El nuevo The Wall Street Journal se presenta. Y su editor, L. Gordon Crovitz, promete a los lectores más seriedad y más información original y diferenciada "cuando tantas organizaciones periodísticas parecen distraídas con modas, tendenciosidad y famoseo".
Un rediseño nunca ha salvado a un diario, aunque sea de Mario García y ya ensayado en versión tabloide en las ediciones internacionales, pero el nuevo Journal es más legible, navegable, barato (se achica para ahorrar papel, costes y ser más manejable) y apuesta por aumentar la información propia y diferenciada hasta el 80% de su contenido total.
Más exclusivas, más contexto, más interpretación y una alerta sobre las noticias futuras sobre las que los lectores deben estar atentos. Es la receta de The Wall Street Journal para que los diarios sigan siendo referencia en papel y en internet (casi 800.000 suscriptores de pago).
El Journal apuesta por el multiproducto y no ser una "plataforma neutral". Quiere mantener a los lectores de papel y actualizar la información a lo largo del día.
Es una misión difício, pero sólo los grandes diarios diferentes, de calidad y con posición (a veces en exceso tendenciosa) tienen futuro.