Que Teddy Bautista y Fernando Trueba fuesen invitados con voto a la Conferencia Política del PSOE de este fin de semana no es gratis. Siempre pasan por caja antes de marcharse.
Se van con el anuncio de José Luis Rodríguez Zapatero de renovar el próximo año la ley del cine de 2001 y con una nueva promesa de más ayudas para el sector cinematográfico español.
Las exigencias de la Federación de Asociaciones de Productores Audiovisuales de España (FAPAE) han sido escuchadas.
Zapatero es un fiel seguidor de las obsesiones televisivas de José María Aznar, su predecesor en el gobierno.
Aznar declaró una guerra digital que acabó con más poder para Jesús Polanco y Prisa, objetivos del ataque. Cerró la concesión de licencias para limitar las televisiones y enfadó hasta a sus periodistas de cabecera.
Zapatero ha aprovechado la exuberancia digital para conceder televisiones con las que contentar a todos y rediseñar el mapa audiovisual (la gran tarea de Miguel Barroso). Fortalece el telestado autonómico con más poder para los políticos y dinero para los grandes grupos y la industria audiovisual.
Ahora anuncia más control con nuevos consejos audiovisuales excesivos que sigan el ejemplo intervencionista catalán.
Todo sea por la veracidad de la información y la participación ciudadana, dicen.
La fórmula autonómica (ya puesta en práctica por Aragón, Asturias o Extremadura) es repartir la producción entre los grandes grupos (Mediapro, Prisa, Zeta, Vocento están entre los principales beneficiados) para evitar nuevos gigantismos televisivos y tener a todo el mundo contento.
Los políticos tienen televisiones públicas para la propaganda a menudo realizadas en parte por quienes tienen la obligación periodística y cívica de vigilar al poder.
El conflicto de intereses es evidente. El periodismo independiente es la primera víctima de la convergencia televisiva.
Con internet se intenta hacer lo mismo regulándola como el audiovisual, ampliando excesivamente los derechos de propiedad intelectual (que favorecen sobre todo a las televisiones, productores y gestoras de derechos) y acabando con la neutralidad de la Red.
Y le llaman participación ciudadana. Y para regularla ya prometen una nueva ley (página 40, pdf)
Según los datos del Ministerio de Cultura hasta enero de 2006 se han exhibido 274 películas españolas en los cines, casi una quinta parte del total de 1.307.
En 2005 se produjeron 142 largometrajes a los que se prestó en condiciones preferentes 40 millones de euros y se les concedieron ayudas por otros 58,5 millones de euros (balance en pdf).
En esas cifras no se incluye el 5% de sus beneficios que las televisiones están obligadas por ley a invertir en cine español.
En las conclusiones del documento marco de su convención, los socialistas se apuntan a la petición de Trueba de más ayudas para el cine y dicen:
"El impulso a la producción audiovisual es esencial ya que nos permite conocer cómo nos vemos, cómo nos retratamos y cómo nos sentimos. La televisión, como servicio público, debe ampliar su compromiso con la sociedad y la creación" (página 23, documento de resoluciones, pdf).
Que se preparen las televisiones. Toca pagar más. Acabada la reforma de la Zapatero TV y con televisión propia por internet, el PSOE quiere cerrar el mapa de la televisión autonómica.
La socialista Carmen Heras pone al criticado y ya contestado Consejo Audiovisual Catalán (CAC) como ejemplo para los 18 consejos audiovisuales que España puede llegar a tener (uno estatal y 17 autonómicos) para romper todos los récords mundiales de control audiovisual.
Integrados por miembros elegidos por los parlamentos y presidentes nombrados por los gobiernos, el PSOE y la socialista cacereña hablan de aumentar la participación ciudadana.
Tienen la mala costumbre de confundir participación con control.
Entre los nuevos derechos del PSOE no está la imprescindible reforma electoral para una democracia más participativa. Ni siquiera recuperan las abortadas primarias, mantenidas sólo para perdedores por gracia de Zapatero y Blanco.
Zerolo ya puede pedir primarias para elegir el candidato madrileño. Zapatero se lo sacará de la chistera sin consultar al partido y más atento a la imagen pública y los sondeos.
La Conferencia Política del CiberPSOE ha sido un bluff. El documento final (pdf) está repleto de buenismo, generalidades y muchas promesas.
Demasiado intervencionismo social y estatalismo descentralizado enmascarado de España plural y nuevos derechos ciudadanos.
Seguir la ciberconferencia por los blogs (RBS y Las Ideas han sido los más activos) deja la mala impresión de que la filiación puede con cualquier intento de autocrítica e independencia de criterio.
La ciberdemocracia del futuro no apareció por la conferencia política del CiberPSOE. Sólo hubo más política de la de siempre.
No me extraña que Howard Dean no haya venido. Mejor el glamour mediático de Ségolène Oh la là.
P21 | El PSOE quiere más consejos audiovisuales
P21 | El desafío participativo del PSOE
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