Rupert Murdoch es un poco menos rico y poderoso. El escándalo de las escuchas del sensacionalista The News of The World le ha costado 224 millones de dólares en gastos legales y otros 125 en marketing. Ha hecho tambalear su imperio de comunicación, truncar la continuidad dinástica al frente de News Corporation y, junto a la crisis de la prensa, ha precipitado la división de su empresa en dos compañías, una de entretenimiento (televisión y cine) y otra de prensa. La reestructuración ha supuesto unas pérdidas de 2.800 millones de dólares en el último año para el mayor conglomerado de medios del mundo.
Es el enorme coste económico del exceso de sensacionalismo, al que se une la sospecha sobre una gran parte del periodismo, la revelación de los intereses excesivamente íntimos entre periodistas y políticos, y el descrédito general de una prensa que vive sus peores momentos. Una lección a la que no es ajena la prensa española, sin diarios sensacionalistas (declarados) pero siempre tan ligada al poder político.
Las peripecias de Murdoch siempre han sido un ejemplo para el resto del negocio de la comunicación en el mundo. Capitaneó la revuelta de los magnates del papel contra los tipógrafos e impresores para modernizar los diarios en los años 70, combinó la prensa de prestigio con la dedicada a ser un producto de gran consumo como nadie durante cuarenta años y lideró la revolución de la televisión dos veces: la de pago con la creación de BSky en Gran Bretaña -con su dominio de los derechos del fútbol en televisión- y la de las cadenas en abierto con la combativa y populista Fox en Estados Unidos.
Los últimos años Murdoch se ha convertido en un inmigrante digital. Apostó antes que nadie por las redes sociales con la compra de MySpace, lanzó el primer diario para iPad y cerró al pago las ediciones digitales de The Times y The Sunday Times.
Pero el mercado digital se resiste a los magnates de la prensa. Con MySpace ha perdido más de 254 millones de dólares al revenderla. The Daily, su diario para iPad, despide a un tercio de su redacción sin conseguir atraer a los usuarios esperados y el futuro del negocio de pago digital aún es incierto.
Su gran cadena de diarios en Australia está en bancarrota y sólo The Wall Street Journal triunfa en el mercado de la información financiera global.
El sensacionalismo y el respaldo a políticos como Margaret Thatcher, Ronald Reagan, los dos Bush, Tony Blair o al actual primer ministro británico David Cameron ya no blindan los negocios del último barón de la prensa.
Sus penas anuncian la caída de tantos en un mundo con otros dueños.
Columna en Estrella Digital
Periodismo, medios e ideas | Journalism, media and ideas | Una mirada a los medios, los periodistas y las ideas de la sociedad de la información | A glimpse at the media, journalists and ideas in the information society
Showing posts with label sensacionalismo. Show all posts
Showing posts with label sensacionalismo. Show all posts
Friday, August 10, 2012
Sunday, July 10, 2011
El escándalo Murdoch y nosotros
“Defiendo la prensa libre, son los diarios lo que no soporto”. Las palabras del dramaturgo Tom Stoppard son buen resumen de lo que británicos y ciudadanos de todo el mundo sienten al conocer el escándalo de las escuchas ilegales de The News of the World (NotW). Su caída puede anunciar la de Rupert Murdoch, el último magnate.
En el cierre del segundo periódico en difusión de Gran Bretaña, con 2,6 millones vendidos cada domingo, se oculta el exceso de poder de la prensa sensacionalista, el cambio de la industria de los medios, la necesidad de News Corporation de salvar su televisión de pago BSkyB –en proceso de hacerse con el 61% del capital frente al 39% actual-, las estrechas relaciones entre prensa y política de las que Murdoch ha sido maestro de muñidores, y los lazos y ambiciones dentro del clan de la familia más poderosa de los medios, empeñada en salvar a James Murdoch y a Rebekah Brooks, ex directora del dominical y mano derecha del dueño de News Corporation.
Un escándalo que deja enseñanzas y sospechas sobre los medios, la política y sus relaciones no sólo en Gran Bretaña. Aquí hace tiempo que no tenemos prensa amarilla, pero sus mañas, sin llegar al atrevimiento de NotW, están ocupadas por medios que bajo la apariencia de calidad informativa mantienen relaciones con los políticos, la policía y los poderes económicos que emulan la maestría del viejo Murdoch.
Columna en Estrella Digital
En el cierre del segundo periódico en difusión de Gran Bretaña, con 2,6 millones vendidos cada domingo, se oculta el exceso de poder de la prensa sensacionalista, el cambio de la industria de los medios, la necesidad de News Corporation de salvar su televisión de pago BSkyB –en proceso de hacerse con el 61% del capital frente al 39% actual-, las estrechas relaciones entre prensa y política de las que Murdoch ha sido maestro de muñidores, y los lazos y ambiciones dentro del clan de la familia más poderosa de los medios, empeñada en salvar a James Murdoch y a Rebekah Brooks, ex directora del dominical y mano derecha del dueño de News Corporation.
Un escándalo que deja enseñanzas y sospechas sobre los medios, la política y sus relaciones no sólo en Gran Bretaña. Aquí hace tiempo que no tenemos prensa amarilla, pero sus mañas, sin llegar al atrevimiento de NotW, están ocupadas por medios que bajo la apariencia de calidad informativa mantienen relaciones con los políticos, la policía y los poderes económicos que emulan la maestría del viejo Murdoch.
Columna en Estrella Digital
Tuesday, March 01, 2011
La banalidad de una confesión
Para confesar un crimen, mejor Telecinco que el juzgado. Más espectáculo, siempre cabe arrepentirse sin perjurio y aumenta el negocio y la emoción. Ana Rosa y su equipo consiguen la gran exclusiva en su programa: otra confesión de Isabel García el día del final del juicio inculpando a su marido Santiago del Valle de la muerte de la niña Mari Luz Cortés. La telebasura arrasa con la justicia y dicta sentencia sin confusión a la espera de la decisión de los jueces.
La confesión de Telecinco no es sólo un brutal ejemplo de sensacionalismo. Es otro paso en la impunidad de las televisiones, convertidas en tribunales de vidas, crímenes, pasiones y conductas públicas o privadas. Instigadores y jueces a la vez de ficciones para disfrute de una audiencia embobada de esa irrealidad fortalecida por los audímetros.
Columna completa en Estrella Digital
La confesión de Telecinco no es sólo un brutal ejemplo de sensacionalismo. Es otro paso en la impunidad de las televisiones, convertidas en tribunales de vidas, crímenes, pasiones y conductas públicas o privadas. Instigadores y jueces a la vez de ficciones para disfrute de una audiencia embobada de esa irrealidad fortalecida por los audímetros.
Columna completa en Estrella Digital
Friday, August 22, 2008
La hipocresía del dolor
Dolor. No lo soportamos, pero nos fascina. Y una tragedia como la del accidente de Spanair en Barajas vuelve a desatar el sensacionalismo, la crítica a los medios, el cuestionamiento del dolor, el debate sobre las imágenes y la cobertura de la tragedia, y también la atracción por el dolor de los otros. ¿Compasión? ¿Hipocresía? Un debate que renace y que no debe limitarse sólo a los medios de comunicación.
"¿Cuándo acabará esta película?", preguntó uno de los niños víctimas del accidente del vuelo JK 5022 al bombero que lo rescataba. "La ilusión es la regla general del universo. La realidad no es más que una excepción", dejó dicho Jean Baudrillard en su ensayo El asesinato de lo real. Sin esa ilusión ya adelantada por la caverna de Platón el conocimiento es imposible. Seguramente también la vida. Por eso la mente de ese niño convirtió la tragedia que vivía en una ilusión, tratando de mitigar su impacto en el cerebro.
Pero el dolor es también a menudo un espectáculo cuando el sensacionalismo se ceba. Y no seamos hipócritas, tanto sensacionalismo hay en regodearse del dolor ajeno como en ocultarlo. Las televisiones con sus programas basura son motivo de escándalo fácil y justificado mientras otros sensacionalismos más hipócritas engatusan y pasan más inadvertidos o hasta son celebrados: la mala información y las sospechas infundadas antes de tener datos y razones; la política del morbo, asentada en un exceso de gestos que encubren la responsabilidad y la mala gestión; la propia reacción excesiva de una parte del público a cualquier información que afecte su sensibilidad, o la falta de sensibilidad del Comité Olímpico Internacional prohibiendo las manifestaciones de dolor de los deportistas españoles.
Todos maltratan a la verdad. Todos maltratan a las víctimas.
Artículo completo en Soitu.es
"¿Cuándo acabará esta película?", preguntó uno de los niños víctimas del accidente del vuelo JK 5022 al bombero que lo rescataba. "La ilusión es la regla general del universo. La realidad no es más que una excepción", dejó dicho Jean Baudrillard en su ensayo El asesinato de lo real. Sin esa ilusión ya adelantada por la caverna de Platón el conocimiento es imposible. Seguramente también la vida. Por eso la mente de ese niño convirtió la tragedia que vivía en una ilusión, tratando de mitigar su impacto en el cerebro.
Pero el dolor es también a menudo un espectáculo cuando el sensacionalismo se ceba. Y no seamos hipócritas, tanto sensacionalismo hay en regodearse del dolor ajeno como en ocultarlo. Las televisiones con sus programas basura son motivo de escándalo fácil y justificado mientras otros sensacionalismos más hipócritas engatusan y pasan más inadvertidos o hasta son celebrados: la mala información y las sospechas infundadas antes de tener datos y razones; la política del morbo, asentada en un exceso de gestos que encubren la responsabilidad y la mala gestión; la propia reacción excesiva de una parte del público a cualquier información que afecte su sensibilidad, o la falta de sensibilidad del Comité Olímpico Internacional prohibiendo las manifestaciones de dolor de los deportistas españoles.
Todos maltratan a la verdad. Todos maltratan a las víctimas.
Artículo completo en Soitu.es
Monday, July 03, 2006
34 muertos y muchos testimonios
Otra vez una tragedia, el accidente del metro en Valencia que ha dejado 34 muertos y numerosos heridos, hace explotar el periodismo ciudadano en la Red. Los grandes medios han solicitado inmediatamente los testimonios y las fotos de los lectores como ocurrió en anteriores ocasiones.
Los medios digitales se llenan de testimonios, una de las fortalezas y ventajas de promover la participación de la audiencia en una actualidad que ya es la vida mediatizada gracias a la multitud de instrumentos de comunicación al alcance de los ciudadanos.
El dolor y la indignación son dos detonadores imparables de la voz de la audiencia.
De la lejanía de los medios con la gente hemos pasado a una cercanía y una explosión comunicativa que plantea nuevos desafíos al periodismo:
>> La separación entre los testimonios que ayudan a entender la información sobre la tragedia de los que sólo alimentan el morbo y el amarillismo.
>> La necesidad de distinguir entre relatos de testigos presenciales y opiniones con mensajes de dolor, pésame o acompañamiento, que son otra escala de valor en la noticia.
>> El periodismo es una labor de verificación. La abundancia de mensajes no debería eximir de su comprobación para evitar manipulaciones.
>> Las fotos son de los contenidos más visitados en estas ocasiones y la abundancia de cámaras digitales y móviles estimulan su uso por las víctimas y testigos de accidentes y tragedias. Los medios digitales saben que su tráfico sube mucho con la publicación de galerías de imágenes. La publicación de fotos del público debe respetar los mismos criterios éticos de los profesionales.
>> La sobreabundancia de testimonios puede provocar ruido, el efecto contrario al deseado. Si la escasez es pobreza informativa, el exceso pierde al lector y confunde la información en lugar de completarla.
>> La denuncia de deficiencias no exime a los medios del error de no haber detectado antes los problemas de infraestructuras, seguridad o responsabilidad institucional.
Un vistazo a los distintos medios a esta hora es ilustrativo de la cercanía de los lectores a unos y a otros (elmundo.es, elpaís.es, abc.es, 20minutos.es). El tratamiento que cada uno está dando a las aportaciones del público indica su profesionalidad y responsabilidad.
Otro elemento interesante es la concentración en algunos medios de la denuncia ciudadana contra la política municipal y autonómica por encima de los testimonios de los testigos o las muestras de dolor del resto de la población.
En los medios valencianos, que padecen una falta de recursos profesionales importante en sus ediciones digitales, la apuesta por la participación es mínima. Tanto los diarios Las Provincias como Levante informan del accidente sin ese llamamiento directo a la participación. Tampoco la televisión autonómica Canal Nou, que tiene una web muy limitada. El digital Panorama Actual sólo recoge condolencias con las víctimas.
Una de las mejores decisiones tomadas hasta el momento ha sido la eliminación de las teorías conspirativas sobre un presunto atentado terrorista que surgieron a primera hora y que tuvieron cierto eco en los foros y blogs enfermizos de estas reacciones.
Los medios digitales se llenan de testimonios, una de las fortalezas y ventajas de promover la participación de la audiencia en una actualidad que ya es la vida mediatizada gracias a la multitud de instrumentos de comunicación al alcance de los ciudadanos.
El dolor y la indignación son dos detonadores imparables de la voz de la audiencia.
De la lejanía de los medios con la gente hemos pasado a una cercanía y una explosión comunicativa que plantea nuevos desafíos al periodismo:
>> La separación entre los testimonios que ayudan a entender la información sobre la tragedia de los que sólo alimentan el morbo y el amarillismo.
>> La necesidad de distinguir entre relatos de testigos presenciales y opiniones con mensajes de dolor, pésame o acompañamiento, que son otra escala de valor en la noticia.
>> El periodismo es una labor de verificación. La abundancia de mensajes no debería eximir de su comprobación para evitar manipulaciones.
>> Las fotos son de los contenidos más visitados en estas ocasiones y la abundancia de cámaras digitales y móviles estimulan su uso por las víctimas y testigos de accidentes y tragedias. Los medios digitales saben que su tráfico sube mucho con la publicación de galerías de imágenes. La publicación de fotos del público debe respetar los mismos criterios éticos de los profesionales.
>> La sobreabundancia de testimonios puede provocar ruido, el efecto contrario al deseado. Si la escasez es pobreza informativa, el exceso pierde al lector y confunde la información en lugar de completarla.
>> La denuncia de deficiencias no exime a los medios del error de no haber detectado antes los problemas de infraestructuras, seguridad o responsabilidad institucional.
Un vistazo a los distintos medios a esta hora es ilustrativo de la cercanía de los lectores a unos y a otros (elmundo.es, elpaís.es, abc.es, 20minutos.es). El tratamiento que cada uno está dando a las aportaciones del público indica su profesionalidad y responsabilidad.
Otro elemento interesante es la concentración en algunos medios de la denuncia ciudadana contra la política municipal y autonómica por encima de los testimonios de los testigos o las muestras de dolor del resto de la población.
En los medios valencianos, que padecen una falta de recursos profesionales importante en sus ediciones digitales, la apuesta por la participación es mínima. Tanto los diarios Las Provincias como Levante informan del accidente sin ese llamamiento directo a la participación. Tampoco la televisión autonómica Canal Nou, que tiene una web muy limitada. El digital Panorama Actual sólo recoge condolencias con las víctimas.
Una de las mejores decisiones tomadas hasta el momento ha sido la eliminación de las teorías conspirativas sobre un presunto atentado terrorista que surgieron a primera hora y que tuvieron cierto eco en los foros y blogs enfermizos de estas reacciones.
Friday, July 08, 2005
Periodismo ciudadano en el 7J
>> evitar el pánico,
>> atajar los rumores y la desinformación,
>> y reducir en lo posible el dolor de las víctimas.
En Londres no ha surgido el debate sobre el retrato en imágenes de la tragedia porque desde el principio se ha evitado lo más escabroso. Tanto que hasta la matanza se ha desvanecido en algunos momentos. La flema británica ha imperado. Se cortaron las grandes arterias de la ciudad, se evacuó a los ciudadanos y se dejó a los servicios de emergencia trabajar sin el ajetreo cotidiano de la gran metrópoli.
Ni pronunciamientos temerarios sobre la autoría y las causas del atentado, ni carrera de políticos de declaración en declaración, ni el macabro goteo de víctimas.
El tercer gran ataque terrorista contra la democracia occidental ha visto otra explosión de periodismo participativo en un mundo en el que mucha gente es capaz de informar gracias a la tecnología.
Pero a diferencia de lo ocurrido entre el 11 y el 14M en España, los ciudadanos no han tenido que sospechar ni ha explotado una rebelión participativa. Hay dolor, testimonios, ansias de explicación, pero no la rabia y la impotencia que azotó Ciberia aquellos días de luto y desconfianza.
La enciclopedia libre Wikipedia publica un especial sobre la tragedia con información enviada y recopilada por los internautas. Bien estructurada y con muchos enlaces a los que acudir para conseguir información especializada.
Going Underground´s Blog es la bitácora de London Underground, un sitio dedicado al metro y a sus viajeros. Aquí se puede encontrar un relato de los ataques y enlaces a otros blogs relacionados con el metro que también dan su visión.
Las autoridades y los grandes medios controlaron inmediatamente la difusión de fotos escabrosas o demasiado trágicas pero los ciudadanos han llenado el ciberespacio de intantáneas desde cámaras digitales y desde los objetivos de sus teléfonos móviles. En Flickr hay una buena muestra de ellas.
The UKBlogs Aggregator aprovecha el RSS de las bitácoras británicas y desde su página se puede acceder a una gran cantidad de ellas donde se reflejan los múltiples puntos de vista de los blogueros británicos.
The Guardian ha concentrado la información actualizada sobre el ataque terrorista en su Newsblog, donde se incluyen las comunicaciones e informaciones enviadas por los ciudadanos.
La BBC, líder digital en Gran Bretaña y uno de los medios más innovadores, ha apostado con fuerza por la información de los ciudadanos y por el uso de los formatos participativos.
En una página recoge los relatos y las fotografías de los testigos.
Como ya ha hecho en anteriores acontecimientos, ha puesto en marcha un blog de sus reporteros para cubrir en directo y desde diferentes escenarios todo lo acontecido en las horas posteriores a la tragedia.
Desde Estados Unidos, la MSNBC.com se ha convertido también en un punto de encuentro de muchos norteamericanos habitantes o turistas en Londres que relatan sus experiencias y sentimientos.
Time ha montado un especial con imágenes de los teléfonos móviles de las víctimas y los testigos de las explosiones.
En España los diarios se lanzan a las interpretaciones políticas y los paralelismos con el 11M. Recuerda lo ocurrido aquellos días tras la matanza de Madrid y las elecciones del 14M. Es triste ver lo poco que hemos aprendido.
Las interpretaciones son muy dispares, desde los que reclaman una Europa (occidente o lo que sea) enclaustrada en su propio miedo hasta quienes mantienen que la principal arma de la guerra contra el terrorismo es más democracia y más libertad.
P21 | Londres revive el 11-M
Tuesday, December 28, 2004
La verdad frente al dolor
Las víctimas de la matanza del 11-M han pedido que no se abuse de las imágenes de la tragedia estos días de resúmenes informativos. La petición, realizada desde la angustia y el dolor es comprensible.
Gregorio Peces-Barba, alto comisionado para la Atención a las Víctimas del Terrorismo, ha reiterado esa súplica a los medios.
Los pasados días, algunos medios han evitado las imágenes más cruentas de la tragedia y otros han llegado al punto de manipular las imágenes para tapar personas y evitar recuerdos.
Pero no es posible evitar el recuerdo. El propósito del periodismo no debe ser evitar el dolor. No es lícito esconder el dolor. El compromiso del periodismo debe estar con la verdad y la información.
El triunfo de los terroristas es el olvido de su culpa, que puedan forzar el cambio de comportamiento, valores y creencias de los ciudadanos. Los terroristas vencen cuando escondemos a sus muertos, bajo las fotos retocadas, en las imágenes cegadas o cuando les echamos la culpa a las víctimas de su suerte.
La historia se escribe entre los muertos. El periodismo es el primer esbozo de la historia y se anota con lápices astillados, cortantes como la realidad.
No hablar, no ver las imágenes, no recordar la tragedia, evitar el dolor son las defensas culpables de una sociedad enferma, incapaz de contemplarse a sí misma, con sus miserias y sus despojos.
Los terroristas convierten a los muertos en cadáveres públicos. Por eso deben ser homenajeados, por eso deben ser recordados, por eso hay que llorarlos y no darle al terrorismo la victoria de hacernos esconder la realidad, no permitirles cerrar la sociedad como una concha ajena a su propio dolor y a la culpa de los asesinos.
El dolor de las víctimas es muy humano, y debe ser respetado.
No esconder la realidad no necesita del sensacionalismo, del regodeo fácil, de la imagen de impacto que atenaza al espectador contra la pantalla o la foto. Respetar a las víctimas, empezando por los muertos, es no abusar de la imagen y la descripción (no olvidemos tampoco la palabra).
Se deben usar las imágenes necesarias para retratar la tragedia, sin tacha, sin retoque, sin velar su trágico impacto. Y también se debe evitar lo innecesario, lo redundante, lo que no aporta la necesaria información para conocer la medida de la realidad.
Cuando se adecúa la realidad a la resistencia de nuestro estómago todo se convierte en telerrealidad. Cuando se vela una foto o se recompone un cadáver comienza la mentira que acaba en el autoritarismo y la distancia cómplice, indefensa ante los siervos del terror.
Se empieza escondiendo los muertos, luego se ocultan los abusos, el autoritarismo se difumina, atemperamos la injusticia. Esa es la génesis del fascismo: esconder la realidad para no sufrir, para pintarla con el mundo bien ordenado del totalitarismo.
La dureza de las imágenes y de los relatos no está en el color de la sangre. Se aloja en la injusticia y la barbarie de los asesinos, en el impacto emocional que produce en el espectador. Que los terroristas no nos hurten nuestros sentimientos.
Cada medio tiene un pacto íntimo con su audiencia. Las bases de ese pacto escriben el grado de tolerancia ante la tragedia y determinan el estilo en el que debe ser contada.
Pero no hay pacto que pueda enmascarar la verdad.
Respeto para los que más sufren. Acompañemos a las víctimas en la tragedia, seamos responsables para decidir entre lo necesario y lo superfluo. Evitemos el sensacionalismo.
Pero la información y la verdad deben estar por encima del dolor.
P21 | El dolor y la verdad de la imagen
P21 | El dolor y la verdad de la imagen (2)
Poynter Online | A Commitment to Readers | Juan Varela
P21 | La Navidad de Madrid olvida el 11-M
P21 | De cara a la realidad
El Mundo | La imagen de la barbarie persigue a los asesinos | Ángel Casaña
Artículo de Arcadi Espada
Gregorio Peces-Barba, alto comisionado para la Atención a las Víctimas del Terrorismo, ha reiterado esa súplica a los medios.
Los pasados días, algunos medios han evitado las imágenes más cruentas de la tragedia y otros han llegado al punto de manipular las imágenes para tapar personas y evitar recuerdos.
Pero no es posible evitar el recuerdo. El propósito del periodismo no debe ser evitar el dolor. No es lícito esconder el dolor. El compromiso del periodismo debe estar con la verdad y la información.
El triunfo de los terroristas es el olvido de su culpa, que puedan forzar el cambio de comportamiento, valores y creencias de los ciudadanos. Los terroristas vencen cuando escondemos a sus muertos, bajo las fotos retocadas, en las imágenes cegadas o cuando les echamos la culpa a las víctimas de su suerte.
La historia se escribe entre los muertos. El periodismo es el primer esbozo de la historia y se anota con lápices astillados, cortantes como la realidad.
No hablar, no ver las imágenes, no recordar la tragedia, evitar el dolor son las defensas culpables de una sociedad enferma, incapaz de contemplarse a sí misma, con sus miserias y sus despojos.
Los terroristas convierten a los muertos en cadáveres públicos. Por eso deben ser homenajeados, por eso deben ser recordados, por eso hay que llorarlos y no darle al terrorismo la victoria de hacernos esconder la realidad, no permitirles cerrar la sociedad como una concha ajena a su propio dolor y a la culpa de los asesinos.
El dolor de las víctimas es muy humano, y debe ser respetado.
No esconder la realidad no necesita del sensacionalismo, del regodeo fácil, de la imagen de impacto que atenaza al espectador contra la pantalla o la foto. Respetar a las víctimas, empezando por los muertos, es no abusar de la imagen y la descripción (no olvidemos tampoco la palabra).
Se deben usar las imágenes necesarias para retratar la tragedia, sin tacha, sin retoque, sin velar su trágico impacto. Y también se debe evitar lo innecesario, lo redundante, lo que no aporta la necesaria información para conocer la medida de la realidad.
Cuando se adecúa la realidad a la resistencia de nuestro estómago todo se convierte en telerrealidad. Cuando se vela una foto o se recompone un cadáver comienza la mentira que acaba en el autoritarismo y la distancia cómplice, indefensa ante los siervos del terror.
Se empieza escondiendo los muertos, luego se ocultan los abusos, el autoritarismo se difumina, atemperamos la injusticia. Esa es la génesis del fascismo: esconder la realidad para no sufrir, para pintarla con el mundo bien ordenado del totalitarismo.
La dureza de las imágenes y de los relatos no está en el color de la sangre. Se aloja en la injusticia y la barbarie de los asesinos, en el impacto emocional que produce en el espectador. Que los terroristas no nos hurten nuestros sentimientos.
Cada medio tiene un pacto íntimo con su audiencia. Las bases de ese pacto escriben el grado de tolerancia ante la tragedia y determinan el estilo en el que debe ser contada.
Pero no hay pacto que pueda enmascarar la verdad.
Respeto para los que más sufren. Acompañemos a las víctimas en la tragedia, seamos responsables para decidir entre lo necesario y lo superfluo. Evitemos el sensacionalismo.
Pero la información y la verdad deben estar por encima del dolor.
P21 | El dolor y la verdad de la imagen
P21 | El dolor y la verdad de la imagen (2)
Poynter Online | A Commitment to Readers | Juan Varela
P21 | La Navidad de Madrid olvida el 11-M
P21 | De cara a la realidad
El Mundo | La imagen de la barbarie persigue a los asesinos | Ángel Casaña
Artículo de Arcadi Espada
Subscribe to:
Comments (Atom)