José Saramago reflexiona sobre la identidad virtual mostrada por tantos en sus avatares interpelado por Fernando Berlin.
Y recuerda a Rimbaud, aunque equivoca algo la cita:
"¡Qué vida! La verdadera vida está ausente. No pertenecemos al mundo".
Las palabras del poeta en Una temporada en el infierno, su evangelio iniciático y maldito, reflexión y búsqueda de otra vida.
Second Life asusta a Saramago por el riesgo de ensimismamiento. De quedar atrapado por el personaje cuando el avatar rompe el tiempo y el espacio (auténtica identidad líquida, Zygmunt Bauman).
La conjura del peligro está en la relación. Entender lo Real del ciberespacio y del Otro como proyecciones. Iguales a nuestro yo virtual. Buscar identidades de dominio público, abiertas y en diálogo, no avatares representando ídolos o jugando al mismo rol que en el mundo real.
De volver al Rimbaud me quedo en Mala Sangre:
"¡La ciencia, la nueva nobleza! El progreso. ¡El mundo marcha! ¿Por qué no había de girar?
Es la visión de los números. Vamos al Espíritu. Esto es muy cierto, es oráculo esto que digo".
Ordenar el ciberespacio con la vida misma para superar la maldición del caos avistado por William Gibson.
Un desafío para el yo y el nosotros.
P21 | Identidad de dominio público