Wednesday, August 27, 2008

Obama, presidente multimedia

Cuando entras en BarackObama.com una petición imperiosa te asalta: "Haz una donación de 15 dólares o más". El dinero está en el código de la ciberpolítica. Y Obama ha recaudado más dinero que nadie en Internet: más de la mitad de sus 401 millones de dólares.


Imagina un lugar siempre seguro y caliente / Te daré refugio de la tormenta. (Bob Dylan)

En el iPod de Obama suenan canciones de refugio y esperanza. "Impulsado por la esperanza", pone al pie de su web, emulando un sistema operativo. En sus libros esa esperanza se ha convertido en un eslogan tan poderoso como Yes We Can (Sí, podemos), la frase que ha animado a millones de nortea-mericanos -la mayoría jóvenes y bien educados- a entregarse a la obamanía, un virus en el ciberespacio.

Vamos, pon tus manos en mí / Vamos a alzarnos, dice la canción de Bruce Springsteen preferida por el candidato.
El primer presidente de Internet. El primer presidente negro. El primer presidente en comunicarse con una Blackberry.
¿Puede Obama convertir a sus casi tres millones de seguidores en su red social y en otras como Facebook o My-Space en votantes para ganar a John McCain?
En ese objetivo ha centrado su estrategia de campaña: convertir a los simpatizantes en activistas digitales y en promotores del voto de otros.


La gente/tiene el poder de redimir / la obra de los bobos. (Patti Smith).
Redímete de Bush. La campaña de Obama ha convertido Internet en una enorme máquina recaudadora y de movilización. Su estrategia ha seguido la de Howard Dean, candidato a las primarias de 2004 que inventó junto a su jefe de campaña, Joe Trippi, una nueva forma de hacer política en Internet. Al grito de "la revolución no será televisada" se convirtieron en los outsiders de la política y del Partido Demócrata.
Pero el grito lo hundió frente a John Kerry. Una explosión de furor de Dean tras unos malos resultados acabó con su empuje repetido por la televisión y los blogs. El outsider se convirtió en jefe del Partido Demócrata, el puesto más relevante del establishment político. Paradojas 2.0.

Sí podemos curar esta nación / Sí podemos reparar el mundo. (Will.I.Am).
McCain no usa ordenadores. ¿Puede ser un presidente del siglo XXI? Hillary Clinton dijo que nunca escribiría un blog. Lo suyo es la tele y se repantigó en un sillón de cretona para invitar a los videoadictos a entablar conversaciones sobre América.
Obama envió un SMS a sus partidarios para anunciarles quién sería su vicepresidente y se embolsó la mayor base de datos de números de móvil de seguidores de un político jamás conocida. Ahora la usará para recordarles que deben votar. Pero antes deben animar a sus amigos y conocidos, reenviar mensajes de móvil y hacer llamadas telefónicas para pedir a los demás que voten a Barack Obama, el presidente del siglo XXI.
Es lo que ha hecho la campaña del candidato todo este tiempo: meterse en la vida de la gente, conectarse con ellos, formar parte de su identidad en la era de los medios personales y las redes sociales. No te puedes desprender de Obama. Es pegajoso. Viral. Hiperconectado. Cumple todas las reglas del marketing en Internet. Está contigo.

Al conectarse a MyBarack-Obama.com, la red social de seguidores del político, lo primero que ves es un Índice de Actividad. Horror. Mide tu compromiso con el candidato: cuánto has donado, a cuántos votantes has llamado, a cuántos actos y asambleas has asistido. ¡Y tus amigos lo pueden ver! Te califica de 1 a 10. Si suspendes eres una piltrafa, un ciudadano impresentable que no merece vivir el paraíso de esperanza y refugio predicado por Obama.
Puro control 2.0. Dictadura P2P. Es el sinopticón: la cárcel de la exposición perpetua en la que todos vigilan a todos.


Simplemente no dicen que te darán todo lo que quieras.
Lo decía Stevie Wonder, el músico favorito de Obama, y en el que reencuentra sus raíces negras. Otro guiño a los Kennedy y el discurso de toma de posesión de JFK: "No preguntes lo que tu país puede hacer por ti, pregunta qué puedes hacer tú por tu país" (sustitúyase por candidato).


Dame, dame refugio o me desvaneceré, pedían los Rolling Stones en otra canción preferida de Obama. ¿Suda tanto McCain como Nixon en aquel maldito debate televisado con JFK? No. Está empatado en los sondeos. El demócrata ha ido perdiendo apoyo. Su base de ciberciudadanos ya votaban demócrata. Ha movilizado a más jóvenes, pero no ha convencido al núcleo duro de los Clinton: mujeres, trabajadores, gente fajada en la pelea con los republicanos.
Por eso, la convención demócrata se ha convertido en el espectáculo final... para la televisión y el vídeo en Internet. La videocracia sigue eligiendo presidentes. Internet, aún no. Por eso la aparición de Michelle Obamba en su papel de gran madre y esposa americana retransmitida en alta definición es el mayor show. Obama puede ser el primer presidente de la ciberdemocracia, pero seguro que será el de la era de la convergencia de la televisión e Internet.

Artículo en el diario Público con las canciones del iPod del candidato