Showing posts with label fidelización. Show all posts
Showing posts with label fidelización. Show all posts

Wednesday, October 03, 2012

Un medio es un club: pagar por reputación

Exclusividad, valor percibido (contenido, beneficios, acceso), identificación con una comunidad y reputación. Son los principales elementos por los que el público está dispuesto a pagar. Las mismas razones del atractivo de las sociedades de todo tipo a lo largo de la historia: relación y reputación, la clave de las redes sociales.
Esos elementos son la clave de la mayoría de los modelos de negocio de pago (y crowfunding), por eso suelo insistir a mis clientes que los clubes de lectores con una correcta proporción de ventajas de acceso (contenidos), materiales (descuentos, ofertas), psicológicas y de reconocimiento (membresía, afinidad) son la mejor opción para desarrollar un modelo de negocio: tanto de pago como de audiencia fiel y registrada que permita mejorar la rentabilización.
Un medio es un club. Una marca y un espacio compartido con una alto valor para sus socios, tanto por satisfacción moral como material. E negocio está en la base de datos y la rentabilización de un público fiel y comprometido.
El negocio está en la relación, no sólo en el contenido. 
Más allá del contenido y el producto específico está la percepción de valor del cliente, sustentada en beneficios que van más allá de lo material -el medio y sus contenidos, los descuentos, ofertas, etc.- que ofrece, para encontrar el diferencial en la pertenencia a un club o comunidad, donde ser miembro es relevante ante uno mismo (satisfacción personal), ante una comunidad o grupo (reputación) y ante el resto (exclusividad e identificación).
Lo premium son los públicos, no los contenidos ni los productos.
Esos elementos están en la esencia de los más atractivos negocios de suscripción y pago digital: del Club La Nación (Argentina) a The Times+, pero también en la de nuevos medios digitales comerciales como Vilawebeldiario.es, Talking Points Memo y en los de proyectos sin ánimo de lucro como el gallego Praza (una fundación), el MinnPost.com o el investigativo ProPublica.


Cada medio debe evaluar la correcta proporción de las ventajas materiales, sociales e individuales del modelo de club o asociación que ofrece para construir un modelo de negocio en la economía de la atención, donde el producto no es lo único importante. Como en todo producto, la clave es la satisfacción del cliente, y esta va más allá de las características materiales y del producto para fundarse en las razones sociales y de autoestima.
Son los niveles superiores de la famosa pirámide de Maslow que conducen a la autorrealización o, en términos de mercado, en la satisfacción del cliente por la percepción de un alto valor por su contribución o pago.
Desde este punto de vista, los medios y sus modelos de negocio se dividen entre los que proporcionan una alta satisfacción de demanda (reputación, acceso, afinidad y exclusividad: economía de la atención) y los basados en una oferta de valor diferencial (productos, descuentos, etc.: economía de mercado). El sustrato del contenido y la marca está en ambos, pero la satisfacción del cliente se orienta más a la autoestima en los primeros y a los beneficios en el segundo.



En el primer caso estarían eldiario.es y su apelación al público progresista, Vilaweb, Praza, el vasco Berria, MinnPost y ProPublica o The Guardian con su proyecto Open Journalism.
En el segundo, los medios tradicionales como La Nación, El Mercurio de Chile o The Times, todos ellos con modelos de suscripción con un fuerte componente de club de lectores.
Cuando se analizan los principales modelos de negocios de pago en medios, las características para el éxito son claras:
Contenidos únicos y de calidad
Con una alta valoración y relación afectiva con sus clientes
Con una amplia oferta y catálogo: abundancia, modelo all-you-can-eat
Inmediatez: acceso lo antes posible a los contenidos
Facilidad de pago y acceso
Socialización digital y material, aumento de la reputación del cliente
Conversación: abierta, relevante e inclusiva, transparencia
Una plataforma de distribución y acceso eficiente, sencilla y lo más homogénea posible en todas las plataformas
Un buen sistema de recomendaciones y personalización
Sentimiento de exclusividad

Cuantos más elementos de ellos se desarrollan, más probabilidades de éxito. Para los nuevos medios de la economía de la atención, el resultado son los más de 12.000 miembros del diario alemán Taz, los casi 2.000 de Vilaweb o el millar de eldiario.es o TPM en solo unos pocos días.
Entre los modelos más exitosos de club de suscriptores, El Mercurio o La Nación, con un fuerte crecimiento  de suscriptores por el desarrollo de un club exclusivo con una oferta de gran valor añadido percibido por el cliente.


En definitiva, las bases del marketing de fidelización y social aplicadas a un entorno donde los medios son cada vez más sociales, más orientados a las relaciones y la reputación.
Para construir un buen y rentable modelo de pago no se obsesione con el producto, hágalo con su audiencia fiel y con cómo construir relaciones de valor entre medios y público. Los contenidos son la base, la reputación y la comunidad, las claves del éxito.

Monday, September 10, 2012

INMA Latinoamérica: reinventar el negocio

Notas para el seminario de INMA Latinoamérica (post anterior: nuevos modelos)

Cuando la información, los contenidos,  la audiencia, los hábitos de consumo y el acceso a los medios cambian, ¿cómo mantener el mismo negocio?
Uno de los mayores errores de los medios es empeñarse en sostener negocios que ya no funcionan. Frente a la estéril protesta contra el aumento de la competencia, la saturación o la irrupción de nuevos medios con menores costos fijos y que a menudo aprovechan los contenidos de otros, los medios informativos deben desarrollar nuevos modelos de negocio sin encerrarse en los modelos tradicionales: el de doble ingreso por circulación o publicidad o el de una gratuidad insostenible en mercados en crisis o con abundante competencia.
El desarrollo de nuevos negocios en el ecosistema digital requiere planificar y gestionar la abundancia, enfocarse al público fiel y más monetizable. Olvidarse del control del producto y posicionarse en una distribución multiplataforma en un mercado donde la distribución es cada vez más fragmentada, con más fuentes de acceso a los contenidos y donde la página (home o subhomes de secciones) ya no son el soporte más adecuado para una publicidad en migración hacia el stream, el flujo social que determina el nuevo consumo de información.
Cambiar el modelo de negocio es fijarse en los casos de éxito y no confiar en que el negocio de la información migre de los canales tradicionales a los digitales.
Pero los medios tienen fortaleza y experiencia en las que apalancar y desarrollar nuevos negocios. Repaso algunas de las opciones valiosas para el nuevo escenario:
  • Negocio híbrido: aumentar las fuentes de ingresos, las noticias y los contenidos son necesarios, pero no suficientes 
    • Contenidos gratuitos: para aumentar audiencia 
    • Productos de pago: nicho, especializados, plataformas (print/tablet) 
  • Apalancarse en el poder de las marcas tradicionales para hacer crecer los nuevos negocios 
    • Credibilidad 
    • Posición en el mercado 
    • Motores de tráfico y audiencia 
  • Publicidad: nuevos formatos y soluciones publicitarias 
    •  Marketing directo y digital 
    • E-commerce, entradas, reservas, etc. 
    • E-mail marketing, social marketing y venta por resultados: guías, directorios, ofertas, etc. 
    • Construir marketplaces donde vendedores y clientes se encuentren 
    • Plataformas de contenidos y aplicaciones 
    • Proyección en el mercado analógico: eventos, descuentos, fidelización, etc. 
    • Facilitar los contactos entre audiencias y mercado con soportes, contenidos, movilidad y geolocalización: móviles, tabletas, aplicaciones, etc. 
  • Un medio es un club, un lugar donde encontrarse y compartir 
    • Clubes de lectores (fidelización) con beneficios y contenidos para enriquecer la suscripción 
    • Aumentar el valor de la suscripción con otros beneficios más allá de los productos y contenidos 
  • El negocio es la base de datos: usuarios registrados, con sus datos, hábitos de contenidos, pero también de compra, ocio, etc. 
  • Más canales de venta y comercialización 
    • Print, web, apps, eventos, clubes, e-commerce 
    • Productos generalistas (diario), especializados (secciones, revistas) y de nicho (verticales, comunidades, por targets)
  • Enfocarse a cada usuario, no a públicos: buscar y perseguir a los lectores y clientes
    • Segmentación: calidad, popular, especializado, etc.
    • Reedición de contenidos por públicos
    • Multioferta por tipo de acceso y consumo, y por perfil de usuario
  • Contenidos como servicio: acompañar a los usuarios con distinta oferta por intereses y consumo
  • Estrategia multiproducto
    • Productos tradicionales y generalistas como distribuidores de tráfico y audiencia
    • Contenidos de nicho para públicos especializados, más engagement y fidelización
  • Necesidad de una oferta multimedia
    • Productos textuales y gráficos: print, web, edición digital
    • Multimedia: web, apps, móvil
    • Audiovisual: vídeo, móvil, tablets
  • Edición y rentabilización contextual, medios contextuales: reedición y reempaquetamiento de los contenidos y servicios en función del momento de acceso, hábitos de uso y dispositivos empleados
    • Actualización
    • Contenidos en profundidad
    • Ocio y relax (lean back 2.0)
  • El CPM no es negocio
    • No vender espacio ni tiempo
    • Vender soluciones, públicos y acciones (contactos, transacciones, etc.)
    • Reducir la dependencia de la publicidad gráfica
  • La abundancia no se recorta
    • No pensar en volver a los mercados de la escasez
    • Aprovechar los negocios de la abundancia
    • Aumentar el engagement a diferentes productos y negocios con elementos comunes: estilo y marca
  • Las redes sociales no son negocio, son herramientas y mercados
  • Acelerar la migración digital
    • Del negocio tradicional a los nuevos negocios: digitales, movilidad, transacciones, perfiles
    • Aumentar el ARPU de los negocios digitales

Tuesday, August 28, 2012

Lecciones de About.com y MySpace, por qué fracasaron The New York Times y Murdoch

The New York Times acaba de vender About.com a Barry Diller por 300 millones de dólares. Pero le ha costado 194,7 millones de amortización de pérdidas en el último trimestre, después de sufrir una caída de un 16% en los ingresos y de casi el 39% de los beneficios en los últimos seis meses. La venta recuerda a la de MySpace por News Corporation el año pasado, que costó al grupo de Rupert Murdoch $254 millones en pérdidas. Dos grandes grupos de prensa no han sido capaces de rentabilizar los nuevos medios digitales. El problema está el fracaso en la creación de nuevo negocio y las dificultades de integración de esas compañías.
The New York Times pagó 820.000 dólares por blog cuando compró About, una web de consejos prácticos. Tres años después el crecimiento de publicidad y usuarios de About comenzó a desplomarse. Pese al deterioro todavía supera los 97 millones de usuarios y un tercio de la publicidad digital del grupo: 25,4 millones de dólares frente a 76,7 en el último trimestre.


El objetivo de The New York Times es enfocar su negocio a la audiencia rentable, como recuerda Adrián Segovia, la única que de verdad se puede rentabilizar en los medios informativos.
The New York Times Company deja los negocios de las granjas de contenido (periodismo cuantitativo) y se orienta a crear un negocio basado en una marca y contenidos de calidad que asegure los hasta ahora prometedores resultados de su estrategia de suscripción y pago digital, con 509.000 suscriptores a mitad de año, a los que se suman otros 23.000 en The Boston Globe.


Se acabó la carrera por los millones de usuarios y empieza la lucha real -y urgente- por el negocio. Una reestructuración que tendrán que decidir en breve otros medios como The Guardian, una vez que se demuestra la difícil sostenibilidad del modelo de crecimiento de audiencia poco rentable.
Lo mismo se puede decir de muchos medios españoles, con baja rentabilidad por usuario.
Parecida historia la vivida por Rupert Murdoch y su evolución de la compra de MySpace a su venta. Ambos casos demuestran que no es fácil para los medios tradicionales integrar y desarrollar nuevos negocios digitales. El principal error es que los grupos de medios convencionales tienen siempre la tendencia de exportar al mercado digital sus viejos modelos de negocio, cuando lo que se necesita es crear nuevos negocios en un mercado y con un consumidor completamente distinto.
En un mercado deflacionario por la abundancia de contenidos e inventario, con crecimiento inagotable y con un consumidor que ojea y sólo es mínimamente fiel a algunas marcas, el problema principal no es la cantidad de usuarios, sino su rentabilidad y cómo aumentar los ingresos por usuario con una oferta diversificada, pero complementaria y con fuertes sinergias.
El negocio digital necesita tráfico, por supuesto, pero hay que utilizar ese tráfico para rentabilizar al máximo cada usuario y lograr un círculo virtuoso que fidelice audiencia, haga crecer las fuentes de ingresos y mejore tanto el posicionamiento de las marcas como la satisfacción y experiencia de los clientes, tanto público como anunciantes.
A eso aspiraba NY Times con About cuando lo compró, pero la compañía ha sido incapaz de crear una audiencia de About y NYTimes.com complementario y más rentable: sólo un 12% de audiencia duplicada sin capacidad de aumentar los ingresos y el CPM de About (97,4 millones de usuarios con poco engagement) desde que la crisis apretó la inversión publicitaria y los anunciantes han empezado a medir a cuentagotas la rentabilidad de la publicidad digital.
Leer la visión de las oportunidades de About en las notas de prensa de NYTimes e IAC es toda una declaración de enfoque y modelo de negocio. Donde el Times ve SEO, CPC y contenidos agotados, la empresa de Diller encuentra contenido de bajo coste, bien posicionado, complementario y con sinergias con el buscador Ask.com y el resto de propiedades de la empresa, quizá con la excepción de los también en peligro Newsweek y The Daily Beast.
Uno ve el negocio desde los ojos de la escasez y el contenido de calidad, exclusivo para su público. El otro otea con la mirada de la abundancia, convencido de poder rentabilizar mucho contenido y consumidores de bajo precio si la integración entre propiedades y medios es adecuada.

Al About de NY Times y al MySpace de Rupert Murdoch les ha faltado una estrategia de negocio como la que grupos como Schibsted y Axel Springer en Europa, o La Nación y El Comercio en Latinoamérica están desarrollando.
La clave no es aumentar usuarios con contenido barato y competir con precios a la baja. El desafío es fortalecer las marcas, fidelizar público, diversificar fuentes de ingresos y crear negocio más allá de los contenidos: en las transacciones, los marketplaces, etc.
Esos son los ejes comunes del negocio. A partir de ahí, las fuentes de ingresos (pago, gratuidad, freemium, etc.) se diferencian, y también en qué momentos y con qué productos se consigue la mayor rentabilidad por usuario.
Unos, The New York Times o The Times (y The Sunday Times), lo hacen recortando la abundancia revitalizando el mercado de pago y desarrollando un modelo como el que está consiguiendo Financial Times. Otros prefieren no recortar el mercado de la abundancia, donde la prensa popular (Bild, The Sun, etc.) ha conseguido tan buenos resultados históricamente, y desarrollar negocios donde los ingresos por usuario aumentan por la fidelización a través de una oferta completa e integrada, con contenidos y servicios adecuados para ser líderes en un mercado en crecimiento continuo donde la ley de los rendimientos decrecientes se impugna con mejor experiencia de usuario, utilidad, oportunidad y altos márgenes alimentados con una oferta multiproducto.

Monday, May 09, 2011

El periodismo es para público fiel y participativo

Sólo un 7% de los usuarios son lectores frecuentes (más de diez visitas al mes) de los grandes medios norteamericanos. La mayor relación con las noticias se concentra en Facebook, de dónde provienen y a dónde se dirigen los usuarios para compartir información y comentarla. Google es la herramienta de los lectores infrecuentes, de los que buscan información concreta sin fidelidad a una marca: el 77% de la audiencia, que concentra un 30% del tráfico de los medios informativos.
Sólo un aumento de la fidelidad de los lectores puede garantizar la rentabilidad del periodismo, apoyado en un alto nivel de información de calidad y referencia para la participación, con más publicidad centrada en la exposición que en los resultados.
Son las conclusiones que muchos comparten dentro del concentrado negocio de la información a pesar de la carrera del periodismo cuantitativo por el tráfico para satisfacer la demanda publicitaria de páginas vistas.
Los datos revalidan las principales características de un periodismo mutante obligado a evolucionar a la velocidad de la tecnología y el público.

Un profundo estudio del consumo de información y los flujos de navegación realizado por el Pew Research Center’s Project for Excellence in Journalism sobre 25 medios estadounidenses permite avanzar algunas conclusiones sobre los contenidos, las fuentes de tráfico y el comportamiento de los usuarios respecto a los medios.
El principal es la necesidad de aumentar el público fiel. Sin una base de lectores frecuentes -power users en la terminología del estudio- con un consumo de noticias superior a una hora al mes es muy difícil asegurar la rentabilidad necesaria para producir información de calidad.

Los usuarios demandan información de calidad y participativa. Los medios deben ser abiertos, convertir la información en un proceso, un flujo social donde el público pueda participar y recomendar la información a otros.
Como en la era analógica, no sólo es cuestión de audiencia, sino de ser una referencia para la información y establecer una fuerte relación afectiva e intelectual con el público.
Los medios deben producir y editar contenidos de forma transparente, abierta y adaptados a un consumo social que acaba configurando la dieta informativa personal con más fuerza que la pura personalización.

Las redes sociales no compiten con los medios, los complementan. Desde la aparición de Facebook o Twitter se oye la misma duda que tanto se repitió con Google: si se aprovechan o roban la información de los medios. Los datos del estudio indican que cuando la información es de calidad, las redes devuelven más tráfico del que se llevan de los medios. Eso sí, en gran parte la participación se distribuye a través de ellas y se produce un efecto bumerán que reduce las páginas vistas y el tiempo de consumo de los medios.
Muchos usuarios prefieren seguir las conversaciones y la participación en las redes sociales en lugar de en los medios. La creación de espacios de comunidad adecuados y la inteligente integración de la identidad de los usuarios en los medios es crítica para convertirse o participar de las plataformas sociales donde se concentra la atención y el consumo de los internautas.
El impacto de las redes sociales y la facilidad y extensión de la participación con la hiperconexión móvil a través de los smartphones y las tabletas aumenta el poder del público.

Contenidos y formatos para aumentar la legibilidad y permitir la selección social (curation) de la información. Es la ventaja de los agregadores como Flipboard o Zite, y el objetivo del nuevo Delicious para convertirse en motores de inteligencia o de descubrimiento que permitan gestionar la abundancia digital de contenidos.

Un paso más allá en nuevos interfaces para la información con mejor experiencia de usuario. Desde mi punto de vista, en dos sentidos: los limpios, estructurados y con mayor legibilidad como los ofrecidos por aplicaciones como Read It Later o Instapaper; o la información como un flujo dinámico para su mejor seguimiento, como en Salon o Propublica. La elección de cada uno depende en gran medida del perfil de audiencia de cada medio.

El vídeo es cada vez más atractivo, pero las noticias siguen siendo textuales. Los datos de los medios analizados indican que el vídeo no está entre los principales destinos y consumos del público. Sólo las televisiones, y más las orientadas al entretenimiento y donde la posibilidad de vídeo bajo demanda es alta, concentran el consumo.
Para la mayoría de los medios informativos, el vídeo es por ahora más importante como formato publicitario y como motor del negocio que como contenido.

El negocio no está en la publicidad convencional ni en el clic. Ninguna de las webs de los anunciantes aparece entre los principales destinos de salida de los medios informativos. Coincido con los autores del estudio en que eso indica el bajo CTR de la publicidad digital y es la razón de la vuelta al crecimiento de la publicidad gráfica y de vídeo. Pero también indica la necesidad de un negocio 360º con modelos freemium, posibles sólo con alta fidelización del público y contenidos de alta utilidad, y con más fuentes de ingresos para la información.
Queda mucho debate y mucho por hacer en el desarrollo del negocio y los contenidos digitales de la información, pero estudios como este, con una mayor integración de datos y métricas, aportan nuevas pistas y confirman algunas tendencias ya avizoradas.
Es hora de la maduración del negocio y los contenidos digitales. Una buena parte de las premisas, rutinas y estrategias puestas en marcha en muchos medios provienen de la inmadurez de los contenidos digitales y de las dificultades para adaptarse a un ecosistema en evolución muy rápida, pero donde algunas tendencias se consolidan.

Monday, July 05, 2010

Ideas para la participación de calidad

Gloria a la libertad de expresión, hasta que molesta. La información puede ser una conversación, pero a menudo el ruido la inunda y ahoga. Diálogo y debate no son lo mismo que cientos de comentarios. La confusión devalúa uno de los beneficios de la democratización que pueden aportar los medios digitales. Es lo que tantas veces ocurre con la participación, especialmente con los comentarios. El País retoma la discusión este domingo después de que hace unos días 20 Minutos decidiera por primera vez cerrar algunas noticias a los comentarios.
Entre las mayores ventajas de la participación en los medios informativos está su capacidad de ampliar el espacio público, escuchar a los ciudadanos e integrar el criterio social en la información. Para eso hace falta participación de calidad, algo que a menudo no ocurre.
La democracia a veces da miedo. La desintermediación se puede convertir en un caos cuando la participación asincrónica y la distancia permiten el exabrupto. Cuando no existe una verdadera comunidad para autorregularse y crear las bases comunes para que la cháchara pueda ser verdadera conversación.
Muchos medios, blogs y foros viven del ruido y la furia. Pero para otros son una devaluación de los valores de la participación y la relación con y entre la audiencia.
Leyendo los comentarios de los medios digitales nos encontramos con la realidad de la sociedad en la que vivimos. Los medios no son inocentes en la construcción del público. La infancia de estos años pasados permite aventurar algunas conclusiones e ideas para mejorar la participación en un espacio público común.
Porque podemos pasar de un primer estadio de participación e interactividad a otro donde los medios se conviertan en plataformas sociales para identidades de dominio público.

Plataformas sociales
Los medios deben construir las herramientas necesarias para que los usuarios puedan gestionar su participación e interactividad. Crear los espacios y herramientas adecuadas para escuchar a los usuarios, integrarlos en el proceso informativo y permitirles gestionar su identidad y participación.
Cuando se emplean registros y se crean perfiles donde poder seguir la actividad de cada usuario, la participación mejora. Cada usuario puede ser seguido o abandonado por los demás, se pueden crear estructuras donde valorar la actividad de cada usuario y se crean lazos entre ellos por afinidades.
Si además los usuarios pueden crear o sumarse a comunidades especializadas y segmentadas, la participación y las relaciones mejoran.

Medios para identidades de dominio público
Los usuarios crean una identidad para el resto del público. A través de ella difunden su actividad, los comentarios a la información y las conversaciones con otros usuarios y grupos.
El problema no está entre la libertad del anonimato o exigir la utilización de la identidad real. El problema es la construcción de la identidad, la confianza y la reputación. Esos rasgos se pueden logar con apodos de usuarios anónimos o revelando la identidad real.
La evolución de la web 2.0 y las redes sociales ha rebajado el valor del anonimato, tan prestigiado en los primeros años de la web, para primar las identidades reales.
En la mayoría de los casos no son reales en el sentido estricto, sino representaciones subjetivas de lo que los usuarios quieren ser o al menos cómo quieren mostrarse ante los demás. Es la identidad de dominio público: nos permite gestionar nuestra actividad y personalidad en el ciberespacio, emplear identidades múltiples o parciales en función de nuestra actividad digital general o la desplegada en determinados espacios y medios.
Construir medios para identidades de dominio público permite recuperar el consenso original entre público y medios para expandirlo a la participación.
A los medios les ofrece más control sobre los contenidos y actividad de los usuarios. Al público le dota de herramientas para valorar qué y cómo compartir de los datos y contenidos constitutivos de su identidad en red.
Es aquí donde los sistemas de confianza -distribuidos o algorítmicos, como han destacado Craig Newmark o Clay Shirky- pueden ayudar a reforzar la reputación y confianza entre usuarios.

El periodista y los medios como redes sociales
Para mejorar la participación, los medios y los periodistas deben ser visibles, activos y abiertos. No basta con ser un repositorio de opiniones. Para convertir los medios en espacios públicos, la guía, conducción, valores y estilo de la participación e interactividad corresponden al medio y a sus periodistas. Son quienes deben marcar las reglas y tono de cada espacio para que la participación del público vaya modulando y creando su personalidad.
Cada medio -blog, foro, red social, etc.- tiene la participación que se merece. Los temas, cómo se tratan y la relación con el público son elementos de definición de la autoridad, confianza y reglas de debate de cada espacio de debate.
Estar ausentes o fiarse sólo de la moderación algorítmica o de mínimas reglas -eliminación de insultos, difamaciones, racismo, etc.- ejecutada mecánicamente no es suficiente.
Los medios no pueden tratar los comentarios sólo como una renta de páginas vistas y tiempo de permanencia en los sitios. Si lo hacen, el valor de su participación baja.
Cuando los periodistas y el propio medio participan en la conversación y se convierten en elementos activos de las redes sociales y comunidades que crean se mejorar muchos procesos. El debate, pero también la relación periodística con fuentes y público, la incorporación de criterios de la comunidad, la fidelización, la personalización y la transparencia.
Es una nueva tarea, lleva tiempo y esfuerzo, pero aumenta la calidad del trabajo periodístico y de los espacios y debates públicos.

Medios abiertos para cada ciudadanos responsables
La responsabilidad es un elemento fundamental del periodismo. Pero también de la participación. Cuando las opiniones se publican pasan a ser también de los otros y la responsabilidad de los autores crece. En cada ámbito, independientemente del tema a tratar o el lugar donde se emita. Además de los mínimos requisitos de inteligilidad y respeto para evitar el ruido, cada discurso, espacio y público impone sus condiciones, acatadas o discutidas por los participantes.
La confianza es el valor fundamental de la comunicación y de la información. Sólo la confianza permite fiarse de los elementos del mensaje. Los datos, argumentos, estilo y comportamiento contribuyen a aumentar o disminuir esa confianza de los demás en los mensajes de un autor, de la crítica de un partido de fútbol a la recomendación de un restaurante hasta una exclusiva sobre un escándalo político.
Quienes más dan, más reciben. Cuanta más transparencia, más contexto, más entrega del contenido para su uso por los demás y más inversión en crear un público crítico, mayor valor de la información y su audiencia.
Las reglas son insufribles y dictatoriales cuando son impuestas y opacas. Pero son el tejido institucional de las relaciones -de la democracia- cuando son libres, compartidas y transparentes.
Crear reglas donde el mismo público tenga el sistema y espacio adecuado para conformarlas es un rasgo de personalidad de los medios sociales similar al que en otros tiempos era la voz editorial de muchos medios tradicionales, el frontispicio donde se reconocía su público.
No se debe tener miedo a las reglas para mejorar el debate. Pero hay que hacerlas participativas y abiertas. Capaces de generar el mejor espacio público para la información y la participación.

Acabo estas ideas abiertas al debate sobre la participación de calidad con algunos elementos concretos anticipados en algunas presentaciones:
1. Un perfil para cada usuario con pocos datos de registro, pero donde se pueda seguir la actividad de su privacidad compartida.
2. Construir comunidades informativas donde se reúne el público con intereses y actitudes comunes.
3. El periodista debe participar: como autor, guía y persona, no como dueño de la información ni el debate.
4. Reglas claras, concretas, abiertas y revisables.
5. Moderación de los anfitriones y metamoderación por la propia comunidad.
6. La conversación y la información es del público, no de los periodistas. Acomodar los criterios del espacio de participación al derecho a la información y la libertad de opinión y expresión.
7. Transparencia.
8. Minimizar el ruido: espacio limpio de spam, insultos, trolls, etc.
9. Reputación visible: generar herramientas y recursos para visualizar la reputación de los participantes por la calidad y reconocimiento de su discurso.
10. Coraje, crítica y sinceridad. Indispensables para no arrugarse, defender la provocación, la autocrítica, no caer en la complacencia y evitar la redundancia y el peloteo.