Gordon Brown lo tiene cada día más difícil para suceder a Tony Blair en el 10 de Downing Street. Pero después de contribuir a reformar el laborismo y rescatar a Gran Bretaña de sí misma se ha volcado en la lucha contra la pobreza y propone un nuevo new deal rusveltiano para acabar con el subdesarrollo en África.
"Un siglo más atrás la gente hablaba de ¿qué podríamos hacer de África? El siglo pasado de ¿qué podemos hacer por África? Ahora, en 2006, debemos preguntarnos qué puede hacer un mundo en desarrollo potenciado hacer por sí mismo".
Y propone una serie de medidas para luchar contra el subdesarrollo. Es la estela de todos los esfuerzos para lograr los Objetivos del Milenio y erradicar la pobreza. Una tarea moral, humanitaria y política prioritaria para el bienestar de África y de todo el mundo.
Pero la ayuda no basta y muchos cuestionan la gestión, la falta de acuerdos para abrir el comercio mundial, la necesidad de estímulos reales para los habitantes de los países pobres y un exceso de divismo en las conductas de algunos luchadores mediáticos.
Paul Theroux, profundo conocedor de África, criticaba agriamente hace poco iniciativas como las del cantante Bono desde su famoso viaje con el ex secretario del Tesoro norteamericano.
Theroux reclama a los africanos que se queden a luchar por su tierra en lugar de escapar de la miseria en cuanto pueden. Y recordaba el caso de Irlanda.
"Africa no tiene verdadera escasez de recursos humanos. Carece de confianza en sí misma y, en general, carece de liderazgo".
Difícil pero ineludible paso en el desarrollo.
Ayudas condicionadas a que los propios africanos crean en su futuro. Eso logró el new deal de Roosevelt después de los años negros del crack y las uvas de la ira.
Quizá ha llegado el momento definitivo para África muchos años después de una descolonización que ha cambiado las armas y la posesión de la tierra por la industria de la caridad y por usar un continente como laboratorio experimental.
P21 | Alianza española contra la pobreza