Cuando George W. Bush se puso por primera vez ante las cámaras y ante sus seguidores para anunciar su victoria en las elecciones hizo un agradecimiento muy especial: "a Karl Rove, el Arquitecto".
Karl Rove (53), un estratega electoral republicano que comenzó su carrera en Tejas, conoce a Bush desde hace 30 años. Nadie tiene tanto prestigio en el Partido Republicano como este hombre que tiene el mejor registro de elecciones ganadas de todos los estrategas políticos que pueblan Norteamérica.
Ampliar la base. Ése fue el objetivo de Bush y Rove en esta campaña. Tener más votantes republicanos registrados que los demócratas.
Si Howard Dean y Joe Trippi revolucionaron las elecciones con la movilización por internet, John Kerry no supo mantener esa movilización pese al apoyo de los medios liberales, gran parte de los artistas y de los intelectuales, etc.
A John Kerry no se le ven los ojos. Y es muy difícil confiar en un hombre al que no se le ven los ojos.
Los ojos de GWB son francos. Impagables para un político, tiene esa mirada directa y entusiasta diga lo que diga.
A Karl Rove también se le ven los ojos pese a sus gafas que no paran de escrutar y analizar tablas, datos, perfiles demográficos.
El Arquitecto lo tiene claro: hay que ganar voto a voto, ampliar la base para que el país dividido 49/49 sea un país dividido 51/48.
Y lo consiguió.
¿Cómo?
"They looked at what they read, what they watch, what they spend money on", según un funcionario republicano citado por The Washington Post.
La cultura, el entorno mediático y su estilo de vida. Esas son las claves de la demografía electoral, en Estados Unidos y en el resto del mundo desarrollado.
Los valores, pero también una guerra que hay que terminar, los intereses de quienes están más preocupados por vivir bien que por cómo viven los otros.
El american way of life puede ser compasivo, como ha predicado GWB, pero también es profundamente conservador, especialmente en lo familiar. Cuando el mundo exterior amenaza, los americanos se refugian en la familia (esas escenas de desayuno estilo Doris Day y Rock Hudson antes de salir del armario). Por eso los gays perdieron los once referendos sobre el matrimonio homosexual.
Rove lo sabe. Y ha sabido cómo hacer votar a los habitantes de los suburbios, sumar a las jóvenes familias de clase media que además de vivir en los swing states pueden votar a republicanos o demócratas.
Hace unos años votaron a Clinton. Ahora no creyeron en Kerry.
Rove ha vuelto a ganar.
José Luis Rodríguez Zapatero persigue esa misma construcción de una mayoría social y cultural desde la izquierda. Aznar pensó que la tenía y la perdió con la guerra de Irak, el empecinamiento con la religión, la imposición de valores tradicionales y la soberbia.
ZP se apoya en la base social de centro ligeramente progresista que los españoles han construido desde la reinstauración de la democracia.
Y para ello confía en el grupo Prisa y el cambio de la televisión pública. "Si los españoles leen, ven y escuchan lo mismo que Sonsoles y yo --piensa el presidente-- la mayoría social está asegurada".
Progresismo social, pacifismo (no sólo en las guerras de las armas), apaciguamiento territorial y talante son las recetas de un hombre de sonrisa perenne que deja dormir los ímpetus de otros para luego domeñarlos.
Del otro lado, al PP le sigue sobrando crispación y volver a reconstruir un partido como el de 1996, cuando practicaban un derechismo compasivo que aunaba tolerancia en lo social, pragmatismo moral y énfasis en la economía (aunque fuera en forma de burbuja).
¿Ganará ZP?
Four More Years Attributed to Rove's Strategy (washingtonpost.com)
P21 | Telecinco ganó las elecciones americanas
P21 | Venció el miedo