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Tuesday, October 23, 2012

Rap para noticias: la necesidad de otra información política



El medio de investigación norteamericano Propublica utiliza un vídeo con el rap Money is Speech para llamar la atención de los jóvenes sobre el control del dinero sobre la política americana, tan dependiente de los donantes para las campañas electorales.
Una buena iniciativa más allá de la gamificación de la información para atraer el interés sobre su gran cobertura del poder del dinero en la campaña electoral norteamericana.
Propublica intenta llamar la atención de los jóvenes, cada vez más alejados de los medios informativos tradicionales y más informados a través de las redes sociales, el vídeo y los móviles. La música de la calle, que hace ya mucho tiempo tiene un alto componente político y social, es una buena elección para intentar concienciar a los votantes jóvenes de uno de los grandes problemas de la democracia corporativa.
No es la primera vez que las canciones se usan para la información. De hecho la invención es vieja, tanto que los antiguos romances incluían siempre las historias de lo que no se debía olvidar o que los más desinformados debían conocer.
El rap, y más concretamente su jerga, el slang que lo caracteriza, ya fue utilizado hace diez años por la CNN para intentar acercar sus noticias al público joven.
Pero el uso por Propublica de un vídeo y un rap para acompañar su cobertura electoral tiene mucho que ver con el debate que ayer proponía sobre la necesidad de cambiar la información política.

Hay varios hechos y tendencias que no pueden seguir pasando inadvertidos o ignorados. Un listado impuro, imperfecto e incompleto:
  • La información política es cada vez más endogámica y sectaria. La cobertura se ha polarizado para votantes y simpatizantes. El sesgo de la mayoría de los medios responde a la ideología de su público y de la propia cabecera, con un riesgo importante para la credibilidad.
  • La información política no existe. Cada vez hay menos información y más propaganda. Los partidos no funcionan como colectivos de ideas. El poder está muy concentrado en las cúpulas de las organizaciones y en muy pocas personas.
    La falta de debate interno y de responsabilidad de los diputados y cargos públicos hace que el poder se concentre, con lo que la valía de las fuentes es cada vez menor por la escasa influencia que tienen en los hechos.
    La información política se llena de opiniones, rumores y propaganda, pero la verdadera información es muy escasa
  • Mala política, mala información. Cuando la política es deficiente, como demuestra la desafección de los ciudadanos, el periodismo se empobrece. Y más cuando es tan dependiente de las declaraciones y tan alérgico y despreocupado de los hechos.
    La falta de contraste, con la realidad, los documentos oficiales, etc. es tan palmaria que cuando surgen informaciones que desvelan lo que se ha hecho en realidad frente a la letanía de promesas y declaraciones diarias se convierten en éxitos informativos. Falta ese ejercicio diario y más profundo. Algunas iniciativas ciudadanas y en internet tratan de paliar esa carencia.
  • Acabar con el periodismo de declaraciones, el periodismo figurante de las ruedas de prensa sin preguntas, de las declaraciones propagandísticas, de las comparecencias de políticos pensadas para los totales de la televisión, no para responder e informar a la ciudadanía.
    Algunas propuestas que hicimos desde la Asociación de la Prensa de Madrid y otras personales de ya hace algún tiempo atrás.
    La información declarativa es tan mala y perniciosa que todavía me indigno cuando un periodista, director o editor pregunta por qué triunfan publicaciones como The Economist, Propublica y otras que hacen su trabajo: ¡Es la información, estúpidos!
  • Acabar con la confusión de opinión, análisis e información. La contaminación de la opinión en la información, especialmente en la política, es un viejo mal denunciado una y mil veces. Es la renuncia a la información por el periodismo de bajo coste y de peor calidad intelectual y moral.
    Un mal que se ha radicalizado con la invasión de las tertulias, ese pseudogénero santificado por la televisión de bajo coste que está llevando a un empobrecimiento terrible de la democracia y el periodismo.
    Acabar con la ronda de políticos y periodistas -siempre los mismos- repitiendo los mismos argumentarios que los partidos les preparan, con los mismos razonamientos que les comunican sus fuentes en las cúpulas orgánicas de la política, y con afirmaciones inapelables sobre acontecimientos que sólo conocen a golpe de titular y ojeo de medios es una necesidad para la regeneración democrática y periodística.
    Caben las tertulias, pero cuando están enfocadas y reúnen a participantes expertos y con conocimiento directo de los asuntos que se tratan, sean periodistas o expertos en cada materia. Basta ya de bla, bla, bla.
  • Denunciar el lenguaje del poder. El discurso político no está interesado en la verdad, tampoco en la reflexión ni en el gobierno, ni siquiera en la ciudadanía. Está concentrado en el poder y la miseria intelectual de una gran parte de la clase política y periodística lo amplifica para convertir en axiomas los tópicos, intereses, ideología y propaganda de unos y otros.
    La denuncia y la crítica de ese lenguaje orwelliano es imprescindible para restablecer una democracia inteligible para todos.
    Creo que ese empeño, el de la inteligencia sin soberbia ni prejuicios es la base del éxito de Jordi Évole y su Salvados.
  • La información política está en las redes sociales. Cada vez más ciudadanos se informan y debaten en las redes sociales. Las redes son el nuevo espacio público de la democracia y la globalización. Crecen los titulares, las opiniones, las reacciones. Pero muchas sin llegar a leer la información que enlazan los tuits, sin acceder a información de calidad sobre lo que se dice.
    En otros casos se aportan datos y argumentos útiles. A veces contextualizados, otras veces, no.
    La dispersión de la atención, la redundancia natural de las redes, la falta de profundidad en la mayoría de la información y la reacción y opinión inmediata sobre lo que no se conoce adecuadamente es un desafío para el periodismo y para la democracia.
  • Solucionar el problema de los filtros y la mediación. El gran desafío de la abundancia y la rapidez es crear los filtros necesarios para ayudar a las personas a manejar mejor la información. El problema no es sólo la mediación o el acceso directo a los datos y fuentes, sino que se sitúa en dos planos:
    el operativo: cómo mejorar la gestión personal de la abundancia de información;
    el intelectual: cómo mejorar la inteligibilidad de la información y la inteligencia, la reflexión y la crítica, tanto individual como social.
    Oscilamos entre los algoritmos y el criterio social, pero ninguno soluciona por ahora el problema. Crecen los agregadores y aplicaciones, pero la tecnología de las pantallas avanza más que la tecnología  crítica del intelecto. Los códigos y los circuitos van más rápido que la adaptación y la plasticidad de nuestros cerebros al impacto de la information overload.
    Y el periodismo va todavía más lento en esa adaptación. Necesitamos pensar y desarrollar nuevas narrativas, géneros y estilos para un público completamente diferente.
¿Ideas?

Friday, July 22, 2011

Camps y Rajoy no responden

Francisco Camps dimite con gestos de ópera bufa. Un sacrificio en ofrenda por el bien del PP y de su líder Mariano Rajoy, siempre a la espera, dejando que las cosas pudrán con el tiempo y la ley de la gravedad política. Camps declama, censura las imágenes en directo de su comparecencia, y convierte su despedida en autoreivindicación y mítin de la larga precampaña que nos espera. Rajoy calla y dicta un comunicado. Los dos rechazan preguntas. Niegan a los medios y a los ciudadanos su derecho a la información, esencial para una democracia responsable.

Columna completa en Estrella Digital

Tuesday, May 24, 2011

Propuestas para #sinpreguntasnocobertura

Periodismo real, de servicio público. Acabar con el periodismo declarativo y figurante y recuperar el derecho a la información de los ciudadanos. Luchar contra la política del silencio. Son los objetivos por los que un grupo de periodistas nos reunimos la semana pasada en la Asociación de la Prensa de Madrid para diseñar una estrategia por el periodismo de calidad dentro de la campaña #sinpreguntasnocobertura.
Una estrategia contra las ruedas de prensa sin preguntas, el control de las imágenes de televisión y de los cortes de audio de las radios por los partidos políticos y otras instituciones, las cuotas políticas en los telediarios, etc.
Más de 10.000 personas, 7.000 de ellos periodistas, 76 medios de comunicación y 78 organizaciones se han adherido al manifiesto #sinpreguntasnocobertura.
Esta vez la movilización es importante cuando hasta hace poco estaba prácticamente recluida a Cataluña con la protesta de los profesionales de TV3, amparados por el Col·legi de Periodistas, contra las cuotas electorales en los telediarios.
En las anteriores elecciones de 2008 nos costó dos meses conseguir una protesta de los principales directores de diarios. Pero el compromiso se olvidó pronto.
Muchos periodistas cumplen su trabajo cotidianamente, pero necesitan el respaldo de editores, directores y jefes contra la manipulación y la propaganda. Debería ser el pacto fundacional de la propia profesión, pero el deterioro de los criterios y de una gran parte de las prácticas periodísticas, unida a la escasez de medios y la sobreabundancia de convocatorias debilita la información y el trabajo de los reporteros.
En la reunión se consensuaron algunos puntos prácticos a los que se irán sumando otras propuestas:

  • Crear un sello negativo, de falta de calidad para aquellas instituciones, políticos y empresas que no contesten preguntas en sus convocatorias.
  • Un sello de calidad, otorgado por las organizaciones profesionales -a las que podrían sumarse las de consumidores y las asociaciones que luchan por el derecho a la información- para los medios que repudien esas prácticas.
  • No informar con declaraciones de las ruedas de prensa y convocatorias sin preguntas. Recoger sólo los hechos cuando son relevantes, publicar las preguntas no contestadas.
  • Crear una lista pública de ocultadores y silenciosos. Un registro para denunciar públicamente a quienes cercenan la información y se escudan en la propaganda. Una herramienta para que los periodistas no respaldados por sus jefes puedan denunciar los abusos. Por ahora ya funciona un buzón de denuncias.

Es una oportunidad para acabar con lo peor del periodismo y la propaganda cuando la protesta social y profesional es mayor que nunca.

Apunto algunas propuestas personales más realizadas en la campaña contra el periodismo silente y disminuido de 2008.

Tuesday, January 11, 2011

Rubalcaba, sin preguntas

Sin preguntas. Ante el terrorismo, declaraciones. Los encapuchados de ETA volvieron a hacer anuncios con su democracia de las armas, la que no escucha ni a los ciudadanos, ni a las víctimas, ni a los votos. Alfredo Pérez Rubalcaba ha respondido a los terroristas sin aceptar preguntas de los informadores, como también ha hecho el lendakari Patxi López. Los etarras tienen su primera respuesta, los ciudadanos seguramente se habrán quedado con ganas de que su gobierno se explique mejor. El silencio no es autoridad ni claridad, sólo falta de responsabilidad y transparencia.
Rubalcaba se superó. No admitió preguntas de los periodistas, pero él mismo se interpeló cuatro veces. Portavoz y reportero al tiempo. Puesto a acumular cargos, funciones y poder, el vicepresidente primero se pregunta y responde. No necesita ni quiere atender más. Discreción frente a la banda, pensarán algunos, para otros un ejemplo de práctica antidemocrática y soberbia. No con los periodistas, sino con los ciudadanos, titulares del derecho a la información.

Columna completa en Estrella Digital

Wednesday, December 22, 2010

Telediarios con cuota electoral

"Durante el periodo electoral las emisoras de titularidad privada deberán respetar los principios de pluralismo e igualdad. Asimismo, en dicho periodo, las televisiones privadas deberán respetar también los prin­cipios de proporcionalidad y neutralidad informativa en los debates y entrevistas electorales así como en la información relativa a la campaña electoral de acuerdo a las Instrucciones que, a tal efecto, elabore la Junta
Electoral competente"
. Artículo 66.2 de la reforma de la Ley Electoral que el Congreso aprobó ayer por 340 votos a favor y 8 en contra. Cuando la reforma se apruebe tras su paso por el Senado los telediarios de las cadenas privadas deberán respetar las cuotas electorales marcadas por la Junta Electoral, una obligación que hasta ahora afectaba sólo a las televisiones públicas.
Los partidos estrechan la democracia y controlan la información hasta convertirla en mera propaganda.
La pomposa denominación del artículo como "garantía de pluralismo político y social" es una manipulación del lenguaje, el newspeak denunciado por George Orwell y cada vez más usado por una partitocracia que intenta dominar todos los medios de comunicación.
La televisión y la radio siguen siendo dependiendo de licencias aumentadas con la migración digital y la TDT. Con el encendido digital las promesas de pluralismo se reducen con la realidad de la concentración de grupos, cadenas y dueños.
El apagón de CNN+ acaba con la única cadena privada de información 24h nacional y la opinión rampante devora la información en las cadenas de bajo coste.
La concentración también es vertical. Los amos de la televisión son también los dueños de las nuevas cadenas. La gran promesa de pluralismo reducida a los que ya ocupaban posición de dominio en el espacio público.
Los profesionales de TV3 llevan años protestando por las cuotas electorales en la información. Es hora de ver al resto de la profesión levantándose contra una medida que impone el periodismo figurante y aumenta el control de los medios en las campañas electorales.
Los partidos controlan las imágenes, el acceso de los periodistas a los actos de campaña, qué sale y qué no en los telediarios, la sincronización de declaraciones, qué se puede grabar o fotografiar, editan piezas de campaña que las televisiones privadas hasta ahora colocaban para ahorrar, etc.
Ahora podrán hacerlo con la Junta Electoral como vigilante y limitando la posibilidad de que otros partidos, propuestas o acciones interesantes, puedan ser resaltadas por los periodistas en los telediarios.
Retrocedemos en libertad e información con la excusa de la crisis y del ahorro en publicidad electoral. El pluralismo y las opciones de los partidos pequeños se reducen por falta de acceso a los grandes medios.
Una democracia con cuotas para sostener el poder cuando la abstención crece y las propuestas se pierden entre los lemas de campaña y los vídeos de los partidos que tratan a los electores como a consumidores de videoclips.

Tuesday, January 26, 2010

Citar el terrorismo para fomentar el miedo

"El vicio del periodismo declarativo no conoce límites: cada vez que el presunto Bin Laden graba su voz en una cita (donde se esconde debe estar difícil conseguir la cámara de vídeo) para reivindicar atentados y amenazar con otros nuevos, una parte de la llamada prensa seria le entrega gratis unos espacios destacados para publicitar sus fechorías". La reflexión de Ramón Lobo recuerda el sempiterno debate sobre si se deben reproducir la amenazas y soflamas de los terroristas y malhechores.
Todos los expertos y códigos periodísticos serios recomiendan que no. Si de algo puede servir el filtro de los medios debe ser para eso: para extraer la información de la realidad y las declaraciones, desbrozar la propaganda, la manipulación y los engaños.
Pero eran otros tiempos.
El periodismo figurante tiene cada vez menos límites. La repetición y difusión acrítica de cualquier tipo de declaración sin la mínima comprobación y contraste es ya una práctica habitual.
Pero a nadie parece importarle. Es la estúpida política del miedo y la carrera por la actualización acrítica y por llenar minutos y minutos de vídeo, páginas y páginas. Periodismo redundante.
Los filtros son cada vez más débiles.
Lo vivimos de nuevo estos días con las manipulaciones constantes sobre la inmigración, la energía nuclear y sus cementerios, las guerras del agua o esa vergüenza llamada pena de muerte.
El terror y el miedo se cuelan en las televisiones, los diarios, las radios, las webs con una falta de contexto y contraste que, ese sí de verdad, asusta. Pero asustar es buen negocio. Muchos políticos y bastantes medios lo creen.

El resumen de El Roto:

Monday, August 31, 2009

Lula ya tiene blog (y radio, y columnas…)


La jefatura del gobierno brasileño abre el Blog do Planalto (sede de la presidencia de Brasil). Un equipo de cinco personas se ocupará de publicar información sobre la actividad del ejecutivo del presidente Lula da Silva accesible a todos los internautas. Una nueva herramienta que suma a sus programas radiofónicos y columnas en prensa.
Es un paso más en la estrategia del presidente brasileño para llegar a la ciudadanía, fortalecer su gobierno y apoyar a su partido y a su candidata, Dilma Roussef, para las próximas elecciones.
El blog ha nacido sin comentarios y el presidente, más que escribir, se abona al socorrido vídeo, la herramienta preferida por los políticos en internet. Así que las críticas no se han hecho esperar, con comparaciones inevitables a la estrategia más abierta del presidente Barack Obama en internet.
Pero Lula está lanzado. El blog no es único espacio de comunicación con la ciudadanía. Café com o Presidente es un programa de radio que se emite los lunes desde el año 2003. Lula conversa con un periodista durante seis minutos y sus palabras son emitidas por la radio pública Radiobrás y muchas emisoras regionales.
El sistema ha sido emulado en la penúltima iniciativa de comunicación del presidente brasileño, la columna O presidente responde, publicada ya por casi 150 diarios después de haber arrancado a principios de julio en 94 periódicos. En ese espacio Lula sí responde a las preguntas de los ciudadanos previamente seleccionadas.
La estrategia de Lula no desmerece de la vieja tradición latinoamericana incorporada a los nuevos medios. Si Fidel Castro bajó de Sierra Madre hasta La Habana parando en cada población para entonar uno de sus famosos largos discursos, el venezolano Hugo Chávez se ha abocado a defender su revolución bolivariana por radio y televisión mientras mantiene una larga batalla con los medios opositores y crecen las restricciones a la libertad de prensa y expresión.
Lula, moderado, inteligente y tranquilo, no recorta libertades, pero en el vídeo de su bienvenida al nuevo blog se felicita de una participación que no permite la nueva herramienta. Los nuevos medios siguen siendo una tentación para los políticos, pero su uso está más orientado a la propaganda que a una verdadera democracia participativa.
Los políticos utilizan blogs, redes sociales, tuiteos y vídeos para saltar el filtro tradicional del periodismo e instalar sus mensajes directamente en una opinión pública que aún no ha desarrollado a fondo los filtros sociales necesarios para sortear y desmontar la propaganda. Pero, paradójicamente, los principales clientes de los mensajes de los políticos en internet son los periodistas y los medios, especialmente los digitales, atrapados en la tiranía de la actualización y el periodismo figurante y de declaraciones.

Para Soitu.es

Monday, August 10, 2009

Compromiso contra la manipulación

Otra vez el periodismo figurante nuestro de todos los días. Otra vez la letanía de lamentos. Otra vez la pasividad y la hipocresía de quejarse como viejas asustadas y no tener el coraje suficiente para plantar cara a una clase política irresponsable y abonada a una democracia escénica sin compromiso.

El País o Público publican reportajes sobre los abusos de comunicación de los políticos y el periodismo figurante, ese pan nuestro de todos los días que distribuye proclamas, notas de prensa, vídeos de los partidos y multitud de comunicaciones de políticos e instituciones sin rubor y a menudo sin la mínima investigación ni comprobación.

Basta ya de hipocresía.

¿Dónde están los responsables del abuso y el fraude informativo? Son los políticos lenguaraces y falsarios, pero también los directores de los medios que publican esas barrabasadas. Esos directores que se preocupan tanto de que las declaraciones de los políticos se extiendan lo suficiente en sus páginas e informativos y tan poco de avisar al público del fraude, de las negativas a las preguntas, de respaldar a sus periodistas ante la manipulación de la burocracia política y comunicativa.

Fernando G. Urbaneja, presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM), ha vuelto a pedir "respuestas individuales y colectivas" contra el desdén de los políticos a los periodistas y, por tanto, a los ciudadanos y la democracia.

Urbaneja recuerda a los directores de los medios su responsabilidad para frenar este enorme deterioro de la democracia y el periodismo que vivimos desde hace años.

En 2008, tras una campaña electoral lamentable, a los directores de los periódicos les costó dos meses consensuar una postura común contra los abusos y las restricciones informativas en plena campaña. De las televisiones, ni noticia, los vídeos de los partidos engordan esos informativos panfletarios donde se llenan minutos y minutos con tan poco que contar. Y mucho menos que informar.

El abuso de unos políticos que se creen irresponsables ante la ciudadanía y que controlan el poder con el puño de una burocracia a la que no le asustan ni los votos -cautivos-, ni los jueces -obedientes-, ni los medios -politizados y timoratos- es cada vez mayor. Al enorme tejido de los gabinetes de prensa, las ruedas de prensa sin preguntas, las comunicaciones institucionales, los vídeos de partidos e instituciones, las inauguraciones, actos y mil oportunidades de propaganda que los ciudadanos pagan cada día con su dinero y su tiempo -para mayor gloria y riqueza de organizadores y entramados tipo Gürtel y tantos otros- se suman ahora las redes sociales de los partidos en internet, los vídeos distribuidos en la Red sin filtro ni cautela animosamente redistribuidos por las televisiones, los manifiestos engañosos y tantas otras manipulaciones.

Pero nada.

El silencio también es periodismo.

Callar también es informar. Filtrar la propaganda de la información es la decisión más importante. ¿Por qué publicar todo lo que los políticos quieren si no aporta valor para los ciudadanos y el debate público? ¿Por qué se distingue tan mal la propaganda de la información en los medios de comunicación?

¿Cuánto tiempo tardarán esta vez los directores de los medios en consensuar una postura común como la pedida ya varias veces por la APM, algunas organizaciones de periodistas catalanes y otros profesionales en varias ocasiones?

La respuesta, señores directores es fácil. Sé que temen el vacío, que otros diarios de filiación contraria violen las prevenciones y den pábulo a los políticos, que militantes enojados los acusen, que sus accionistas se cabreen por las llamadas del poder y que algún director general sienta temblar la publicidad institucional, tan necesaria en estos días de crisis y a la que tan mal acostumbrados están los medios.

Pero se pueden tomar muchas medidas para acabar con el periodismo figurante y mejorar la información y la democracia.

Ejemplos:

1. No informar de ningún acto ni publicar manifestaciones realizadas sin posibilidad de preguntas y acceso abierto de los periodistas a la información.

2. Publicar siempre las condiciones en las que se realizan los actos oficiales, con qué presupuesto y quién paga y organiza, quiénes son los asistentes y con qué finalidad se celebran.

3. Exigir la entrega de todos los documentos, estudios o pruebas a las que se aluda y ponerlas a disposición del público.

4. Hacer constar siempre la disponibilidad de los comparecientes para aceptar preguntas. Especificar si alguna relevante no ha sido respondida.

5. Reducir drásticamente los entrecomillados y declaraciones de los políticos, especialmente en los titulares y entradillas.

6. Informar más de qué se hace y menos de qué se dice. Sostener el seguimiento y la evolución de las promesas, proyectos y otros futuribles de los cargos públicos.

Como estas caben muchas más medidas, simples y efectivas, para mejorar la información y la democracia. Pero ninguna es factible sin coraje y voluntad periodística y ciudadanas.


Grupo en Facebook para pedir a los medios que se nieguen a cubrir las ruedas de prensa y actos de los políticos sin preguntas

Sunday, October 12, 2008

Hipocresía periodística en la fiesta nacional

La Casa Real no ha permitido reporteros este año para contar de qué hablan los políticos y representantes institucionales en los corrillos de la recepción de la fiesta nacional. Pero periodistas había. Muchos, casi 200 entre directores, empresarios y ejecutivos de medios, columnistas, caras televisivas, etc.
Los periodistas renuncian a la información, pero no a la representación y el protocolo. Los reporteros no estarán por primera vez en una recepción tradicional, pero la Casa Real ha tenido la buena idea de aumentar los periodistas invitados a cambio de cerrar el paso a los que iban a hacer su trabajo.
Y, claro, aceptación general con muy pocas excepciones. Y, desde luego, pocas críticas. Como tantas veces. De punta en blanco a la celebración en el país de los pintureros.
La progresiva falta de transparencia de la Casa Real lleva a que este año sólo haya cobertura gráfica y de pool. Nada de información.
¿No era el momento adecuado para una protesta y un gesto contra el periodismo figurante?
Si los periodistas son los depositarios del derecho a la información de la ciudadanía, deberían recordarle al Rey sus equivocaciones y abusos. Y que él también se debe a los ciudadanos.
Pero de nuevo el periodismo español se deja pisotear por la estrategia del canapé. Para que luego nos quejemos de las barreras a la información y el trabajo de los reporteros que cada vez abundan más.
Así no se puede ni hacer periodismo ni defender el derecho a la información. Quienes son responsables de los medios deberían ser conscientes y tener un poco mas de coraje cívico y profesional. Sus periodistas lo agradecerán. El público, también.

Coda: ¿No va siendo hora de replantear esta antigualla de los desfiles militares identificados con la nación? ¿No es demasiado arcaico y poco cívico? La democracia ya no empieza con el servicio militar.

Tuesday, May 06, 2008

Directores valientes a destiempo

Impresionante. Los directores de periódicos sólo han tardado casi dos meses en firmar una condena del periodismo figurante, ese donde las ruedas de prensa no sirven para preguntar porque las "declaraciones institucionales" lo acallan todo.
Es una pena que esta unidad inusual olvide las prácticas similares de las empresas y pase por alto la autocrítica por la repetición de las notas de prensa y materiales de los gabinetes de comunicación admitida constantemente en sus medios.
Casi dos meses para denunciar una campaña electoral abusiva. Con un control total de la imagen y de la información electoral, como denunciaron entonces las organizaciones profesionales.
Y casi no hubo eco. Sólo en algunos medios como TV3, Soitu.es y, días después, en El País.
Entonces los directores corajudos estaban enfangados en la campaña. Será por eso que también aceptaron, promocionaron y difundieron unos pseudodebates lamentables, diálogos de sordos controlados y acotados hasta la imbecilidad por los partidos.
¿Dónde están la condena de los valientes responsables de las televisiones, públicas y privadas, que aceptaron de buena gana la señal de los mítines ofrecida, editada y controlada por los partidos?
No están, no contestan.
Ahorraron dinero, la audiencia respondió, ¡quién carajo necesita un poco de periodismo y de democracia!
Bobadas. La caja es lo primero.
Ahorro de costes y menos problemas.
Firman la nota pública alentada por la Asociación de la Prensa de Madrid los directores de los diarios nacionales de información general editados en Madrid, los de La Vanguardia y El Periódico de Catalunya, y los de los grandes gratuitos, con excepción de Metro.
La nota circulaba hace tiempo, pero algunos directores han necesitado mucho tiempo y algunos ajustes para firmarla.
Cauta valentía.
Sus reporteros ya pasaron la campaña. Se comieron la propaganda y tuvieron poca oportunidad de hacer periodismo.
Ahora es el momento del valor.
Consideran que "esas 'declaraciones sin preguntas' no merecen la comparecencia de periodistas, sobra con la distribución de las mismas, en los soportes posibles, para que los medios valoren el tratamiento informativo que les parezca adecuado".
¿Se atendrán a ese compromiso?
Lo dudo.
¿"Sobra con la distribución de las mismas"? ¡La propia nota avanza su rendición!
Todo esto ya pasó en la campaña de 2004. Y no se hizo nada.
Y en la catalana de 2006. Y sólo los periodistas de TV3 protestaron y retiraron sus firmas.
Las televisiones seguirán enchufando el micrófono como hacen cada día, en cada tertulia, en cada telediario. Y si los partidos pagan los totales, la edición y las conexiones, mejor. Más pasta para los sufridos accionistas, horas de programación llenas y dinero en los bolsillos de los periodistas tertulianos.
Todos contentos. Business is business.
Y, por supuesto, las webs y ediciones digitales de los grandes medios seguirán aferradas a la última estupidez para indexar más documentos en Google y ser los más rápidos en actualizar la banalidad cotidiana.
Anima ver que alguna vez unos cuantos directores de periódicos se pueden poner de acuerdo para defender mínimamente la profesión.
Ahora, queridos directores, no estaría de más cumplir. Respaldar a los reporteros cuando se quejan, permitir los plantes ante los abusos, denunciar la falta de transparencia de políticos instituciones y empresas, no publicar propaganda ni comunicación, sólo información.
¡Y hacer periodismo, coño!
Un poco de coraje. La próxima vez, por favor, un poco más a tiempo. Sus periodistas lo agradecerán. El público, también.

Monday, October 30, 2006

Periodismo figurante

José Miguel Larraya, Defensor del Lector de El País, escribe sobre las ruedas de prensa sin preguntas y los intentos de políticos, instituciones y empresas por superar el filtro periodístico ofreciendo señales institucionales y demás material de marketing y propaganda que son utilizados a menudo por los medios sin la debida precaución y encantados de ahorrarse gastos y trabajo.
Las nuevas campañas políticas son todo un ejemplo, y como en toda organización vertical, el hábito se extiende de altos dirigentes a cargos locales o de partido.
Por eso, entre otras cosas, perdemos libertad informativa, tal como denuncia el último informe sobre libertad de prensa de Reporteros sin Fronteras.
Los medios no suelen entrar a fondo en el debate. Es más cómodo y barato recibir material que hacer información. Muchos gerentes y cargos supuestamente periodísticos, encantados. Tanto que Larraya, defensor del buen periodismo del diario líder, concluye:
"Las ruedas de prensa sin preguntas son, como las cervezas sin alcohol, una necesidad del mercado".
Y Vicente Jiménez, director adjunto del periódico, después de decir que "una conferencia de prensa sin preguntas de los periodistas es un sinsentido", diferencia discursos y declaraciones institucionales, para defender el acudir a esas convocatorias citando la negativa a las preguntas para estar donde la ¿noticia? se produce y así deja abierta la franquicia a la comunicación y a la fijación de la agenda por otros con intereses ajenos a los informativos.

Las ruedas de prensa sin preguntas no son ruedas de prensa ni "una necesidad del mercado". Mejor. Son una necesidad de un mercado que no es el de la información. Por eso no se deben reflejar. El que quiera publicidad que la pague y quien difunda propaganda, que se sepa y diferencie de la información.
En una mayoría abrumadora de casos lo dicho en esas pantomimas no se contrasta con otras fuentes, con los datos ni con la realidad. El truco de la moderna comunicación es inundar de informes, notas de prensa y actos a los periodistas para que la realidad quede oculta ante tanto material que, supuestamente, hay que publicar.
Los periodistas timoratos, salvados: "Es la actualidad", dicen, "¿cómo no vamos a contar lo que pasa".
Es que no pasa, es un fantasma creado para que los medios lo difundan y los ciudadanos queden atrapados en las redes propagandísticas del poder y los intereses.
Lo real es otra cosa. Y no suele dar ruedas de prensa.
En el caso de las señales institucionales, fotografías o cortes de audio o vídeo, su utilización indiscriminada como elemento de la información es un fraude al público.
Periodismo altavoz o vocero, se llama con razón.
Dice Vicente Jiménez que la solución es hacer periodismo. Como decía Walter Lippmann, "la función de las noticias es resaltar un acontecimiento, la función de la verdad es traer a la luz los hechos ocultos". Se yerra cuando se acepta dar publicidad a un acontecimiento que está diseñado para captar la atención del público mientras se restringe la parte oculta, la verdad.
Se puede acudir a las citas imprescindibles, pero para buscar información, no para publicar el evento y sus mensajes. Como mucho se puede reflejar aquellos elementos de la cita que contextualicen la información y ofrezcan detalles para su mejor comprensión. Punto. Para eso no hace falta el dijo y añadió. O al menos se puede/debe reducir a la mínima expresión.
Mientras los medios y los periodistas sigan publicando las declaraciones y proclamas de las pantomimas comunicativas, el marketing y la propaganda seguirán imponiéndose a la información.
La solución es sencilla, pero hay que tener coraje: buscar información, no declaraciones; publicar noticias, no comunicados.
¿Todavía no han aprendido tantos medios que lo importante no es llenar páginas y páginas, minutos y minutos de noticiario, sino ofrecer la información que de verdad interesa e importa?
Eso hace la vida más difícil a los periodistas y a los medios, también a los manipuladores y a los comunicólogos del encubrimiento, pero mejora enormemente la calidad de la información.
Es otro mercado. Sin duda. Y los periodistas cambian de mercado y de cliente cuando aceptan estar en un terreno que no es el suyo ni el del público, ni el de la información veraz.

P21 | Perdemos libertad de información

Thursday, June 29, 2006

Mala comunicación, mal periodismo

Los periodistas reciben demasiadas notas de prensa y además son muy malas. Sólo un 12% son publicables, según los profesionales de medios nacionales, y algo más en los locales. Los reporteros confían en sus contactos personales y sólo una de cada tres convocatorias es aprovechable. Prefieren el correo electrónico para recibir los comunicados.
Son algunas conclusiones del estudio sobre las relaciones prensa, empresas e instituciones realizado con el apoyo de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE).
Algunos datos de la encuesta indican que internet se utiliza cada día más como fuente informativa: el 64% de los entrevistados cree que las páginas web corporativas e institucionales son muy o bastante útiles, aunque pocos las valoran, la mayoría de las veces por falta de actualización o información rigurosa y de calidad.
Los más críticos son los periodistas de televisión por falta de imágenes.
A pesar de la protesta por el exceso de comunicación y el inadecuado trabajo de muchos gabinetes de prensa, el estudio revela una vez más algunos males endémicos del periodismo:
>> la sobreabundancia de comunicación resta tiempo para la información;
>> dos de cada tres convocatorias son inútiles, pero un tercio de los periodistas y más del 40% de los de prensa creen que se debe acudir siempre;
>> los periodistas van a las ruedas de prensa para conseguir declaraciones;
>> se pasa demasiado tiempo en la redacción.

Resultado: periodismo uniforme, poco diferenciado, aburrido y reiterativo, abundancia de comunicación y muy poca información, escaso tratamiento de los datos, pocas historias y muchas declaraciones.
Es difícil salir de estas enfermedades. La saturación de comunicación, a menudo irrelevante o puro marketing, resta recursos para la búsqueda de información de calidad e interés. La transparencia de empresas e instituciones es todavía débil y los registros documentales públicos son pocos y de difícil acceso. En muchos casos los periodistas no están formados en utilizarlos.

El periodismo español sufre déficit de documentación. Difunde información poco fundada y depende demasiado de ciertas fuentes muy interesadas para conseguir algunos datos, normalmente sesgados y sometidos al designio de las fuentes.
Todos cubren lo mismo y de la misma forma. El problema no son los acontecimientos, sino las convocatorias. Los montajes de relaciones institucionales son demasiados y los últimos años están dominados por la resistencia de los convocantes a contestar preguntas y el poco interés de muchos periodistas por hacerlas. Es desolador ver montajes propagandísticos o publicitarios asumidos como actos informativos y negativas a contestar preguntas sin suficiente resistencia de los informadores y los medios, que normalmente respaldan y defienden poco a sus periodistas.
Muy pocas veces se cuenta, así que el público no sabe de esas barreras y acusa a los periodistas de falta de información.
Ver el desfile mediático del poder en España llega a extremos de sainete en algunos eventos.

El imperio del periodismo declarativo. Cuando no se tiene suficiente información ni capacidad para analizarla. Cuando no hay historias por falta de interés o tiempo para buscarlas, la solución fácil son las declaraciones: citas, abres comillas y la información está enriquecida.
No. La gran mayoría de las declaraciones son redundantes y no aportan valor a la información. Peor. La retahila de entrecomillados es cansina, va en contra de la economía informativa y hace perder el tiempo a los lectores.

Mucho tiempo en la redacción. Poco con las fuentes, explorando lugares y acontecimientos. La paradoja es que algunos periodistas pasan mucho tiempo en lugares llenos de periodistas para cubrir el mismo acontecimiento con el mismo enfoque (o casi) mientras el resto de la realidad vive al margen del ojo público.
Cada vez hay más información de puertas adentro, pero el periodismo sigue necesitando el contacto con la gente y la realidad. El problema es la agenda común. La mayoría de los responsables informativos viven atenazados por el miedo a no publicar lo que todos dan. Tan pendientes estamos de lo que todos dicen que casi nadie cuenta historias, noticias, reportajes distintos. La mayoría de los recursos se concentran en la agenda institucional y común. El ojo, el olfato del reportero vive confinado bajo la tiranía de "no hemos dado ese breve".

El problema de la comunicación es la invasión. El problema del periodismo es publicar información interesante y relevante para el público. Que no se preocupe por la agenda de otros o que la utilice como complementaria, no como sustitutiva.
Cuando los medios son redundantes y tan parecidos el valor añadido, el diferencial, no existe. Cuando a la actualidad se puede llegar por cualquier medio no hace falta distinguir y buscar. ¿Cómo quejarse entonces de la crisis de la información? Ahí está la imbatible ventaja de la gratuidad y la accesibilidad.
Cuando es redundante y poco interesante los medios más rápidos y legibles ganan. Hay demasiada confusión entre profundidad y sobredimensionamiento en el periodismo español. Cualquier diario es un monumento a ese mal, sometido a unas maquetas adecuadas para la producción en serie pero inútiles para el atractivo, los ritmos y la diferenciación entre noticias rápidas e información de lectura reposada.

La solución pasa por la apuesta, los criterios, por diseñar productos adecuados al público que en realidad tienen o pueden alcanzar y huir de generalismos que ya no existen. Aumentar la calidad y utilizar las herramientas y recursos comunes para cubrir la información común. Apostar por el interés y no por falsos criterios de jerarquía informativa.
Explorar y arriesgarse. Saber ver y buscar, buscar y buscar. Conocer a tu público y averiguar qué le gusta, qué necesita y qué debe saber.
Escuchar y oír a los lectores, mucho. Si el uso de la tecnología fuese adecuado quizá se hubieran evitado sorpresas indeseables.
Decidir con criterio cómo y para qué usar las agencias o emplear herramientas como el RSS ahorran tiempo, dinero e inteligencia. Y entonces se puede atender a los lectores y descubrir y desarrollar nuevos criterios para la información de calidad.