Rapidez, simplicidad y seguridad. Es la última gran promesa de Google. Su receta: olvida tu ordenador, los programas, lo que te separa del acceso inmediato a lo que más quieres y usas. El correo electrónico, tus contactos, tus redes sociales, todo está en la web. Por eso ofrece Chrome OS, un sistema operativo pensado para internet y diseñado para acabar con la era del PC. Todo está en la nube –cloud computing- y Google ofrece herramientas y espacio. Ahora también te ofrecerá las pestañas para acceder instantáneamente, sin esperas.
Los hiperconectados no tienen paciencia. Quieren todo al instante, son hiperconsumidores. En la vida líquida la velocidad es imprescindible. ¿Cuántos tuiteos pierdes mientras el ordenador arranca? ¿Cuántos comentarios sin hacer? Y el ordenador dalequetedale. Tranquilo, aquí está Chrome OS: abre inmediatamente como un navegador y ya estás conectado. No necesitas programas ni actualizaciones. Te olvidas de los aparatos. Accedes a todo lo que quieres y tienes desde cualquier ordenador, móvil… con sólo una conexión a internet. El sueño de los hiperconectados visto por Sergey Brin: un sistema operativo para vivir en la Red. Adiós a la era del PC. Bienvenidos a la era móvil y a la identidad portátil.
¿Podrá Chrome OS con Windows? Muchos creen que no porque hay cosas que no se pueden hacer desde internet. Otros que su base Linux no es robusta. Hay quien duda de la interfaz de la web, siente no disponer de DVD o teme la escasa flexibilidad de un sistema operativo enganchado a internet. Pero Google atisba un nuevo ecosistema donde las aplicaciones –como las que triunfan en los móviles- y el acceso a internet es suficiente. Al menos para muchos en la vida cotidiana. Ordenadores baratos para acceder a la Red y no preocuparse por ellos. Ultraportátiles y los nuevos smartbooks, híbridos de móvil y PC.
Google ha abierto el código de su sistema operativo para atraer a los desarrolladores. Más aplicaciones, más usos = más éxito. Google tiene tus datos y tus contenidos: lo que vale. Su estrategia es convertirse en el señor de la nube –los contenidos alojados en internet- y el streaming –audiovisual sin descargas. Por mantenerse como la puerta de internet lucha con los nuevos aspirantes: las redes sociales. Quien logre más usuarios, más contenidos, retenidos más tiempo, será el ganador de la nueva web. "Un anillo para gobernarlos a todos" o la tormenta perfecta de la convergencia en la vida móvil. El aparato será un commodity de escaso valor. El valor está en el sistema operativo, que algunos luchan por convertir en personal.
Columna en Público