Este año no hay runrún con los regalos navideños de los políticos, a lo mejor es porque todo el mundo está muy contento de recibirlos. No es para menos, políticos e instituciones se siguen esmerando.
El jamón del Congreso ideado por Manuel Marín volverá a ser la estrella indiscutible (ya lo dicen los españoles, donde haya jamón ¿quién quiere una agenda?)
El Congreso aquilata y este año serán 1700 jamones -paletillas, mejor dicho- por 160.000 euros. La cesta de Navidad del Congreso cuesta casi 95 euros por cabeza, casi el doble del gasto medio por cesta de las empresas y algo más de la media real (80 euros, según una encuesta).
Pero este año la comidilla es el cambio en el PP. A Eduardo Zaplana le ha parecido muy caro el tradicional vino de Ribera de Duero instaurado por José María Aznar y se ha tirado por los turrones de Alicante, su tierra.
El terruño, en esto de los regalos de Navidad, siempre es un referente.
Por eso, en el PSOE, albariño. Por algo Pepe Blanco es secretario de Organización. Para la cesta no hay primarias ni España plural.
Los más generosos entre los partidos del Congreso suelen ser siempre los catalanes.
De CiU se espera -y cumple- buen aceite. Este año tres botellas de alta calidad con un tapón aceitera practiquísimo.
ERC no falla con el cava. Haya o no boicot, lo que sí hay es procedencia. Que un cargo del partido sea productor tiene que servir para algo.
¿Y el resto? Los pequeños nada o, como mucho, un detallito por debajo del coste medio anunciado arriba. La Ley de Financiación de Partidos obliga.
En las autonomías la cosa no se queda atrás, no te creas.
Podríamos hacer entre quienes los reciban un ránking de prodigalidad navideña de los partidos.
P21 | Jamón para todos