresión distorsionada de Jesucristo o su iglesia, nuestra preocupación por esa persona es como si fuera el mundo entero".
Lo dice en Jesús decodificado, la web que la conferencia episcopal norteamericana ha puesto en marcha. Se suma a otras como el Antídoto Da Vinci, donde se ofrecen libros y dvd´s para revelar la mistificación.
La gnosis en calderilla y los millones en caja. Es la explicación de Rafael Gómez Pérez en Aceprensa, una agencia de información católica, donde destripa las razones del éxito de una obra varios elementos clave: la nostalgia de la creencia en un mundo descreído pero a la búsqueda de magia, la tentación gnóstica de conocer la verdad oculta, el espiritualismo new age y la creencia a capricho, personalizada.
Son lo que el autor llama la religión-ficción, aupada y bien difundida no por la voz de la verdad y la esperanza sino por la del marketing.
Los rumores y la polémica son el epílogo de la conspiración del código Da Vinci. La historia en marcha como reacción de los conspiradores a la revelación del elegido Dan Brown.
Revistas como la prestigiosa Time se han unido al run rún y la rentabilidad del misterio.

Una respuesta profesional a un problema moderno. El problema es la mezcla de realidad y ficción sin distinción, un torrente en Estados Unidos. James Frey admitía hace poco sus invenciones en su pretendida y exitosa autobiografía. Ocurrió lo mismo con JT LeRoy, el literato chapero y heroinómano inexistente.
Los críticos del Código denuncian sus inexactitudes y alteraciones históricas. Pero también sus invenciones sobre las creencias y los evangelios. Ficción sobre textos religiosos, no fácticos.
La no ficción gana a la ficción cada vez con más rotundidad. El problema es la falta de claridad, la ruptura del pacto con el lector. ¿O esa ruptura sólo la entienden como tal quienes se sienten agredidos? ¿Entiende el lector las novelaciones del Código o se confunde entre sus fantasías y los hechos reales?
Un sólo confuso es todos los confundidos, argumenta el obispo Maniscalco. La verdad religiosa e histórica no puede ser alterada ni en una sola conciencia.
Tomás Eloy Martínez reflexionaba recientemente sobre las ficciones verdaderas con la vieja polémica de la distinción entre realidad, ficción y simulacro.
"El simulacro -la ficción de una imagen- se construye sobre la disimilitud, implica una perversión, un desvío que lo modifica todo", dice el argentino, y recuerda la denuncia de Platón: "es preciso impedir que asciendan a la superficie y se irradien por todas partes, como una enfermedad". Esa es la intención de los críticos del código Da Vinci.
"A veces, el simulacro sigue un camino inverso al de la ficción verdadera: parte de una fuente imaginaria y encuentra su sentido último en el caos de la realidad". Vale la pena diferenciar la intención de Brown de la de noveladores de la realidad como el propio Eloy, Norman Mailer, Don DeLillo, Vargas Llosa, Javier Cercas y tantos otros. Estos buscan en la ficción un sentido a la realidad. Brown es sólo un mistificador persiguiendo la fórmula exitosa del best seller.
La revelación de Tomás Eloy Martínez alumbra la clave de la controversia: la disputa sobre El Código Da Vinci es un problema religioso. La novela y la película de Dan Brown atacan el cristianismo porque crean una fe y un evangelio ficticios sobre la fe y el evangelio revelados de los creyentes.
Marketing para viejos problemas.

P21 | Un código con sentido
P21 | El Código Da Vinci convence a la iglesia con dinero

Thursday, February 02, 2006

Criticar a dios (con cuidado)

El apoyo de France Soir a la caricatura de Mahoma del diario Jyllands-Posten le ha costado su puesto al director, Jacques Lefranc, destituido por su editor, el franco-egipcio Raymond Lakah.
Lefranc tituló con frases como "Sí al derecho de caricaturizar a Dios" o "¡Socorro, Voltarie, se han vuelto locos!" en el más puro estilo republicano de una Francia laica donde las leyes todavía incluyen restos del delito de blasfemia, un acto que será un pecado pero nunca un delito y no puede afectar a los no creyentes.
Varios periódicos europeos han publicado las caricaturas del diario danés, que ha defendido su derecho a la libertad de expresión y pide disculpas si ha sido ofensivo con la libertad religiosa.
Todo empezó porque un escritor se topó con la "censura difusa" y no encontraba caricaturista para un libro. Y el periódico decidió hacer una convocatoria a dibujantes para que publicaran sus dibujos sobre el Islam. Y comenzó el furor. En el Islam suní está prohibido representar la figura humana, y más la de Alá o Mahoma. Los chiíes, sin embargo, representan habitualmente a sus santos y mártires.
La intolerancia religiosa y la invasión de todos los ámbitos por la religión de nuevo. Como cuando Alejandro VI promulga la Encíclica sobre la Imprenta en 1501 o el Santo Oficio de la Inquisición aplica la censura eclesiástica desde aquel siglo. Y así siguió la historia de la Reforma y la lucha por la libertad y las ideas de Lutero, John Milton, Voltaire y tantos otros.
Pero ahora la guerra de civilizaciones y los excesos del multiculturalismo avivan el delito de blasfemia y la intolerancia a la crítica de los demás. Un derecho inalienable que no se puede perder.
El escritor Salman Rushdie fue condenado por una fatua del imán Jomeini por sus Versos satánicos y acusado de blasfemia ante los tribunales ingleses, que lo absolvieron porque el delito sólo se aplicaba a la cristiandad. El cineasta danés Theo Van Gogh fue asesinado en 2004 por su película sobre la violencia contra las mujeres musulmanas.
Pero el delito de blasfemia pervive en varias legislaciones (otra recopilación) de forma más o menos atenuada o difusa.
En España dice el artículo 525.1 del Código Penal:
"Incurrirán en la pena de multa de ocho a doce meses los que, para ofender los sentimientos de los miembros de una confesión religiosa, hagan públicamente, de palabra, por escrito o mediante cualquier tipo de documento, escarnio de sus dogmas, creencias, ritos o ceremonias, o vejen, también públicamente, a quienes los profesan o practican".
Pero peor es la nueva moralidad que niega las raíces laicas, antidogmáticas y volterianas del pensamiento occidental para recuperar lentamente la sombra apocalíptica de cierta forma de entender la religión sobre la vida pública y las libertades de conciencia y expresión.
Las religiones y sus practicantes merecen respeto pero nunca silencio. ¿Qué hubiera sido de Europa sin Giordano Bruno, Lutero, Miguel Servet y tantos otros? Hubo una vez un islam tolerante y autocrítico que hoy parece barrido del mapa por el integrismo y la violencia. Sin voces críticas desde dentro las de fuera no deben callar.

Friday, November 11, 2005

Religión y alta política

La vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega ha visitado el Vaticano para hablar de "alta política". No entiendo más alta política que la que afecta directamente a los ciudadanos. Los que se manifestarán mañana contra la nueva ley de educación y los que no merecen mayores explicaciones de un gobierno que prometió oír y hablar.
Es un desastre reducir a la discusión religiosa el problema educativo que no parece solucionar una ley tan mala (pdf) como la que se quiere aprobar.
Estoy con quienes creen que la religión debe estar fuera de la escuela porque las creencias son cosa de cada uno, de la familia y la iglesia. El estado debe garantizar la práctica y la enseñanza religiosa, pero en el templo o en las escuelas religiosas.
La enseñanza concertada está garantizada con la nueva ley, pero lo difícil en este país es encontrar un colegio laico concertado. Los hay, pero son poquísimos.
La libertad educativa se garantiza también ayudando a los estudiantes en lugar de a los centros. Es un principio general con el que se acaban muchas coartadas: ayudar a la gente, no a las empresas. Son los ciudadanos los que luego escogerán el servicio. Garantiza plenamente la iniciativa privada y evita oligopolios y burocratismo.
¿Cómo se ayuda? Por criterios de renta, integración y esfuerzo (sí, esfuerzo, aunque no le guste a la ministra y a otros burócratas) académico. Así se deja escoger a los alumnos sin crear estructuras rígidas y poco adecuadas a una demanda cada vez más exigente y cambiante.
La educación lleva tantísimos años dominada por la religión y la iglesia en España que todo este lío que se ha montado es un poco hipócrita.

Algunos datos:
El clero costará a todos los españoles más de 144 millones de euros en 2006. 105 vienen de aportaciones directas a través del IRPF y el resto los aporta directamente el estado.
La enseñanza privada concertada recibe del estado más de tres mil quinientos millones de euros para el 30% de los alumnos.
El estado gasta 600 millones de euros en pagar a 33.400 profesores de religión católica que son designados por la Iglesia Católica. Mantienen una larga lucha por sus derechos laborales cuando otros se quejan de que no se les exige la misma cualificación que a los demás. Sólo 11.000 pertenecen al sistema público.
Los protestantes son un centenar y los musulmanes, menos de 40.
Cataluña, Madrid y Andalucía son las comunidades con más gasto en educación concertada.

MEC | Historia reciente del sistema educativo