Los ordenadores del plan Escuela 2.0 están vacíos. Falta una definición de qué debe ser la educación 2.0 para lograr la alfabetización digital. Los portátiles llegan a las aulas, pero sin contenidos para una nueva educación. Un ordenador no debe ser ni un libro ni una televisión, es una herramienta para interactuar, no para recibir. Muchos educadores echan más en falta la alfabetización digital que los ordenadores.
Estudiantes, profesores y familias acogen positivamente la tecnología, según una reciente encuesta. La formación y adaptación de los contenidos digitales a las exigencias del programa educativo es escasa. Pero las grandes debilidades son el aprendizaje individual y cooperativo, además de la interactividad, claves para una nueva educación.
Alfabetización digital son destrezas y criterios
para participar, compartir, buscar y evaluar información y conocimiento. Habilidades para manejar narrativas no lineales, las rutas del hipertexto y la multimedia. Aprender a crear y manejar identidades portátiles en un nuevo entorno dominado por las redes sociales y la privacidad compartida en un período crítico para la personalidad y la socialización como los años de escuela. A pesar de que tres cuartas partes de los niños de 10 a 15 años utilizan ordenadores para sus trabajos escolares –datos oficiales- esas habilidades se aprenden más solos y con los amigos que en la escuela. Lo mismo ocurre a los enseñantes.
El problema no es sólo la adaptación al currículo, sino disponer de materiales adecuados para formar en la nueva cultura digital. Docentes preparados para emplear mejor las TIC y no enseñar a consumir o recibir pasivamente información, sino a crearla, procesarla, compartirla, mejorarla, analizarla y hacerla visible a los demás.
La industria editorial es la gran ausente. Vive más preocupada de su negocio que de mejorar la educación. Por eso, como el resto de la edición, no apuesta más por las herramientas y contenidos digitales y espera ayudas públicas o iniciativas como la de California para cambiar los libros de texto por ebooks. Ante su pasividad, los contenidos están en proyectos públicos como Agrega y Educarex o de fundaciones como Wikisaber.
Escuela 2.0 son redes educativas de profesores y alumnos. Espacios donde educar y compartir en la vida digital. Educación abierta y transparente, con contenidos en colaboración, abiertos, de dominio público, en actualización permanente. El texto tradicional -en libros, de papel o digitales- seguirá siendo útil, pero hacen falta nuevos materiales disponibles en cualquier aparato o widget. Recuperar la educación como una paideia humanista y ciudadana: crítica, libre y permanente.
Columna en Público