Los periodistas han perdido la inmunidad. El salvoconducto de imparcialidad que les proporcionaba cierta protección en los conflictos. En la guerra moderna, de bordes difusos entre el terrorismo, la revolución y la resistencia a la ocupación (legítima o no), los informadores ven la realidad bajo bandera y son considerados objetivos por los bandos.
Unos para utilizarlos de altavoz frente a unos medios a los que acusan de propagandistas. Otros para controlar una información que puede erosionar las certidumbres de ciertas políticas.
Son los nuevos enemigos. Los de siempre: dictadores, regímenes antidemocráticos, mafias y sus brazos políticos, persisten y florecen.
2004 fue el peor año para los periodistas desde 1995, cuando los islamistas radicales argelinos convirtieron a los informadores en enemigos.
53 periodistas muertos. 19 en Irak, algunos asesinados en rituales de terror videodifundidos a todo el mundo. 16 muertos en Asia, asesinados por dictadores y mafias que no toleran la investigación sobre sus crímenes.
En Latinoamérica vuelve la confusión entre políticos corruptos y narcotraficantes. Su común enemigo: los periodistas.
Son las cifras del último informe de Reporteros sin Fronteras (RSF) presentado cuando se celebra el XV Día de la Libertad de Expresión y el vigésimo aniversario de la fundación de la organización.
Los cinco países más peligrosos para los periodistas son Filipinas, Irak, Colombia, Bangladesh y Rusia, según el informe del Comité para la Protección de los Periodistas presentado ayer.
En más del 85% de los casos, los asesinos de informadores quedan impunes, la corrupción los salva y sigue condenando a los profesionales de la información.
El 1 de enero de 2005 permanecían encarcelados 107 periodistas. China es la mayor cárcel de informadores, con 26 presos. Le sigue Cuba, con 22, a pesar de la liberación de Raúl Rivero y otros seis periodistas.
El antes llamado mundo libre tampoco anda a salvo. En Estados Unidos varios periodistas son urgidos por los tribunales para que revelen sus fuentes y traicionen así el secreto profesional. Lo mismo ocurre en Francia.
En España avanzan las interpretaciones restrictivas de la ley y crecen por primera vez desde el fin de la dictadura los defensores del corporativismo y un periodismo sometido y vigilado por los poderes públicos, como el que destila el proyecto de Estatuto del Periodista Profesional presentado en el Congreso por Izquierda Unida y defendido por varias asociaciones periodísticas.
Cuando los ciudadanos toman asaltan la información y los medios gracias a los instrumentos digitales y a un ansia enorme de participación, los enemigos de la libertad de prensa y expresión mantienen su yugo de silencio y muerte. Los terroristas convierten a los informadores en objetivos y otros intentan controlar la información hasta estrangularla en pura propaganda.
Reporteros sin Fronteras | Informe Anual 2005
Comité para la Protección de los Periodistas | Los cinco países más peligrosos para los periodistas
P21 | El fin de la blogosfera
P21 | Narcos y políticos contra los periodistas mexicanos
P21 | Los periodistas, su estatuto y sus peligros
P21 | Mea culpa de la prensa en Irak
P21 | En memoria de José Couso y los periodistas muertos en Irak