Juan Manuel Lara Mármol, el corresponsal de la agencia Efe en Roma, ha ganado el Premio Víctor de la Serna de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) por su primicia de la fumata blanca que señaló la elección del nuevo Papa.
Carlos Nadal, veterano de La Vanguardia, recibe el Premio Rodríguez Santamaría como reconocimiento a los méritos de toda una vida profesional.
Gervasio Sánchez, de Heraldo de Aragón, uno de esos grandes corresponsales bélicos de buena raza con la letra y la imagen, ha logrado el Premio Javier Bueno por su dedicación sobresaliente.
Cristina Ónega Salcedo, de TVE, ha ganado el Larra a los menores de 30 años por sus crónicas de tribunales.
Y un editor, Santiago Rey, de La Voz de Galicia, que ha vuelto a coger con fuerza las riendas del líder de la prensa gallega tras una abortada sucesión, ha sido distinguido con el Premio Miguel Moya.
Gloria Lomana, directora de informativos de Antena 3, no ha ganado ninguno de los premios de la Asociación de la Prensa de Madrid. Los que temían que la directiva de la Asociación sucumbiese a las presuntas presiones pueden respirar tranquilos.
Fernando Urbaneja, presidente de la APM, declaró hace un mes a Periodistas 21 que no existía tal campaña y que la candidatura de Lomana había sido presentada de acuerdo al procedimiento habitual. La APM recibió una carta con la candidatura avalada por profesionales de Antena 3 y Onda Cero.
La APM ha renovado su crédito y se distancia de escándalos y trapicheos, reales o inventados.
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