Fernando Trueba lanzó la idea en la Conferencia Política de los socialistas: hay que controlar más a las televisiones para que apoyen con más vigor la producción audiovisual española.
Para esto valen los invitados. Uno puede ir y lanzar las propuestas queridas por su corralito (lobby).
Carmen Heras (su blog un poco abandonado), socialista cacereña y ponente de la Comisión de Nuevos Derechos, lo atrapó al vuelo. La propuesta de Trueba resucitaba la pretensión socialista de atar más corto a las televisiones a través de consejos audiovisuales autonómicos.
La receta mágica:
>> Se contenta a la SGAE y al lobby audiovisual español con más producción interna.
>> A las televisiones se les dice que no se preocupen, que el blindaje de sus derechos sobre los contenidos audiovisuales avanza.
>> La propuesta de los sabios de un Consejo Estatal de los Medios Audiovisuales, desarrollada luego como iniciativa de ley del Ministerio de Industria (borrador en PDF) se hace realidad con el Consejo Audiovisual de Cataluña como referente (ya fuertemente criticado en sus primeras actuaciones tras la reforma). No en vano los ministros de Industria, responsables de la regulación audiovisual, son cuota catalana.
Todos contentos. Ahora que el PSOE tiene su propia tele por internet y que la gran reforma de la televisión está avanzada sólo falta contentar al insaciable estado televisivo autonómico ampliando los actuales consejos audiovisuales (Cataluña, Navarra, Andalucía, más los menos potentes de Galicia, Valencia y el de Madrid, en derribo).
Los socialistas barajan la idea dentro de la Comisión de Nuevos Derechos que debate en el Palacio de Congresos de Madrid.
Todavía no se sabe si esos consejos seguirán el modelo intervencionista del catalán o serán órganos reguladores y consultivos mejor ajustados a la doctrina de la suave regulación propuesta por la Comisión Europea en su modernización de la directiva Televisión sin Fronteras.
Los consejos audiovisuales son aceptados en casi todos los países desarrollados como organismos independientes capaces de ordenar el sistema audiovisual (incluido ya internet), proteger los derechos fundamentales de los ciudadanos y otorgar a la sociedad civil cierta participación en la cesión de un bien público como el espectro radioeléctrico.
En España siguen modelos diferentes y contrapuestos. De la vigilancia del "entorno simbólico" y el "abanico de tradiciones" catalán (ley audiovisual catalana, pdf) al mucho menos intervencionista Consejo Audiovisual de Navarra.
La sombra del Ministerio de la Verdad orwelliano dividido por autonomías amenaza mientras en Europa la regulación se hace cada vez más laxa y abierta. Los socialistas siguen a veces el pulso audiovisual europeo y otras las tentaciones de control se imponen.
A la espera de una propuesta concreta no está de más aumentar la vigilancia.
A las televisiones y a quienes las controlan las programa el diablo.
Monográfico en Telos sobre los consejos audiovisuales
P21 | El desafío participativo del PSOE
P21 | Montilla quiere un Ministerio de la Verdad
P21 | Una ley audiovisual deseada y temida