El periodista como red social y sus relaciones e intersecciones con sus principales nodos
David Beriain, Ander Izaguirre y Sergio Caro abren mañana el X Congreso de Periodismo Digital con una mesa redonda titulada El periodista empresa. Surge de la concepción de la importancia del periodista como marca y de la evolución de los periodistas aferrados a la redacción en la era de la autoedición (antes no era así) a nuevos periodistas apegados a la noticia, se encuentre donde se encuentre.
Se hablará del reportero que trabaja por cuenta propia y capaz de ser multimedia (MoJo, periodista portátil, etc.) y una marca en sí mismo. O sea, un buen reportero de los de siempre apoyado en tecnología actual, como siempre lo ha hecho el periodismo.
Las redacciones futuras no serán integradas y convergentes como las que ahora empiezan a crearse en algunos medios. Sus problemas principales es que siguen siendo demasiado centralizadas, demasiado orientadas a ciertos contenidos y productos, demasiado grandes y pesadas.
Las redacciones futuras precisan una estructura más pequeña y eficiente, donde los periodistas estén permanentemente conectados -virtual y realmente- y trabajando la información como un proceso continuo y en transformación, donde nuevos algoritmos definen el medio y sus criterios.
Algoritmos profesionales, sociales y tecnológicos que editan la información en forma de géneros narrativos, APIs o widgets en un entorno y un mercado distribuido.
Medios plataforma que albergan redacciones como redes sociales. Donde los periodistas no son ya piezas de una redacción engranada y jerárquica (por mucho que se horizontalice), sino constructores de una marca propia que convierten a su vez en redes sociales porque los nuevos periodistas son capaces de extender los viejos lazos con fuentes y colegas a una esfera más amplia e interactiva con más participantes, interacción y público con quienes aprovechar su inteligencia propia, la colectiva y también su capacidad de redifusión.
El periodista como red social es capaz de crear nuevas interacciones con su propio medio (si pertenece a alguno), las fuentes, los expertos con los que tiene una relación habitual, el público más especializado y segmentado, que sigue su trabajo por interés en su ámbito (geográfico o temático) de información, por empatía y a partir de ahí llega al público general con una estructura de reporteo, edición, difusión, participación, corrección y archivo en red.
Es la mejor redacción posible para aprovechar todas las alternativas del mercado y la difusión digital de la información, tanto para la marca (cabecera o como queramos llamarla) y las ventajas de la economía del enlace y la distribución viral o por redes y a través de algoritmos de los contenidos. Pero también para su sostenibilidad, rentabilidad y escalabilidad.
Trabajamos en ello en varios proyectos. Tiene otra ventaja: no excluye a nadie. Hay periodistas capaces de crear redes muy amplias, del tipo de las que los usuarios más creativos mantienen hoy en LinkedIn, Facebook o Twitter, pero utilizándolas con enfoque periodístico. Otros mantienen sólo redes estrechas, adecuadas para el trabajo más mecánico en la redacción.
Los periodistas siempre han tenido red social. Contactar gente, observar, preguntar y convertir el resultado en información es el ABC del periodismo. Ahora además puede sistematizarse, multiplicarse y desarrollarse en lo que antes no se podía hacer más que en una escala mínima: en esferas de contacto, influencia y redifusión o republicación que ahora son mucho más inmediatas y eficaces.
En el periodismo también desaparecen los mediadores y las barreras entre autor y público, como en tantas otras actividades de creación de contenidos.
Ya existen en internet muchos periodistas red, igual que blogueros, autores, académicos o expertos que han construido sus redes propias.
Todos podemos ser una red social. Es una de las mejores soluciones para salir de una crisis profesional que va más allá de los intereses de los editores o de los problemas cotidianos del oficio.