Impresionante. Los directores de periódicos sólo han tardado casi dos meses en firmar una condena del periodismo figurante, ese donde las ruedas de prensa no sirven para preguntar porque las "declaraciones institucionales" lo acallan todo.
Es una pena que esta unidad inusual olvide las prácticas similares de las empresas y pase por alto la autocrítica por la repetición de las notas de prensa y materiales de los gabinetes de comunicación admitida constantemente en sus medios.
Casi dos meses para denunciar una campaña electoral abusiva. Con un control total de la imagen y de la información electoral, como denunciaron entonces las organizaciones profesionales.
Y casi no hubo eco. Sólo en algunos medios como TV3, Soitu.es y, días después, en El País.
Entonces los directores corajudos estaban enfangados en la campaña. Será por eso que también aceptaron, promocionaron y difundieron unos pseudodebates lamentables, diálogos de sordos controlados y acotados hasta la imbecilidad por los partidos.
¿Dónde están la condena de los valientes responsables de las televisiones, públicas y privadas, que aceptaron de buena gana la señal de los mítines ofrecida, editada y controlada por los partidos?
No están, no contestan.
Ahorraron dinero, la audiencia respondió, ¡quién carajo necesita un poco de periodismo y de democracia!
Bobadas. La caja es lo primero.
Ahorro de costes y menos problemas.
Firman la nota pública alentada por la Asociación de la Prensa de Madrid los directores de los diarios nacionales de información general editados en Madrid, los de La Vanguardia y El Periódico de Catalunya, y los de los grandes gratuitos, con excepción de Metro.
La nota circulaba hace tiempo, pero algunos directores han necesitado mucho tiempo y algunos ajustes para firmarla.
Cauta valentía.
Sus reporteros ya pasaron la campaña. Se comieron la propaganda y tuvieron poca oportunidad de hacer periodismo.
Ahora es el momento del valor.
Consideran que "esas 'declaraciones sin preguntas' no merecen la comparecencia de periodistas, sobra con la distribución de las mismas, en los soportes posibles, para que los medios valoren el tratamiento informativo que les parezca adecuado".
¿Se atendrán a ese compromiso?
Lo dudo.
¿"Sobra con la distribución de las mismas"? ¡La propia nota avanza su rendición!
Todo esto ya pasó en la campaña de 2004. Y no se hizo nada.
Y en la catalana de 2006. Y sólo los periodistas de TV3 protestaron y retiraron sus firmas.
Las televisiones seguirán enchufando el micrófono como hacen cada día, en cada tertulia, en cada telediario. Y si los partidos pagan los totales, la edición y las conexiones, mejor. Más pasta para los sufridos accionistas, horas de programación llenas y dinero en los bolsillos de los periodistas tertulianos.
Todos contentos. Business is business.
Y, por supuesto, las webs y ediciones digitales de los grandes medios seguirán aferradas a la última estupidez para indexar más documentos en Google y ser los más rápidos en actualizar la banalidad cotidiana.
Anima ver que alguna vez unos cuantos directores de periódicos se pueden poner de acuerdo para defender mínimamente la profesión.
Ahora, queridos directores, no estaría de más cumplir. Respaldar a los reporteros cuando se quejan, permitir los plantes ante los abusos, denunciar la falta de transparencia de políticos instituciones y empresas, no publicar propaganda ni comunicación, sólo información.
¡Y hacer periodismo, coño!
Un poco de coraje. La próxima vez, por favor, un poco más a tiempo. Sus periodistas lo agradecerán. El público, también.