Thursday, July 29, 2010

Teleficción electoral


Televisión y política son un maridaje de conveniencia. Ahora los políticos quieren imponer a las cadenas privadas criterios de neutralidad y proporcionalidad en la información electoral. Sólo las públicas estaban sometidas a esa obligación. Es para ahorrar en las campañas, dicen, pero así aseguran un control excesivo ya con las restricciones a la imagen y la información impuestas en mítines y ruedas de prensa. La partitocracia reduce el periodismo para garantizar la propaganda.

Los medios públicos deben respetar la pluralidad para evitar su uso demagógico por los partidos en el poder, un objetivo incumplido. Los privados deberían tener libertad editorial. El pluralismo de los públicos se asegura en sus contenidos y programación; en los privados, con licencias a diferentes grupos y evitando la concentración (vuelta a permitir el año pasado con la TDT). Los políticos otorgan las frecuencias y las cadenas juegan con el poder para conseguir sus objetivos. Cada adjudicación es una polémica lucha de poder e intereses, como ocurrió con el lanzamiento de La Sexta y Cuatro tras el largo duopolio de Telecinco y Antena 3. Lo mismo con la TDT y los canales adjudicados por autonomías y ayuntamientos.

Tasar la información electoral malea el periodismo y reduce la democracia. Algunas cadenas públicas, lideradas por la catalana TV3, ya se han quejado en anteriores elecciones del criterio proporcional. Empobrece la información, convierte a las televisiones en meros altavoces y beneficia a los grandes partidos frente a los pequeños o a los no representados en anteriores comicios. Una contradictoria aplicación del pluralismo.

Pero la política es insaciable. Más del 67% de los ciudadanos se informan diariamente de política en las televisiones, muy por encima de la radio o la prensa (ambas en el 25%) o internet (13,8%), según datos del CIS. La proporcionalidad puede aceptarse en la emisión de espacios de campaña de los partidos, pero en telediarios y debates convierte a la democracia en una ficción electoral.

Columna en los medios de Vocento