Después de unos días de silencio, Loïc Le Meur, director de Six Apart (Movable Type, TypePad) en Francia e impulsor de la conferencia Le Web 3, explica sus razones tras la oleada de críticas por la presencia de dos políticos, Nicolas Sarkozy y Francois Bayrou, en la conferencia.
Y sus razones revelan el mayor problema que acecha a la blogosfera: su éxito puede ser su fracaso.
La incorporación e interiorización de sus herramientas, estilo y procesos por políticos, negocios, marketing, propaganda, etc. puede acabar con su sentido original de espacio público de intercambio entre personas independientes en la blogosfera de los condicionantes de la vieja economía, la vieja política, los medios convencionales, etc.
La blogosfera es la vida misma. Y al aceptar esa condición pierde gran parte de sus rasgos de revolución democratizadora para convertirse en un escenario de los mismos intereses y procedimientos de los negocios y el poder tradicional.
Surge entonces el fin de la blogosfera original.
De espacio personal, instantáneo, libre, alejado de intereses económicos y políticos, a un nuevo espacio público con mayor poder de intercambio y herramientas potenciadoras del criterio social, pero por dominado por las mismas fuerzas de la cotidianeidad.
¡Bienvenidos al desierto de lo real! (Zizek)
Otra vez las declaraciones de independencia (del ciberespacio, de la blogosfera) sucumben porque los políticos,el poder y el dinero estatal y de las administraciones se infiltra.
Más intervención política, menos independencia. Más dinero público manejado por los políticos, menos libertad.
La ecuación antiliberal clásica no falla. Antes la sufrieron los medios tradicionales, tan castigados por los blogueros; la sociedad civil, ahogada por la infiltración partidista; los movimientos asociativos, sometidos por sus lazos con instituciones controladas por los políticos y su apelación demasiado habitual a la administración pública; la cultura, sometida al dinero y el mecenazgo políticos, etc.
Es una de las grandes diferencias entre Europa y Estados Unidos. Al otro lado del Atlántico el poder político necesita más de los ciudadanos y de la movilización en cada elección debido fundamentalmente a un sistema electoral más abierto, con todas sus imperfecciones.
La sociedad civil y el activismo cívico es más intenso. Los problemas son parecidos, pero hay un margen mayor de acción para ciudadanos, instituciones y empresas, más poderosas en el tejido del poder.
Las razones de Löic Le Meur son ya las de un empresario, no las de un bloguero. No cuestiono su buena voluntad, pero el resultado es igual de nefasto. "Especialmente necesitamos a los políticos", dice para justificar una "batalla por internet y los emprendedores en Europa". Sí. Pero se puede hacer de dos formas: de arriba a abajo, como siempre; o de abajo a arriba, por la difusión de ideas y la potenciación del poder de los individuos. Lo que siempre se había defendido hasta ahora como el rasgo diferencial de la participación en Red. Esa era la revolución democrática de la blogosfera.
Pero si cuando los blogs y la Red Social (Web 2.0) son todavía un acontecimiento incipiente y de baja penetración entre el total de la población, aunque en fuerte crecimiento, se pliegan a los poderes, calendario y necesidades del poder y la economía convencional, entonces la diferencia con las ataduras de la vida real cotidiana desaparece.
Y con ella su poder democratizador y de agitación.
Ese es el fracaso de Löic Le Meur y de quienes ya se entregan al éxito antes de conseguir ampliar la blogosfera como espacio público radicalmente democrático.
Le comprendo como responsable de un negocio de blogs, pero nada lo justifica desde el punto de vista político y social.
"Necesitamos hablar con ellos y ellos necesitan entendernos (...). Debemos traerlos a nuestra conversación", dice el responsable de Six Apart en Francia. Sí, pero no con sus reglas, sino con las de la blogosfera, que no son más sino más igualdad, más democracia, ninguna autoridad más que la de las ideas y su comunión por personas.
Necesitamos más tiempo, más esfuerzos, más gente para construir público soñado por John Dewey y Jürgen Habermas como eje de la democracia
El viernes pasado hablaba de blogs y activismo social con Enrique Dans (defensor de la sinceridad de Le Meur ) y con Nacho Escolar. Entonces defendí que no necesitamos sólo nuevas herramientas de comunicación, sino un espacio público con nuevas reglas, donde crear identidades personales más poderosas para compartir nuevas narrativas individuales y sociales.
De lo contrario esta maravillosa oportunidad volverá a ser más de lo mismo. El poder de la blogosfera -de las personas en conversación- sometido a los poderes de siempre.
Lo mismo discutimos en octubre pasado con varios políticos españoles que intentan entrar en conversación, no imponer sus cargos y poderes: o los ciudadanos cambiamos los mecanismos y problemas de la democracia apoyándonos también en la blogosfera, o la política profesional ahogará esta oportunidad de democratización y mayor participación.
Sigo creyendo en esas ideas.
No son exclusivas, los blogs también son un formato conveniente para muchos medios, contenidos e intenciones: propaganda, marketing, periodismo, publicidad, etc.
Pero o mantenemos una blogosfera como espacio público libre, con las únicas reglas de la conversación entre personas, lo más sincera y transparente posible, acceso amplio con aspiraciones de universal y sin filtros ni cortapias, crítica, sin repetir los modos y reglas de la vida real o entonces sólo seremos replicantes.
Y ellos nunca han sido ni serán libres. Siempre dominados por los recursos económicos necesarios para su desarrollo y construcción, bajo las reglas de sus creadores y en un entorno definido por otros donde su capacidad de movimiento sólo es una libertad formal. Un simulacro de libertad. Y de la propia vida.
P21 | La peligrosa atracción de blogs y políticos