Politics Faces Sweeping Change via the Web es un artículo de The New York Times sobre los blogs en política con dos enfoques principales:
>> la aparición de un nuevo instrumento eficiente y barato para difundir mensajes a audiencias segmentadas;
>> su uso destructivo contra otros políticos e ideas.
La revolución política digital sólo a medias. Muchos críticos del reportaje señalan que su mínima atención a la participación, a cómo la blogopolítica puede fortalecer el diálogo ciudadano, abrir y enriquecer los mensajes y mejorar el compromiso y el interés por los asuntos públicos.
Y todo es verdad. O puede serlo.
Pero los entusiastas de la blogopolítica viven en el deseo más que en la realidad. La blogosfera deja oír más voces de ciudadanos y de políticos, sin duda, pero lo que realmente ha aumentado es el sectarismo y las estrategias destructivas y difamadoras.
¿Existe auténtico diálogo político en la blogosfera?
Sí, pero es pequeño porque también es mínimo fuera del ciberespacio y el medio no es el contenido cuando se reflexiona. Otra cosa es la televisión, donde la imagen intuitiva y acrítica difunde realidades inventadas, escenificadas, y donde al espectador sólo llega una parte del mensaje seleccionada y mediatizada. La televisión está encantada con la política telegénica y la crispación. Son televisables y baratas.
Es importante no perder de vista el fraude televisivo porque sino la identidad digital sustituye a lo real.
La blogopolítica se emplea para difundir mensajes sin filtrar y contrastar apoyados en la mezcla de opinión e información.
Los partidos ya están en marcha para controlar la blogosfera y la mejora de la participación ciudadana. La estrategia pasa por definir los mensajes y orientación de las comunidades políticas virtuales y convertir a los políticos profesionales en sus líderes.
En las blogosferas más activas sus participantes son cada vez más sectáreos. Surge un curioso efecto tradicional en la historia política del mundo: cuanto más se encona la lucha política, más ideológico y cerrado se vuelve el mensaje. El viejo endurecimiento de la política del miedo, siempre entusiasta para convertirse en fortaleza y muy medrosa de abrir sus puertas y desarmar sus almenas.
Existe un momento en el que el debate se vuelve lucha y el mensaje un arma propagandística. Y más en una política más personal, como lo es la Política 3.0
Leer los blogs de la mayoría de los políticos provoca una sensación terrible de repetición. Como los comentarios a sus palabras.
Hay excepciones, por supuesto, pero es necesario un diálogo mayor y menos prisa y esfuerzo por controlar el mensaje.
Dice Enrique Dans parafraseando a Joe Trippi que los blogs cambiarán la política como la cambió la televisión. Es una esperanza necesitada de otras condiciones: la primera y más urgente el cambio de un sistema de partidos y electoral cerrado, muy desvinculado de la ciudadanía a la que se representa.
Una cosa es el blog de un político en Estados Unidos o Gran Bretaña, cuando dialoga directamente con sus electores y los compromete en sus actividades y financiación. Otra muy distinta es hacerlo desde una estructura de partido sustentada en listas cerradas donde el elector no elige a su candidato y donde un político tiene muy difícil disentir de la ortodoxia mecánica del aparato.
Hace falta descentralizar y abrir el sistema electoral para convertir el diálogo, en los cafés o la blogosfera, en fuerza política. El primer paso es la política local, donde la ideología deja más espacio a los problemas cotidianos y donde la percepción de los ciudadanos es más inmediata.
La televisión concentró el poder político en los líderes telegénicos y convirtió la verdad del poder en realidad televisada. Recuerda la radio de los dictadores, luego vendría la dictablanda glamourosa de John Kennedy y sus discípulos.
La historia de la política televisiva es la de la pérdida de poder del legislativo, cada vez más condicionado por un ejecutivo con más competencias y rector de bancadas parlamentarias obedientes.
La conversación abierta y participativa de la blogosfera puede ayudar a abrir la política, pero siempre que la razón, el diálogo, el logos difundido en el ciberespacio rompa los monopolitismos y la conversación sea debate y no discurso.
Propuestas para mejorar la blogodemocracia:
1. Aumentar el pluralismo y apertura del sistema electoral.
2. Los políticos deben conversar con los ciudadanos, no conformarse con la propaganda.
3. Interperlar a los políticos en sus blogs para estimular sus definiciones y hacerles llegar las inquietudes concretas de la ciudadanía.
4. La blogosfera política debe bajar a la realidad. El debate y conocimiento en el ciberespacio es un paso, pero no sustituye, sino que debe animar el debate en los órganos democráticos.
5. Los blogs políticos deben servir para aportar elementos de conocimiento y discusión de las ideas y posturas políticas a los ciudadanos frente a los mensajes unidireccionales y la discusión mediatizada de los medios tradicionales y las blogocomunidades sectáreas.
6. Los políticos con blog deben ser capaces de traspasar a su actividad partidista e institucional el resultado del diálogo en la blogosfera.