La creación de un consejo nacional de colegios de periodistas parece inevitable. El gobierno estudia su creación presionado por el Col·legi de Periodistes de Catalunya a través del PSC y sus aliados. No le cuesta mucho. En su última conferencia política, el PSOE ya anunció su intención de crear consejos audiovisuales estatales y en cada autonomía.
Pasión por el control político y asfixia periodística por la mala situación laboral y profesional se unen para imponer más barreras a los medios y a la información.
El presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid, Fernando G. Urbaneja, rectifica algunas de las posturas mantenidas y propone a los asociados la creación de un colegio, de adscripción no obligatoria, para no perder representatividad (carta explicativa) en el nuevo escenario.
Los colegios profesionales españoles: Cataluña y Galicia, serán tres dentro de nada con la creación de otro en Murcia. En Valencia el riesgo amenaza después de varios intentos legislativos.
Con ese crecimiento pretenden erigirse en la representación profesional de los periodistas españoles (la Federación de Asociaciones de la Prensa es hoy mayoritaria) junto a el Foro de Organizaciones de Periodistas (que también agrupa a los sindicatos).
Su principal objetivo es conseguir la aprobación del Estatuto del Periodista Profesional, una ley intervencionista que bajo el palio de luchar contra la precariedad laboral y el intrusismo coloca a los periodistas bajo la égida de políticos y sindicatos, tanto en el ámbito nacional como en el autonómico, con la creación de consejos de la información elegidos por los parlamentos la imposición de un carné que habilita para ejercer el oficio.
El presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid anuncia un acuerdo con el gobierno autonómico madrileño para poder constituir en un tiempo récord de cuatro meses un colegio profesional siempre que la colegiación no sea obligatoria.
La fórmula Urbaneja intenta no claudicar las objeciones al estatuto de los periodistas que la APM ha hecho hasta el momento y propone la convivencia de asociación y colegio (al contrario de lo que ha pasado en Cataluña y es la situación hoy en Galicia) con diferentes objetivos.
"El Colegio no debe ir en demérito de la Asociación que puede (que debe) seguir operativa y actuante como hasta ahora, sin merma de ninguno de sus derechos y propósitos. Colegio y Asociación correrían simultáneos con la misma dirección y afiliación y con una especialización de tareas, la representativa al Colegio y la asistencial y de servicios a la Asociación".
Posibilismo frente a lo inevitable para seguir luchando por un estatuto o regulación de la profesión periodística que no la someta al control político y elimine los problemas del proyecto actual, según Fernando Urbaneja.
La realidad es que hoy los contrarios al estatuto son minoritarios en la profesión y el presidente de la APM y la FAPE confía en convencer desde dentro en lugar de mantener una lucha contra todos.
Propuesta de conversión de la Asociación de Periodistas de Madrid en Colegio Profesional, un documento para la reflexión junto a la documentación sobre el Estatuto del Periodista Profesional.