El Parlamento Europeo está preocupado. El presupuesto europeo depende de las aportaciones de los estados (90%) y los miembros de la comisión presupuestaria, como el democristiano francés Alain Lamassoure (Partido Popular Europeo) buscan nuevas alternativas de financiación directa.
Una de ellas es completar los más de 865.000 millones de euros del presupuesto 2007-2013 con impuestos sobre actividades europeas, como por ejemplo los mensajes SMS o los correos electrónicos de los europeos.
Una curiosa propuesta por las dificultades de imposición y cobro, además de constituir una rémora más para el desarrollo de la Sociedad de la Información que es financiado por fondos públicos europeos.
Sorprende la idea de este impuesto de 1,5 céntimos de euro por SMS y de 0,00001 céntimos por cada correo electrónico cuando la comisaria Viviane Reding ha lanzado una campaña (documento .doc) para rebajar y homogeneizar las tarifas de roaming (itinerancia) de teléfonos móviles en los diferentes países.
Canal PDA calcula que la medida supondría, sólo por SMS, unos ingresos mínimos de 2.880 millones de euros anuales. Un buen pellizco para un presupuesto ajustado.
Otra vez la solución a un problema son más impuestos, suficientemente escondidos para provocar poca protesta ciudadana y con pocas medidas de eficiencia financiera, que la propia Comisión y el Parlamento Europeo proponen pero se ven casi impotentes de lograr.
Lo que por un lado se subvenciona, en muchos casos para alegría de las grandes empresas y operadoras, se recauda a los ciudadanos por otro lado. La única vía de escape de los ciudadanos será utilizar servicios de fuera de la Unión Europea (fácil en el caso de los correos electrónicos), lo que no cuadra con los intentos europeos de luchar contra la hegemonía norteamericana.
La aparición de un impuesto de esta naturaleza es otro atentado contra la neutralidad de la Red y una doble imposición, puesto que los usuarios ya pagan el IVA de los servicios de comunicación que contratan (móviles o proveedores de internet).