¿Qué le habrá molestado más a Pedro J. Ramírez, director de El Mundo?
El desmonte de sus nuevas exclusivas sobre la conspiración del 11-M porque sus chivatos son policías corruptos en busca de coartada.
La revelación de que sus reporteros de guerrilla le llaman "sheriff".
Que la conversación entre El Mundo y los policías acusados de tráfico de explosivos y drogas sugiera ciertos enfoques interesados sobre las manifestaciones de la AVT.
Pedro J. Ramírez protesta. Es hombre corajudo y sigue siempre la máxima de Fidel Castro: "ni un paso atrás, ni para tomar impulso".
Remueve la falta de resultados de la investigación sobre el chivatazo a la red de extorsión de ETA -desmantelada a pesar del presunto aviso- tras la resolución del juez Garzón a falta de indicios de criminalidad.
El Mundo y Manos Limpias, ese sindicato sin trabajadores heredero de la ultraderechista Fuerza Nueva, habían acusado al jefe de seguridad del PSOE, Fernando Mariscal, de ser parte del chivatazo por una llamada que hizo a su amigo Manuel Risco, comisario jefe de la Brigada Operativa de San Sebastián, cuando se encontraba cerca del bar Faisán, regentado por Joseba Elosúa, recaudador de ETA detenido en esa operación.
Mariscal fue exculpado. Se cansó de contar a todos que sólo había llamado a un amigo. Una coincidencia desafortunada.
Y no se sabe más del soplo. La justicia debería investigar más. No le falta razón al director de El Mundo aunque el proceloso mar del proceso tire a marejada.
Pedro J. Ramírez agita aguas, defiende a sus reporteros y carga contra algunos jueces de la Audiencia Nacional.
Fuentes políticas y periodísticas sospechan que el director de El Mundo anda buscando una querella para fortalecer su posición y la de su diario cuando la trama del 11-M es cada vez más difícil de estirar.
A diferencia de la Audiencia Nacional, en los juzgados de Plaza de Castilla se sabe cómo y cuándo presentar una causa para dar con un magistrado adecuado. Basta repasar la lista de guardias.
La ya larga pelea con los jueces Baltasar Garzón y Juan del Olmo continuará. A Pedro J. puede no quedarle mucha conspiración, pero es un maestro hilandero.
P21 | ¿Suicidio o montaje?