Sunday, May 28, 2006

Ríete del rock

Si el rock no se ríe de sí mismo estamos perdidos. No hay nada más aburrido que tomarse demasiado en serio la música. ¡Recuerda a Yes, por favor! O a las alucinaciones coloreadas de la mística hippie. ¡Si no fuera porque Jim Morrison está muerto!. Una vez alguien me dijo que estaba preocupado por la letra de aquella canción de Siniestro: "¡Mata hippies en las Cíes!".
El rock sinfónico (¡puaajjjj!), el heavy (¡ejeemm, ejemmm!!!), el country (¡apesta a vaca!) y el star system del easy listening (¡qué vuelvan los fraudulentos Sex Pistols, por favor!) son especialistas en tomarse en serio.
Patético.
Cuando los dinosaurios vuelven a poblar la Tierra y nos obligan a decir agradecidos ¡viva Eagles! porque por primera vez vienen a España. Por favor, ¿30 años despúes? ¡que se los lleven! Es el momento de volver a reír.
Eso fue el punk y el buen pop de Elvis Costello y The Atracttions, Blondie, Talking Heads, The Motels y tantos otros.
Hoy hablas de pop y sale Thom Yorke envuelto en un mar trascendente.
Para desintoxicarse, Noruega. Sí, Noruega, ríete. Los pastores de renos saben reir. Lo han hecho los inuit toda la vida y los blancos eslavos elucubraban si era risa o rechinar de dientes por el frío ártico. Era risa, testimonio de Björk.
Esto es Hurra Torpedo, el mejor grupo de cocina del universo, y su gran versión con estética Bee Gees de Total Eclipse of the Heart, aquel pestiño de Bonnie Tyler, puro easy listening para parejas sin Corín Tellado. (Mataría por sus chándals. ¡Cómo los vea Custo!)



Seguirá...

P21 | Eurovisión y el heavy, muertos, muertísimos