Rupert Murdoch quiere lanzar MySpace en China como poco antes ha hecho en Japón, con socio local. No es el primer negocio del magnate de News Corporation en el gigante asiático: la televisión (Star), los servicios de conexión a internet y los móviles son sus sombras chinescas desde hace tiempo.
Televisión, entretenimiento, telefonía, pero ¿es posible crear una red social en uno de los países depredadores de la libertad de expresión?
Ciberdisidentes y blogueros son perseguidos sin tregua. La vía china al capitalismo es crecer económicamente mientras dentro de la muralla no hay más espacio público que la dictadura burocrática del Partido Comunista.
Wendi Deng, la mujer de origen chino de Murdoch, será la persona clave del emperador mediático en la operación. Su primer puesto en News Corporation.
Murdoch es un experto en acomodarse a la política para sus negocios. No ha tenido reparo en hacerlo en Australia, Gran Bretaña, Estados Unidos, etc. donde sus medios son mayoritariamente conservadores y aliados del poder.
En España, José María Aznar forma parte del consejo de News Corporation y anda ocupado en tantear la creación de un gran grupo mediático de la derecha.
China no será una excepción cuando el último media mogul se ha confesado inmigrante digital apasionado.
El negocio para Murdoch está asegurado. Pero las grandes redes sociales comienzan a convertirse en un instrumento de entretenimiento, lejos de sus posibilidades de proyección de la identidad de dominio público, ampliación del espacio público y la democracia.
Cada vez se parecen más a la televisión. Muchas imágenes, muy divertidas, poco informativas y casi nada útiles para la democracia.
En China, MySpace no puede esperar para hacerse con el mercado. La democracia y la libertad, sí, hurtadas por el negocio como ya ocurrió con Google, Microsoft o Yahoo.
Los posibilistas creen que es mejor estar. Que poco a poco se va forzando el cerrojo de la dictadura. Difícil cuando los medios que controlan el acceso, la tecnología y los contenidos en la Red colaboran en la represión (tras la Gran Muralla y en otros países).
Quizá cuando el grillete afloje, las redes sociales en internet ya no servirán para construir una China libre.
P21 | El peligro amarillo asusta a Google