El peor sitio del mundo. Las malas noticias son capaces de llegar así, cuando menos te lo esperas. Te pillan siempre donde no debieran: condenados a penas de entre tres y cinco años de cárcel los polícías culpables de detención ilegal de militantes del PP tras los altercados en una manifestación de la Asociación de Víctimas del Terrorismo en 2005.
Al ex ministro de Defensa, José Bono, la noticia le sorprendió cuando iba a asistir a la entrega del Premio Montaigne a Pedro J. Ramírez, director de El Mundo, uno de los medios más beligerantes con el llamado caso Bono. Y el ex ministro salió pitando de la vindicación de Pedro J. después de decir que los incidentes los "vio toda España".
A ministro cesante todo son pulgas. El superministro de la comunicación tendrá que dar la cara si quiere mantener su apostura de hombre de principios y honor.
De lo contrario sufrirá la condena advertida por Montaigne: "El destino está a veces acechando hasta el último día de nuestra vida para hacer gala de su poder destruyendo en un momento lo que había construido durante luengos años".
Acabado su mandato, el escarnio asedia a Bono como cercó a su antecesor, Federico Trillo, por los errores e incógnitas de la tragedia del Yak-42. Que el sucesor José Antonio Alonso se prepare. El puesto de ministro de Defensa parece gafado.
El delegado del Gobierno en Madrid ha presentado su dimisión.