Algunos políticos descubrieron el poder de los blogs hace tiempo. Los nuevos líderes ya hacen política en el ciberespacio y la blogosfera. Elecciones como las recientes norteamericanas o las autonómicas catalanas no hubieran sido iguales sin la blogosfera, la ciberpolítica y la propaganda viral.
La videocracia avanza a clic de vídeo en internet.
¿Cuál es el próximo paso? ¿Comprar el apoyo de los blogueros?
La pregunta es oportuna ahora que comienza una nueva e inagotable campaña electoral que une las próximas elecciones locales de 2007 con las generales de 2008.
Y los partidos ya consideran internet un espacio político y una herramienta imprescindibles.
Un artículo de Daniel Glover y Mike Essl en The New York Times denunciando a los evangelistas blogueros por cobrar de los partidos ha destapado la caja de pandora en la blogosfera.
Políticos y blogs están unidos. La mayoría de los blogs políticos son militantes, panfletarios y propagandistas. No son independientes. Son activistas, no observadores ni informadores.
Por eso no es de extrañar que los políticos acudan a los blogs con más reputación y experiencia para incluir su publicidad, encargar bitácoras electorales o contratarlos como asesores en propaganda viral y cibercampañas.
Otros opinan e informan sobre política manteniendo una actitud independiente y sin vincular su apoyo o militancia a ningún partido. Son los menos. Muchos están escritos por periodistas y otros por ciudadanos interesados en los asuntos públicos, pero ajenos a las redes partidistas.
Más, la mayoría, abordan con frecuencia temas políticos pero no es su interés principal.
La blogosfera es un nuevo espacio público donde más se está practicando y desarrollando la democracia participativa: la política 3.0.
Que los políticos financien blogs de una forma u otra es sólo cuestión de tiempo.
Los blogueros están en su derecho, pero para mantener su crédito o, simplemente, para ser honestos con su público, deben ser transparentes. Cuanta más transparencia, mejor.
No necesitamos más espacios contaminados como los medios tradicionales, sino más voces privadas o colectivas y ámbitos públicos independientes, libres, donde exista un espacio para los asesores políticos (que evidentemente hoy tienen blog o deberían tenerlo), los partidarios de cualquier líder o formación pero, también, sobre todo, para los ciudadanos independientes.
Para ser críticos es importante tener más y mejor información.
Y debe empezar por uno mismo. Cuando los blogs se agrupan en redes políticas o son muy partidistas no suele haber engaño. En todo caso es obligatorio aclarar si se trabaja o se recibe alguna financiación de cualquier partido, político o institución.
Lo mismo si se forma parte de una institución, grupo o medio con financiación política.
De lo contrario se está mintiendo a la ciudadanía.
Una cosa es comunión ideológica o la militancia, legítimas. Otra ser empleados o beneficiarios del poder y los recursos de los partidos. Más aún en el caso de España, ya que toda la financiación política legal es pública, y por lo tanto debe ser exquisitamente transparente.
En España, las redes de blogs políticos tienen difusión y penetración entre los simpatizantes de unos y otros. Pero son muy impermeables y se relacionan poco entre ellas. No se encuentran muchos lectores, a juzgar por los comentarios, que participen en conversaciones tan opuestas.
Los librepensadores siempre han sido especie amenazada en esta tierra cainita (en las demás, también, no seamos ilusos).
La partitocracia, el sistema electoral cerrado y falta de pluralismo hace menos interesantes a los blogs que en democracias con listas abiertas, sistemas de primarias o más partidos en disputa.
Pero nunca está de más recordar a los simpatizantes que los políticos esperan su voto. Y los blogs son más baratos -al menos por ahora- que los medios.
Algunas redes sociales repiten constantemente que no son formaciones de partido, como Red de Blogs Socialistas (que agrupa a varios diputados y cargos socialistas, además de a militantes y simpatizantes).
Responsables de empresas de la web 2.0 y la red social ya ven la blogopolítica y la ciberdemocracia como una nueva oportunidad de negocio, tanto para los creadores y gestores de aplicaciones como los animadores de redes sociales.
La blogosfera no es evangélica ni virginal, aunque algunos prefieran creerlo. Es como la vida misma, con todos sus defectos, porque está formada, sobre todo, por personas.
La única ética del bloguero debe ser la transparencia y la responsabilidad. Con él mismo y con su audiencia, que tienen derecho a reclamarlas.
Se puede ser libre, activista, militante, panfletario, pero sin engañar.
Es la democracia. Es personal.