Pedro J. Ramírez, director de El Mundo, está tranquilo tras su breve declaración ante el juez y su negativa a entregar el sumario de la investigación de los atentados del 11M.
"Ahora llegamos a la hora de la verdad, cuando se tiene que decidir si la causa se archiva tras mi negativa a entregar el sumario o sigue adelante", cuenta a Periodistas 21.
El director de El Mundo está convencido de que se trata de una maniobra de "intimidación política" o de una "venganza personal" de los responsables de la investigación por el agrio cuestionamiento que el periódico hizo de sus actuaciones.
El juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo requirió a El Mundo en julio pasado la entrega de una documentación que circuló por varias redacciones. El diario dirigido por Pedro J. Ramírez publicó detalles de partes del sumario cuyo secreto judicial se había levantado, pero el juez alude a la obligación de proteger a los testigos para reclamar los documentos.
El periodista está convencido de que la Constitución y la ley protegen el secreto profesional porque "no hay situación límite" que obligue a revelar sus fuentes ni a entregar su copia del sumario.
El Mundo es el único medio citado ante la justicia: "Me causa estupor ver que no se imputa a ningún otro medio por la publicación de elementos del sumario, ya que otros hicieron un seguimiento equivalente. Por eso sólo encuentro dos explicaciones: o existe una operación política que se origina en la Fiscalía General del Estado, ocupada por Cándido Conde-Pumpido; o es un desquite personal del juez Juan del Olmo y la fiscal Olga Sánchez".
Pedro J. teme una operación política y recuerda los tiempos del duro enfrentamiento del diario contra el anterior gobierno socialista de Felipe González a cuenta del escándalo de financiación ilegal de Filesa y la guerra sucia del GAL contra el terrorismo etarra.
"El gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero no ha actuado por ahora a la manera que lo hicieron en su día José Luis Corcuera como ministro de Interior o Leopoldo Torres como fiscal general del Estado", reconoce.
En contra de quienes recuerdan el caso de Judith Miller, la reportera de The New York Times encarcelada por no revelar sus fuentes, el director indica que "en España los periodistas tenemos mayor protección que en los Estados Unidos porque la Constitución protege expresamente el secreto profesional como no lo hace la primera enmienda de la norteamericana".
Los jueces lo tienen más difícil en España para llevar adelante un caso como el de Miller porque "el margen para llevar a la cárcel a un periodista es menor".
Al director de El Mundo le preocupan más "las iniciativas corporativas que las legales y políticas: los comités deontológicos, los organismos y recomendaciones que conducen a la autocensura en televisión con una supuesta defensa del buen gusto".
Pedro J. lo tiene claro: "Al final acaban en censura". Y defiende la responsabilidad de las redacciones, que "está probada a pesar de la mezcla con la telebasura y los abusos sobre la intimidad".
"Son las propias empresas, la opinión pública y los consumidores los que tienen un papel más importante para evitar esas conductas", recalca, y confía en la decisión de la audiencia y del mercado todo lo que recela de regulaciones y órganos.
Cuando se le pregunta por iniciativas como la del Estatuto del Periodista Profesional, a debate en el Congreso, Pedro J. Ramírez se muestra "completamente en contra de toda iniciativa corporativa y de blindar el acceso a la profesión, de la injerencia de los sindicatos y los comités profesionales".
"Lo mejor es que funcione el pluralismo y la elección del público. Ése es el sistema más sano", remacha.