El almirante Jackie Fisher era un hombre de fuerte personalidad, aficionado a la autopromoción y entusiasta de las novedades y las armas modernas. Fue uno de los grandes defensores de los submarinos cuando navegar bajo el mar era considerado inútil para la guerra naval.
Pero Fisher confiaba en los submarinos y en los dreadnoughts, los nuevos y superartillados navíos de guerra.
El juez Peter Smith es un apasionado del almirante y de las innovaciones. Tanto que ha sido capaz de exculpar al famoso Código Da Vinci de plagio alguno y de introducir otro código, el Smithy code, como él mismo lo ha llamado, en su sentencia (pdf donde lo puedes buscar).
SMITHYCODEJAEIEXTOSTGPSACGREAMQWFKADPMQZVZ
Son la suma de cursivas encriptadas por el juez, que utilizó la secuencia de Fibonacci (sumar los dos números anteriores para construir el siguiente), citada por Dan Brown en su superventas, para enmascarar su homenaje al almirante:
Jackie Fisher, who are you? Dreadnought
Dice el juez que la justicia no debe ser aburrida. Y ha aplicado con humor y justicia un doble código:
>> Las obras no plagian a otras si se alimentan de fuentes y orígenes comunes. El copyright y los derechos de autor tienen el límite del sentido común y de la cultura y el conocimiento de todos. Si no hay textualidad y arquitectura copiada no hay plagio.
>> Las innovaciones a veces no son entendidas, pero suelen ayudar a hacer progresar las disciplinas, sea la guerra, la literatura o la justicia.
Giordano Bruno llamaba filosofía oculta o magia matemática a la criptografía, abundante en los textos herméticos y en los de los jueces de todos los tiempos. Textos herméticos y mágicos (que hacen real lo escrito) son de alguna manera los códigos y las leyes.
La sonrisa del juez Smith no es sólo simpatía. En su sentencia hay mucho sentido y una pasión innovadora que ha intentado hacer tan entretenida como la propia trama de la obra juzgada.