Thursday, November 18, 2004

Hernando de Soto

"Los pobres tienen un gran capital"


Hernando de Soto, uno de los grandes renovadores del capitalismo, pasó por Zaragoza invitado por la Fundación Economía y Desarrollo y dejó su mensaje de cómo superar la pobreza:
"Los pobres son pobres porque no tienen registro de propiedad, en cuanto se legalizan sus propiedades, por exiguas que sean, su potencial de desarrollo crece".



La ley es la base de la propiedad y el derecho de propiedad es el misterio oculto del capital. Cuando se dan y garantizan los derechos de propiedad de quienes pertenecen a la economía extralegal (como llama De Soto a la economía informal) se ponen las bases para superar el subdesarrollo porque así se crea el capital.
"Con una tarjeta de crédito la gente confía en los otros. No se confía en las personas, sino en lo que representan, por eso cuando uno hace un negocio en el Tercer Mundo es mejor asegurarse que la persona con la que se hace esté sana. Si enferma o fallece nadie se hará responsable del trato. Cuando se trata con una empresa, siempre hay responsables, hay una continuidad y el negocio está garantizado".

La confianza es la base del mercado, pero para cimentarla hacen falta documentos, títulos de propiedad o de crédito. Cuando se registra documentalmente la propiedad se multiplica su potencial económico.
Así entiende el fundador del Instituto Libertad y Democracia (ILD) el capitalismo, como capitalismo metafísico, nominalista.
"El capital viaja en el derecho" y hace falta la ley para que alcance su máximo desarrollo. Cuando alguien tiene una propiedad documentada puede usarla como garantía del capital. Comprar o vender, pedir un crédito, hipotecarla, etc.

"No es posible desarrollo sin capital". La ayuda asistencial al desarrollo no basta, tienen que desarrollarse los mecanismos legales y las garantías para que el mercado funcione.
Para De Soto, la mano invisible es una metáfora, el mercado no funciona por sí solo más que con un marco estable donde crear un networking.
Las claves del desarrollo son:
1. División de trabajo.
2. Mercados expandidos.
3. Derechos de propiedad


El capitalismo necesita de la ley, y por tanto de la administración y los políticos. Por ahí surge el fantasma de la corrupción, pero De Soto alude al peso de la ley como vacuna:
"Es la irresponsabilidad legal la que echa a la gente en manos de los Chávez y los Fujimori".
Por eso considera falso el binomio seguridad/libertad. De Soto no tiene los miedos del Club de Madrid a que los latinoamericanos prefieran más seguridad a cambio de libertad. Pero la receta acaba siendo la misma: cuando el sistema funciona, "la gente siente que la ley está de su lado, entonces la respetan".
El filósofo norteamericano John Dewey lo dijo en su día: "El remedio para los males de la democracia es más democracia".
De Soto añade: "Y para los del capitalismo, más capitalismo".

De Soto descubre la riqueza oculta bajo el subdesarrollo:
"Sólo 150 de los 1.300 millones de chinos tienen existencia (capitalista) y propiedad legal, y consiguen hacer crecer a su país a un ritmo del 10%".
"En Egipto, país de los escribas que inventaron el registro, sólo el 8% de las viviendas están inscritas. Y sólo el 12% de las empresas están registradas. Cuando se suma el capital de la economía extralegal supone 55 veces toda la inversión directa en Egipto desde que Napoleón invadió el país del Nilo".

De Soto se opone a los culturalistas, quienes creen, como Samuel P. Huntington y su choque de civilizaciones, que los pueblos son distintos, que el calvinismo o el frío impulsan el desarrollo y que en el sur y en otras religiones reina la molicie y la incapacidad.
"Cuando se reconocen los derechos de propiedad todos pueden desarrollarse. Como hicieron los pioneros en el Oeste americano. Cuando pudieron registrar sus terrenos y su ganado comenzaron a dejar atrás el Salvaje Oeste. El problema no es la cultura, sino la ley".
Cuando se convierte el capital muerto de la economía extralegal en capitalismo activo se sientan las bases de la riqueza. Fue lo que se descubrió hace cuatro siglos en Occidente, las manos muertas, la propiedad improductiva de la iglesia y la nobleza, sumía a las naciones en la pobreza. Y lo mismo hace el capital muerto en el Tercer Mundo.

"La historia del capitalismo occidental en realidad  narra cómo los gobiernos, durante cientos de años, fueron adaptando el 'derecho del pueblo' a  reglamentos y códigos uniformes que todos pudieran entender y respetar".
El Tercer Mundo debe recorrer ese camino, esa historia de la propiedad que Occidente ya ha olvidado.
"El Tercer Mundo no está en el siglo XXI, sino en algún lugar entre el XVIII y el XIX", precisa.
Pero cuidado, alerta De Soto, la historia vuelve y "los inmigrantes que se agolpan en las grandes  ciudades están volviendo a realizar ese camino, por eso hay que legalizar la economía extralegal de la inmigración".

"El misterio del capital está en su reconocimiento legal".
El Otro Sendero, el primer libro superventas de De Soto era un dardo al corazón de Sendero Luminoso: ni los peruanos eran una raza adversa al mercado, ni el comunismo era la solución ni las armas la esperanza. El otro sendero es legalizar la economía extralegal e integrar a los parias en el capitalismo.
La respuesta del grupo terrorista de Abimael Guzmán --que ahora es juzgado en Perú con un ruido mediático que molesta a De Soto porque interfiere en la tarea de la ley-- fue una bomba contra el ILD.
Pero Sendero Luminoso cayó en la oscuridad de las cárceles y De Soto y su equipo dirigen proyectos de desarrollo por todo el mundo.

Para De Soto, las empresas españolas implantadas en Latinoamérica "no son más soberbias" que las élites locales. Magro consuelo. El economista peruano defiende su capacidad de competir con otras multinacionales y niega el prejuicio anticolonialista contra los españoles.
Propiedad, ley y desarrollo, un lema que Hernando de Soto y su equipo se esfuerzan por implantar en sus proyectos en todo el mundo.

Instituto Libertad y Democracia (ILD)
ILD | El Otro Sendero
ILD | El Misterio del Capital
Ecores
Periodistas 21: Hernando de Soto: capitalismo contra el subdesarrollo