Sunday, November 09, 2003

Futuros periodistas despistados


Valladolid. Colegio Mayor Peñafiel. Un centenar de universitarios reunidos en unas jornadas de periodismo convocadas bajo el lema: "Lo que vende y lo que vale en el mundo de la información".
Preocupación y curiosidad por la telebasura, el cinismo de los responsables de las televisiones públicas y la ¿degradación? de los programadores y telespectadores que no apagan la tele (demostrado que cambiar de canal no resuelve nada).
Y mucho despiste.

Algunas impresiones:
Las universidades van muy por detrás no ya del mercado y sus necesidades, sino del periodismo. Afortunadamente, algunas facultades españolas cuentan con profesores jóvenes y departamentos que poco a poco abren hueco al periodismo digital.
Hace poco un profesor comentaba que la discusión en los centros académicos ser perdía con la velocidad de los cambios en el negocio y la tecnología.
El mundo y el periodismo caminan rápido. Aunque la universidad debe procurar formación trascendente no está disculpada de apretar el paso, aunque sea con chirriar de dientes.

Una de las barreras caídas es la división entre información y entretenimiento. Muchos estudiantes, periodistas en ciernes, ya no distinguen entre el oficio de las noticias y el del entretenimiento. Vale que no lo haga la audiencia, pero la confusión entre los profesionales, o quienes desean serlo, es más preocupante.

Otra brecha rota es la separación entre información y publicidad. Los futuros periodistas parecen venir ya rendidos.

La presión por el triunfo rápido es una obsesión desencaminada. Arturo Merayo, profesor de la Universidad Pontificia de Salamanca, interpelaba a los alumnos: "¿Qué triunfo? Triunfo para muchos es la labor social bien hecha. Triunfo para otros es contar lo más fielmente posible lo que pasa en la ciudad. Para otros, lamentablemente, es el dinero rápido y salir en televisión".
Los seguidores de este último camino, por favor, dejen a los otros formarse en paz.

Rendidos. Los valores no están asentados. Repetir la importancia de trabajar para el lector y con el lector no es baladí. La independencia no está asegurada. Ángel Expósito alertaba: "Es cierto que no hay libertad de información pero la culpa es de los que nos dejamos coartar".

Legos tecnológicos. Sorprendentemente los jóvenes no están todo lo preparados que sería deseable en la tecnología y su repercusión en el periodismo.
Son devoradores de telefonía móvil y habitantes del universo Google, pero no pasan de ahí al ciberperiodismo y la multimedia. Envían fotos sin darse cuenta de la información que a partir de entonces pueden construir y escriben correos electrónicos sin pensar en el estilo y en cómo lee la generación de las vocales perdidas (SMS).

Pocos mitos. Los futuros periodistas conocen la actualidad pero no los mitos del periodismo. Y el mito es, como siempre, una de las formas más inmediatas e intuitivas del conocimiento.

EL NORTE DE CASTILLA

Pistas para futuros periodistas:
Kapuscinsky exige principios
Manual para ciberperiodistas
Premios para nuevas formas de informar
"Empotrados" y corresponsales en cuestión
De la telebasura, defensas y condenas
Investigación y servicio público en la red
La renuncia a la información
Periodistas: guías o productores de información