Segunda sentada, segunda ocasión para denunciar uno de los problemas reales de muchos jóvenes (y no tan jóvenes). Salir a las calles para denunciar y hacer reflexionar y actuar sobre las inequidades indignas de un país de alma especulativa donde los mileuristas sufren el ansia de ser la generación más preparada batiéndose contra las dificultades de un mercado de trabajo precarizado y la hipocresía de una sociedad de nuevos ricos.
Demandar atención sin la manipulación de los partidos, sin sus consignas y sus altavoces mediáticos. Las personas se unen para denunciar y resolver problemas de personas, más allá de los intereses espúreos y sectoriales.
Reunirse, discurir y protestar para que los intelectuales orgánicos y los columnistas del despecho sigan despertando. A ver si así, viendo a sus hijos en la calle por los problemas de los que todos se quejan en casa, esta sociedad reacciona.
Segunda sentada por una vivienda digna