Las televisiones comerciales no soportan más publicidad en las televisiones públicas que llenan España entre estatales, autonómicas y municipales. El presidente Zapatero anunció su segunda revolución audiovisual y la reforma avanza en RTVE, pero el nuevo escenario de convergencia digital amenaza el negocio de la tele. Las emisoras comerciales piden con urgencia que se cumplan las repetidas promesas de reducción de los anuncios en el servicio público de televisión.
TVE redujo el año pasado un minuto de publicidad por hora: de 12 a 11 minutos de anuncios. No es suficiente, claman las televisiones comerciales.
Las televisiones públicas de este telestado del bienestar autonómico nuestro se llevan el 18% del mercado publicitario de prensa, radio y televisión, con el que cubren el 37% de sus enormes gastos, insoportables para cualquier presupuesto público.
De ahí que Gobierno y demás administraciones sean remisos a la medida. Perderían televisiones y la fabulosa máquina de propaganda que suponen y tendrían que explicar a los ciudadanos cuánto cuestan y, seguramente, aplicar un canon, como en tantos sitios.
Y, ay, el telestado del bienestar se resentiría fatalmente.
Terror político.
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