El presidente del gobierno quería festejar la Fiesta de la Rosa de los socialistas vascos con un anuncio y lo ha hecho. José Luis Rodríguez Zapatero marca la agenda de la negociación con ETA tras el alto el fuego:
1. Constatación de la voluntad de bajar las armas y presentación en junio a los partidos del comienzo de la negociación. Cumple así su promesa, busca el mayor consenso y convierte la búsqueda de la paz en el gran proyecto de fin de la legislatura.
2. Batasuna debe condenar la violencia para ser legalizada y recuperar su presencia institucional. La reinserción del partido ilegalizado en la vida civil aparece como elemento clave para la reinserción cívica y pacífica del mundo abertzale y de los terroristas.
3. Resarcir a las víctimas al introducir una mención en el preámbulo de la Constitución para recordarlas y zanjar la disputa sobre su papel y derechos.
4. Un proceso "largo, duro y difícil": de tres a cuatro años de negociación. Indispensable para un segundo mandato del PSOE y para recomponer las fuerzas en el parlamento vasco en un escenario de paz y con la presentación de Batasuna o sus heterónimos.
No es optimismo antropológico, sino una cuidada y meditada estrategia política preparada en Moncloa y en el País Vasco con sus personas de más confianza. Zapatero quiere marcar la agenda e ir por delante de las encuestas y de las proclamas de unos y otros.
El presidente maneja de cerca el proceso con un reducido número de personas y cada paso público parece estar ya pactado y adelantado en los foros de negociación. Brida corta para un montuno por domar.
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P21 | La estrategia del 'aparatchik'